Por: Ismael Francisco, Rafael Arzuaga
“Aquí nada es fácil, hay que hacer de todo a cualquier hora y todos los días de la semana, independientemente del horario. Es duro de verdad, pero ves el resultado de tu trabajo y vale la pena cualquier esfuerzo”.
Lo explica Misael Valle, socio de la Cooperativa no Agropecuaria (CNA) de Reciclaje de Desechos San José de las Lajas, en la provincia de Mayabeque. Esta es una de las 15 de su tipo que funcionan en todo el país, rectoradas por el Ministerio de Industrias.
Es que en “la otra vida” —como denomina su pasado laboral—, Valle se esforzó del mismo modo “o quizás más”, lo cual le valió para merecer distinciones a todos los niveles y la condición de Vanguardia Nacional. Sin embargo “solo llegué a cobrar 600 pesos (CUP), cuando más”.
Ahora, como miembro de la CNA tampoco “… tengo descanso prácticamente, porque siempre hay algo que hacer y no somos muchos, pero en este 2016, por ejemplo, ganamos 3 500 CUP mensuales. Con eso podemos hacer algunos arreglitos en la casa, vivir más desahogados y hasta guardar algo por si hay alguna novedad en la familia o la cosa se pone fea”.
El ingreso de Valle no es, técnicamente, un salario, es el anticipo por la faena de una entidad inaugurada hace casi tres años, exactamente el primero de julio de 2013 y compuesta por 14 socios (seis mujeres), cuyas ventas durante los primeros cuatro meses de 2016 superaron los 5 millones. La cooperativa tuvo una utilidad bruta superior al millón de pesos, que comprende el cumplimiento del encargo estatal (compromiso con la Empresa de Materias Primas).
¿Y por qué estos resultados no los lograba la empresa estatal?, le pregunto a Valle, antes de dejarlo continuar su labor.
“No puedo decirle con certeza… Debe ser porque participamos en todo lo que hace la cooperativa, o porque somos responsables de cada gasto, pagamos los despilfarros, las chapucerías o lo que no aprovechamos bien y también recibimos todos los beneficios de nuestra gestión, debe ser porque todo depende de nosotros directamente y eso estimula más”, responde.
Como en la vida de Valle y el resto de los socios, el servicio de la CNA Reciclaje de Desechos San José de las Lajas impacta también en el contexto social del municipio, habida cuenta de que “en primer término, organizó mejor y valorizó la recogida de materias primas, que es una contribución para varias familias y ayuda incluso a la sanidad de nuestras calles y vecindarios, en cumplimiento de unos de los principios del cooperativismo: el compromiso con la comunidad”.
“La recuperación de materias primas ha aumentado considerablemente, a pesar de que aún hay mucho desconocimiento en la población respecto a esta actividad. Además de comprarles a todas las empresas, recibimos materias primas de más de 76 cuentapropistas, con todos sus documentos en regla y actualizados, y les pagamos sus desechos a precios que le satisfacen, con todas las garantías y sin demoras.
“Para muchos de estos cuentapropistas esta resulta la principal fuente de ingreso en sus familias y la acometen con tal seriedad que ayudan a evitar la suciedad, los focos de vectores o la contaminación que se produce cuando están botadas por la ciudad las botellas de ron y cerveza, las latas, el cartón y los papeles, que son las materias que más nos venden.
“Además, compramos el aluminio fundido y el bronce a precios superiores al de la Empresa Estatal, y le vendemos materias primas, clasificadas y en estado óptimo a otros tres trabajadores por cuenta propia que producen varios artículos de plástico. Todo eso tiene un impacto económico y social importante”.
Esto considera Eida Pérez Hernández, presidenta de la CNA, una de las tres mujeres integrantes de la junta directiva de la sociedad creada por la Empresa Estatal y quien participó en un periplo de adiestramiento en Brasil y en la actualidad aumenta su capacitación con expertos de la Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV).
“Nos falta mucho por aprender. Este es solo el comienzo de una forma de producción que puede dinamizar la economía con su eficiencia y la creación de empleos, sin renunciar a nuestros principios socialistas, pero ya comienzan a verse los frutos en todo el país”, aseveró.
La CNA de San José de las Lajas es un botón de muestra de un grupo que, en el país, recuperó y vendió 30 336 toneladas de desechos reciclables durante 2015, cifra en la cual se incluye el 107 del cumplimiento del encargo estatal (compromiso con la Empresa de Materias Primas) y resulta un crecimiento del 5 por ciento respecto a igual período de 2014.
A todas luces, las cooperativas en sectores dispares de la agricultura son una apuesta por vitalizar el desarrollo económico y comunitario del país con mucho potencial.
La disminución de los precios de las materias primas, la implementación de novedosos métodos de dirección y gestión empresarial, la diversificación y ampliación del mercado nacional, el ahorro de recursos disponibles en el país y el aporte a proyectos sociales en las comunidades son algunas de las direcciones en las cuales impactan.
A escasos años de inauguradas, no obstante, se impone una mirada atrás con el propósito de examinar la realidad y, en consecuencia, proyectar el futuro de esta novedad gerencial en el contexto económico cubano.
Eso, precisamente, hizo recientemente el Ministerio de Industrias, defensor en primer término de la soberanía y el estatus social de los principales medios de producción, además de garantizar, en virtud del marco jurídico establecido para ello, una competencia rigurosa, aunque sin las leyes buitres que imperan en otras sociedades.
Y constató resultados interesantes como los que, grosso modo, relacionamos a continuación.
