Carmelo Mesa-Lago | Distinguished Service Professor Emeritus of Economics and Latin American Studies, Universidad de Pittsburgh.
(5) ¿Mejorarán los derechos humanos y políticos con la
normalización?
Una normalización de
relaciones diplomáticas y comerciales, incluso el levantamiento del embargo, no
garantizarían un cambio en los derechos humanos y políticos en Cuba. Esto no ha
ocurrido en China ni en Vietnam, donde el Partido Comunista sigue ejerciendo el
monopolio del poder, aunque en ambos países hay mayor acceso a Internet que en
Cuba.
Hay acontecimientos
recientes positivos en Cuba. El más importante es la ley de migración de 2012
que ha permitido a varios conocidos disidentes viajar al extranjero, criticar
al gobierno cubano y regresar a la Isla sin represalias. Raúl fijó un máximo de
dos mandatos en todos los puestos en el gobierno y el Partido; no sólo él sino
otros altos funcionarios octogenarios se retirarían en febrero de 2018 (en
menos de tres años) y una nueva generación más joven ha sido nombrada en
posiciones importantes, por ejemplo, Miguel Díaz-Canel (54 años), primer
vicepresidente del Consejo de Estado, Marino Murillo (56 años), encargado de la
implementación de las reformas y ministro de Economía y Planificación, y Bruno
Rodríguez (57 años), ministro de Relaciones Exteriores.19
La Iglesia Católica,
encabezada por el Cardenal Jaime Ortega, jugó un papel clave en 2010 cuando en
conversaciones con Raúl se logró la liberación de 75 presos políticos y se dio
protección temporal a las Damas de Blanco frente al acoso de agentes gubernamentales.
Ese año se celebró una “Semana Social Católica” en La Habana con la asistencia
de 150 delegados de toda la Isla, en que académicos cubanos y cubano-americanos
(entre ellos yo) intercambiaron con franqueza y evaluaron las políticas
económico-sociales del gobierno. Entre 2009 y 2014 el magazine Espacio
Laical, auspiciado por el Arzobispado de La Habana, fue pionero en la
discusión amplia de asuntos fundamentales con dossiers que incluyeron la
prensa y la reforma constitucional (nº 4, 2009, y nº 1, 2013); con la
“renuncia” de sus directores Roberto Veiga y Lenier González dicho magazine
ha pasado al olvido, pero los dos han fundado Cuba Posible, que continúa
la labor previa con entusiasmo.
El Centro de Estudios de
la Economía Cubana (CEEC) ha estado en la vanguardia evaluando la política
económica del gobierno y proponiendo reformas más avanzadas. En una entrevista
a cuatro de sus miembros, hecha a fines de 2014 por Trabajadores (periódico
oficial de la Central de Trabajadores), comentaron sus ideas y relaciones
con la prensa. Juan Triana planteó que los tiempos de la academia y de la
política son distintos: “Yo preferiría que el ritmo de algunas medidas fuese
más intenso y… muchas personas estarían más contentas si la dinámica del
proceso fuese más [rápida]”. Explicó que cambios propuestos por el CEEC, como
las cooperativas de servicios, tardaron nueve años en ser implementadas, así como
propuestas de 1995 todavía pendientes. Pérez Villanueva dijo que se les tildaba
de “hipercríticos” por sugerir ampliar la lista de actividades por cuenta
propia y permitir a los profesionales laborar en esa forma: “Lo peor que nos
pudiera ocurrir es que la inercia, la autocomplacencia y el triunfalismo se
apoderen del proceso de cambios”. Torres expresó que ha habido momentos tensos
con la prensa, “por desconocimiento o por efectismo, a veces se tergiversan
opiniones y conclusiones de los investigadores”, y agregó apoyado por Grizel
Donestévez: “La sociedad necesita de discusiones profundas en revistas,
periódicos y en otros medios masivos… La información debe ser clara, verídica,
sin manipulación ni justificativa”; concluyeron que “la academia [tiene que]
fomentar una cultura del debate” (“Discusiones…”, 2014).
Está evolucionando una
tímida apertura que permite críticas siempre que no sean consideradas por el
gobierno como subversivas. La revista Temas, dirigida por Rafael
Hernández y la más importante en ciencias sociales, ha publicado artículos con
evaluaciones críticas, así como dossiers y la digital Catalejo que
discuten temas cruciales con diversas opiniones. Además se han creado columnas
de opinión en los periódicos oficiales Juventud Rebelde (de la Juventud
Comunista de Cuba-UJC) y después en Granma, órgano oficial del Partido
(véase Martin, 2015). A esto se une una expansión de la sociedad civil y de los
medios digitales de comunicación, como el liderado por la conocida bloguera
Yoani Sánchez, directora de 14ymedio, y OnCuba, dirigido por Hugo
Cancio. Estas aperturas están severamente limitadas por el ya explicado escaso
acceso de la población a Internet.
En el campo cultural se
aprecia una mayor flexibilidad. Frente a la prisión y “confesión” del laureado
poeta Heberto Padilla en 1961, el notable novelista Leonardo Padura ha
publicado numerosas obras en que se denotan las dificultades que sufre el país
y el pueblo, una de ellas, La novela de mi vida –que muestra el
desencanto de una generación–, ha sido llevada al cine como Regreso a Ítaca
por un director francés, filmada en Cuba y recién estrenadaen La Habana con
ovación y llanto del público; su obra maestra El hombre que amaba a los
perros (historia novelada del asesino de León Trotsky) suscita en el lector
paralelos entre los regímenes soviéticos y cubano. Hay películas francamente
críticas, como Havana Suite, que presenta la dura vida de cuatro
habaneros, incluyendo un jubilado que subsiste vendiendo maní en las
calles, Juan de los Muertos, donde los ciudadanos como zombis deambulan
por la ciudad (presentada sólo una vez en Cuba, pero ampliamente vista en
memorias flash), y Conducta, en que una maestra ejemplar ya mayor es
obligada a renunciar a su puesto por una burócrata rígida. Muchos artistas
plásticos, bien conocidos en el exterior, hacen críticas obvias a los problemas
que afrontan los cubanos, incluyendo rezagos del racismo. Dos exposiciones de
arte afro-cubano (que critican problemas sociales), organizadas por el curador
Alejandro de la Fuente, comenzaron en Cuba y después viajaron a varias ciudades
de EEUU. En música popular el reggae se ha convertido en una vía para la
crítica; en un homenaje a los cinco espías (héroes) cubanos en 2014, ante una
audiencia masiva, el cantante Robertico Carcassés pidió elecciones libres y directas para la
presidencia de Cuba, por una semana se le prohibió actuar en escenarios
públicos pero después se le reivindicó.
El pasado marzo se
anunció una nueva ley electoral, que se discutirá en la Asamblea Nacional. Un
foro sobre dicha ley ha sido patrocinado por la UJC, en el cual se sometió una
petición que la votación sea directa para los puestos más altos. El sociólogo
cubano Aurelio Alonso (2015) ha hecho un análisis profundo del sistema político
y electoral cubano recomendando entre otras cosas que el presidente de la República
sea elegido por votación popular, directa, secreta y con pluralidad en las
candidaturas.20 En un foro de la
sociedad civil en línea auspiciado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)
se planteó la siguiente pregunta: “¿Cómo puede la CTC ser una organización no
gubernamental cuando su Secretario General es miembro del Consejo de Estado?”.
