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domingo, 17 de julio de 2016

Tecnología holandesa multiplica los peces en Cuba

El desarrollo de la acuicultura persigue paliar el descenso de las pesquerías en el agotado mar del Caribe.

El proyecto forma parte de la iniciativa Real (Recuperación para la Alimentación), que busca fortalecer la producción de alimentos.
El proyecto forma parte de la iniciativa Real (Recuperación para la Alimentación), que busca fortalecer la producción de alimentos.
Foto: Archivo IPS Cuba
La Habana, 17 jul.- Elevar la producción acuícola con uso eficiente de agua y alimentos elaborados localmente, es un viejo sueño que comienza a hacerse realidad en Cuba con un proyecto que puso tecnología holandesa en las manos de científicos cubanos.
Apoyado por un donativo de la Unión Europea e implementado por el Instituto de Educación del Agua, UNESCO-IHE, la transferencia tecnológica se desarrolla en áreas de la estatal Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas (EDTA), enclavada en el Cotorro, localidad ubicada en las afueras de La Habana.
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Este proyecto forma parte de la iniciativa Real (Recuperación para la Alimentación), que busca fortalecer la producción de alimentos, con énfasis en las industrias procesadoras de alimentos (industria cárnica, láctea y pesquera) y el sector de la acuicultura.
En lo que corresponde a la rama acuícola, en la EDTA fueron instalados dos sistemas intensivos, uno para la producción de alevines (peces de hasta 10 gramos de peso); y otros destinado al crecimiento de peces con un peso de un kilogramo.
Según explicó a la prensa Raúl Morales, director de la institución de investigación, producción y docencia, se estima que pueda obtenerse una producción de unas 20 toneladas de clarias al año.
Aunque esa especie acuícola no está entre las preferidas por la población, es una de las pocas que muestran determinada estabilidad, sin satisfacer la creciente demanda. Para elevar la disponibilidad, se elaboran productos que incluyen harina en sus formulaciones.
Otra ventaja del sistema, indicó Mirta Vinjoy, al frente del grupo de capacitación e investigación, radica en que, a diferencia de otros introducidos con anterioridad,  no tiene riesgo de escape al medio.
Además de introducir avances tecnológicos en Cuba en lo que respecta a este tipo de sistemas intensivos de cría de peces acuícolas, permite mejorar el uso y recobrar recursos (materias primas, agua, y energía) en industrias procesadoras de alimentos.
Entre los beneficios, se encuentra también la eficiencia en el consumo de agua, ya que reutiliza el 90 por ciento con recambios diarios de solo 10 por ciento.
El efluente, agua de descarga, es de mejor calidad debido a los procesos mecánicos (sedimentación) y biológicos (transformación de amonio en nitrato) que ocurren dentro del sistema,  dijo Vinjoy.
Adicionalmente, inserta la incorporación de la formulación nutricional para alimento de peces (pienso) elaborada a  base a residuos de las industrias procesadoras de alimentos, lo que posibilita reducir considerablemente los costos de crianza porque sustituye importaciones de harina de pescado.
La formulación, ya probada en la segunda etapa de cría, tiene como requerimiento ser apta para utilizarse en sistemas de acuicultura intensivos con recirculación.
La EDTA, única de su tipo en Cuba, se dedica a actividades científico-técnicas-docentes-productivas, con el objetivo de investigar, desarrollar y crear tecnologías integradas para diferentes cultivos dulceacuícolas, de interés comercial.
La misión de este centro es desarrollar y transferir tecnologías para el cultivo de especies acuícolas de los productores nacionales, y proporcionar capacitación y productos pesqueros inocuos y de calidad.
Entre sus líneas actuales de investigación, refiere Vinjoy, están el mejoramiento genético de tilapias, sustitución de harina de pescado con subproductos de pescado mezclados con harina vegetal, prevención de enfermedades, y asimilación de tecnologías en cultivos intensivos de clarias.
En Cuba, como sucede en buena parte de las zonas pesqueras, la sobrepesca ha agotado los mares, lo que provoca capturas cada vez más ejemplares jóvenes y de menor calibre, poniendo en riesgo incluso modos de vida que datan de siglos.
De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el 77 por ciento de las especies con valor comercial sufren en mayor o menor grado por la sobrepesca. (2016)

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