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miércoles, 21 de febrero de 2024

176 años del Manifiesto Comunista. Un muerto que no para de nacer

 Periodismo de Izquierda
21/02/2024



El 21 de febrero de 1848 se publicaba en Londres el Manifiesto Comunista. En una Europa que atravesaba una profunda crisis económica, hundiendo en la miseria a millones de trabajadores y campesinos, la clase obrera daba sus primeros pasos en organización y conciencia, abrazando las ideas revolucionarias. Las clases dominantes temblaban ante el “fantasma del comunismo”. El Manifiesto le pone voz y cuerpo al fantasma, dotando a la clase obrera de un programa para enfrentar al capitalismo y luchar por el socialismo. Desde entonces ha sido uno de los textos más traducidos y editados en la historia. Y aunque más de una vez se lo haya dado por muerto o anticuado, sigue siendo una herramienta fundamental para quienes enfrentamos el capitalismo y luchamos por transformar la realidad.

La pandemia de COVID-19 puso al desnudo la decadencia del capitalismo. La crisis sanitaria, junto a la brutal crisis económica que atravesamos, sumada a la terrible crisis ambiental muestra que estamos ante un sistema que no tiene nada bueno que ofrecer a la humanidad más que miseria y destrucción.

Cuando el capitalismo estaba aún en su infancia, Marx y Engels captaron sus características centrales y su dinámica. De ahí que 176 años después este texto mantenga plena vigencia. Es cierto que muchas cosas han cambiado desde entonces; pero tan cierto como eso es que en grandes pasajes, el Manifiesto parece una obra contemporánea hablándonos del mundo actual. Pensemos por ejemplo que en 1848, cuando aún no existía la palabra globalización y el capitalismo solo estaba consolidado en algunos países europeos, ya nos describían su tendencia a expandirse por el mundo:

“La necesidad de encontrar mercados espolea a la burguesía de una punta a otra del planeta. Por todas partes anida, en todas partes construye, por doquier establece relaciones […] La burguesía al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita […] Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba a sí mismo y donde no entraba nada fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones”.


A su vez, nos señalan que esta expansión capitalista viene acompañada de crisis periódicas que hunden a las masas en la miseria. Crisis como la actual no son excepciones sino una característica propia del funcionamiento capitalista. A diferencia de sociedades anteriores, en que las crisis se ocasionaban porque la humanidad aún no producía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas, las crisis actuales se deben a las características propias del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción, la anarquía en la producción y la ganancia capitalista como objetivo. Pero estas crisis, que muestran los límites del capitalismo abren a su vez la posibilidad de superarlo.

Dar vuelta todo

Marx y Engels reconocen en el Manifiesto que el capitalismo significó un avance para la humanidad porque generó un aumento de la riqueza social, lo que hace posible avanzar a un mundo más justo. Sin embargo, la estructura social y el funcionamiento capitalista son una traba para que eso se concrete: la propiedad privada de los medios de producción, la inexistencia de una planificación económica y la producción puesta al servicio de las ganancias capitalistas impiden que la sociedad continúe avanzando.

Como decía Trotsky hace 80 años, los avances científicos y tecnológicos característicos del capitalismo, en vez de significar un avance para la humanidad actúan directamente en sentido contrario.

Hoy se producen en el mundo alimentos suficientes para alimentar dos veces la población mundial pero se mueren millones de hambre cada año, porque las diez multinacionales que controlan la industria alimentaria mundial privilegian sus ganancias.

Los avances de la medicina en la época de ascenso de la burguesía fueron monumentales, pero hoy son cada vez más frenados por la industria farmacéutica. La pandemia de Coronavirus puso en evidencia cómo la propiedad privada, en este caso de la salud, pone en riesgo la vida de la humanidad: investigaciones de años suspendidas por ajustes o falta de rentabilidad, una carrera por las vacunas que en vez de cooperación y trabajo en común se basa en la competencia, pensando en las futuras ganancias y no en las vidas humanas.

