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jueves, 28 de noviembre de 2024

¿ Cómo fue la ejecución de las inversiones en Cuba hasta Septiembre del 2024?

Por Humberto Herrera Carlés

La Oficina Nacional de Estadística e Información  (ONEI) ha publicado la ejecución de las inversiones hasta Septiembre del 2024 (1). Un esfuerzo loable desde el punto de vista informativo.



Veo como positivo el incremento de las inversiones en la industria manufacturera de 15.6 % en 2023 hasta el 19.8 % en el 2024 del total, teniendo en cuenta que esta industria esta destinada a satisfacer necesidades primarias de la población.

Igualmente el incremento de las inversiones en Electricidad, gas y agua en el 2024 hasta el 11.4 % es igualmente adecuado, teniendo en cuenta la situación de este sector.

Las  incomprensiones que tengo , porque no se explican, y parecen que no son lo que mas necesita nuestro país en las condiciones difíciles que se vive son:

a- Hay una disminución de las inversiones del Transporte del 14.3 % 2023 a 8.7 % en el 2024.

b- Continúa la ejecución de inversiones "galopantes" en Inmobiliarias y Hoteles,  hasta septiembre del 2023  de 34.2 %  al 37.0 % hasta septiembre del 2024.

c- Salud del 1.8 % al 1.9 %, Agricultura de 2.8 % en el 2023 e igual 2.8 % en el 2024, Pesca del 0.6 % al 0.7 %, Industria azucarera del 0.5 % al 0.4 %, Ciencia e Innovación del 0.5 % al 0.7%, Educación 1.3 % a 1.0% , Servicios Comunales 1.0 % a 1.5 % y  Comercio 3.5 %  al 3.4 %.

En estos ocho sectores esenciales para la vida cotidiana, en el 2023 se dedicaron el 12.0% del total de las inversiones del pais, y hasta septiembre del 2024 el 12.4 %.  

La pregunta es: ¿Con esta matriz de inversiones podemos aspirar a empezar a solucionar los problemas y las necesidades que tenemos en el país ?.

Nótese además que el 37.0 % ejecutado en el 2024 en Inmobiliarias y Hoteles es tres veces mayor que los ocho sectores mencionados juntos..

Tener una explicación plausible del por qué es así , aportaría elementos para entender lo aparentemente indefendible. Los decidores pueden seguramente ayudarnos a la comprensión, de la estructura inversionista en marcha de nuestro país. 

(1) Inversiones junio 2024.xlsx

¿Qué hay que celebrar el Día de los Economistas en Cuba?

No es por falta de libros e investigaciones que las empresas del pueblo no alcanzan a ser lo que debieran ser y no logran echar a andar el motor grande que hale al resto del sistema empresarial cubano.




La pregunta de mi amigo y colega me dejó de una pieza. Era muy sencilla, quizás demasiado sencilla, pero congeló mi plan de comenzar a escribir el artículo de esta columna el pasado 26 de noviembre, el Día de los Economistas y Contadores de Cuba.

Para el que no lo sepa, ese día de 1959, Che Guevara fue nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba. Tarea difícil en un país subdesarrollado, recién salido de una guerra e inmerso en otras dos, seguro más complejas. La primera, enfrentar el asedio creciente de la administración Eisenhower, empeñada en derrocar a Castro en dieciséis semanas; y la otra, la de intentar enrumbar por el camino del desarrollo y eliminar fallas estructurales —varias de las cuales aún subsisten— que lastraban y aún lastran aquellas aspiraciones.

Los economistas y contadores que estamos hoy en Cuba y otros muchos que no están entre nosotros, en su inmensa mayoría, somos el producto de la enseñanza de la economía a partir de los últimos años de la década del sesenta y todas las décadas posteriores.

Una parte de ellos formados en programas de estudio que intentaron prepararnos para trabajar en una economía socialista centralmente planificada, con una sólida preparación en la economía política marxista. Debo decir, sin embargo, que también dispusimos en nuestra biblioteca de la Facultad de Economía de algunos de los mejores libros del pensamiento económico universal, desde las Obras completas de Adam Smith hasta textos relativamente modernos para aquellos años, como El nuevo Estado industrial (1967) de John Kenneth Galbraith, pasando por varios libros de macroeconomía —que no era una asignatura de la carrera en aquellos tiempos—, los de autores neoclásicos, y de Keynes, Robinson, Samuelson, Hicks, Rostow, Prebisch, entre otros muchos. Todos de libre acceso para profesores y estudiantes, sin tener que pedir permiso de consultarlos, como sí había que hacer en otros países del campo socialista.