- Las 28 cooperativas no agropecuarias existentes en el país (19 de origen estatal) agrupan a 460 socios, de ellos 171 mujeres
- El 99 por ciento de los presidentes se mantienen en sus cargos
- Han generado ingresos superiores a los 204 millones de CUP, con una utilidad de 59.1 millones (todas generaron ganancias)
- El promedio del anticipo a esos trabajadores es de 3 200 CUP por socios
Encima, cumplieron sus obligaciones fiscales sin retrasos, contribuyeron como complemento tecnológico en muchos procesos productivos y en las dinámicas de las empresas estatales; se integraron a programas como el ahorro de agua y la construcción de viviendas; rescataron servicios, apoyaron programas de desarrollo comunitario y aportaron al mantenimiento de reparación de inmuebles sociales, además de sustituir importaciones.
El sol también tiene manchas
Esta es la situación global. Pero en el escenario de la mayoría de las cooperativas, una lista de fórceps, obsolescencias, burocracias y pareceres y actuares retrógrados frenan sobremanera su expansión, su desarrollo e impacto, según la opinión de los presidentes de otras cuatro cooperativas con los cuales contactó Cubadebate.
Ello, sin contar deficiencias en los procesos de dirección, funcionamiento y control, algunas heredadas de otras estructuras, otras debido a deficiencias en el adiestramiento y capacitación de los integrantes de las juntas directivas y los propios socios.
Servelec
Creada para reparar y mantener sistemas y equipos de pesaje e industriales, Servelec ha tenido en su camino obstáculos como procederes y rutinas arrastradas de la Empresa Estatal.
“Es inconcebible que, a estas alturas, tengamos dificultades para trabajar solo porque hay empresas que se niegan a contratarnos, algunas por desconocimiento y otras incluso porque reciben la orientación de no acordar nada con los cuentapropistas o las cooperativas”, comenta Euslauka Kondeff Pérez, presidenta de Servelec, ubicada en Playa.
Confecciones Textiles
Para Exiquio Ramírez López, presidente de la Cooperativa de Confecciones Textiles de Marianao, es mala la calidad de las materias primas para realizar sus labores, si bien ha podido cumplir con los contratos acordados desde su fundación.
“No es la ideal. Es más, está bien lejos de la calidad que necesitamos para lograr las mejores piezas, pero no podemos rechazarla; sin embargo, nuestros clientes no se han quejado de nuestras confecciones”, puntualiza.
“Otro problema es la inestabilidad del suministro y el precio, incluso algunas son más caras en los canales mayoristas de los que disponemos, que en el minorista, lo cual es contraproducente y, por supuesto, afecta nuestro servicio”.
Decorarte
Para el empresario Ariel Balmaseda, presidente de la CNA Decorarte, con sede en Varadero, Matanzas, las dificultades con el abastecimiento son los mismos y diferentes.
“Sucede —cuenta Ariel— que algunas empresas mayoristas no responden o nos relegan solo porque somos Cooperativas, y priorizan, a veces con un nivel de exclusividad, a las Empresas Estatales, como si nosotros no fuéramos legales, como si no fuéramos partes del sistema de empresas del país, como si no tuviéramos las mismas obligaciones, los mismos deberes y los mismos tributos que el resto de las organismos del país”.
“Otro asunto son los precios, a veces son más altos que los minoristas y eso, sobre todo, afecta la competitividad, y por tanto la calidad del servicio, desde el costo de la producción, hasta el precio del producto final”, agrega quien se desempeñara como fotógrafo, antes de liderar Decorarte, ganadora de varios premios en ferias.
“Sentimos como si hubiera una indicación de relegar a las cooperativas, que es producto de pensamientos retrógrados, lo sabemos, pero al final afectan el desarrollo de esta forma de gestión y producción que es nueva en Cuba, pero desde hace muchas décadas ha demostrado su efectividad en otros países”, declara.
“Ese proceder obstaculiza las producciones territoriales y nacionales”, sentencia.
Por otra parte, a Balmaseda le preocupa la inexistencia de un programa para formar profesionales “que se sumen a este nuevo modelo de gestión económica, también con necesidad de especialización y fuerza laboral joven, como todos los sectores del país”.
Y, también, alerta acerca de la protección respecto a la asesoría legal que reciben —“bien cara, por cierto”—, porque muchas veces las cooperativas son orientadas por profesionales incompetentes o sin experiencias en el quehacer de estas entidades, “y no nos queda otra que pagar por sus errores”.
Crea entorno
Con sede en Habana del Este, Crea Entorno es un grupo de creación artesanal, integrada por artistas y especialistas con más de 40 años de experiencia y una calidad constatada, dedicado a la confección de obras para la decoración de cualquier tipo de espacio, siempre con la mira puesta en distinguir los valores culturales de Cuba.
“Hemos tenido el apoyo del Ministerio, eso no podemos negarlo. Lo que sucede es que las administraciones en el Turismo, nuestro principal mercado, no acaban de comprender lo mucho que podemos ayudar al desarrollo del Destino Cuba.
“Pareciera que somos ilegales o no pertenecemos a la realidad económica del país, a pesar de lo mucho que se ha hablado de la importancia de las cooperativas y, en nuestro caso, está más que demostrado el aporte a las instalaciones turísticas”, dice Teresa Aleida Gómez Vallejo, presidenta de la Cooperativa.
“Se siguen importando materiales y objetos que se pueden producir aquí; o, en otro casos, se decoran y ambientan espacios turísticos cubanos con propuestas que obvian y relegan las singularidades históricas, sociales, culturas y naturales de Cuba, y por tanto hay una ruptura de nuestra identidad”, asegura.
“Y también carecemos de un sistema de exportación, hay demanda de nuestros productos, porque en las ferias lo hemos constatado, sin embargo eso no es posible, ni para nosotros, ni para otras Cooperativas que pueden sumar el ingreso de divisas a nuestra economía y continúan sin aportar todo el potencial que poseen”.
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