Lo mismo se evidencia en la destrucción del medio ambiente. Es posible generar hoy toda la energía que necesitamos con medios no contaminantes. Pero esos medios no son rentables y la industria petrolera es un bastión de la economía capitalista que la burguesía no puede abandonar. Todo lo contrario, en la medida que van agotando las reservas accesibles de petróleo desarrolla métodos de extracción más destructivos como el fracking.

En síntesis, el capitalismo es cada vez más incompatible con la vida humana, nos hunde en una creciente miseria en medio del acaparamiento por unos pocos de la riqueza más abundante de toda la historia, y esto no se puede cambiar si no es atacando los intereses de esas multinacionales, es decir, el corazón del capitalismo.

La lucha es política

Cada día vemos como los pueblos enfrentan la barbarie capitalista. El mundo está recorrido por luchas obreras, ambientales, democráticas, de género, estudiantiles. Cada una de ellas enfrenta las consecuencias a las que no lleva el capitalismo. Pero como nos alertaba el Manifiesto, “toda lucha de clases es una lucha política”.

Mientras exista el capitalismo todo lo que conseguimos con nuestra lucha por un lado, la burguesía lo recupera por otro. Si logramos un aumento de salarios, la burguesía, a través de la inflación recupera lo que perdió y nosotros perdemos lo que ganamos. La lucha de clases es política porque el objetivo de lxs trabajadorxs es avanzar de las peleas reivindicativas a la disputa por el poder. Y eso solamente es posible con la “organización de los proletarios como clase, que tanto vale decir como partido político«.

Un programa para la acción revolucionaria

Marx y Engels escribieron el Manifiesto por encargo de la Liga de los Comunistas, una de las primeras organizaciones políticas de la clase trabajadora, en la que jugaron un rol dirigente. Su esfuerzo estuvo puesto en dotar a la clase obrera de un programa sobre bases científicas.

Hoy al marxismo se lo estudia muchas veces en las universidades como una teoría social, divorciada de su carácter comprometido y revolucionario. A Marx y Engels se los presenta como teóricos académicos, y no como los militantes políticos que fueron.

Pero el Manifiesto es un programa para la acción de una organización política de la clase trabajadora. Es un llamado a las armas que mantiene plena vigencia para quienes hoy perciben la ruina a la que nos conduce el capitalismo y buscan luchar por un rumbo distinto para la humanidad.

Martín Poliak

La economía cubana en 2023 y perspectivas para 2024 (II)

   

 



Foto: Archivo.

La compleja situación internacional que hoy existe impone costos adicionales, y muy fuertes, a la economía cubana, que la han llevado a funcionar como una economía de guerra. Se hace muy difícil elevar la eficiencia de la producción y los servicios, lo cual ha retrasado la recuperación económica. Por tanto, resulta indispensable aplicar medidas adicionales y urgentes con vistas a reimpulsarla.

Al respecto, no debemos pasar por alto que, a los factores económicos externos, se sumó la irrupción de la covid-19 desde 2020.

En esta lucha por la vida, la experiencia demostró que, solo mediante la vacunación masiva de las personas —que ya alcanza alrededor del 90 % de la población cubana—, que incluye varias dosis de refuerzo, es posible frenar la enfermedad, retornar a la normalidad y sostenerla.

En este sentido, queda mucho por escribir sobre la heroicidad de nuestros científicos y personal médico, quienes en medio de un bloqueo acrecentado en el momento más álgido de la pandemia, pudieron —en apenas unos meses— crear las vacunas que salvaron a nuestro pueblo de una enorme catástrofe humanitaria.

La evolución de la economía en 2023 se agravó de forma notable, reflejando fuertes impactos externos, a lo que se añadió el efecto de un grupo de medidas que no dieron los resultados esperados. Esto ya se venía apreciando en crecimientos de 1,3 % en 2021 y 1,8 % en 2022, hasta una caída estimada entre 1 y 2 % el pasado año.

Sin embargo, estas cifras macroeconómicas no siempre se correspondieron con datos que reflejan –con igual intensidad– esas dificultades a nivel de distintas ramas o sectores de la economía.

