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miércoles, 17 de febrero de 2016

Producción local y venta de materiales de la construcción: asegurar el crecimiento y sostenibilidad del programa

Economía
Miércoles, 17 de Febrero de 2016
A mitad de camino de la VIII Evaluación Nacional, Granma dialoga con dos de los integrantes del grupo de trabajo que lidera la actividad en el país. En sus visitas a los territorios, Tomás Vázquez (derecha) y Juan Antonio Rosas (izquierda) sostienen frecuentes intercambios con los productores.
Miguel Febles Hernández - Diario Granma - CAMAGÜEY.—El programa de producción local y venta de materiales de la construcción transita por el cuarto año de aplicación en todos los municipios del país, periodo que permite ya, a estas alturas, medir re­sultados tangibles, específicamente en el cumplimiento de los 146 renglones previstos en el nomenclador.
Ese, entre otros asuntos, forma parte de los propósitos a lograr por el grupo nacional coordinador en su octavo recorrido de evaluación, que en una primera etapa de trabajo, del 1ro. al 13 de febrero, abarcó a las provincias de Guantánamo, San­tia­go de Cuba, Granma, Holguín, Las Tu­nas y Camagüey.
Sobre las principales incidencias, novedades, aportes, deficiencias y asuntos pendientes detectados en el más reciente periplo por la zona centro-oriental de Cuba, Granma dialogó con Tomás Vázquez Enríquez y Juan Antonio Rosas, jefe y asesor del programa a instancia nacional, respectivamente.
—¿Qué apreciación tiene el grupo sobre el desempeño y resultados en los seis territorios hasta ahora vi­sitados?
—Vázquez: Santiago de Cuba, Gran­ma y Las Tunas mantienen su estabilidad en el programa, a partir de re­sultados que se han consolidado con el tiempo. Las tres provincias cuentan con una base productiva que ya parecen pequeñas industrias, en las cuales se hace la mayoría de los renglones del nomenclador.
“Al existir en Las Tunas un grupo de innovadores destacados, se decidió hacer allí el primer centro autofinanciado de investigación, desarrollo y producción, adscrito a la Em­presa de Materiales de la Cons­truc­ción del Poder Popular, que contribuirá a promover el conocimiento y a extender las buenas prácticas.
“Guantánamo y Camagüey van también en ascenso. Gracias a un me­­jor conocimiento y gestión del programa, ambas provincias fueron evaluadas esta vez de Bien, aunque hay municipios que avanzan más que otros en el aprovechamiento de las capacidades, reservas y potencialidades de cada lugar.
“En el caso de Holguín, calificada nuevamente de Regular, es un territorio que tiene que hacer un mayor esfuerzo para lograr que sus 14 mu­nicipios produzcan los elementos totales del nomenclador, pues no llegan aún a los 35 renglones previs­tos, principalmente los elaborados a ba­se de hormigón”.
En cada municipio debe lograrse el equilibrio necesario entre las producciones de elementos de pared, de piso y de techo.
—¿Qué beneficios, en específico, reporta para un municipio la eficiente gestión del programa?
—Rosas: Lo primero es garantizar la autarquía o autonomía municipal, es decir, bastarse a sí mismos, no de­pender de nadie a la hora de producir los materiales que necesita la población local para asumir por esfuerzo propio las acciones de construcción, rehabilitación, reparación y mantenimiento de sus viviendas.
“De gestionarse correctamente, el programa ejerce un efecto directo y dinamizador en la economía e im­pacta favorablemente en el desarrollo integral de los territorios. Ello quiere decir que el municipio tendrá lo que sea capaz de hacer. Todavía hay por ahí quienes se sientan a es­perar a que les manden los recursos.
“Para este año se ha decidido que el 80 % de la producción se destinará a la venta directa a la población, a precios asequibles, que se parezcan cada día más al salario medio del pueblo, mientras el restante 20 % se dedicará a respaldar los programas económicos y sociales de cada localidad”.
—¿Sobre qué aspectos es preciso continuar trabajando para materializar tales objetivos?
—Vázquez: Para asegurar el crecimiento y sostenibilidad del programa, que se nutre de las mejores prác­ticas y experiencias dondequiera que se generen, se requiere, pri­me­ro que todo, de inteligencia, per­­se­ve­ran­­­cia, motivación, iniciativa, es­pí­ritu emprendedor, sentido de la previsión y amor por lo que se hace.