Intelectuales cubanos de izquierda han organizado el “Observatorio Crítico”,
que reclama un aumento de la participación ciudadana. Antes de las elecciones a
delegados de la asamblea municipal de La Habana el 19 de abril, Granma
publicó un artículo que calificaba el voto como “libre, igual, secreto,
directo, nominal y preferencial”, definía “igual” diciendo que todo voto tiene
el mismo valor, “sin tener en cuenta raza, creencias religiosas, color de la
piel, posición política” –esta última palabra no aparece en el artículo
42 de la Constitución– y el vocablo “preferente” se aclaró como “de entre
varios candidatos se vota por aquél que el elector prefiere que lo represente”
(Mendoza y Medina, 2015). Dos opositores, elegidos en reuniones públicas de
vecinos en marzo, aparecieron en las boletas para las elecciones a las que se
presentaron 27.379 candidatos; no se permite la publicidad salvo las biografías
que se colocan en lugares públicos y una comisión local de la Comisión Nacional
Electoral, encargada de preparar las biografías, tachó a los dos candidatos de
contrarrevolucionarios y a uno de ellos le desacreditó su record de servicio
militar y perdieron la elección (Frank, 2015a, 2015b). No obstante, hubo otro
candidato que fue elegido y dice ser de la oposición.
Un grupo afiliado primero
a Espacio Laical y ahora a Cuba Posible aboga por una “oposición
leal” que reconozca al gobierno como interlocutor (sin intención de derrocarlo)
y establezca un diálogo abierto en que discutan temas clave como elecciones con
partidos múltiples, derecho de reunión y asociación, desarrollo de la sociedad
civil y marcha hacia la democracia. Algunas tendencias de la izquierda
democrática dentro de Cuba apoyan la normalización con EEUU y llaman a la
unidad entre todas sus fuerzas para avanzar hacia un diálogo nacional, una
nueva Constitución y ley electoral, la ampliación de los derechos
fundamentales, la eliminación de todo tipo de discriminación, la generalización
de Internet y una verdadera sociedad democrática con un socialismo sostenible.
Ninguno de esos cambios hubiera sido previsible hace 10 años.21
También ha habido
discusiones publicadas en Espacio Laical sobre la necesidad de una nueva
Constitución que reemplace la de 1976 (enmendada sustancialmente sólo una vez),
que después de casi cuatro décadas no refleja los cambios económicos, sociales
e institucionales que han ocurrido. Debería promulgarse una Carta Magna
completamente nueva que no sólo incorpore la realidad actual pero también mire
al futuro (Amuchástegui, 2015).
Por otra parte, hay
evidencia que el gobierno cubano ha aumentado los arrestos de disidentes
pacíficos (aunque con detenciones breves) incluso después de anunciar la
normalización, así como ataques a los desfiles de las Damas de Blanco (Diario
de Cuba, 28/IV/2015). En la antesala de la Cumbre se celebró una reunión
oficial en pro de la sociedad civil; antes de la misma un pequeño grupo
de exiliados cubanos colocó una ofrenda floral en un busto de José Martí y
varios agentes que estaban en la Embajada de Cuba situada frente a dicho acto,
liderado por el coronel de la Inteligencia cubana Alexis Frutos Weeden,
atacaron violentamente a los exiliados incluyendo a mujeres, causándoles
lesiones, mientras que todo fue filmado y transmitido por canales de televisión
y reportado en la prensa extranjera (oficialmente se alega que el grupo provocó
el incidente porque pedía “libertad”). En el Foro Hemisférico de la Sociedad
Civil y los Actores Sociales celebrado antes de la Cumbre, los funcionarios
cubanos intentaron impedir la participación de los disidentes y, al no
lograrlo, se retiraron del acontecimiento (para detalles véase “Cuba Posible…”,
2015; Chaguaceda y Van de V., 2015, y para una posición diferente, Hernández,
2015).
¿Cómo se perciben en Cuba
los efectos de la normalización? La encuesta hecha a los cubanos residentes en
2015 informa que el 64% cree que cambiará el sistema económico pero el 54%
considera que continuará el mismo sistema político, el 53% no está satisfecho
con dicho sistema (la mayoría por la falta de libertades), el 62% opina que el
gobierno no permitirá otros partidos políticos, el 58% tiene una visión adversa
del Partido Comunista, el 52% cree que debería haber más partidos políticos y
el 52% manifiesta una opinión positiva de Raúl y el 50% de Fidel, frente al 80%
que percibe positivamente a Obama y al Papa Francisco (Bendixen y Amandi,
2015).
El Papa Francisco, que
jugó un papel crucial como mediador en el proceso de normalización y a quien
delegaciones de ambos países visitaron en octubre de 2014, viajará a Cuba en
septiembre. Este Pontífice tiene ventajas sobre los dos anteriores que
visitaron la Isla: habla perfecto español, al parecer conoce bien Cuba,22
es más joven y vigoroso e invitó a los dos dirigentes a “resolver cuestiones
humanitarias de interés común”. Puede impulsar el proceso de normalización y el
avance de los derechos humanos y políticos en Cuba.
(6) Los escollos que afronta el proceso
Aunque Fidel Castro
aceptó la normalización lo hizo con cautela ratificando su tradicional
desconfianza con EEUU, advirtiendo contra el peligro del imperialismo
norteamericano y que el embargo sigue vigente. En la III Cumbre de Estados
Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en San José de Costa Rica el pasado 28 de
enero, Raúl reclamó una serie de demandas antes de que los dos países
restablezcan plenamente las relaciones: eliminar incondicionalmente todas las
sanciones económicas (el embargo),23
sacar a Cuba de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo, permitir que
bancos extranjeros hagan negocios con Cuba sin sanciones de EEUU, devolver la
Base de Guantánamo, compensar los daños (oficialmente estimados en 160.000
millones de euros) causados por el embargo, y cerrar las transmisiones de Radio
y TV Martí.24 Agregó, “no negociaremos
asuntos internos soberanos” y afirmó que EEUU “no deberían proponer relaciones
con la sociedad cubana como si en Cuba no hubiera un gobierno soberano”.
Concluyó “Si estos problemas no se resuelven, el acercamiento diplomático entre
Cuba y EEUU no tendría sentido” (Castro, 2015a). La negociadora cubana Josefina
Vidal agregó otras demandas tales como que Cuba no cambiará su sistema político
y derogar la Ley de Ajuste Cubano que desde 1966 otorga refugio a cubanos
emigrados que tocan tierra firme estadounidense.25
Muchas de estas demandas son negociables, pero ¿por qué hacerlas públicas y
darle municiones a los partidarios de mantener el embargo? Por ejemplo, el 86%
de los cubano-americanos apoyan la Ley de Ajuste (y el 92% de los que han arribado
recientemente), así como el 80% de los votantes registrados (FIU-CRI, 2014).
También, algunos cubano-americanos demandan que se procuren acuerdos firmes,
por ejemplo, para evitar que Cuba arriende la Base de Guantánamo a Rusia o
China. Se dice que no es legalmente posible la entrega de la Base de Guantánamo
sin que haya un gobierno elegido democráticamente en Cuba.
