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sábado, 8 de agosto de 2015

Libro " Socialismo y Mercado" de Fidel Vascos. El período de Stalin. Capitulo III

Por Fidel Vascos, Capítulo III


A partir de la muerte de Lenin en 1924 y hasta los primeros años posteriores a la Gran Guerra Patria se distingue otra etapa en el desarrollo de la teoría económica del socialismo en la URSS. En ella se fue abriendo paso la idea de que la producción mercantil no se contradice con la naturaleza del socialismo ni con la planificación centralizada que corresponde a este régimen social. El desarrollo de esta concepción no tiene lugar de manera ininterrumpida y en línea recta, sino a través de avances y retrocesos de uno u otro aspecto teórico del problema. Los logros e insuficiencias que se manifestaron en esta etapa se plasmaron en la Conferencia de 1951 en el Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de la URSS, con motivo de la cual Stalin escribió en 1952 su libro Los problemas económicos del socialismo en la URSS. En la Conferencia tuvo lugar la discusión final del Manual de Economía Política, que salió a la luz en 1954, bajo la redacción general del Académico K. Ostrovitianov y en el cual se incluyó, por primera vez, una sección dedicada a la economía política del socialismo. 

Las realidades de la construcción del socialismo en la Rusia Soviética determinaban que el Partido y el Estado fueran adoptando una serie de medidas prácticas que sentaron las bases para el desarrollo ulterior de la teoría marxista de la economía socialista, en especial, la vigencia y utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la construcción del socialismo. Esto se puso de manifiesto en el período que corre desde 1929 hasta los años 1951-1954 aproximadamente. 

En este período se desarrolló un proceso en el cual, de una parte se fortalecieron las relaciones monetario-mercantiles y su utilización en el socialismo, mientras que, de otra, se desarrollaron también medidas y criterios teóricos que debilitaban la aceptación de la producción mercantil en el socialismo y desfiguraban su correcta aplicación. 

En los primeros años de esta etapa se desarrolló una intensa acumulación de la renta nacional en aras de la más rápida industrialización del país. Durante el primer quinquenio (1928-1932) casi un 50 % de la renta nacional fue dedicada a la acumulación. 

La rapidez de la industrialización era una necesidad del Estado soviético. El atraso económico de Rusia y el cerco capitalista que pretendía ahogar al primer país socialista de la historia determinaron que para el desarrollo económico y el fortalecimiento político de la URSS era imprescindible elevar al máximo posible la producción industrial en general y la de medios de producción, en particular. 

Esto traía como consecuencia algunas desproporciones en el ritmo de crecimiento de las ramas de la economía nacional. En especial, se atrasó la agricultura, la cual dependía aún de la producción de los pequeños productores. Ello determinó la necesidad de controlar administrativamente los precios de acopio estatal de productos agrícolas, que se dispusieron a bajos niveles en comparación con los precios industriales. 

De esta manera el intercambio industria-agricultura, ciudad-campo, no era equivalente y, en la práctica, la agricultura estaba financiando la industrialización del país. 

Debido, en parte, a esta situación apareció un fuerte “mercado negro” de productos del agro con altos precios de venta a la población, mediante los cuales se trataba de compensar el desequilibrio introducido por los bajos precios de acopio. 

La rápida industrialización también determinó un auge de los salarios, el cual no siempre era seguido del correspondiente crecimiento de la productividad del trabajo, debido, en gran parte, a la baja calificación de la fuerza de trabajo de nuevo ingreso en la industria. 

Toda esta compleja situación en la que se desarrollaba el plan industrial de la URSS determinó la necesidad de implantar, en 1928, el sistema de tarjeta de racionamiento en la distribución de los bienes de consumo a la población. 

