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miércoles, 26 de agosto de 2015

Los cuatro problemas que amenazan el "imparable ascenso" de la economía china

Marcelo Justo BBC Mundo

26 agosto 2015


Image copyright APImage captionLos inversores, consumidores, deudores y acreedores en China pueden resultar afectados por los problemas que enfrenta el país asiático.

¿Qué está pasando con la economía china?

La estrepitosa caída de la bolsa de valores esta semana tuvo un impacto global y recordó el espectro de crisis mundiales como la del 29 o 2008.

Desde junio China ha experimentado dos estallidos bursátiles, una abrupta disminución de sus exportaciones, la peor caída de la producción fabril en años y una devaluación de su moneda.

¿Implosión del milagro chino?

Nada de eso, le indicó a BBC Mundo John Ross, profesor del Instituto de Estudios Financieros Chongyang de la Universidad Renmin de Beijing.

"China está creciendo a un 6,5 o 7%, tres veces más que Estados Unidos y cuatro veces más como mínimo que Europa. Es una economía que ha pasado de un ritmo de crecimiento 'súpersensacional' de un 10% anual o más a uno 'sensacional', que es el actual", dijo Ross.


Image copyright Getty Image caption Una deflación puede afectar directamente a los grandes y pequeños empresarios deudores que deberán vender sus mercancías en menor precio del proyectado.

Otro dato comparativo: mientras Estados Unidos y Europa tienen tasas de interés planchadas a casi 0% para estimular sus economías desde hace siete años, China ha podido bajar este martes su tasa un 0,25% en respuesta a la turbulencia bursátil y quedar aún con muchísimo margen para seguir haciéndolo de ser necesario ya que el interés quedó en un 4,6%.

Ahora bien, eso no quiere decir que no haya problemas en la segunda economía mundial.

Su futuro depende de la resolución de cuatro temas clave:

Caída de la inversión y cambio de modelo
Devaluación y exportaciones
Deuda y deflación.
Desempleo

1 – Caída de inversión y cambio de modelo

Contrario a lo que suele asumirse, el crecimiento económico chino de los últimos diez años debe mucho más a la inversión que a la exportación de chucherías "Made in China".

Esta inversión movilizó un impresionante crecimiento de dos dígitos y se hizo sentir especialmente durante el estallido financiero de 2008.

La inversión, que representaba un 35% del PIB en 2000 y un 44% en 2009, se disparó por encima del 50% con la recesión mundial posterior a la caída del Lehman Brothers.

En comparación, el consumo interno como motor de crecimiento apenas superó el 30% durante este período.

Una economía que se basa excesivamente en la inversión suele estimular burbujas inmobiliarias, deudas insostenibles y agujeros financieros.

Consciente de los límites de este modelo, el gobierno inició en 2010 una transición a otro que se basara más en el crecimiento del consumo interno.

China El tamaño de su economía

7% es la tasa de crecimiento estimada de China en la actualidad.

10% fue el crecimiento que logró la economía china durante el estallido financiero de 2008.

3 veces más es el actual crecimiento de la economía china frente a la de Estados Unidos.

4 veces más que el promedio de las economías europeas es el tamaño de la economía del país asiático.

BBC Mundo
AFP

Según le indicó a BBC mundo Kamel Mellahi, especialista en mercados emergentes de la Warwick Business School de Reino Unido, los problemas chinos que hacen temblar al mundo provienen de los inevitables desajustes que se producen con este cambio.

"Un cambio así, en un país de las dimensiones de China, es más fácil de proponer que de ejecutar. El mundo se va a tener que adaptar a estos altibajos porque va a tomar tiempo", afirmó.

2 – Devaluación y exportaciones

La señal de alarma sobre China sonó muy fuerte con la devaluación de agosto.

En junio, las exportaciones habían declinado un 8,3% debido a la alicaída demanda mundial y al mayor costo laboral chino -consecuencia del cambio de modelo que precisa aumentos salariales para estimular el consumo-.

El 11 de agosto, el Banco Central inició un proceso devaluador que se prolongó tres días hasta bajar en un 3% la cotización del yuan.

La devaluación generó un temor global a una "guerra de divisas" en las que cada país devalúa su moneda para ganar una ventaja competitiva para sus exportadores.

Este temor, sin embargo, no se condice con la política oficial china.

China no recurrió a una devaluación competitiva durante el estallido financiero de 2008 y dejó que su moneda se apreciara en más de un 50% en relación al dólar desde 2005.