El 27 de febrero pasado,
después de finalizar la segunda ronda de conversaciones, Vidal planteó que
sacar a Cuba de la lista de Estados terroristas (los otros en la lista son
Irán, Siria y Sudán) y permitir a bancos que operen eran temas importantes a
ser discutidos para que los dos países pudiesen avanzar en el restablecimiento
de las relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas. Luego agregó que la
delegación de Cuba no había ligado a los dos temas: “No condiciones pero
creemos que son importantes para resolver en el proceso hacia el
restablecimiento de relaciones diplomáticas” (citado por Whitefield, 2015a). En
marzo, el gobierno estadounidense retiró a 28 compañías cubanas, 11 buques y
seis personas de la lista de países terroristas (El Nuevo Herald,
24/III/2015). Después de analizar el informe del Departamento
de Estado que constató que Cuba no se ha implicado en el apoyo, asistencia o
complicidad de actos terroristas internacionales en los últimos seis meses, y
que se compromete a no realizar dichos actos en el futuro, el 14 de abril Obama
notificó al Congreso de su intención de sacar a la Isla de la lista de países
patrocinadores del terrorismo. El Congreso cuenta con 45 días (que vencen a
fines de mayo) para su aprobación o rechazo; Obama tiene el derecho al veto si
hay un rechazo. Sorprendentemente, la congresista cubanoamericana Ileana
Ros-Lehtinen anunció el 23 de abril que el Partido Republicano no hará una
resolución conjunta para repeler la petición de Obama porque de tres estatutos
legales que regulan el proceso hay dos que lo impiden, a más de que excluir a
Cuba de la lista no implica suspender sanciones importantes que están en la Ley
Helms-Burton. En su lugar, los congresistas planean una ley amplia para
asegurarse que EEUU será protegido de cualquier acción cubana y para atar
nuevos movimientos del Ejecutivo a la defensa de los derechos humanos y civiles
en Cuba (Miami Herald, 24/IV/2015). A fines de abril no había un solo
banco que ofreciera hacer negocios con Cuba porque se está esperando a que se
cumplan los 45 días para que Cuba salga de la lista de países terroristas, dado
el alto riesgo que supondría. Entonces, quizá un banco abra transacciones con
la Sección de Intereses de Cuba en Washington y el Consulado en Nueva York.
EEUU reclama la deportación
de 70 terroristas, entre ellos guerrilleros de la FARC, vascos de ETA (varios
de ellos deportados a España) y fugitivos de la justicia norteamericana
reclamados por décadas, incluyendo: Joanne Chesimard, acusada del asesinato de
un agente del orden, que está entre los 30 terroristas más buscados por el FBI;
William Morales, un independentista de Puerto Rico convicto de colocar una
bomba que mató a cuatro personas; y los responsables del derribo por la fuerzas
armadas cubanas de dos avionetas en aguas internaciones. Cuba contraataca
diciendo que EEUU ha dado asilo a Luis Posada Carriles, acusado de colocar una
bomba que explotó en una nave de Cubana de Aviación y mató a todos sus
ocupantes (Infolatam, 14/IV/2015; Johnson, 2015; Whitefield, 2015b).26
Una evidencia positiva en
la actitud de Cuba es su mediación entre el gobierno y la guerrilla en Colombia
para firmar acuerdos de paz.
Por otra parte, Obama
tendrá que enfrentarse a la oposición del Congreso al nombramiento del futuro
embajador en Cuba, el primero desde 1960 cuando se retiró a Philip Bonsal.
Aunque el Ejecutivo tiene el derecho constitucional de nombrar al embajador, un
portavoz del candidato presidencial Marco Rubio anunció que este hará todo lo
posible para bloquear dicho nombramiento si antes no hay cambios en la
democracia y los derechos humanos en Cuba. Se dice que el actual jefe de la
Sección de Intereses en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, está en el tope de una
pequeña lista de candidatos; es un diplomático de carrera que ha ocupado otros puestos importantes
y cultivado una reputación apolítica. Si hubiese una prolongada discusión en el
Congreso, DeLaurentis podría continuar en su puesto como encargado temporal de
negocios (Hudson, 2015). Las regulaciones sobre viajes a Cuba se enfrentan a
una enmienda introducida en el congreso por el cubano-americano Mario
Díaz-Balart, que bloquearía los vuelos y parada de cruceros.
El problema más peliagudo
ha sido el conflicto entre EEUU y Venezuela. El 9 de marzo Obama proclamó una
“emergencia nacional” debido a “una amenaza inusual y extraordinaria a nuestros
intereses nacionales y extranjeros” y que por ello se prohibiría la entrada a
EEUU de siete altos funcionarios venezolanos ligados a la corrupción y la
violación de derechos humanos. Esa redacción se debió a un requisito legal que
obliga a que los países sancionados sean declarados amenaza nacional, algo que
fue explicado por la Casa Blanca. En todo caso sirvió en fuente de plata una
excusa al presidente Nicolás Maduro para declarar una “amenaza a Venezuela” y
que la Asamblea Nacional le otorgara poder para gobernar por Decreto debido a
la “guerra” (el ministro de Defensa venezolano advirtió que podría haber una
invasión de EEUU), además de distraer la atención pública de los graves
problemas económicos que sufre el país. ALBA pidió que cesase de inmediato el
hostigamiento y agresión a Venezuela (Infolatam, 18/III/2015). El
canciller cubano Bruno Rodríguez visitó a Maduro el 14 de marzo y declaró que
EEUU no puede tener una política de zanahoria con Cuba y otra de garrote con
Venezuela (Leiva, 2015). Una razón de la decisión de Obama fue que en febrero
Maduro recortó el personal diplomático estadounidense en un 80% y prohibió la
entrada en el país a siete congresistas y dirigentes aduciendo que tramaban un
golpe de Estado, lo cual provocó una fuerte presión del Congreso para que
hubiese una reacción. Otra causa fue que representantes de UNASUR fueron a
Caracas en una gestión de promoción del diálogo con la oposición y
supuestamente para interceder por Antonio Ledezma, alcalde electo del distrito
metropolitano y encarcelado por Maduro, pero se fueron con las manos vacías
(Corrales, 2015).27 Jacobson explicó que la
medida no afectaba al pueblo venezolano y ni siquiera a su gobierno
(“Jacobson…”, 2015).28 EEUU sigue comprando
petróleo venezolano y siendo su principal socio comercial, algo más vital que
prohibir la entrada a siete funcionarios. Pero el momento de tomar la medida
fue inadecuado pues podría haberse esperado hasta después de la Cumbre
(Corrales, 2015; Susan Kaufman Purcell citada por Whitefield y Gámez, 2015).