Este sistema permitió controlar las desigualdades de la distribución ante el desbalance de los precios y los ingresos familiares, y garantizó un mínimo de condiciones de vida para todos los ciudadanos, sobre todo a los núcleos de bajos ingresos. No obstante, sus efectos negativos se manifestaron en una restricción a la circulación de mercancía y a la circulación monetaria. Apareció de nuevo el intercambio de productos en físico, lo que fortaleció las relaciones naturales en la economía y debilitó el papel del dinero y las relaciones monetario-mercantiles. 

En estas condiciones, tomaron auge nuevamente las ideas de que el dinero, el comercio y las relaciones mercantiles eran ajenas al socialismo y que una vez superadas las consecuencias del atraso económico de Rusia, era posible construir directamente el comunismo, eliminando la producción mercantil. Junto a ello, se debilitó la aplicación del cálculo económico y la utilización de la ganancia en la industria. Destacados dirigentes del Partido Comunista y del Estado soviético se pronunciaron contra estas erróneas concepciones. En especial merecen mencionarse a O.K. Orgzhonikidze y V.V. Kuibyshev, quienes llamaron a una mayor y más amplia aplicación del cálculo económico en la economía socialista, así como a interpretar adecuadamente el papel y las funciones del comercio soviético, la estabilidad del rublo y de todo el sistema financiero. 

En documentos oficiales del Gobierno soviético y del Partido Comunista se recogen estas ideas y consideraciones acerca del desarrollo de tales categorías económicas como el cálculo económico, el crédito bancario, el comercio soviético. Estas decisiones y las concepciones sobre la base de las cuales se tomaban, conducían a ampliar la utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la construcción del socialismo en la URSS. 

Por ejemplo, en la Resolución del Comité Central del Partido, de 5 de diciembre de 1929, acerca de la reorganización de la dirección en la industria, se planteó aplicar los principios del cálculo económico a las empresas industriales. La extensión del cálculo económico a las empresas y fábricas constituyó algo nuevo, pues hasta ese momento el cálculo económico solo era aplicado en el trust, que era una organización superior y más compleja que la empresa. 

En esta Resolución se expone lo siguiente: “El traspaso de las empresas al cálculo económico se ha justificado plena-mente. El cálculo económico muestra el verdadero rostro de la empresa y permite la racionalización de la producción, la correcta organización de la venta y el abastecimiento y al mismo tiempo produce una reacción contraria a los elementos burocráticos”.62 

El 30 de enero de 1930 el Gobierno soviético dictó una Resolución mediante la cual se introdujo la reforma crediticia en la gestión económica de las empresas. Antes de esta reforma, no se utilizaba el crédito bancario, sino el comercial, extendido solamente entre las empresas compradoras y vendedoras y sin la participación del banco del Estado. 

La esencia de la reforma crediticia consistía en la sustitución de la concesión de créditos mercantiles por créditos bancarios en el sector socialista de la economía nacional. En la Resolución se planteaba: “Se prohíbe a los organismos estatales, organizaciones cooperativas y sociedades anónimas mixtas sin participación de capital extranjero, vender mercancías y prestarse servicios mutuos en crédito. Este crédito se reemplaza exclusivamente por el crédito concedido por el banco”.63 

En el fortalecimiento del comercio soviético, el cual coadyuva a sentar las bases para una más amplia utilización de las relaciones mercantiles en la construcción del socialismo, es conveniente mencionar el “Llamamiento del Gobierno soviético, el Partido y los Sindicatos”, del 10 de mayo de 1931, en el cual se dice: 

(...) la sustitución del vendedor privado y del comercio privado aún no significa la destrucción de todo tipo de comercio, sino por el contrario, la sustitución del comercio privado presupone el pleno desarrollo del comercio soviético y el despliegue de la red de organizaciones cooperativas y estatales comerciales por toda la URSS. 64 

En el esclarecimiento de las ideas en torno a la utilización de las relaciones mercantiles en la construcción del socialismo tienen un relevante papel las decisiones del XVII Congreso del PCUS, celebrado en 1934. En el Congreso se subrayó como línea oficial del PCUS que el comercio y el dinero mantienen su importancia en la economía soviética durante todo el desarrollo de la fase socialista. 