"China no ve ninguna ventaja en una guerra de divisas. La realidad es que ni siquiera necesita manipular el mercado para devaluar", señaló en el diarioFinancial Times Gavyn Davies, exdirector de Glodman Sachs.


Image copyrightGettyImage caption El desempleo se ha convertido en un problema en crecimiento después del cambio en la estrategia de expansión de la economía china.

Muchos analistas opinan que la devaluación está más vinculada al deseo chino de reposicionar al yuan como divisa internacional incorporándola a las monedas con derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) que hasta el día de hoy son el euro, la libra, el yen y el dólar estadounidense.

"Es una estrategia más a largo plazo para situar al yuan en este escenario", señaló a BBC Mundo Mellahi.

A esta lógica global, hay que añadirle razones internas por las que se podrían descartar nuevas devaluaciones.

Con una moneda atada al valor del dólar, China sufrió la apreciación de la moneda estadounidense en los últimos 12 meses que encareció su propia divisa en un 10%.

Aunque la intención secreta de las autoridades fuera continuar con la caída del valor de su moneda hasta recuperar el 10% perdido, una devaluación tan fuerte haría insostenible la deuda china, tercer problema que enfrenta el país en estos momentos.

3 – Deuda y deflación

Uno de los efectos más peligrosos del modelo basado en la inversión es la emisión de deuda necesaria para sostenerlo.

El plan de estímulo chino de 2008-2009 cuadruplicó el nivel de deuda hasta llegar a US$28 billones, un 282 % del PIB chino.


Image copyrightAFPImage captionEl yuan no se cotiza libremente como otras monedas, está atado al dólar.

En un estudio reciente, la consultora McKinsey detalló los puntos más vulnerables de esta deuda.

"La mitad de los préstamos están vinculados directa o indirectamente con la propiedad. A esto hay que sumar que el sistema financiero en la sombra representa la mitad de los nuevos préstamos y que la deuda de los gobiernos provinciales y municipales es insostenible", señala el informe.

En este tema, la devaluación puede ayudar a los deudores porque con frecuencia tiene un impacto inflacionario (los productos importados pasan a costar más, impactando en los precios).

Una empresa que tomó un préstamo a 10, venderá sus productos a mayor precio debido a la inflación (supongamos a 15), mejorando su posición respecto a lo adeudado.

Esto a su vez neutralizaría un peligro concreto que enfrenta la economía china: la deflación.

Los precios al por mayor han caído en los últimos 40 meses.

Esto puede terminar en un proceso deflacionario en el que la misma empresa tendría que vender a menos por la disminución de los precios con lo que aumentaría el monto de su deuda y el peligro de bancarrotas.

Todos estos factores en juego están contrarestados por un factor de peso.

El estado Chino sigue teniendo la máxima reserva monetaria del mundo: suficiente poder de fuego para intervenir si las papas queman.

4 - Desempleo

Una factor estratégica para el gobierno chino es el nivel de desempleo, crucial para la paz social.

Cuando de la mano de la inversión la tasa de crecimiento era de dos dígitos, el desempleo no era un problema.

Uno de los interrogantes del cambio de modelo es qué impacto tendrá sobre el mercado laboral.


Image copyrightAPImage caption La devaluación del yuan es considerada por los analistas como una estrategia a largo plazo para posicionar la moneda a escala global.

Según la información oficial la tasa de desempleo apenas varió en los últimos cinco años. En 2014, fue del 4,09 %, un poco más alto que el 4,05% registrado en 2013.

Pero el Labour China Bulletin (LCB), editado en Hong Kong y especializado en temas laborales, señala que este índice subestima el número real de desempleados.

"El índice oficial solo registra el número de gente que busca empleos en relación con el total de empleados urbanos. Ignora a los trabajadores rurales, a los inmigrantes, y los que tienen trabajo a tiempo parcial o casual", señala el LCB.

Según el FT Confidential, servicio de investigaciones del Financial Times, hubo una contracción de la demanda laboral en julio.

La evolución de este índice será crucial para las fluctuaciones que tenga el cambio de modelo y el nivel de intervencionismo estatal.

"China tiene una línea roja: el empleo. Si la situación empeora y afecta el nivel de empleo, entonces, va a ser irresistible la tentación de volver a estimular la economía con un nuevo plan de inversión en infraestructura", le señaló a BBC Mundo Mellahi.

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