Fidel envió una carta a
Maduro felicitándolo por su “brillante y valiente discurso frente a los
brutales planes del gobierno de los EEUU”. Una declaración del gobierno de Cuba
criticó como “arbitraria y agresiva” la orden de Obama, “una represalia por las
medidas [de Maduro] adoptadas en defensa de la soberanía nacional frente a los
actos injerencistas de autoridades gubernamentales y del Congreso
estadounidense”, ofreció su apoyo incondicional a Venezuela y solicitó la
solidaridad de los gobiernos latinoamericanos (Granma, 10/III/2015). Por
su parte, Raúl apoyó a Maduro en la Cumbre del ALBA en Caracas, donde
manifestó: “El imperialismo estadounidense ha ensayado sin éxito prácticamente
todas las fórmulas de desestabilización y subversión contra la revolución
bolivariana… Los EEUU deberían entender de una vez que es imposible seducir o
comprar a Cuba ni intimidar a Venezuela. Nuestra unidad es indestructible…
Rechazaremos con determinación toda tentativa de aislar y amenazar a Venezuela”
(Castro, 2015b). Una semana antes de la Cumbre, Fidel reapareció en público con
un grupo de venezolanos a los que exhortó a recoger firmas contra el decreto de
Obama (Malamud, 2015b). UNASUR, ALBA y CELAC demandaron que Obama se disculpase
y abriera un diálogo con Venezuela, advirtieron que de lo contrario mantendrían
esa posición en la Cumbre. En una reunión de ALBA, Maduro pidió un frente común
contra Obama en la Cumbre (Miami Herald, 16/III/2015). Una carta que se
alega fue firmada por 10 millones de habitantes pidió a Obama que rescindiese
el decreto.29 El portavoz de la Casa
Blanca Jen Psaki aseguró que el conflicto con Venezuela no afectaría el proceso
de normalización, pero el escenario de la reconciliación de EEUU y Cuba en la
Cumbre pareció desviarse hacia una confrontación de Venezuela y otros regímenes
de izquierda con Obama.30
(7) Los resultados de la Cumbre de las Américas
El conflicto que se
esperaba en la Cumbre, por las denuncias de Venezuela y su apoyo por varios
países incluyendo a Cuba, terminó como una tormenta en un vaso de agua; el
acontecimiento estuvo dominado por la normalización, las fotos de ambos
presidentes estrechándose las manos y la larga conversación privada que
sostuvieron. Pero tras bambalinas hubo una cuidadosa preparación para evitar
descarrilar el proceso y que Maduro robara el show. La Casa Blanca
anunció que el Departamento de Estado ya había entregado su informe sobre Cuba
en la lista de terroristas y que esperaba una pronta decisión del presidente.
Antes de su arribo a la Cumbre, Obama rectificó su declaración inicial forzada
por la ley: “No creemos que Venezuela sea una amenaza a los EEUU y que los EEUU
sea una amenaza al gobierno de Venezuela”.31
Desde Jamaica, Obama conversó por teléfono con Raúl. El consejero del
Departamento de Estado, Thomas Shannon, se entrevistó en Caracas con Maduro y
la canciller venezolana en un intento de evitar un conflicto en Panamá. El
secretario de Estado norteamericano John Kerry habló por tres horas con su homólogo cubano
Bruno Rodríguez en Panamá antes del inicio del evento y ambos declararon que la
discusión había sido respetuosa y constructiva. Ya en la Cumbre, Obama conversó
con la presidenta Dilma Rousseff y logró una reconciliación con ella (después
del conflicto por la intercepción cibernética por EEUU en Brasil); semanas
antes se había reunido con presidentes y jefes de Estado caribeños para
discutir una nueva colaboración y el suministro de petróleo para compensar su
recorte por Venezuela. Es probable que haya habido otras discusiones con jefes
de Estado de la región, como Colombia, México y Panamá (el anfitrión), para
disminuir la tensión y que aquellos jugasen un papel conciliador.
Además, en la Cumbre, 24
ex presidentes de América Latina y dos ex jefes de gobierno de España (Felipe
González y José María Aznar) firmaron la Declaración de Panamá pidiendo a
Venezuela que libere a los presos políticos, celebre elecciones libres,
garantice la separación de los tres poderes y permita la libertad de prensa, y
también exhortaron a los presidentes en funciones a que discutan estas
violaciones. Por último, 28 organizaciones en pro de los derechos humanos
advirtieron que el régimen de Maduro está reprimiendo y cerrando organismos de
la sociedad civil y pidió a los presidentes en la Cumbre que demanden que las
entidades defensoras de los derechos humanos puedan realizar su labor sin
represalias (Miami Herald, 10/IV/2015). Estas acciones hicieron más
difícil que Venezuela se impusiera en la Cumbre y desplazara a segundo plano la
normalización.
Un conocido periodista
había recomendado a Obama que asumiera una posición dura en la Cumbre
(Oppenheimer, 2015b) pero aquel practicó su usual actitud conciliatoria, sorteó
con éxito todos los obstáculos y desinfló la bravata de Maduro. En su discurso,
Obama dijo que EEUU no estará encarcelada por el pasado sino que mirará al
futuro: “No estoy interesado en batallas que comenzaron antes de que yo
naciera… la Guerra Fría terminó hace mucho tiempo… el cambio de política será
importante para la región… Con frecuencia cuando nos metemos en vías que van
más allá de la persuasión, resulta contraproducente, lo opuesto a lo queremos…
es por eso que los países tratan de usarnos como una excusa para [justificar]
sus propios errores… así que saquemos esa excusa” (citado por Hirschfeld y
Archibold, 2015).
El discurso de Raúl en la
Cumbre duró 49 minutos, más tiempo que ningún otro, porque pidió que sus ocho
minutos se multiplicaran por las seis cumbres anteriores en las que no pudo
participar. Opuesto a la visión de los canales mediáticos internacionales de
que su discurso se centrara en la normalización y Obama, el 89% del mismo lo
dedicó a la historia de las relaciones de Cuba con EEUU y sus intervenciones en
–y ocupaciones de– Cuba, a más de sus agresiones en América Latina y el Caribe,
así como en criticar el pasado de la OEA, en apoyar a Venezuela en su conflicto
con Obama y reclamar que sea derogado su decreto sobre los siete funcionarios
venezolanos (“aunque es difícil por la ley”), en alentar la reclamación de
Argentina para recuperar las Islas Malvinas a más del empeño de Puerto Rico para alcanzar su
independencia, y en criticar “la ofensiva contra diversos gobiernos de
izquierda de la región [que] pretenden revertir los avances hechos” mencionando
específicamente a Brasil. Además, recalcó que continúa con intensidad el
“bloqueo económico, comercial y financiero” estadounidense contra Cuba, el cual
es anualmente criticado en las Naciones Unidas sólo con el voto contrario de
EEUU e Israel, y citando a Fidel afirmó que “Nada de lo que existe hoy en el
orden económico y político sirve a los intereses de la humanidad. No puede
sostenerse. Hay que cambiarlo”. También fustigó a Internet: “No puede aceptarse
que menos de una decena de emporios, principalmente norteamericanos –cuatro o
cinco de siete u ocho–, determinen lo que se lee, ve o escucha en el planeta” y
pidió que Internet tenga una regulación internacional “en especial en la
generación de contenidos”. Finalmente, pidió que se respete la Proclama de la
América Latina y el Caribe, firmada por todos los jefes de Estado, sobre “el
derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico,
social y cultural” así como cumplir la “obligación de no intervenir directa o
indirectamente en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los
principios de soberanía internacional, igualdad de derechos y libre determinación
de los pueblos”. Esta parte del discurso obviamente iba dirigida a sus fuertes
aliados en América Latina para tranquilizarles de que, a pesar del acercamiento
con Washington, Cuba no abandonaría su política exterior. Por otra parte,
evadió los principios de la Carta de la OEA como la democracia con elecciones
libres (el “97,5% de la población ha votado por el socialismo” dijo) y el
respeto a los derechos humanos (Castro, 2015c).
