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miércoles, 3 de junio de 2015

Cuando la energía no se acaba


Cuba se ha propuesto reducir el consumo de petróleo y otros combustibles, mediante inversiones multimillonarias para desarrollar las fuentes renovables de energía, con participación extranjera.

CAMINO AL ANDARRedacción IPS Cuba 3 junio, 2015


Los aerogeneradores instalados en Gibara, oriente cubano, han transformado la imagen, los conceptos y las expectativas energéticas de un país que todavía depende rígidamente del petróleo. Foto: Tomada de periódico Vanguardia

Expertos internacionales comprobaron la última semana de mayo el creciente interés de Cuba por las tecnologías y fuentes renovables de energía. Le abundan razones históricas. La alta dependencia del petróleo ha pesado demasiado sobre la economía, el medio ambiente y la sociedad; asoma detrás de cada buen momento y, con crudeza, detrás de cada una de las crisis o apuros económicos vividos por los cubanos desde el pasado siglo.

Durante la VIII Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Eficiencia Energética (CIER 2015), celebrada en La Habana del 26 al 28 de mayo, participantes de 17 países analizaron las alternativas impulsadas en territorio cubano para la expansión de las energías eólica, fotovoltaica e hidráulica, entre otras. A diferencia de los eventos de matriz tecnológica o científica más comunes en Cuba desde hace décadas, entre los más de 300 delegados presentes había también representantes de empresas extranjeras.

“Hemos mostrado a la comunidad internacional lo que está haciendo Cuba en relación con la energía eólica y la fotovoltaica, sus principales resultados y las perspectivas hasta el 2030, sobre todo previendo las posibilidades de inversión extranjera para su puesta en marcha”, declaró la directora del Centro de Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables (Ceter), Tania Carbonell Morales, presidenta del comité organizador del evento.

Hay proyectos de licitación y búsqueda de convenios con empresas foráneas especializadas en el desarrollo de este tipo de tecnología, anunció Carbonell, en declaraciones reproducidas por Granma, uno de los periódicos de mayor circulación del país.

Expertos de 17 países analizaron en la CIER 2015, el desarrollo de las fuentes de energía renovable en el mundo y los ambiciosos planes que implementa Cuba para transformar su matriz energética.

Foto: Roberto Morejón

Esta nación caribeña se propone instalar 13 parques eólicos con capacidad total de 633.000 kW. Ya cuenta con cuatro. Una de las regiones con mejores condiciones de viento se encuentra a lo largo de la costa norte oriental cubana. Lo confirman los dos parques más modernos, de 12 aerogeneradores cada uno, de tecnología española y china, levantados en el municipio de Gibara en 2008 y 2010 respectivamente. El año pasado aportaron de conjunto más de 15 mil megawatts/hora al Sistema Electroenergético Nacional según informes preliminares.

Como antecedente previo, en zonas rurales cubanas es habitual el empleo de molinos de viento para el bombeo de agua. En la actualidad hay instalados más de ocho mil, de acuerdo con la Sociedad Cubana para la Promoción de la de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR).

Durante la VIII Conferencia, invitados y expositores de Ecuador, Colombia, Brasil, México, Panamá y Canadá compartieron los salones del Palacio de las Convenciones con representaciones de España, Alemania, Francia e Israel, éste último con información sobre el empleo del hidrógeno como combustible, puntualizó Carbonell.

En el empeño por transformar la matriz energética del país, los cubanos también han puesto el ojo sobre otro rasgo relevante del clima caribeño: el sol. De acuerdo con estimados de CUBASOLAR, la mayor de las Antillas registra un promedio de radiación solar en torno a mil 800 Kw/h por metro cuadrado al año. Para aprovecharla, este año se deben construir parques fotovoltaicos en varias provincias, a fin de elevar la capacidad instalada total a 45 mW. Ya cuenta con ocho ubicados a todo lo largo del archipiélago. El de mayor capacidad, Santa Teresa-Los Güiros (con 14.400 paneles solares), se encuentra en la provincia de Guantánamo, la más oriental, identificada por su alta temperatura y el clima semi desértico de algunas regiones.

El propósito es elevar en 2025 hasta 700 mW la potencia de generación a cuenta del sol, dijo el doctor en ciencias Daniel Stolik Novygrod, profesor de la Facultad de Fisica y del Instituto de Materiales y Reactivos de la Universidad de La Habana, participante en CIER 2015.

El ministro de Economía, Marino Murillo, informó a los diputados en 2014 que el gobierno planea invertir 3.600 millones de dólares en los próximos 15 años para desarrollar las energías alternativas; están incluidas entre las áreas priorizadas para la inversión extranjera.

El potencial eléctrico de los centrales azucareros comienza a ser muy valorado en Cuba no solo por unos pocos expertos visionarios.
Además de las instalaciones para el empleo del viento y el sol, otra fuente de gran potencial es la biomasa, sobre todo los residuos de la caña y la industria del azúcar. El gobierno se propone construir 19 plantas bioeléctricas conectadas a ingenios azucareros en el corto y mediano plazo. Las tres más adelantadas se encuentran en áreas aledañas de los centrales Jesús Rabí (provincia de Matanzas), Ciro Redondo (Ciego de Ávila) y 5 de septiembre (Cienfuegos).

La bioelectricidad debe ampliar sólidamente su liderazgo en el capítulo de las fuentes renovables de energía.

En un plazo de 15 años, Cuba aspira a transformar la matriz energética. Desde un 4,3 por ciento de participación actual, las fuentes renovables de energía saltarían hasta un 24 por ciento en 2030: biomasa (14 por ciento), eólica (6 por ciento), solar (3 por ciento) e hidráulica (1 por ciento). La contribución del petróleo y sus derivados disminuiría del 77,2 por ciento hoy a un 54 por ciento; el resto lo garantizarían otros combustibles fósiles.

Tania Carbonell y otros participantes de la parte cubana en CIER 2015 defendieron insistentemente la alternativa renovable como condición para lograr un desarrollo sostenible. A juzgar por los planes del gobierno, dejó de constituir un sueño de científicos. (2015).

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