Se criticó la idea de suprimir las relaciones mercantiles y el dinero, subrayándose la necesidad de fortalecer las relaciones económicas entre la ciudad y el campo. 

En una de las Resoluciones del XVII Congreso se plantea al respecto lo siguiente: 

El Congreso subraya que la actividad económica principal debe ser la lucha por la aplicación del cálculo económico en todos los eslabones de la economía nacional, el fortalecimiento de la disciplina financiera y de la planificación, el ulterior fortalecimiento del rublo soviético como la palanca principal para el robustecimiento del cálculo económico y el fortalecimiento de las relaciones económicas entre la ciudad y el campo.65

Estas apreciaciones dadas por el XVII Congreso sentaron las bases para profundizar en la elaboración teórica de la utilización de las relaciones monetario-mercantiles y de la ley del valor en el socialismo. 

El auge de la economía alcanzado como resultado de la industrialización del país determinó que en enero de 1935 fuera eliminado el sistema de racionamiento a la población. 

La colectivización de la agricultura prácticamente erradicó la producción privada en el campo. Los grandes avances económicos, políticos y sociales alcanzados en la URSS durante esos veinte años desde 1917 hicieron posible que en la Constitución Soviética aprobada en 1936 se declarara terminado el período de transición del capitalismo al socialismo en la URSS y se planteara oficialmente que en el país había sido construido el socialismo, en lo fundamental.66 

Estos éxitos fueron interpretados erróneamente por algunos economistas y tomó fuerza el criterio de que ya construido el socialismo, era posible eliminar el dinero y las relaciones mercantiles en la economía soviética. 

En 1937 se comenzó el trabajo sobre el proyecto de un manual de economía política cuya necesidad de elaboración había sido planteada por el PCUS. En enero de 1941 el primer proyecto de este manual fue discutido en una conferencia de economistas y dirigentes del Partido, convocada al efecto. En el proyecto presentado a discusión se negaba la actuación de la ley del valor en el socialismo. En la discusión se puso de manifiesto que la mayoría de los participantes en la conferencia criticó esta negación de la ley del valor, planteada en el proyecto. Esta negación, decían sus críticos, se contradecía con la existencia en la economía soviética de tales categorías económicas como el precio, el costo de producción, el dinero, la ganancia, el cálculo económico y otras. 

En ese propio año de 1941 la Gran Guerra Patria que el pueblo soviético tuvo que librar contra la agresión de la Alemania fascista, interrumpió el normal desenvolvimiento de la economía en la URSS. Las difíciles condiciones impuestas por el período de guerra obligaron a una mayor utilización de los métodos administrativos y de la dirección centralizada en la economía. 

Fue necesario implantar otra vez la restricción del comercio y el sistema de tarjetas de racionamiento en la distribución de medios a la población. 

No obstante, el desarrollo de los aspectos teóricos de la economía no se interrumpió totalmente. Como resultado de la discusión sostenida en la conferencia de 1941 acerca del proyecto del manual de economía política, en 1943 apareció un artículo en la revista Bajo la Bandera del Marxismo, titulado: “Algunas cuestiones de la enseñanza de la economía política”. Aunque la revista no lo recoge, se asegura que dicho artículo expresa las ideas de Stalin sobre estos temas y que su publicación fue revisada y aprobada por él. 

En este artículo se planteó lo siguiente: 

"Después de eliminar el capitalismo, la sociedad socialista, representada por su Estado, domina la ley del valor y utiliza conscientemente su mecanismo (el dinero, el comercio, los precios, etc.) en interés del socialismo, en interés de la dirección planificada de la economía nacional. 