Un 11% del discurso de
Raúl, de mayor importancia en el momento actual y que ocupó todo el espacio en
los reportajes de la prensa internacional, se refirió de manera muy positiva al
proceso de normalización: “Después de decir tantas cosas duras de un sistema,
es justo que le pida disculpas… porque el presidente Obama no tiene ninguna
responsabilidad con nada de esto… hemos tenido diez presidentes antes que él,
todos tienen deuda con nosotros, menos el presidente Obama [que] es un hombre
honesto… Estas palabras las tuve escritas y las quité; las volví a poner y las
volví a quitar y, al final, las dije, y estoy satisfecho”.32
El presidente Obama, dijo Raúl, “nació bajo la política del bloqueo a Cuba,
nuestro reconocimiento por su valiente decisión de involucrarse en un debate
con el Congreso de su país para ponerle fin… aprecio como un paso positivo la
reciente declaración del presidente Obama de que decidirá rápidamente [sacar a]
Cuba de la] lista de países patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió
estar…”. Después planteó que Cuba era la que había sido objeto del terrorismo
de EEUU, “fuimos nosotros los que poníamos los muertos… Sí, hemos hecho algunos
actos de solidaridad con otros pueblos que pueden considerarse terroristas;
cuando estábamos acorralados, arrinconados y hostigados hasta el infinito, sólo
había una alternativa: rendirse o luchar” (Castro, 2015c).
Tras los discursos de
Obama y Raúl ambos se reunieron en privado por una hora. Obama dijo que esta
era una reunión histórica y que es importante el contacto entre los gobiernos y
sus pueblos; agregó que ambos pueblos han respaldado los cambios y que a medida
que evolucione el intercambio habrá más contacto directo y mayor conexión entre
los dos pueblos. “Una de nuestras tareas inmediatas es abrir nuestra embajada
en La Habana y la de Cuba en Washington DC de forma que nuestros diplomáticos
puedan interactuar en forma regular”. Concluyó advirtiendo que “obviamente,
seguirá habiendo diferencias profundas y significativas, continuaremos intentando
levantar las preocupaciones sobre democracia y derechos humanos” (“Text of
Obama…”, 2015). Por su parte, Raúl expresó que “estamos dispuestos a discutir
de todo, incluso derechos humanos y libertad de prensa… en Cuba y en Estados
Unidos [siempre que se haga] con mutuo respeto, puede ser que nos convenzamos
de algunas cosas, pero de otras no…Podemos hablar de todo con paciencia, mucha
paciencia, aunque en estos tiempos la vida avanza tan rápido”.33
Coincidiendo con su homólogo advirtió: “No hay que hacerse ilusiones, tenemos
muchas diferencias y una historia compleja, pero estamos dispuestos a avanzar
en las reuniones para establecer relaciones diplomáticas” (citado textualmente
de Granma, “Se reúnen…”, 2015).
El diálogo respetuoso y
positivo entre los dos presidentes contrasta con la falta de diálogo interno
con ciudadanos de diversos criterios, así como con la actitud de la delegación
cubana al foro de la sociedad civil, donde pretendieron que no entrasen los
disidentes y, al no lograrlo, se retiraron sin dialogar. Los presidentes y los
cancilleres de ambos países pueden hablar y aceptar sus diferencias pero no los
cubanos de a pie con posiciones diversas. El diálogo entre los dos dirigentes y
de pueblo a pueblo debería también incluir un diálogo entre el pueblo cubano.
El gran perdedor en la
Cumbre fue Maduro. Se recordará que para justificar legalmente la sanción a
siete funcionarios venezolanos por violación de derechos humanos y corrupción,
en su decreto Obama alegó que Venezuela constituía una amenaza para los
intereses nacionales y externos de EEUU. Después de recibir al consejero de
Obama, Shannon, en Caracas el líder bolivariano elevó su retórica: “¿Por qué el
presidente Obama firmó ese decreto? Si no responde por qué lo hizo, será
imposible abrir una era para el respeto y la diplomacia de paz”. Agregó que
dicho decreto “es el error más grande [que Obama] ha cometido en política
internacional en los seis años” que ha sido presidente. “¿Por qué firmó el
decreto y ahora sale hoy a decir que lo que firmó no es?”. Cambiando de tono
aseguró que estaba listo para comenzar una nueva era de relaciones con el
gobierno estadounidense (suspendidas desde 2010) basadas en “el respeto y el no
intervencionismo” (“Venezuela Maduro…”, 2015). Pero el próximo día, a su
llegada a Panamá, intentó introducir en un documento de la Cumbre, ya
consensuado, un párrafo de condena a las medidas tomadas por Obama contra los
siete funcionarios venezolanos. Varias
delegaciones rechazaron la enmienda, incluyendo EEUU y Canadá, de forma que
Maduro rompió el consenso necesario para que la Cumbre adoptase un documento
conjunto sobre políticas de desarrollo en la región. Esto no sentó bien a
muchos de los otros 33 países presentes en el acontecimiento (“Maduro es…”,
2015). En su discurso en la Cumbre, Maduro endureció su disposición a dialogar
estableciendo dos condiciones: EEUU debe reconocer la “soberanía e
independencia de Venezuela” lo cual implica “derogar el desproporcionado e
irracional” decreto y desmontar la “maquinaria de guerra sicológica, económica,
política y militar” que EEUU dirige desde su embajada en Caracas. “Respeto al
presidente Obama pero no confío… Estoy dispuesto a hablar con él, le he enviado
mensaje en público y privado. Si quiere conversamos. Si no quiere, ese será su
legado: el decreto, el silencio y el desprecio” (Ayuso, 2015; “Maduro
consigue…”, 2015). Después de esto los dos presidentes coincidieron en un
pasillo y conversaron informalmente por unos 10 minutos; según un portavoz de
la Casa Blanca, Obama ratificó su mensaje que “los EEUU no tienen interés en
amenazar a Venezuela sino en apoyar la democracia, la estabilidad y prosperidad
en Venezuela y la región”; no se divulgó lo que dijo Maduro pero este después
informó que no entregaría a Obama la carta que se alega firmaron más de 10
millones de venezolanos (más de la mitad de la población adulta) sino que sería
enviada por los canales diplomáticos (“Maduro ofrece…”, 2015; Wyss y
Whitefield, 2015b).34
En la anterior VI Cumbre
de la Américas celebrada en Cartagena en 2012, Obama se enfrentó a la crítica
de América Latina y el Caribe por la exclusión de Cuba y otros problemas. La
VII Cumbre de Panamá fue un éxito, aunque no hubo documento final por la actitud
divisiva de Maduro. La reconciliación de Cuba y EEUU ocupó el lugar central que
se merecía, Maduro quedó marginado pero también charló con Obama, este tuvo una
actitud conciliadora, restableció la confianza con la presidenta de Brasil y
abrió una nueva etapa histórica en el hemisferio. Varios presidentes de la
región alabaron al presidente estadounidense. Raúl apoyó en su discurso la
reclamación de Venezuela, pero con la cautela de que legalmente sería difícil
de derogar el decreto, su reunión con Obama fue positiva y ambas partes
reconocieron la importancia del diálogo; Raúl no supeditó la normalización a la
reclamación de Maduro. Es de esperar que la próxima Cumbre se concentre en los
asuntos que son fundamentales para la región. Por otra parte, ALBA y Mercosur
se han debilitado por las crisis económicas y políticas de Argentina, Brasil y
Venezuela, y sus dirigentes se enfrentan a sus menores tasas de popularidad en
las encuestas. Obama sagazmente ofreció ayuda a los países caribeños alarmados
por los recortes de petróleo venezolano a Petrocaribe. En una entrevista con
CNN, la presidenta de Brasil cambió su posición y dijo que los países que
participaban en la Cumbre tenían interés en que Venezuela liberara a los presos políticos,
mientras que el presidente de Uruguay Tabaré Vázquez participó con Obama en el
foro de la sociedad civil en el que estaban disidentes cubanos, y el presidente
de Colombia Juan M. Santos afirmó que sus relaciones con EEUU eran mejores que
nunca. Con la caída en los precios de las materias primas, la desaceleración
económica de China y la crisis en Rusia, EEUU –con una economía en ascenso–
tiene la oportunidad de restablecer la influencia que había decaído en los
últimos años, pero sin recurrir a la política del garrote (Oppenheimer, 2015c;
Wyss y Whitefield, 2015a).
