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domingo, 20 de diciembre de 2015

Proyecto católico forma emprendedores en Cuba


La iniciativa opera en el Centro Cultural Padre Félix Varela en La Habana y la Arquidiócesis de Camagüey.



En las auias del CCPFV las materias como marketing y gestión se imparten en un curso de 80 horas clase.
En las aulas del CCPFV las materias como marketing y gestión se imparten en un curso de 80 horas clase. Foto: Tomada de www.iglesiacubana.net

La Habana, 20 dic.- El proyecto Cuba Emprende (PCE), impulsado por la Iglesia Católica, comparte conocimientos con cientos de ciudadanos para impulsar la riesgosa apuesta de desarrollar negocios privados y gestionar el futuro con independencia del Estado.
La iniciativa nació en 2012, tras la implementación de reformas económicas por parte del gobierno del presidente Raúl Castro, entre ellas, mayor flexibilidad para el fomento de emprendimientos privados y microempresas.
El PCE opera en el Centro Cultural Padre Félix Varela en La Habana y la Arquidiócesis de Camagüey, a unos 534 kilómetros al este de la capital.
Su misión es ofrecer servicios de formación y asesoramiento a los empresarios cubanos que deseen iniciar o mejorar una pequeña empresa, en aras de contribuir al desarrollo de una cultura empresarial, el progreso social y mejorar la calidad de sus vidas, refiere la página oficial.
Durante 80 horas clase, empresarios actuales y aspirantes reciben materias relacionadas con las áreas de desarrollo humano, marketing y gestión, finanzas y contabilidad, así como ventas y servicio al cliente, mientras trabajan en completar sus planes de negocio.
Las y los graduados pueden obtener luego servicios de asesoramiento a través del Centro de Desarrollo de Negocios.
El PCE no ofrece ningún tipo de financiación o de inversión a los estudiantes o graduados.
“Cuando llegué a Cuba Emprende solo tenía un montón de ideas dispersas de lo que quería hacer, pasar el curso y las asesorías especializadas que brindan. Me ayudó a concretar mis ideas y desarrollar mi negocio de manera exitosa”, valoró uno de los egresados de los talleres en un video promocional en la red social YouTube.
El curso permite intercambiar conocimientos y experiencias con empresarios de diversos sectores y establecer nuevas relaciones comerciales.
Una encuesta de los organizadores del proyecto recabó que más de 75 por ciento de los negocios aumentaron sus ventas y generan mayores utilidades, luego de que sus dueños pasaron por PCE.
Las y los emprendedores lo atribuyen a haber encontrado en el curso nuevos conocimientos, actualización, relaciones y motivaciones.
“Cuando se dio la oportunidad de abrir negocios por cuenta propia en Cuba, nadie nos enseñó cómo hacerlo, y esto ha llevado a que muchos, apenas abren, estén destinados al fracaso”, señala Elena, dueña de un hostal para extranjeros.
“Cuba Emprende me enseñó cómo ser cuentapropista, o empresaria, y a prever muchas de las situaciones que llevan al fracaso. Esto es una escuela no solo para los negocios sino para la vida en general”, explicó.
Según Jorge Mandilego, director ejecutivo de PCE, quienes apostaron por convertirse en emprendedores “dejaron de lado todas las tendencias y experiencias en empresas estatales, y ahora se ven como dueños de su propio destino”.
Víctor, que lleva un negocio de trajes de baños tejidos para mujeres, comentó: “Aprendimos a distribuir mejor nuestras ganancias y no usar en asuntos personales el dinero que corresponde para el negocio”.
“Lo que Cuba Emprende está haciendo es proveer esperanza y confianza para un futuro mejor. Un futuro que puede estar más en las manos de los cubanos”, opina John McIntire, otro de los directivos de PCE.
Sobre todo después de la visita del Papa Juan Pablo II, en 1998, la Iglesia Católica en Cuba se ha convertido en una de las pocas instituciones independientes que de alguna manera pueden apoyar a sectores claves como la salud, educación y alimentación.
A diario miles de personas obtienen beneficios de proyectos sociales o educativos de las cerca de 700 parroquias del país, mediante programas de asistencia a grupos necesitados, talleres de artesanía, escuelas deportivas, jornadas de repaso escolar, servicios de biblioteca y clases de idiomas, entre otras. (2015)

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