La concepción de que la ley del valor no juega ningún rol en el socialismo es una concepción que por su contenido contradice todo el espíritu de la economía política marxista-leninista". 67 

Con estas palabras se estaba dando un importante paso en la dirección correcta, sentando las bases para continuar profundizando en la aplicación de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo. Se definía así que la economía política marxista-leninista concibe la utilización de las categorías mercantiles en el socialismo. 

Se planteó la necesidad de establecer los precios en correspondencia con el nivel del trabajo socialmente necesario, así como la aplicación del cálculo económico dentro del método de la dirección planificada de la economía. 

Este artículo tiene una destacada importancia porque en él se planteó, por primera vez, que la ley del valor “actúa en el socialismo, pero actúa de una manera transformada. 68 

Esta definición del carácter de la ley del valor en el socialismo se mantuvo hasta 1951. La misma tiene de positivo que creó condiciones para una nueva elaboración de la ley del valor, pues en dicha definición estaba implícita la diferencia que existía entre la ley del valor en el capitalismo y su aplicación en el socialismo. 

De esta forma se resolvía la aparente contradicción de, por una parte, criticar la ley del valor en general y, por otra, utilizarla en el socialismo. Ahora se podía criticar la ley del valor en el capitalismo y aceptar su utilización en el socialismo. 

No obstante estos aspectos positivos, la definición dada en 1943 tenía como elemento débil el hecho de que implícita-mente consideraba que la acción de la ley del valor en el socialismo era solamente una herencia del capitalismo, sin tener una base objetiva en la economía socialista. 

Una vez concluida la Gran Guerra Patria de la Unión Soviética, con la derrota de la Alemania fascista en 1945, se inició la etapa de la reconstrucción de la economía nacional en la URSS. Los aspectos de la dirección económica fueron puestos a la orden del día y en breve se reinició el análisis de los aspectos teóricos más importantes. 

En noviembre de 1951, el Comité Central del PCUS organizó una conferencia para discutir colectivamente el proyecto del nuevo manual de economía política cuyo análisis había sido interrumpido por la guerra de 1941. En esta conferencia tomaron parte muchos economistas y eminentes teóricos de la URSS. 

En la discusión del manual se aprobaron cuestiones muy positivas para el desarrollo de la teoría económica del socialismo. Por primera vez se editó un capítulo independiente para la economía política del socialismo. Se profundizó más en la esencia de la ley del valor, dejando atrás el concepto de que su acción en el socialismo era “transformada”, abordándose más ampliamente la naturaleza de las categorías mercantiles y su utilización en el socialismo. 

En el manual se formuló, por primera vez, la ley económica fundamental del socialismo; así como la ley del desarrollo planificado y proporcional de la economía nacional en el socialismo, diferenciando bien la acción planificadora del Esta-do (aspecto subjetivo), de las demandas o exigencias de la proporcionalidad en la economía (aspecto objetivo). 

Junto a estas y otras cuestiones positivas en la Conferencia también se manifestaron limitaciones y conceptos erróneos. Se concluyó en que la existencia de la producción mercantil en el socialismo está vinculada únicamente a los distintos ti-pos de propiedad, en especial, a la forma koljosiana (cooperativa) de propiedad. Esto significaba que las relaciones mercantiles sólo existían en la relación Estado-koljós, y en los medios de consumo de la población y no en el intercambio de medios de producción entre las empresas estatales. 

Además, en la Conferencia se planteó que la producción mercantil chocaba en lo inmediato contra la construcción del comunismo y, por tanto, era necesario iniciar el paso gradual al cambio directo de productos y a eliminar el dinero. 

Los aspectos discutidos en la Conferencia quedaron también plasmados en las observaciones hechas por Stalin a los temas analizados y que fueron publicados en marzo de 1952 en el libro Problemas económicos del socialismo en la URSS. 

