Otras Paginas WEB

viernes, 20 de noviembre de 2015

“EL PROCESO DE TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN CUBA Y EL FMI (II)”

Dr José Luis Rodríguez
Asesor del CIEM

Desde luego, la hipótesis de un reingreso de Cuba al FMI y también al Banco Mundial parte de que se levante el bloqueo norteamericano a nuestro país, ya que en las actuales condiciones sin esta premisa sería imposible que Cuba entrara a formar parte de las principales instituciones financieras internacionales que rigen el mundo capitalista actualmente, porque lo prohíben las propias leyes de Estados Unidos.

Dejando a un lado este asunto, cabría preguntarse ¿cuáles son las ventajas que obtendría Cuba de semejante decisión?

Para comprender lo que se argumenta por diversos autores en este sentido, es necesario comprender cómo se concibe el proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos y la llamada reinserción de Cuba en la economía internacional.

Al respecto no debe perderse de vista que la posición norteamericana refleja un cambio de método –el bloqueo ha fracasado en obtener sus objetivos- por lo que hay que proceder de otra forma en las relaciones con Cuba para lograr el mismo propósito que no es otro que un cambio de régimen en Cuba, es decir, una transición al capitalismo.

El Comunicado emitido por la Casa Blanca el 17 de diciembre de 2014 no deja dudas al respecto cuando plantea “Está claro que las décadas de aislamiento de Cuba por parte de Estados Unidos no han conseguido nuestro perdurable objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática.”[1]

Por otra parte, tanto Richard Feinberg como Pável Vidal y Scott Brown consideran explícita o implícitamente que el sistema socialista cubano ha fracasado y que las transformaciones que tienen lugar en estos momentos, como parte de la actualización del modelo económico socialista cubano, no son más que un paso favorable pero incompleto para lograr una economía eficiente, lo cual solo sería posible completando la transición hacia una economía de mercado que superara las limitaciones de la planificación.

De este modo, Richard Feinberg señala muy claramente “La principal restricción que retrasa a la economía cubana no son las sanciones impuestas por los Estados Unidos (aunque son realmente duras). En realidad, es el propio modelo económico desactualizado de planificación centralizada que Cuba heredó de la Unión Soviética. Los numerosos socios comerciales de Cuba quisieran invertir más en el país y preferirían importar más de la isla para corregir los desequilibrios de su balanza comercial bilateral, pero se frustran ante la escasez de ofertas económicas de Cuba.”[2]

Igualmente el ensayo elaborado en julio de 2015 por el Atlantic Council se basa en un enfoque similar a Feinberg, pero utilizando como base de comparación los casos de Albania y Vietnam en su proceso de entrada a las instituciones financieras internacionales, en tanto que plantea la necesidad de una transición hacia una economía “basada en mercados libres” de una forma más sutil: “La sustitución de una economía centralmente planificada por una economía basada en los mercados libres por lo general necesita un largo período de formación, educación y reestructuración de las instituciones públicas. El FMI y otras fuentes externas (lo que incluye al gobierno de Estados Unidos) pueden desempeñar un papel importante en la facilitación del proceso de aprendizaje.” [3]

Curiosamente, en ninguno de los dos casos se hace referencia a la condicionalidad que imponen las instituciones financieras internacionales para otorgar el financiamiento, lo que deja la impresión de que con el ingreso a las mismas todo serian ventajas al recibir la economía cubana un aval de mucha importancia para su reintegración más favorable a la economía internacional.

Sin embargo, la experiencia histórica reciente de la transición al capitalismo de los antiguos países socialistas europeos muestra el enorme costo social de los programas de ajuste de corte neoliberal impuestos a los que aceptaron las recetas del FMI que incluyeron la privatización masiva de la propiedad pública; la reducción de los gastos del presupuesto, especialmente los de orden social en aras del ajuste fiscal; el control de la inflación reduciendo la partida de salarios; y la liberalización de los precios y el control de cambios, entre las medidas de mayor trascendencia. 

Está a la vista la situación de Rusia, que durante los años del gobierno neoliberal de Boris Yeltsin (1992-1999) sufrió la reducción de la población en 8 millones de habitantes; redujo la esperanza de vida de 65,5 a 57,3 años; disminuyó el salario real en un 68,3% y las pensiones mínimas en un 67%; elevó la desigualdad medida a través del coeficiente de GINI de un valor de 0,27 a 0,48; triplicó la tasa de homicidios y llevó a la población rusa a un nivel de pobreza del 50,3% a finales de la década de los 90.[4]

La actualización del modelo económico socialista en Cuba se ha planteado el reconocimiento objetivo al mercado y a la propiedad no estatal como elementos que –bajo control estatal- pueden propiciar una economía más eficiente, acompañando las transformaciones esenciales de la propiedad pública en un proceso de tránsito hacia un socialismo próspero y sostenible.

Es un proceso difícil, complejo e incluso doloroso, porque impone costos en aras de un futuro mejor y está sujeta –como toda obra humana- a que se cometan errores. Pero una transición al capitalismo en Cuba supondría no solo reimplantar la explotación del hombre por el hombre como base de la reproducción del sistema, sino que estaría sujeta a la represalia de la mayor potencia capitalista del mundo, que no perdonará jamás la lección de resistencia y valor que ha protagonizado nuestra patria desde 1959 y que está en la base real y objetiva de los cambios que comenzaron a producirse el 17 de diciembre de 2014.

Es una lección que no tenemos derecho a olvidar.

Noviembre 20 2015.

[1] Ver Comunicado de la Casa Blanca sobre el Descongelamiento de las Relaciones entre Estados Unidos y Cuba el 17 de diciembre de 2014 en http://cnnespanol.cnn.com/2014/12/17/ 

[2] Ver de Richard Feinberg “Extender la mano: la nueva economía de Cuba y la respuesta internacional” Brookings Institution, November 2011 en www.brookings.edu. pagina 4. 

[3] Ver Ver de Pavel Vidal y Scott Brown “La reintegración económica de Cuba. Comenzar con las instituciones financieras internacionales” The Atlantic Council, July 2015 en www.cc-ic.it página 15 

[4] Ver de José Luis Rodríguez “El derrumbe del socialismo en Europa”, Ruth Casa Editorial y Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2014, capítulo III.

No hay comentarios:

Publicar un comentario