“Dicho en buen cubano: se trata de sumar al programa cuantas entidades y personas sean posibles y po­nerle al pueblo un producto bue­no y barato que permita resolver gra­dual­mente, a instancia local, uno de los problemas más apremiantes de la so­ciedad cubana: la vivienda.
“Ya en el orden práctico, hay que avanzar en la creación de nuevas capacidades productivas, en el má­ximo aprovechamiento de los recursos naturales, desechos y material reciclable, en la variedad de los surtidos, en la calidad de lo que se hace y en la adecuada comercialización, como último eslabón de la cadena”.
—A propósito ¿cuáles son los prin­cipales problemas a resolver en lo que respecta a la realización final de las producciones?
—Vázquez: Consideramos que las bases productivas se han organizado más rápido que la comercialización y lo hemos podido comprobar en este recorrido: hay lugares donde no se exponen a los clientes los renglones a la venta y se han detectado precios diferentes para un mismo producto.
“Lo otro está relacionado con la dig­nificación de las tiendas: necesitamos que ese último eslabón sea un ejemplo de legalidad socialista, libre de chanchullos y malos manejos, donde al pueblo se le atienda co­rrectamente y sea este el que evalúe y diga la última palabra sobre su funcionamiento.
“Cuando se habla de dignificar, es con­­tar con un personal bien seleccionado, con medios de medición de los materiales, donde se apliquen sistemas de pago estimulantes para los trabajadores, se logre una adecuada vinculación con los talleres de producción y exista un am­biente de gestión favorable y buen servicio”.
—¿Podrían referirse a los resultados preliminares de la encuesta rea­lizada esta vez a la población?
—Rosas: Como este es un programa de pueblo y para el pueblo, a me­dida que avanza su ejecución se apre­cia que es indispensable estrechar la conexión productor-consumidor, en el sentido del conocimiento mutuo para definir y responder de manera satisfactoria a las demandas y necesidades del pueblo.
“Es por ello que en esta ocasión se decidió aplicar una encuesta en las provincias visitadas, con la intención de medir el dominio de los ciudadanos sobre los objetivos del programa y sus beneficios, y recoger los criterios acerca de la calidad de las producciones y del servicio que se les ofrece en las tiendas.
“Como datos preliminares, pue­do informar que el 65 % de las personas encuestadas conoce el programa, lo que indica que hay que intensificar mucho más la divulgación de sus bondades, mientras el 90 % consideró que la calidad de los productos adquiridos está entre Muy Bien y Bien.
“Esto debe constituir un alerta pa­ra los territorios, pues a partir de la IX Evaluación, que transcurrirá en septiembre, los resultados de las en­cuestas serán determinantes en la calificación a obtener, es decir, si el pueblo entiende que lo que se le oferta es malo, el municipio, por tan­to, está mal”.
—¿Qué depara el 2016 para el programa de la autarquía?
—Vázquez: Está previsto crecer un 10 % en la producción, para lo cual se cuenta con el respaldo de los re­cursos necesarios. A modo de ejem­plo, de 30 millones de bloques elaborados en el 2015, ahora el mon­to concebido supera los 37 millones. Pa­recido sucede con el resto de los renglones planificados.
“Este año deben recibirse, además, 890 equipos a través del Minis­terio de Industrias, fundamentalmente molinos de bola y de martillo, bloqueras y hormigoneras, lo que in­ci­dirá de manera directa en la productividad, la optimización de los re­cursos y la calidad de las producciones.
“Con esa garantía en el orden ma­­terial, en cada municipio debe definirse como prioridad el completamiento de la estructura de las vi­viendas, que es el ABC del programa en el orden práctico, es decir, lograr el equilibrio necesario entre las producciones de elementos de pared, de piso y de techo.
“Como puede apreciarse, el crecimiento planificado en los niveles productivos y de ventas habla por sí solo de la magnitud del empeño, cu­ya materialización en mucho de­penderá del respaldo que le ofrezcan los órganos municipales de go­bierno, a sabiendas de que es este programa, y no otro, el cimiento del desarrollo local”.

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