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domingo, 19 de mayo de 2024

Contraloría de Cuba, sobre el caso de corrupción de Gil: “Uno lo siente como una traición”. Comentario HHC

 Este contenido fue publicado en 19 mayo 2024 - 15:30

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La Habana, 19 may (EFE).- Para Gladys Bejerano, contralora general de Cuba, el caso de corrupción más sonado del país en décadas, el del ex viceprimer ministro y exministro de Economía Alejandro Gil, se sintió como una “traición”.

La máxima auditora de ministerios y empresas estatales del país socialista destaca en una entrevista a EFE las “connotaciones” del escándalo, convirtiéndose en el primer alto cargo cubano en hablar sobre Gil desde que se anunció hace dos meses la investigación.

“Duele y duele mucho porque uno piensa como compañero -y el pueblo, como cubano- que una persona que ha estado a ese nivel, que ha estado manejando las situaciones, los sacrificios que ha habido que hacer,.. Que no tenga una actitud en correspondencia, realmente uno lo siente como una traición, como algo que no es lo correcto, y así lo sentimos todos. Pero hay moral y hay valentía para enfrentarlo”, asegura.

Bejerano, de 77 años, lleva quince al frente de la Contraloría General y veinte auditando. Aboga por extraer “enseñanzas” de esta “lección tristemente negativa”.

Gil fue cesado como ministro de Economía este 2 de febrero sin explicaciones públicas y el 7 de marzo el presidente, Miguel Díaz-Canel, anunció que estaba imputado por “graves errores”. Habló, sin detalles, de “corrupción”, “simulación” e “insensibilidad”.

“Cada vez que ha habido un hecho, se ha hecho público. Eso se lo puedo asegurar”, dice esta integrante del comité central del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), convencida de que “más pronto que tarde y en la medida de ser objetivo” se aportará “toda la información”.

Recalca que el sistema cubano no minimiza la corrupción “ni por el monto ni porque sea de abajo o arriba”, aunque entiende que este caso tiene “más significado”. Aclara que la investigación sobre Gil no partió de la Contraloría General.

Crisis

Bejerano reconoce que la crisis ha hecho aumentar algo la corrupción porque “hay una mayor necesidad” y una escasez “de todo”, aunque “no justifica”. Algunas personas, señala, “ceden al mercado negro” y otras aprovechan, “incluso cruelmente”.

Indica que el 76 % de las ilegalidades detectadas se dan “en el nivel de base” y que su “batalla” es reducirlas a “cero”, por una cuestión de “principios” y “convicciones” de la revolución.

“La gente no cae en la corrupción en paracaídas. Es un proceso: corrupción es descomposición. Es un proceso de pérdida de valores, de estima a sí mismo, de respeto a sí mismo (…). Hay otros que es por autosuficiencia, por vanidad, por prepotencia”, describe.

Bejerano admite que 23 % de los sistemas de control del país tienen deficiencias, principalmente por falta de capacidades técnicas o humanas (sólo el 60 % de las plazas de la Contraloría General están cubiertas): “Los controles no están al nivel” que la Contraloría desea y que el país, el Gobierno y el PCC necesitan, dice.

Explica también que el conglomerado empresarial GAESA, de las Fuerzas Armadas, no está bajo su supervisión. Este grupo estatal -que incluye las telecomunicaciones, casi todo el sector turístico, remesas, firmas importadoras y distribuidoras, bancos, gasolineras, inmobiliarias y otros negocios- supone el principal aporte al producto interno bruto (PIB).

Argumenta que GAESA cuenta con “disciplina y organización superior” por sus décadas de experiencia empresarial y que la Contraloría concentra “fuerzas” donde hacen falta “avances”.

Sobre el vínculo entre la corrupción y las crecientes desigualdades en el país, Bejerano lo liga a aparición del sector privado y apunta que algunas personas tienen más porque trabajan y “tienen resultados”, pero cree que también hay “ilegalidades”.

“No le vamos a admitir ni a estatales ni a privados que cometan ese tipo de delitos y que ofendan y maltraten al pueblo. Eso no se puede permitir: no es lo que queremos, no es el modelo. Queremos que gente honesta, luchadora y trabajadora pueda tener su negocio en regla, cumpliendo sus obligaciones con el fisco, con la sociedad”, contesta.

Sobre la ejecución del presupuesto, también competencia de la Contraloría, avanza que en lo que va de año “se cumplieron ingresos” y “se redujeron gastos”. “Hay un comportamiento, pudieramos decir, favorable”, indica, aunque apunta de seguido que “no es que ya esté resuelto el problema” porque el déficit público es “bastante alto”. EFE

jpm/jam

Comentario HHC: Al final no se ha dicho nada nuevo. Hay que seguir esperando. No se puede olvidar que el Consejo de Ministros, el 29/10/2023 presidido por  el Primer Ministro Manuel Marrero, analizó la rendición de cuenta de Gil por cinco años en el cargo, y  nadie detectó nada, y tres meses después lo sustituyeron, por lo que hay, además,  responsabilidad colateral en ello.

RENDICIONES DE CUENTA

En esta sesión del máximo órgano de Gobierno en la Isla, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, rindió cuenta de su gestión en los últimos cinco años.

Durante ese periodo, detalló, el país estuvo sometido a los efectos del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos y de la grave crisis que trajo consigo la pandemia de la covid-19, que hicieron más compleja aún la situación económica en la Mayor de las Antillas.

Esos fenómenos, aseguró, han producido un deterioro sustancial del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y pensionados, y de las condiciones de vida de la población.

Detalló también que, además de las tradicionales tareas del proceso de elaboración del Plan Anual de la Economía y dirigir su conducción y la asignación de recursos materiales y financieros que corresponde rectorar a ese organismo, ha cumplido importantes tareas de alto impacto, tales como la elaboración y conducción del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 (PNDES) y la actualización de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el periodo 2021-2026; la elaboración y conducción de la Estrategia Económico-Social y las medidas para el impulso de la economía; la atención a la empresa estatal y a los nuevos actores económicos; así como la descentralización de competencias a los municipios.

El dictamen expuesto por el Gobierno respecto a este ejercicio, precisa, entre otros elementos, que el Ministerio de Economía y Planificación debe elevar su papel rector en la identificación e implementación de nuevas medidas que requieren de un diseño integral y una secuencia para su aplicación; continuar integrando a directivos y especialistas de organismos, centros de investigaciones y otras instituciones, así como expertos, académicos, empresarios y todos los que están en capacidad de aportar para conducir a la economía hacia el logro de los objetivos de crecimiento definidos en el PNDES.  "