Luego, con el cambio de circunstancias sobrevenido en los noventa y con la necesidad de incorporarnos a la economía mundial, principalmente capitalista, los programas variaron y, sin renunciar a la enseñanza de la economía desde la teoría marxista, se introdujeron nuevas asignaturas a fin de dotar a nuestros estudiantes de las herramientas necesarias para conducir una economía que aspira a ser socialista en un mundo que funciona bajo las leyes del capitalismo.

Muchos de los economistas y contadores que se han formado en todos estos años han sido profesionales exitosos, en Cuba y fuera de la isla. Y los que han tenido que desempeñarse en nuestro país, lo han hecho a pesar de la subvaloración que en muchas ocasiones ha existido sobre la actividad que realizan.

Pero también es cierto que no hay una correlación alta y positiva entre la cantidad de profesionales de la economía y la contabilidad, y los resultados de nuestras empresas estatales, que son las que deciden el juego.

Las razones son múltiples, pero muy poco tienen que ver con esa falacia publicada recientemente de que la academia le debe un libro a la empresa estatal socialista cubana. Quien escribió exhibe un gran desconocimiento sobre todo lo investigado y escrito sobre ese tema —tesis de maestrías, doctorados, libros, etc. Y quien lo publicó, poca responsabilidad y desconocimiento sobre la labor de las universidades y del Ministerio de Educación Superior.

Porque no es por falta de libros e investigaciones que las empresas del pueblo no alcanzan a ser lo que debieran ser y no logran echar a andar el motor grande que hale al resto del sistema empresarial cubano. Tampoco es por falta de empresarios capaces —sean economistas o no— ni de capacitación y entrenamiento. Esos mismos empresarios, en otros contextos, han demostrado su valía.

Sigo creyendo que Cuba es uno de los países que más invierte en estos aspectos y probablemente el que menos resultados, en términos de mejora de la eficiencia y la productividad de las empresas del pueblo, logra obtener.

Son otras, definitivamente, las razones; algunas de orden material; otras externas —bloqueo incluido— y otras, quizás las que más años llevan golpeando a esas empresas, causadas por malas políticas, por reglas de juego inadecuadas, por las restricciones a esa necesaria autonomía, que por cierto fue uno de los puntos de discusión en aquella polémica de los años sesenta entre el Sistema de Financiamiento Presupuestario y el Sistema de Autogestión Financiera.

Quizás el mejor ejemplo de lo que la autonomía puede producir lo tengamos en ese sector no estatal y en especial en las mipymes que, en apenas tres años, han logrado, sin un centavo de inversión del Estado, emplear a cientos de miles de cubanos, competir con las sucursales de empresas extranjeras, rescatar y echar a andar fábricas que estaban paradas y almacenes casi en ruinas, romper en parte el bloqueo y abastecer a una parte de la población que el Estado, por razones harto conocidas, no ha podido abastecer.

Si aún somos marxistas, si la práctica sigue siendo el criterio de la verdad, si todavía defendemos la visión que una vez aprobamos, entonces lo que debería suceder es que el sistema regulatorio que se debería aprobar para la empresa estatal apenas se diferencie del que un día tuvieron las mipymes; el mismo que ha sido cercenado una y otra vez , para hacer exactamente lo contrario y no sólo encerrar a las mipymes en la jaula regulatoria de la empresa estatal, sino hacer cada vez más estrecha esa jaula.

La pregunta de mi colega hace dos días fue la que provocó que yo cambiara el tema del artículo que estaba escribiendo para esta semana en OnCuba: “¿Entonces, dime, hermano, qué tenemos que celebrar hoy nosotros los economistas?”

Hay mucho para construir la respuesta a una pregunta como esa. Yo sí celebré el Día de los Economistas y Contadores cubanos, y desde aquí les deseo a todos muchas felicidades.

Un 2024 con muchas sombras y pocas luces en la economía cubana

28 noviembre 2024


Ilustración: Félix M. Azcuy

El título puede ser engañoso, porque podría dar la impresión de que los años anteriores fueron viables y con crecimientos de la economía sostenidos. La realidad es que se esperaba que en 2024 fructificaran los centenares de medidas económicas tomadas en 2022 y 2023, y que el plan de estabilización del que solo el gobierno ha comentado diera resultados. Nada de eso ha sucedido.

Algo es cierto: el país ha tenido efectos meteorológicos provocados por los ciclones. Sin embargo, algo que ha impactado más que ellos es el déficit de combustibles y el deterioro de la generación eléctrica, que afecta a las familias y a las instituciones productivas. Llegar a un punto cero de generación eléctrica en septiembre y después en octubre fue un fenómeno desconocido para todos los cubanos.