Así, por ejemplo, las empresas estatales con pérdidas en 2023 fueron 338 —un 13,4 % del total—, frente a 477 el año anterior, para una reducción del 29,1 %.

Sobre los ingresos de los trabajadores, el salario medio de las empresas del Estado creció hasta 4 856 pesos en el primer semestre del año, un incremento del 15,1 %, mientras que el 26 % de las empresas fueron autorizadas a fijar salarios de forma flexible, lo que benefició con ingresos superiores al 37 % de los trabajadores.

Ciertamente, se trata de una evolución positiva, aunque se puede argumentar que estos incrementos no compensaron el aumento del Índice de Precios al Consumidor, que —como promedio— alcanzaba, al cierre del primer semestre de 2023, un incremento de alrededor del 45 % sobre igual periodo del año precedente, evidenciando un mayor deterioro en el poder de compra del salario.

Por otro lado, también se observaron modestos avances en indicadores de gestión de las empresas estatales, tales como un incremento del 8 % en las ventas netas, y del 25 % de las utilidades, lográndose una rentabilidad por peso de venta de 16 centavos, sobre 14 en 2022.

En el contexto nacional, las llamadas formas de gestión no estatal computan algo más del 15 % en la creación del Producto Interno Bruto (PIB), y cubren alrededor del 35 % del empleo del país.

Nuevos retos

Agroindustrial La Ceiba una de las mipymes exportadoras de Holguín. Foto: Eric Yanes/Ahora

Al mismo tiempo, se registraron 685 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) con pérdidas en su gestión, lo que representó, al cierre del año, un 7,2 % del total.

Estos llamados nuevos actores económicos, que incluyen el sector privado, cooperativo y mixto, tuvieron una significativa expansión en 2023, cuando llegaron a una cifra superior a 10 000 emprendimientos solamente en el caso de las mipymes, a las que se añadió un número menor de cooperativas no agropecuarias.

Estos actores desarrollan sus actividades, principalmente, en gastronomía y alojamiento (22,1 %), los que —según algunos estudios— muestran la mayor rentabilidad; la construcción (19,5 %); la industria manufacturera (18,4 %) y la producción industrial de alimentos y bebidas (12,7 %).

También han desarrollado actividades de comercio exterior, y en 2023 realizaron importaciones por encima de mil millones de dólares, pero no se han desarrollado con la misma fuerza las exportaciones, que no llegaron a 200 millones, un 0,2 % del total exportado por el país el pasado año.

Muchas de estas empresas desarrollan también una actividad comercial, lo que permite una rotación más rápida del capital invertido, con menos dificultades operativas.

Además, cuentan —buena parte de ellas— con financiamiento externo por la vía de las remesas, y compiten ventajosamente con el Estado en segmentos del mercado en los que la empresa estatal no está presente.

Igualmente, se estima que han creado unos 183 000 nuevos empleos con una remuneración —en general— superior al sector estatal, lo que está incidiendo en la emigración de la fuerza de trabajo hacia el segmento no estatal de la economía.

Los resultados de la actuación de los nuevos actores económicos, hasta el momento, no se han apreciado favorablemente por una parte de la población, que, si bien observa una elevación de la oferta de bienes y servicios, estos se venden a precios superiores a la capacidad de compra de la mayoría.

El posible encadenamiento productivo con el sector estatal, para lograr un impacto directo en la producción de alimentos y otros bienes de consumo, está por lograrse aún, y dependerá en buena medida de las acciones que se implementen por el Estado para incentivar, adecuadamente, a las empresas estatales y al sector privado y cooperativo —que incluye actualmente también a unos 596 000 trabajadores por cuenta propia—, con vistas a satisfacer nuestras necesidades.

En una mirada al potencial de desarrollo del país, destacan las inversiones. Si se examina su volumen en los últimos años, se observa que el esfuerzo inversionista se ubica en una proporción algo menor del 10 % del PIB, cuando los análisis, a mediados del pasado decenio, planteaban que, para alcanzar un crecimiento del 5 % anual, era preciso invertir el 25 %, con un volumen de inversión extranjera directa de unos 2 000 a 2 500 millones de dólares anualmente.