(8) Posibles explicaciones a un enigma
Todo lo analizado en las
secciones anteriores induce a hacer una pregunta crucial: ¿por qué Cuba, que
atraviesa una situación económica difícil por la falta de resultados económicos
de las reformas, unida a los recortes en el comercio, el suministro de
petróleo, la compra de servicios profesionales y la inversión de Venezuela, ha
hecho reclamaciones públicas que dan munición a los defensores del embargo y
restan poder a Obama? Si el proceso de normalización fracasa, Cuba no tendría
una alternativa viable. A continuación resumo explicaciones alternativas a este
enigma, dadas de manera especulativa por diversas visiones y seguidas de mi
contraargumento:
(1) La visión oficial cubana
es que no hay disyuntiva, puesto que la nación siempre ha defendido su
soberanía y el derecho a tener el sistema político que desee, sin interferencia
exterior. El hecho de que haya entrado en negociaciones con EEUU en manera
alguna implica que va a cambiar su política exterior o abandonar a sus aliados
políticos (como ratificó Raúl en su discurso en la Cumbre), pues esto sería una
concesión a los norteamericanos a cambio de relaciones comerciales e inversión.
Además, Venezuela, a pesar de su crisis y los recortes en el comercio y ayuda a
Cuba, sigue siendo su principal socio comercial, suministrador de petróleo y
comprador de servicios profesionales. Por último, Cuba considera una
intromisión en sus asuntos internos, la presión yankee para que mejoren
los derechos humanos y políticos, la cual ve como intento de cambio de régimen:
“si a los EEUU se les da un dedo pronto tomarán la mano y después el brazo”
(Hakin, 2015). Sin embargo, Cuba tiene que armonizar dos objetivos: el restablecimiento
de relaciones con Washington y sus lazos con los países aliados de la Región.
Además, una negociación no puede tener éxito si ambas partes no ceden un poco,
y la actitud rígida de un interlocutor puede descarrilar el proceso. Cuba
podría tomar una posición más moderada sin traicionar a sus aliados e incluso
jugar el papel de intermediario con Venezuela para resolver diferencias con
EEUU, justo lo que hace en Colombia entre el gobierno y las guerrillas, lo cual
aumentaría su prestigio en la región y facilitaría el avance en la
normalización.
(2) El argumento de los
congresistas cubanoamericanos, así como de otros republicanos, es que hasta ahora
Cuba sólo ha liberado al preso Alan Gross y a un espía cuya identidad se
desconoce, mientras que Obama entregó a tres espías cubanos convictos por la
justicia, promulgó las regulaciones que expanden las relaciones entre los dos
países, pidió sacar a Cuba de la lista de países terroristas (y los
republicanos no se opondrán), procura intercambiar embajadas (a lo cual tiene
un derecho constitucional) y solicitó al Congreso terminar con el embargo: “ha
dado todo a cambio de nada”. Animado por estas indulgencias, Raúl se siente
vencedor y aumenta sus demandas esperando que sean otorgadas. Este razonamiento
no pudo usarse para bloquear la eliminación de Cuba de la lista de países
terroristas, pero se hará en contra del levantamiento del embargo. Sin embargo,
omite que Cuba liberó a 53 presos políticos, una concesión importante
comprobada por disidentes cubanos, y que Obama ha puesto énfasis en los
derechos
humanos, políticos y civiles como hizo en la Cumbre de Panamá al reunirse con
disidentes cubanos en el evento sobre la sociedad civil.35
(3) La respuesta al enigma no
es que los dirigentes cubanos desconocen la política norteamericana, pues
tienen 55 años de experiencia que les ha valido para sobrevivir a 10 sucesivos
presidentes de EEUU, además por décadas han desarrollado un equipo profesional
para el estudio y seguimiento de la política del vecino del norte y, por
último, saben lo que ha ocurrido cuando se ha torpedeado un proceso de
negociación. Por lo contrario, Raúl y su equipo pueden haber llegado a la
conclusión de que el proceso de normalización será muy largo y es difícil que
se levante el embargo; peor aún, un intercambio de embajadas y la nueva
política de Obama de “pueblo a pueblo” (reforzar la disidencia, impulsar la
emergente economía privada y ampliar el acceso a la información) no le
reportaría beneficios sino dolores de cabeza, así que ralentiza el proceso y se
refuerzan las reclamaciones. El contraargumento es que la actitud de Raúl resta
poder a la eliminación del embargo en el Congreso por una coalición de
congresistas demócratas, representantes de estados que desean vender a Cuba, el
apoyo de republicanos conservadores (los senadores John McCain, Jeff Blake y
Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y el
candidato libertario a la Presidencia Rand Paul), y el fuerte cabildeo de
empresas que quieren vender e invertir en Cuba. La campaña presidencial
estadounidense en 2016 añade el riesgo de que la normalización “pueda ser
perjudicada por los estrategas de las campañas electorales” y que “los críticos
de la normalización… reciban mayor atención mediática” (Meg Craham, “El 17D…”,
2015). El próximo inquilino de la Casa Blanca sería o bien Hilary Clinton,
quien parece tener una posición más dura que
Obama, o un Republicano conservador e incluso miembro del Tea Party, que
asumiría una política mucho más beligerante contra Cuba, lo cual desvanecería
la oportunidad de que Raúl logre el restablecimiento de relaciones
especialmente económicas.36
(4) Algunos expertos opinan
que Raúl no contaba con una decisión tan rápida de Obama, no está preparado
para recibir millones de turistas norteamericanos y le preocupa que este flujo
y la estrategia de “pueblo a pueblo” puedan desestabilizar el régimen. Dice el
diplomático cubano Carlos Alzugaray: “Si difícil es alistarse para la guerra,
mucho más lo es para una súbita declaración de paz”, la cual requiere una
adaptación gradual que convendría al interés nacional (“El 17D…”, 2015). El New
York Times (8/IV/2015), que lanzó una campaña en pro de la normalización,
argumenta que la cautela de Raúl responde a su preocupación de que la apertura
empodere a la sociedad cubana y disminuya su poder. A esto se uniría la presión
del sector duro u ortodoxo que no desea la normalización o quiere que esta sea
totalmente controlada (Rojas, 2015). Esta actitud daría más tiempo para
encarrilar el proceso de manera segura. Pero una demora de dos años podría dar
lugar al escenario explicado en el párrafo anterior. Rafael Hernández nota que
Obama y Raúl no cuentan con el tiempo, los recursos políticos e intereses
estratégicos y económicos que permitieron forjar una política de normalización
con China y Vietnam (“El 17D…”, 2015).
