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jueves, 27 de agosto de 2015

Alza de precios estimula la producción cafetalera


Cuba producía y comercializaba más de 62.000 toneladas del grano durante los años 60 del pasado siglo.



Argelio Rodríguez, un campesino de 58 años, mantiene en el poblado montañoso de Guisa, la tradición cafetalera heredada de su familia.
Argelio Rodríguez, un campesino de 58 años, mantiene en el poblado montañoso de Guisa, la tradición cafetalera heredada de su familia.

La Habana, 27 ago.- Los nuevos precios que las empresas estatales pagan desde junio pasado, son vistos por los caficultores cubanos como una posibilidad de incrementar la producción nacional del grano, deprimida por largos años de bajas cotizaciones e insumos deficientes.
Así al menos lo cree Argelio Rodríguez, un campesino de 58 años, que vive en un poblado montañoso de la provincia de Granma, en el oriente cubano, y mantiene la tradición cafetalera heredada de su familia.
“Claro que se va a producir mucho más café y el productor se va tomar más interés en cultivarlo y cuidarlo”, dijo a la Redacción IPS Cuba el agricultor, que hasta pensó en desistir del grano durante las épocas más duras.
Los precios de todas las variedades y calidades del café tuvieron un incremento considerable, por parte de las empresas estatales a las que deben vender la mayoría de sus cosechas el campesinado cubano.
“El máximo es de 162,50 pesos cubanos por lata —7,5 dólares por esa unidad de medida local para el café—, de la variedad Cubita, con hasta 10 por ciento de imperfecciones, que incluyen broca, basura, granos verdes y fermentados”, explicó Rodríguez.
“Luego por la misma cantidad de Cubita, pero de calidad más baja, se pagan 136 pesos cubanos (5,5 dólares). Y para el tipo Robusta el precio es de 108 y 96 pesos (4,5 y 3,5 dólares)”, amplió, quien comenzó a renovar sus cafetales de Robusta desde 2014.
A su juicio, el alza es considerable para la serranía del oriente cubano, una zona cafetalera por excelencia y de limitadas opciones económicas como todos los poblados montañosos.

Previendo la actual alza de precios, Rodríguez comenzó desde 2014 a renovar sus cafetales de Robusta.
Previendo la actual alza de precios, Rodríguez comenzó desde 2014 a renovar sus cafetales de Robusta.

“Hasta ahora uno cobraba, en el mejor de los casos 50 pesos (dos dólares), pero lo común era que los productores de esta zona no rebasaran los 21 pesos (menos de un dólar). Ahora es cuatro veces más”, apuntó.
Pero, más allá de los nuevos precios, vislumbra que el mayor acceso a insumos tendría también un impacto positivo en la producción cafetalera nacional, que alcanzó apenas unas 6.000 toneladas en 2014, una cosecha considerada de muy baja.
“Los insumos están llegando con más frecuencia a manos de los campesinos, a un precio asequible, pero la calidad de ellos no es la óptima en el caso de los machetes y las limas”, destacó.
“Aun si pagamos mano de obra para la etapa de la cosecha, cuando todos los cafetos comienzan a madurarse casi a la vez y uno solo no da abasto, le sigue quedando al guajiro una ganancia como del diez por ciento”, calculó.
Para este productor de la Cooperativa de Créditos y Servicios Julio Antonio Mella, del municipio Guisa, el aumento del precio llevará a los caficultores a renovar los cafetales, reponer las plantas viejas y prestarle más atención al cultivo.
Las nuevas cotizaciones estatales, indicaron otros agricultores de la zona, pondría también fin al comercio ilegal del café, que floreció por los bajos precios estatales de antaño.
Hace unos años se calculaba que se desviaba hacia el mercado negro entre 10 y 20 por ciento de las cosechas.
Mantener a los campesinos en las montañas, sin embargo, requerirá también de acciones, tanto en el oriente como en centro del país, para mejorar la calidad de vida de las familias con caminos en buen estado, más transporte público, acceso a la telefonía y llevar servicio eléctrico a las comunidades que no lo tienen.
Incluso con estas leves mejoras, especialistas prevén que Cuba alcance las producciones de hace medio siglo, cuando se registró una producción de 60.000 toneladas en 1959.
La incapacidad de producir volúmenes suficientes lleva a las autoridades cubanas a importar cifras por encima de las 15.000 toneladas de Vietnam, nación que inició su producción cafetalera justo bajo la asesoría de especialistas cubanos.
Antes del alza de los precios, el programa de café y cacao del Ministerio de la Agricultura pronosticaba alcanzar 12.000 toneladas en 2016 y 23.160 toneladas en 2020, para cubrir la demanda del consumo nacional e incrementar las exportaciones.
El programa incluye también la sustitución de molinos descascaradores, modernización de procesadoras, reparación de secadoras-guardiolas, la construcción y reparación de secaderos. (2015)

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