En primer lugar, Stalin criticó con razón a los participantes de la Conferencia que negaban el carácter objetivo de las leyes económicas en el socialismo. Al respecto, planteó la siguiente: 

"Algunos compañeros niegan el carácter objetivo de las leyes de la ciencia, principalmente de las leyes de la economía política en el socialismo. Ellos niegan que las le de la economía política reflejan las regularidades de los procesos que tienen lugar independientemente de la voluntad de las personas. Ellos consideran que debido al papel especial que le concedió la historia al Estado soviético, este y sus dirigentes pueden cambiar las leyes existentes de la economía política y que pueden “for-mar” nuevas leyes, “crear” nuevas leyes.
yes

Estos compañeros se equivocan totalmente. Ellos, como se evidencia, confunden las leyes de la ciencia, que reflejan los procesos objetivos en la naturaleza o en la sociedad y que se suceden independientemente de la voluntad de las personas, con aquellas leyes que se emiten por los gobiernos, que se crean por voluntad de las personas, y que tienen únicamente fuerza jurídica. Confundir estas leyes es imposible desde cualquier punto de vista. 

El marxismo entiende las leyes de la ciencia no importa de si se trata de leyes naturales o de leyes de la economía política como el reflejo de los procesos objetivos que tienen lugar independientemente de la voluntad de las personas". 69 

Stalin también planteó que era necesario superar la concepción de que la ley del valor actuaba en el socialismo de manera “transformada”, pues las leyes no pueden suprimirse, ni inventarse, ni transformarse, sino que existen según las condiciones en las que tienen lugar. 

En sus observaciones, Stalin se extendió en explicar las causas de la existencia de la producción mercantil en el socialismo. Él las veía solamente en la existencia de distintos tipos de propiedad sobre los medios de producción y, en especial, por la existencia de la propiedad cooperativa (koljosiana) y la propiedad estatal de todo el pueblo. Este concepto tiene el mérito de subrayar que la producción mercantil no es privativa de la sociedad capitalista y que puede existir sin propiedad privada y sin explotación del hombre por el hombre. La definición de Stalin concebía las causas de la producción mercantil en la propia base socialista. No obstante, tenía la limitante que no aceptaba el carácter mercantil de la producción dentro del sector estatal de todo el pueblo. 

En su respuesta a A. I. Notkin, el 21 de abril de 1952, Stalin preguntó lo siguiente: 

“¿Pueden verse los medios de producción en nuestro régimen socialista como mercancías? En mi opinión, no”. 70 

Más adelante afirmó que estos medios adquirían el carácter de mercancías, sólo en el comercio exterior, cuando se vendían a estados extranjeros. Cuando el medio de producción se trasladaba de una empresa estatal a otra, dentro de la URSS, entonces no era una mercancía. En este caso se le ponía precio y se hablaba de su valor y de su costo de producción solamente desde el punto de vista formal, pero sin contenido económico alguno, pues, decía Stalin, en estos casos el medio de producción no cambia de propietario. 

Este concepto limitaba la profundización del uso de las relaciones monetario-mercantiles dentro del sector estatal de todo el pueblo, lo cual debilitaba también la utilización de las categorías económicas tales como el cálculo económico, la ganancia, la estimulación material, la rentabilidad y otras. 


Citas:

62 Acuerdos del Partido y Gobierno sobre cuestiones económicas (1917-1967), t. 3, p. l36 (texto en ruso), Editorial de Literatura Política, Moscú, 1967.

63  Ibídem, p.163. 

64 Acuerdos del Partido y Gobierno sobre cuestiones económicas (1917-1967), t. 3, p. 301. 

65 Resoluciones del PCUS, t. 5, p. 52 (texto en ruso), Editorial de Literatura Política, Moscú, 1971.

66 Ibídem, p. 148.

67 Revista Bajo la bandera del marxismo (texto en ruso) (7-8): 70, Moscú, 1943. 

68 Ibídem, p.75. 

69 I.V. Stalin: Problemas económicos del socialismo en la URSS, p.11 (texto en ruso ), Editorial de Literatura Política, Moscú, 1952. 

70 Ibídem, p. 123.

CONTINUARÁ


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