(5) También se especula que
Cuba realmente no quiere el restablecimiento de relaciones porque perdería un
instrumento de movilización, de excusa para justificar sus errores económicos y
mantener un régimen autoritario. Esta hipótesis se asienta en un sostenido
patrón bajo el gobierno de Fidel, donde hubo tres ocasiones en que presidentes
norteamericanos iniciaron una negociación para resolver el diferendo o
intentaron evitar una acción
contraria
a los intereses de Cuba y él tomó acciones que torpedearon el proceso.37
El presidente Gerard Ford inició conversaciones secretas poco después de asumir
el poder y las fuerzas armadas cubanas intervinieron a favor de Angola, lo cual
puso al presidente en una posición insostenible y terminó las conversaciones.
Con el presidente Jimmy Carter se avanzó mucho más, puesto que se
restablecieron “secciones de intereses” en Washington y La Habana, a la par que
avanzaban las negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas completas
así como comerciales. Cuba intervino en la guerra entre dos naciones entonces
socialistas, Somalia y Etiopía, a favor de la
segunda, cuyo gobierno estaba respaldado por la URSS, permitiendo al ejército
etíope atacar con dureza a las guerrillas eritreas
a las que Cuba había dado ayuda. Esto liquidó el acercamiento y Fidel lanzó el
éxodo masivo de Mariel, con cientos de pequeñas embarcaciones, que creó graves
problemas a Carter. El presidente Bill Clinton tenía votos suficientes en el
Congreso para vetar el proyecto de ley Helms-Burton que reforzaba el embargo y
advirtió que lo ejercería, pero entonces el ejército cubano derribó dos
pequeñas avionetas de los Hermanos al Rescate, que no estaban armadas y se
dedicaban a detectar balsas de emigrantes cubanos en el mar y lanzar volantes
en Cuba; las naves se hallaban en aguas internacionales como confirmó una corte
internacional. Debido a este incidente, Clinton perdió la mayoría necesaria
para ejercer el veto y tuvo que firmar la ley (Mesa-Lago, 2003; LeoGrande y
Kornbluh, 2014). Algo similar ocurrió con la UE, cuando la llamada “Posición
Común” organizada por el entonces presidente del gobierno español, José María
Aznar, comenzó a resquebrajarse porque había paralizado la diplomacia europea
en Cuba. En 2003 un representante de la UE se entrevistó con los dirigentes
cubanos y abrió una oficina en La Habana para iniciar negociaciones, incluyendo
el otorgamiento de ayuda económica a Cuba bajo el acuerdo de Cotonú. Una semana
después ocurrió la “Primavera Negra” en que 75 disidentes pacíficos fueron
encarcelados, lo cual puso fin a la apertura europea.
Hay una diferencia
notable entre Fidel y Raúl, que ha demostrado ser un pragmático, ofreció
múltiples veces negociar y se entrevistó con Obama y, a pesar de todas sus
críticas, tuvo frases muy positivas sobre él en la reunión privada en la
Cumbre. Es difícil creer que está siguiendo el patrón de su hermano porque esto
acarrea el grave peligro de que Cuba se quede sin alternativa viable para salir
de su peliaguda situación. Obama ha advertido: “si resulta que todo ello [su
política de normalización con Cuba] no conduce a mejores resultados, podemos
ajustar nuestras políticas” (entrevista a The New York Times,
6/IV/2015). Además, el proceso de normalización ha despertado grandes
expectativas en el pueblo cubano (el 97% de la población cree que será bueno
para Cuba y el 80% tiene una opinión positiva de Obama), por lo tanto, un
descarrilamiento de las conversaciones provocado por el lado cubano causaría
una reacción negativa en la población y erosionaría la posición del régimen.
Sólo el tiempo dirá cuál
de estas explicaciones resulta ser la correcta o incluso pueda que surja una
nueva.
(9) Apostillas finales
A pesar de la
reconciliación en la Cumbre y después de tres rondas de conversaciones entre
los dos países que han tomado cuatro meses, a comienzos de mayo de 2015 se
había avanzado poco. Ambas partes informan que los intercambios han sido
respetuosos, positivos y fructíferos; argumentan que después de 50 años de
hostilidad y desconfianza no puede esperarse un avance rápido, lo cual es
cierto. No obstante, por el lado estadounidense están las acciones de Obama (regulaciones
ampliando las relaciones comerciales y de comunicación, su acción para sacar a
Cuba de la lista de países terroristas, y su petición al Senado para que
levante el embargo) y la abundante evidencia de que el Ejecutivo, las empresas,
los medios de comunicación desean relaciones, inversión, vuelos y turismo con
Cuba.38 Por otro lado, Raúl
liberó a 53 presos políticos y le dijo a América Latina que Obama es honrado,
pero ahora le corresponde dar un paso para que el proceso de normalización avance
y Obama pueda reforzar su posición frente al Congreso.
Raúl agradece a Obama sus
gestos, pero critica las previas administraciones de nueve presidentes, ensalza
todo lo hecho por Cuba, acepta que colaboró con países terroristas en el pasado
por razones de supervivencia de su régimen y apoya a sus aliados políticos
incluso reclamando la independencia de Puerto Rico, que ha sido rechazada en
varias elecciones libres en dicha Isla. El presidente cubano acepta la rama de
olivo pero no se vende por un plato de lentejas (que puede salvar la economía)
ni afloja en su militancia regional e internacional. Puede argumentarse que
esto es retórica y que su apoyo a Obama en la Cumbre es pragmático, pero la
actitud de Raúl frente a 34 países de la región no ha cambiado y presagia un
camino hacia la normalización pleno de obstáculos. Pide paciencia a Obama, que
desea y necesita avanzar en el proceso.
¿Cuál sería la estrategia
a seguir para conseguir el éxito a mediano y largo plazo? Politólogos en Cuba y
EEUU consideran que hay temas como el embargo que tardarán mucho tiempo en
resolverse, pero que hay espacio para el avance mutuo. Según Jorge Domínguez,
la estrategia sería “lograr acuerdos en asuntos ‘discretos’ que resulten en
medidas de rápida aplicación y fácil supervisión”, como la liberación de presos
por ambas partes; estos modestos acuerdos generan un “proceso de negociación en
cadena” lo cual “fortalece la credibilidad bilateral” y facilita llegar a
acuerdos “cada vez más ambiciosos que desemboquen en cambios fundamentales”. No
obstante, advierte que esto se intentó antes y no resultó, aunque nota que
faltaba el “régimen de diálogo” que ahora existe. El diplomático y politólogo
cubano Carlos Alzugaray hace un planteamiento similar: “la formalización de
acuerdos importantes en temas que no son controversiales… creará un clima
favorable para acometer los temas de peso, que son muy controversiales” pero la
institucionalización de dichos acuerdos “era imposible sin relaciones
diplomáticas”. Los cubanos deben “adaptarse rápidamente a esta situación… Se
abren oportunidades, y ha de aprovechárselas siempre que se enfoquen con una
nueva mentalidad más abierta y proactiva”. El politólogo Frank Mora, que sirvió
en la primera Administración Obama, aconseja tratar de evitar, tanto en La
Habana como en Washington, acciones provocativas o disruptivas innecesarias,
tales como las detenciones y arrestos de miembros pacíficos de la sociedad
civil, así como la actitud beligerante de
los opositores a Obama para frustrar o revertir los cambios en la política
hacia Cuba (“EL 17D…”, 2015). Esto es sensato pero difícil de conseguir por
ambas partes.