Aún quedan por calcular las pérdidas ocasionadas por estos sucesos, tanto en el sector estatal como en el privado, ya sea por productos que se echaron a perder por falta de refrigeración o por el «tiempo muerto» en el que se dejó de producir. Sin duda, ya se están viendo algunos de sus efectos: más escasez y aumento de los precios.

El bloqueo se mantiene intacto y es otra variable de gran peso, pero si la nueva administración elegida cumple sus promesas de campaña, estaremos entre 2025 y 2029 en una situación aún más difícil. Por ende, el futuro del país solo podrá depender de la habilidad, aún no demostrada, de la dirigencia cubana en el desarrollo económico.

Las escasas estadísticas mensuales que se publican al cierre de octubre de 2024, apenas dos meses antes de que termine el año, no son nada halagüeñas. A continuación, analizaremos algunas de ellas.

Turismo: un vagón rezagado

El sector que más ha recibido inversiones en los últimos años es el turismo. Sin embargo, los planes acordados para que este sea algo así como un vagón de un tren —porque ya no es la locomotora— no han dado resultados hasta el momento.

Un reciente artículo en el diario Granma afirmaba que «el sector cuenta con una planta hotelera renovada que supera las 80 000 habitaciones; de ellas, el 75 % en hoteles de cuatro y cinco estrellas, y la presencia en la gestión hotelera de 18 cadenas extranjeras de reconocimiento internacional». Sin embargo, el gráfico de visitantes al cierre de octubre muestra claramente una cantidad de visitantes muy lejos de los niveles pre-pandémicos.


Un 2024 con muchas sombras y pocas luces en la economía cubana 

Por otro lado, al analizar los orígenes de los visitantes, los cubanos residentes en el exterior, un grupo que crecía sostenidamente, se ha desacelerado en los últimos dos años. Asimismo, con la excepción de Rusia, ninguno de los primeros diez países en número de visitantes a Cuba ha recuperado los niveles de visitas anteriores a la COVID-19. Esta realidad contrasta con el resto de los países caribeños, como República Dominicana, que tienen un desarrollo turístico sostenido.


Un indicador fundamental para la vida de los cubanos, directamente relacionado con su poder adquisitivo, es la inflación. Aunque esta no crece a las tasas de periodos anteriores, se ha desacelerado, pero sigue en aumento, como demuestran las estadísticas al cierre de octubre.

En ese indicador influyen en gran medida los precios de los alimentos, provocados por la escasez de estos, es decir, hay una baja oferta proveniente de la producción. Por otro lado, la libreta de racionamiento de la población ya no cumple el rol que se le asignó hace más de 60 años. Aunque aún existe, cada vez ofrece menos productos y en menores cantidades, con mayor afectación en las provincias orientales.






Los productos que más inciden en el incremento del costo de los alimentos, según su nivel de precios, se detallan a continuación. Para evitar que se perciba como un análisis limitado a una visión urbana de La Habana, se presentan precios en varias ciudades importantes. Aunque podría parecer que en el resto de las provincias los precios son más bajos, es importante aclarar que el poder adquisitivo en la capital es significativamente mayor que en otras regiones, lo cual genera una desigualdad económica considerable.



Estos precios denotan que aumentar la producción de alimentos en Cuba no puede ser una tarea subestimada, especialmente considerando que los cubanos gastan más del 70 % de sus ingresos en alimentación, según lo dicho por el presidente Díaz-Canel. Incrementar la producción local de alimentos ayudaría a reducir los precios y, con ello, aliviar la carga económica sobre las familias, mejorando su poder adquisitivo y calidad de vida. Además, una mayor producción permitiría disminuir la dependencia de importaciones costosas, favoreciendo la soberanía alimentaria y reduciendo las desigualdades entre las distintas regiones del país.

Para ello, es necesario crear incentivos a los productores, algo que, si bien se ha anunciado de forma general, aún no se materializa del todo. La reciente Resolución 329, que exime automáticamente del pago de aranceles a 192 partidas relacionadas con sectores como la agricultura y la industria alimentaria, es un paso en la dirección correcta. Esta medida simplifica el proceso de importación al eliminar la necesidad de una aprobación previa por parte del Ministerio de Finanzas y Precios, lo cual podría facilitar a los productores el acceso a insumos necesarios para mejorar su productividad. Sin embargo, es fundamental que se continúe promoviendo este tipo de incentivos y se reduzcan las trabas burocráticas que históricamente han retrasado las soluciones urgentes. Incentivar a los productores no solo aumentará la oferta de alimentos, sino que también contribuirá a reducir los precios, mejorar la seguridad alimentaria y, en última instancia, elevar la calidad de vida de la población cubana.

