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martes, 16 de junio de 2015

Cómo una idea sencilla salvó de la pobreza a un país de 200 millones de habitantes


Escrito por Carlos Lopez
abuelo
Generalmente suelo empezar los artículos con una historia de esas tipo abuelo para continuar enlazándolo con un tema económico y rematar con alguna conclusión personal. Hoy la cosa se me complica, ya que el tema económico que os traigo es tan peculiar, que no dejaría de ser una curiosidad si no hubiese sido porque salvó de la ruina a un país con 200.000.000 de habitantes. Así que  hoy, invierto el orden de los factores esperando que os guste el producto.

Una de las estrategias políticas más utilizadas por los nuevos partidos políticos es la de proponer soluciones sencillas para problemas complejos, sin entrar en detalles sobre su aplicación ni sus consecuencias. Por ejemplo, la mejor manera de acabar con la pobreza es darle un sueldo a todos los ciudadanos. El mensaje es atractivo y cala. Lo que pasa es que los problemas complejos requieren de soluciones aún más complejas y las soluciones sencillas suelen llevar a problemas imprevistos. Otro ejemplo clásico es el de imprimir más dinero para costear el gasto público, es algo que funciona si no tienes en cuenta el detallito de la inflación.
Pero a veces, nos encontramos con que un problema muy complicado se puede solucionar con algo muy sencillo, eso ocurrió en Brasil y fue una moneda falsa la que acabó con su inflación. Os resumo lo que cuenta este interesante artículo.
Esta es una historia sobre cómo un economista y sus amigos engañaron al pueblo de Brasil para salvar al país de una inflación galopante. Tenían un plan loco, poco probable, y funcionó.
Hace veinte años, la tasa de inflación de Brasil era del 80%, por lo que una barra de pan que costase 1€, en un año valdría casi 1.000$. Esto hacía que las tiendas tuviesen que cambiar los precios cada día y los ciudadanos se gastasen todo su  sueldo el día que lo cobrasen. El problema no era nuevo y ya lo padecieron en los 50 cuando el gobierrno imprimió dinero para financiar la construcción de la capital del país, Brasilia.
Brazil-–-500-cruzeiros-reais-1993
¿Y cómo arreglar este problema recurrente y tan común en la zona? Había una opción que nadie conocía. Fue ideada por cuatro chicos de la Universidad Católica de Río de Janeiro. La única razón por la que entran en escena ahora – o nunca – se debe a que en 1992, había un nuevo ministro de Finanzas, que no sabía nada de economía. Así que cogió el teléfono u llamó Edmar Bacha, el economista que es el héroe de nuestra historia.
Bueno… yo sólo he sido nombrado el ministro de Finanzas,  no sé nada de economía, así que por favor venga a mi encuentro en Brasilia mañana
Bacha había estado esperando durante décadas esta llamada, así que se  reunión con el ministro y tres amigos suyos con los que había estudiado economía y con los que habían planificado durante años, como arreglar el país.
Le explicaron su idea. Había que frenar la creación de dinero, explicó. Pero, tan importante,hay que estabilizar la fe de la gente en el dinero mismo. La gente tiene que ser engañada haciéndola pensar que el dinero mantendrá su valor. Los cuatro economistas querían crear una nueva moneda que se mantuviera estable  y de confianza. La única pega:Esta moneda no sería real. No hay monedas, no hay facturas. Todo era falso. Lo llamarían Unidad de Valor Real (URV).
La gente seguiría usando la moneda existente, el cruzeiro. Pero todo aparecería reflejado en URVs, la moneda falsa. Sus salarios se medirían en URVs. Los impuestos se cargaban en URVs. Todos los precios se indicaban en URVs. Y URVs se mantenían estables. Siempre. Lo único que cambia es el tipo de cambio entre cruzeiros y URV.
Por ejemplo, un litro de leche debía valer 1 URV y eso puede que fuesen 10 cruzeiros hoy y 20 dentro de un mes, pero su precio en URV se mantenía.
A la gente esto le confundió, pero se debían acostumbrar no había otra opción. Se tenían que acostumbrar a los URVs y se tenían que acostumbrar a que su precio se mantuviese estable. Cuando esto ocurrió, se decidió que la  moneda virtual se convirtiese en real y la llamaron… Real.
Y, básicamente, la inflación terminó y la economía del país se dio la vuelta. En los años que siguieron, Brasil se convirtió en un importante exportador, y 20 millones de personas salieron de la pobreza.

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