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miércoles, 28 de octubre de 2015

Una mirada a la venta de gas liberado en Cuba

Por: Sheyla Delgado y Eduardo Palomares

Venta liberada de gas licuado. Foto: Granma.
Venta liberada de gas licuado. Foto: Granma.
Tras culminar la semana inicial del registro y expendio de gas liberado, clientes y directivos comparten con el diario Granma el impacto de esa experiencia que co­menzó a escribir su historia, tiempo atrás, en  hogares cubanos.

LA HABANA: ENTRE LA INCREDULIDAD Y LA EXPECTACIÓN

“Hay gran interés, pero aún muchos clientes no se deciden”. Era la respuesta repetida a nuestro paso por unidades como la 18020, de Alturas de La Lisa, disímiles de Playa y Plaza de la Revolución, y el punto de venta 50014, en el Consejo Popular Zamora-Coco Solo, Marianao.
En este último, Adrián Gómez y Alejandro Candeaux —los técnicos en distribución de gas licuado del petróleo (GLP)— explicaron el proceso de inspección y aceptación de las “balitas”, algo que “funciona de manera muy ágil”, asevera Adrián. Mientras Nora Mo­reno, la técnica comercial del Grupo de Gas Li­cua­do en ese municipio, recuerda que la experiencia anterior (venta liberada de GLP), por su factibilidad y aceptación, deberá in­cen­tivar en los días siguientes mayor flujo de personas interesadas en beneficiarse de la va­riante que ahora se ofrece, con costos más atractivos.
Pero fue en la unidad comercial 40011, ubicada en calle 6 entre 11 y 13 (municipio de Pla­za), donde encontramos a Miguel Ángel Pla­ceres Verdeja, el “mensajero” de uno de los pri­meros clientes en formalizar contrato co­mercial, como beneficiario de esta nueva facilidad pa­ra la cocción de alimentos en la principal urbe de la nación y, también, uno de los pioneros, junto a Janet Morejón (de Arroyo Naranjo) del país.
“Es una buena opción porque había mu­chas personas que no podían adquirir el servicio, no tenían contrato. Ahora poseen la oportunidad y es más económica a la vez. También, estaban quienes no sabían que sus ‘balitas’ tenían salideros y su manipulación se hacía muy peligrosa, por lo que la medida es una forma de salvarles la vida”, dice Mi­guel Ángel, con seis años de experiencia co­mo mensajero. Valoración con la que coincide, des­de su casa, la esposa de José Emilio Fuen­tes —el cliente que rubricó dicho contrato—, conforme manifestó ante el primer telefonazo de este periódico, al no poder contactarla personalmente en la unidad comercial.
En tanto, Heyleen Blanco Miranda, jefa del Grupo Comercial Playa-Plaza —al cual pertenece el punto de venta 40011—, resumió que para la empresa las ventajas de la medida se traducen en dar la posibilidad a la población de insertar al sistema todos aquellos ci­lindros no registrados y acceder al servicio de
GLP a un precio más factible y, a su vez, evitar accidentes en la población debido al trasiego del producto. Según comentó, entre am­bos municipios hasta la fecha del recorrido se habían efectuado cuatro contratos.
Y, casi como regla, ese fue el panorama que encontró Granma en Marianao, el Cerro y La Lisa, muy similar tam­bién al de los territorios con los que contactamos vía telefónica. Una sinergia de reticencia y expectación, qui­zá aguardando porque otros rompieran el hielo o por temor a que, al momento de inspeccionar la “balita”, le hicieran la autopsia a su proceso de adquisición.
En aras de encontrar porqués y tomarle el pulso a la experiencia a escala nacional, este rotativo entrevistó a Riyaguel Capote Rodrí­guez, di­rector comercial de la Unión Cuba Petróleo (Cupet), del Ministerio de Energía y Minas.
Este proceso —valoró el directivo de Cupet— se viene desarrollando sin dificultades en las provincias implicadas, no obstante, la entrega de cilindros ha sido limitada, valorándose co­mo causas fundamentales: el desconocimiento en algunos casos, a pesar de la divulgación que ha tenido el tema; la incertidumbre sobre la ejecución práctica del proceso de recepción; y determinadas negativas por poseedores de cilindros a pagar 200 CUP para registrar un recipiente que, plantean, es suyo y, por lo tanto, prefieren continuar trasegando el GLP, aun con el riesgo que esto implica.
A ello se une el desfase existente entre la aplicación de esta medida y el comienzo de la venta liberada de gas, que obligó a que personas con estos cilindros arrendaran depósitos nuevos y hoy, como ya poseen dos, no pueden registrar otro, subrayó Capote Rodrí­guez.
Hasta el 26 de octubre, la situación por territorios (atendiendo a las locaciones beneficiadas) se comportó de la siguiente manera: Artemisa 95 cilindros registrados, Maya­beque 41, Matanzas 25, Camagüey 26, La Ha­bana 70 y Santiago de Cuba 8. En total sumaban 265 depósitos aceptados, el mismo número de los que se presentaron a inspección. En las demás zonas implicadas no se había realizado ningún registro.

SANTIAGO SIN LAS EXPECTATIVAS ESPERADAS

No obstante constituir con medio millón de habitantes y cerca de 110 000 clientes de gas licuado en toda la zona urbana, poblados y comunidades del municipio, la segunda ciudad del país (después de La Habana) con mayor número de consumidores de ese combustible doméstico, muy po­cos santiagueros han registrado los cilindros en su poder.
Según el licenciado Yordanis Aguilera Ro­sales, director de la UEB Gas Licuado, en San­tiago de Cuba, la respuesta debe elevarse una vez que la población adquiera mayor información y dominio del proceso, pues tanto en las tres casas comerciales como en los 74 puntos de ventas se han recepcionado mu­chas dudas al respecto.
En tal sentido, el directivo citó a personas que erróneamente pensaban que al registrar las popularmente llamadas “balitas” recibirían 200 pesos, a diferencia del pago que ellas deben realizar por inscribirlas; o que tras cumplir el trámite recogerían al instante un cilindro lleno sin abonar nada más en el punto.
Además, refirió que a pesar de las declaraciones realizadas sobre la seriedad del proceso, no faltan quienes creen que podrán “re­solver” inescrupulosamente toda una vida, sin tener en cuenta que una vez vencido el plazo establecido se extremará aún más el control en previsión de ilegalidades.
“Baste significar, apuntó, que la prioridad está centrada en la eliminación de los cilindros deteriorados, ya que muchos desconocen que el fabricante garantiza una vida útil limitada, y vencido ese tiempo o a causa del maltrato y el uso indebido, pueden dar lugar a lamentables accidentes”.
Sin duda, junto a ello deben considerarse criterios como los de Mariela Suárez Carrión, quien al referir el interés de registrar los dos cilindros en su poder, señaló que el trámite debía flexibilizarse, pues acudir primero al punto y luego a la casa comercial a formalizar el contrato, representa la pérdida de medio día de trabajo.
En el punto No. 24, del reparto Vista Ale­gre, el ayudante Ernesto Sánchez Ar­güe­lles, comentó que por el número de personas que primeramente han acudido a indagar, los casos deben crecer en los próximos días.
Para él, resultó ilustrativa la opinión de Daneyis Rodríguez Delgado, al manifestar que registraba sus “balitas” porque, como nueva moradora de su actual vivienda, esta medida le facilitaba la adquisición del gas licuado sin necesidad de acudir a ilegalidades, o tener que correr el riesgo de ser timada por los revendedores.
(Tomado de Granma)

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