En la actual coyuntura resulta clave la orientación de la política inversionista hacia sectores o actividades que determinan en lo inmediato la recuperación de la economía. En tal sentido, entre enero y septiembre de 2023, sectores como la agricultura absorbieron solamente el 2,8 % del total invertido, mientras que la industria azucarera recibió el 0,5 %. Esta desproporción es preciso eliminarla, si se quiere avanzar en la producción de alimentos y en la del azúcar.

De igual modo, parece indispensable incrementar las inversiones referidas al suministro de electricidad, gas y agua —que recibió un 10,8 % del total invertido—, especialmente como parte de la necesaria estabilidad energética que el país demanda.

En la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular fue informado el nivel de afectación que sufrió la economía por falta de insumos indispensables, tales como el combustible diésel, que solo alcanzó el 34 % de la demanda, lo cual afectó fuertemente a sectores como la agricultura, la industria azucarera, el transporte y la generación eléctrica en el país.

De este modo, en 2023 se reportaron descensos continuados en sectores claves como la producción de alimentos, incluyendo viandas, maíz, carne de cerdo, leche y huevos.

Vale destacar que —con relación a 2019— se acumularon descensos del 81 % en la producción de arroz, 61 % en la producción de huevos y 49 % en la de leche, entre los productos que sufrieron los mayores impactos.

Corresponderá ahora evaluar cuáles serán las direcciones principales en las que debemos concentrar los recursos, y qué decisiones resultarán más efectivas para enfrentar el año 2024.

(Tomado de Granma)

«Lo fundamental, ahora, es producir alimentos». Comentario HHC




Los municipios tienen que construir sistemas agroalimentarios locales que sean capaces de cubrir algunos productos de la canasta básica. Foto: Pastor Batista Valdés

Multiplicar los buenos ejemplos y lograr una adecuada integración entre todos los actores económicos que favorezcan el fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios locales fue el llamado hecho por Miguel Díaz–Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, este martes, en la reunión de balance anual del Ministerio de la Agricultura.

Este año estamos convocados a cambiar la situación económica del país, y en eso el sistema de la Agricultura desempeña un papel fundamental, pues los cubanos gastan un gran porciento de su salario solamente en alimentos que pagan a altos precios, dijo el Presidente cubano.

Añadió que los municipios tienen que construir sistemas agroalimentarios locales que los autoabastezcan, y que sean capaces de cubrir algunos productos de la canasta básica, y que no todo dependa de la importación. Ejemplificó con el caso de Cienfuegos, que ya logró producir el frijol que entregará a diez onzas per cápita durante el año.

Díaz-Canel indicó dejar de producir para cumplir planes, pues ellos tienen su expresión en el Plan de Soberanía Alimentaria, que es poner en la mesa de cada cubano la cantidad de comida necesaria para su alimentación sana.

Se refirió también a los financiamientos, y manifestó que, si bien son limitados, en ocasiones no se utilizan debidamente, y dejan margen a la ineficiencia.

El Jefe de Estado expuso que debemos producir con soluciones propias. Si no hay divisas para obtener todos los insumos se tienen que buscar variantes, y puso el ejemplo de la papa agroecológica que, con semilla nacional y sin paquete tecnológico, rinde diez toneladas por hectárea.

Por su parte, Manuel Marrero Cruz, primer ministro, reflexionó que en el actual escenario urge potenciar el papel rector y el cumplimiento estricto de las funciones estatales y de las misiones del Ministerio de la Agricultura como organismo que impacta directamente en la calidad de vida del pueblo.

Ydael Pérez Brito, ministro de la Agricultura, precisó que en 2024 se prevén concentrar los recursos disponibles fundamentalmente en los ocho polos productivos, 22 municipios y las 22 empresas mayores productoras del país.

