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martes, 9 de febrero de 2016

Cuba potencia estudios y uso de las tecnologías abiertas

A partir del intercambio con la Universidad Paris 8, de Francia, en aras de promover el movimiento de software libre.

Al desarrollar capacidades informáticas en el país, Cuba genera alternativas para superar la obsolescencia programada y sobreconsumo de aparatos electrónicos.
Al desarrollar capacidades informáticas en el país, Cuba genera alternativas para superar la obsolescencia programada y sobreconsumo de aparatos electrónicos.
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
La Habana, 9 feb.- Entre las iniciativas cubanas para promover los estudios y usos de tecnologías abiertas destaca un intercambio entre especialistas cubanos, convocados por el estatal Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) “Juan Marinello” y la Universidad Paris 8, de Francia.
El curso “La informática crítica. Informática y sus falsas promesas de modernidad”, a cargo de la investigadora Natalia Calderón, se realiza del 8 al 10 de este mes, en las sede del ICIC, como parte del acercamiento entre las instituciones.
Esta acción educativa se propone que las y los participantes consideren la informática desde un enfoque de economía política de la comunicación, planteado por el teórico francés Armand Mattelart.
Además, invita a reflexionar cómo el lenguaje pro tecnología oculta la existencia de clases sociales, por ejemplo, con términos como los “nativos digitales”, o desde la imagen del “geek”, construida racial y sexualmente desde lógicas dominantes.
Intercambio
Previo al curso, también en el ICIC, tuvo lugar un conversatorio entre especialistas y representantes de grupos y organizaciones, institucionales e independientes, que promueven el desarrollo de la tecnología libre en la isla.
Las intervenciones coincidieron en que Cuba puede aportar al movimiento de software libre desarrollado en naciones avanzadas tecnológicamente, a partir de favorecer el incremento de investigaciones, la articulación de políticas públicas para fomentar la informática nacional y la socialización del empleo de la open source tech.
El investigador Hamlet López, del mencionado centro, consideró que los estudios sobre el software libre en Cuba han permitido conocer las potencialidades, contradicciones y dificultades que atraviesa la sociedad en la actualidad.
No obstante, advirtió la necesidad de ampliar la cultural digital de los ciudadanos y ahondar en la dimensión cultural del acceso y empleo de software libre.
Al respecto, Natalia Calderón destacó que alrededor del software libre se desarrolla “un movimiento social en el cual se apoya la creación de bienes sociales comunes”.
La experta resaltó que “una nueva definición del software libre resulta urgente”, al tiempo que instó a pensarla desde Cuba, a partir de estimular una visión más abarcadora de la cultura digital.
La jurista Yarina Amoroso, presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Informático, recomendó entender con mayor amplitud el término usuario, al tomar en cuenta que el desarrollador construye su código fuente en espacios públicos y privados.
Estimó que “el software libre constituye fuente de libertad y de derechos civiles”.
Lamentó la ausencia en Cuba de articulaciones para discutir estos temas, en tanto exhortó a “generar espacios para conocer, discutir, tomar decisiones y crear políticas públicas alrededor del software libre”.
Insistió en proteger el código fuente, mediante el Derecho Informático, y el modelo de desarrollo de software libre, a fin de evitar la apropiación de este producto o servicio que puede convertirse en privativo.
En tal sentido, Pablo Mestre, coordinador del Grupo de Usuarios de Tecnologías Libres en Cuba, refirió la necesidad de leyes y licencias para legitimar en el país el desarrollo del software libre.
Pendiente
Mientras Pedro Urra, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, valoró que en Cuba no existe una apropiación del software libre, sino que este se encuentra importado en el contexto nacional.
A su juicio, “este fenómeno tendrá sentido cuando se incorpore a los procesos de desarrollo sostenible de la sociedad cubana”.
El constructor de Infomed, la mayor intranet cubana para el sector de la salud, reconoció que resultó una solución tecnológicamente viable el montaje de la red del Ministerio de Salud Pública, utilizando por primera vez en el país el software libre.
Sin embargo, contrapuso como ejemplo la utilización de estos programas con fines comerciales sobre todo en el sector no estatal de la economía, que ha implementado servicios de instalación y actualización de determinados programas, en particular de la tecnología celular.
Para Urra, ello demuestra “las disociaciones entre el discurso político y la práctica social” respecto a la utilización de las tecnologías libres. “Faltan investigaciones empíricas que arrojen conocimientos positivos acerca del fenómeno en Cuba”, señaló.
Asimismo, el experto afirmó que el nivel de participación aquí en la construcción de códigos abiertos es poca. “Si somos capaces de alinear y articular el movimiento de tecnologías abiertas a nuestro proyecto emancipatorio, Cuba hará aportes notables a la comunidad de software libre”, indicó.
La nación caribeña desarrolla una política de fomento de la informática nacional, encaminada a lograr su independencia frente a multinacionales dominantes en este sector. Con el propósito de incentivar el conocimiento y usos de software libre, se han ejecutado iniciativas estatales como la creación de la Universidad de Ciencias Informáticas.
Asimismo, se aplican sistemas operativos de producción nacional como Nova, que permite seguir usando computadoras viejas, y Novadroid, para tabletas y teléfonos.
Sin embargo, el país figura entre los de más baja conexión a Internet en el mundo. (2016)

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