Zafra azucarera

La conocida locomotora cubana, al menos hasta 2002, cuando comenzó su reordenamiento, ha tenido resultados que, sin temor a equivocarnos, pueden valorarse como caóticos.

Se estima que la zafra que culminó a mediados de junio de 2024 no sobrepasó las 280 000 toneladas, una cifra por debajo de más de la mitad de las necesidades del consumo interno. Según las estadísticas oficiales de la ONEI, se importó azúcar en una cantidad elevada, nunca antes vista en la realidad cubana, ya que el país llegó a liderar la exportación mundial de azúcar durante muchos años.

Paradójicamente, las políticas económicas siguen apostando porque este sector se mantenga exclusivamente dentro del sector estatal, vedando las actividades vinculadas a la industria azucarera en la actualización del listado de prohibiciones para el sector privado. Paralelamente, los centrales y empresas estatales del azúcar carecen de inversiones significativas que permitan modernizar la maquinaria, como sí están haciendo otros países de la región, como Brasil o México.


Principales países productores de azúcar en 2023 / 2024 en el mundo

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No hay estadísticas financieras o, mejor dicho, no se publican con cortes semestrales, trimestrales o mensuales. Sin embargo, con la parálisis productiva del país, es muy difícil creer que las estadísticas de presupuesto no sigan siendo deficitarias.

La deuda externa se mantiene alta, pero, como es lógico, no sigue creciendo exponencialmente, dado que el endeudamiento es tan elevado que hay pocas posibilidades de nuevos créditos. Aunque existen excepciones, estas responden a criterios no económicos, sino políticos y geoestratégicos.

No quiero ahondar en el panorama social, pero es de suponer que existe un gran deterioro en los que fueron, en su momento, pilares del apoyo nacional al proyecto socialista, como la educación y la salud. La falta del cuadro básico de medicamentos, el deterioro de las instalaciones educacionales y el éxodo de los profesores de las enseñanzas primarias y medias han contribuido a ese deterioro.

En conclusión, no se entiende por qué los hacedores de política siguen pensando en armas melladas, en vez de hacer una reforma económica integral en el menor tiempo posible. La población no está siendo atendida por sus autoridades y está tomando el camino de la emigración, que los aleja de su realidad nacional, cuando podrían aportar muchísimo a su país.

Con niveles productivos de la economía nacional continuamente bajos, varias empresas estatales incapaces de ofrecer los bienes básicos que la población necesita, y el sostenimiento de los temibles apagones a lo largo de todo el año 2024… ¿por qué seguir haciendo lo mismo? ¿Por qué no se escucha a sus especialistas y al pueblo en general? ¿Qué temen?.

EU debe respetar las reglas de la OMC, dice China ante posible arancel

Forbes 28112024

Las relaciones económicas y comerciales entre China y EU deben basarse en los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa, dice el gobierno del país asiático.




Foto: Reuters

El Ministerio de Comercio de China pidió este jueves a Estados Unidos que “acate las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, después de que el presidente electo del país norteamericano, Donald Trump, prometiera tasas adicionales del 10% a los productos chinos en cuanto asuma el poder en enero de 2025.

El portavoz de la cartera He Yadong señaló en una rueda de prensa que “la posición de China en contra de las medidas arancelarias unilaterales es consistente”, recoge la agencia estatal Xinhua.

He instó a Washington a “trabajar con China para promover el desarrollo estable y sostenible de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos”, que deben basarse en “los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa”.

‘Cooperación con EU es beneficiosa por naturaleza’

Esta semana, la Embajada china en Estados Unidos aseguró que “nadie ganará una guerra comercial o arancelaria” y que la “cooperación económica y comercial China-EU es mutuamente beneficiosa por naturaleza”.

Trump anunció en su plataforma, Truth Social, que impondrá aranceles adicionales del 10% a todos los productos provenientes de China hasta que el país asiático frene la llegada a Estados Unidos de fentanilo, un químico perteneciente a la categoría de los opioides sintéticos, sustancias que causan más de 150 muertes por sobredosis cada día en esa nación.

Como candidato electoral, el magnate neoyorquino subrayó su intención de salvar empleos en Estados Unidos imponiendo aranceles de hasta el 20% a todos los productos importados y del 60% para aquellos provenientes de China, país contra el que inició la guerra comercial en 2018, durante su primer mandato presidencial.

Con información de EFE