Agregó que se diseña un sistema financiero, en ambas monedas, para la Agricultura, que permitirá, a partir de este calendario, disponer de los ingresos en divisas que se generan por las exportaciones del sector.

Asimismo, argumentó que estos se destinarán a respaldar los recursos e insumos de los exportadores, y el financiamiento de las principales producciones que impactan en el balance alimentario del país, y así disminuir gradualmente la alta dependencia en divisa que este sector tiene del resto de la economía.

En la reunión también estuvieron presentes los miembros del Buró Político, Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República; Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, así como Félix Duarte Ortega, miembro del Secretariado del Comité Central y jefe del Departamento Agroalimentario, y Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro.

Comentario HHC: Desde siempre y para siempre lo fundamental es la producción de alimentos. Es la primera necesidad básica del individuo. En Cuba se pierde muchísimo tiempo en " buscar" alimentos en el día a día, eso impacta en la productividad del trabajo, diariamente de la población. 

Se habla de " diseño" de un sistema financiero a estas alturas. Si bien es cierto que el financiamiento cerrado en divisas, para que el propio sector se recupere es importante, por los niveles de exportación que son muy insuficientes, será un proceso relativamente largo, aunque hay que explotarlo para que sea la agricultura sustentable.

Se necesitan invertir millones de usd en la agricultura cubana, se necesita un proceso de industrialización de la agricultura, donde los altos rendimientos, la conservación de los alimentos, la calidad de estos, etc, sea la norma. Es dar un salto, que sea sostenible en el tiempo y para siempre. ¿Por qué en el turismo e inmobiliarias si y en la agricultura no?.¿ Con las divisas que se invierten en la construcción de un hotel 5 estrellas, se pueden invertir la misma cantidad en la producción de alimentos? Esa son las preguntas por responder y actuar. Porque con el esquema propuesto de financiamiento nos demoraremos años, en obtener los resultados que se requieren. 

Otro aspecto relevante es que el propio Presidente ha reconocido, que si desarrollamos la agricultura , y garantizamos la oferta a la población, le damos un vuelco a TODA LA ECONOMÍA.

La inversión en la agricultura es mas rentable incluso que en el Turismo, porque si nos autoabastecemos de alimentos con las mismas, nos ahorramos de 1600 a 2000 millones de usd anuales, mismos que podrian destinar a otras actividades esenciales de la población e inversiones para el desarrollo, como por ejemplo una planta propia de refinacvion de niquel, acelerar las introduccion de energias renovables de forma masiva, etc.

Por otra parte, hay que simplificar la burocracia, los indirectos que son más que los directos hoy en dia, desde el más alto nivel hacia la base. 

Tenemos estructuras robustas, pero más ministerios que Brasil que su economía y población es varias veces la de Cuba, tenemos además Presidente, Vicepresidente, Primer ministro, Viceprimeros ministros, ministros y empresas, OSDEs, delegados territoriales, gobiernos municipales con intendentes, etc y por supuesto, todo esto tiene asociado una Logistica y personal administrativo acompañante para su funcionamiento. 

Apunto que, en las empresas cubanas, después de trabajar en el capitalismo, puedo decir que más de la mitad del personal indirecto, sobra. Hay que poner la productividad del trabajo de moda, en el sentido amplio del término, si queremos salir del ciclo recurrente de escasez. Además y es lo más importante, es la UNICA manera de enfrentar con éxito el bloqueo Genocida de los EEUU. 

El enemigo cada vez más está cumpliendo sus objetivos con el Bloqueo, que se incrementa cada vez más, y las Resoluciones de la ONU que desde 1992 se aprueban en la ONU a favor de Cuba, tienen una semana de gloria, y no son vinculantes y EEUU las ignora. En el Balance del MINREX no se habló de "arrancarle" un pedacito al Bloqueo. Si este es el principal obstáculo para nuestro desarrollo, y lo es, pues hay que " atacar" el mismo constantemente. No que nos los incrementan cada vez más, lo quiere decir, que lo que hacemos en política exterior no tiene los resultados que se necesitan. Es ofensiva creativa lo que nos hace falta.