Hay un vasto consenso de
que la normalización tendrá efectos económicos reducidos a corto plazo
(principalmente turismo) y que a mediano y largo plazo está condicionada por el
embargo que será arduo de derogar en el Congreso, aunque nadie ha indagado
hasta ahora cuantos senadores y representantes están a favor y cuantos en
contra (es curioso que ningún periodista lo haya hecho). La exclusión de Cuba
de la lista de países patrocinadores del terrorismo se da por hecha y esto
facilitaría un cambio de los carteles en las respectivas secciones de intereses
como embajadas.
Un obstáculo al avance en
las negociaciones y el intercambio de embajadas es la resistencia cubana a que
la sede en La Habana tenga garantías al acceso de ciudadanos cubanos y que los
diplomáticos estadounidenses puedan viajar libremente en el territorio de la
Isla,39 como ocurrió en la época
de Carter según el convenio de Viena; EEUU ha ofrecido dar iguales garantías a
la sede cubana en Washington (Amuchástegui, 2015; Gámez, 2015). He aquí una
oportunidad para que el gobierno de Cuba acepte estas condiciones mutuas e
infunda dinamismo al proceso.
Por último, es obvio que
el camino será largo y espinoso, pero el primer gran paso ha sido dado y sería
ideal que se avanzara de manera notable antes de que Obama termine su mandato,
aunque incluso si esto se logra puede ser que el proceso se estanque o
revierta, para lo cual tendremos que esperar a la postura de los candidatos
sobre el tema, especialmente la de Hilary Clinton, pues ya conocemos las otras,
y la decisión en las urnas en noviembre de 2016. He dedicado 56 años al estudio
académico de Cuba y una cosa he aprendido: que el futuro de la nación es
usualmente impredecible, también fue una gran sorpresa el anuncio recíproco del
inicio de la normalización y ojalá que los próximos acontecimientos sean
positivos para el bien de las dos naciones.
Notas
19 Se especula sobre la sucesión en 2018, que Raúl podría mantenerse como primer secretario del Partido (como hizo Fidel con él hasta 2011) y Díaz-Canel ser el presidente del Consejo de Estado y segundo secretario del Partido hasta que finalmente también ascendiese a primer secretario.
20 Por muchos años ha habido una demanda amplia para poner fin a las elecciones indirectas a la Asamblea Nacional y asignar el 51% de sus puestos a oficiales del gobierno, el Partido y la burocracia (Amuchástegui, 2015).
21 Dice Rafael Hernández que, durante el último medio siglo no ha habido otro momento más propicio para el cambio de la cultura cubana que el actual respecto a las libertades y la democratización, pero advierte que sería contraproducente que se quisiera acelerar o encauzar dicho proceso usando la normalización (“El 17D…”, 2015).
22 Según Ivereigh (2014), un biógrafo del Papa Francisco, éste publicó en 1998 en Argentina un folleto sobre Cuba (Jorge Mario Bergoglio, Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro).
23 Eliminar el embargo es potestad del Congreso estadounidense, pero Raúl requirió a Obama que vaya más allá de las regulaciones restrictivas promulgadas, sin esperar a la decisión del Congreso.
24 La trasmisión de TV es bloqueada por Cuba. Años atrás el gobierno cubano ofreció aceptar transmisiones de CNN y PBS si EEUU cerraba la radio y TV Martí (LeoGrande, 2015).
25 Dicha Ley puede ser suspendida por el fiscal general estadounidense pero causaría una reacción muy fuerte de la comunidad cubano-americana (LeoGrande, 2015).
26 Sin embargo, el 15 de abril el Departamento de Estado anunció que abriría discusiones con la parte cubana sobre Chesimard y Morales (Burnett, 2015).
27 Otros presos prominentes son Leopoldo López, líder de la oposición, y Daniel Ceballos, mientras que María Carina Machado, elegida a la Asamblea Nacional, fue removida de su cargo.
28 Jacobson admitió que la selección de palabras en el decreto no había sido feliz, pero dijo sentirse decepcionada por la reacción de los países latinoamericanos que “demonizan” a EEUU “como si fuera la fuente de los problemas de Venezuela, cuando no lo somos” y dichos países no apoyan a la democracia en Venezuela.
29 El gobierno venezolano ordenó a funcionarios públicos, maestros, militares, estudiantes y otros firmar la carta (véase el testimonio de Naím, 2015).
30 Richard Feinberg, que organizó la Cumbre I, predijo que Cuba trataría de que Maduro no robara el show, en una forma que le permitiera plantear sus puntos contra las sanciones de Obama pero sin estropear la “fiesta”. El centro de la Cumbre VII, dijo, será el estrechón de manos de los dos presidentes (citado por Oppenheimer, 2015a).
31 No obstante, Obama reiteró su preocupación de que el gobierno de Maduro continúa intimidando a sus adversarios políticos, incluido el arresto y acusación por cargos políticos a funcionarios electos, así como la erosión de los derechos humanos (EFE, 9/IV/2015).
32 Un artículo en El País (11/IV/2015) afirma que en el discurso preparado (no en el publicado en Granma) no aparecía la disculpa a Obama ni su calificación de honrado y no responsable de los errores del pasado.
33 En la versión de la Casa Blanca aparece una frase de Raúl que no salió en Granma: “Puede ser que hoy no estemos de acuerdo en algo en que podamos coincidir mañana” (Text of Obama, Castro…”, 2015).
34 Maduro ha acusado a Mariano Rajoy (como terrorista y cómplice de ladrones), así como a Felipe González y José María Aznar de entrometerse en los asuntos internos de Venezuela y declaró persona non grata a González por intentar servir de defensor a tres prominentes presos políticos venezolanos. Después ofreció dialogar con España, probablemente temiendo la reacción de la UE en la próxima Cumbre con CELAC (Malamud, 2015c).
35 En dicho Foro Obama saludó a las sociedades civiles que hacen fuertes y exitosos a sus países: “La sociedad civil es la consciencia de nuestros países, es el catalizador del cambio. Es por ella que las naciones fuertes no temen la actividad de sus ciudadanos… los abrazan y los empoderan” (citado por Whitefield y Wyss, 2015a).
36 Se afirma que “la reconciliación es irreversible” (El País, 11/IV/2015) pero ello depende de los cambios políticos electorales que se avecinan (Malamud, 2015a). Si Obama consigue terminar el proceso (incluyendo levantar el embargo) será más difícil, pero sería posible si algo queda pendiente y en 2016 gana un republicano.
37 El presidente Kennedy había iniciado negociaciones secretas con Cuba antes de su asesinato (LeoGrande y Kornbluh, 2014).
38 Fabiola Santiago (2015) informa que en la tercera ronda sobre derechos humanos, la delegación estadounidense escuchó las críticas de Cuba a las violaciones a dichos derechos en EEUU, como los varios afroamericanos muertos por disparos de policías; aunque estos hechos son criminales, hay una diferencia con Cuba y es que salen en la prensa o son filmados y circulados por Internet.
39 Dijo Jacobson, “No puedo decir que va a ser igual a la que tenemos en Londres pero va a ser lo más cercana posible a las que tenemos en Rusia y China” (Gámez, 2015).
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