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sábado, 11 de julio de 2015

Tsipras convierte el No en Sí y se rinde a las exigencias de la troika




El gobierno griego ha dejado a la democracia en un montón de cenizas y ha convertido el Voto No, de rechazo a las medidas de la troika, en un Si de capitulación y rendición a los dictados de Merkel y Bruselas. O ésto es al menos lo que nos quieren hacer creer. Lo cierto es que el voto No, contrario a los recortes y el alza de impuestos ha sido doblegado, y habrá recortes y alzas de impuestos en toda la linea establecida por Bruselas. Este sorpresivo arreglo puede ser para aliviar la dramática situación del pueblo griego que requiere socorro inmediato, y también dejar bien parada a la troika en el sentido de evitar futuras "sublevaciones" de países periféricos. 

El plan, que fue votado anoche por el Parlamento griego y aprobado con 251 votos a favor, 32 en contra y 8 abstenciones, consiste en aplicar grandes recortes; reformar el sistema de pensiones y poner fin a la jubilación anticipada; aumentar la edad de jubilación a 67 años para el año 2022; eliminar las subvenciones a la agricultura; aumentar el impuesto corporativo de 26% a 28% y reducir el gasto militar en 100 millones de euros este año y en 200 millones de euros en 2016, entre otras medidas.

Los apremios por el dinero y la solicitud de crédito del gobierno de Syriza transformaron el No al referéndum en un Sí. La transición de la democracia a la dictadura financiera es completa. No había más remedio: En Grecia escasean los alimentos, los servicios de salud y los bancos están cerrados. Así y todo se estima una fuga de capitales de más de 100 millones de euros diarios porque la especulación nunca se ha detenido. El primer ministro Alexis Tsipras junto al nuevo ministro de Finanzas (reemplazante de Yanis Varoufakis), Euclides Tsakalotos, llamaron a firmar el acuerdo con los acreedores "para evitar una catástrofe humanitaria".

Tsipras no tenía elección, y pasó de héroe a villano en menos de una semana. Para salvar al país aunque sea por unos meses, tuvo que ceder a la troika y aceptar los recortes y el alza de impuestos. Si este nuevo programa de austeridad deja la situación igual o peor que antes, a Tsipras no le quedará más que renunciar por haber actuado como un caballo de Troya y haber burlado la decisión de los griegos del pasado domingo que votaron 61,3 por ciento en rechazo a las políticas de la troika. Esta decisión soberana del pueblo griego fue, al decir de Jean-Claude Juncker "totalmente irrelevante" y fue a dar a la basura. Claro, no es Tsipras el que tiene la sartén por el mango pero confirma que la UE funciona como una dictadura financiera y defenderá siempre los intereses del dinero.

Para la troika, es la gente la que debe someterse a la dictadura de la economía y no la economía la que debe estar al servicio de las personas. Es el mundo al revés, de total distorsión. Tsipras había ofrecido menos troika y sale como oveja trasquilada con más troika. Para eso no era necesario hacer el referendum. Grecia se retiró del combate sin siquiera esperar el primer round. Habrá que ver si sale de la asfixia con estas nuevas medidas o se hunde para siempre en el abismo.

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