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viernes, 16 de septiembre de 2016

Ganadería: Cuatro patas y un solo camino

La alimentación de los bovinos en Cuba se vio obligada a dejar atrás el alto consumo de pienso y adoptar, a partir de los años 90, sistemas acordes con las nuevas condiciones económicas. Además de créditos extranjeros e inversiones para sacar a flote el sector, se precisa rescatar el acuartonamiento, la inseminación artificial y otros elementos de la cultura ganadera del país

En la CSS Cándido González, de Camagüey, la presidenta Osmara Fidalgo y el productor Guillermo Verde explican que no todos los campesinos conocen sobre pastos y forrajes, ni se ocupan de sembrarlos.

Por CARIDAD CARROBELLO, Bohemia
Fotos: YASSET LLERENA y MARTHA VECINO

En Camagüey, Osmara Fidalgo, presidenta de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Cándido González, arruga el entrecejo al pensar cómo pudiera erradicar el marabú de su unidad productiva, sobre todo en los potreros de usufructuarios de tierra que decidieron ser ganaderos.

Para entregar más de 116 mil litros de leche a la industria, su CCS anhela adquirir el herbicida empleado para erradicar la maleza tras la chapea. Pero en tiempo de lluvias, otro asunto le preocupa más: el acceso a las fincas, debido al deplorable estado de los caminos.

Osmara afirma que los propios campesinos rellenan los huecos a veces convertidos en zanjas. Pero hoy no existe una infraestructura capaz de garantizar el mantenimiento de esas vías de una manera más eficaz.

“Hay fincas muy distantes. Emplean acarreadores de leche en carretas, pero en la zona de Primelles para poder entregar a la industria recorren a diario, ida y vuelta, 14 kilómetros en muy mal estado; y, para colmo, a veces se quedan esperando por el carro recolector hasta la una de la tarde. Como en el punto acordado no hay termo de enfriamiento, ese alimento obtenido en la madrugada pierde calidad”.

Guillermo Verde es el productor más integral de esta cooperativa agramontina. En 2015 logró una natalidad del 82 por ciento en bovinos, y en lo que va de año su rebaño sigue creciendo. Con más nacimientos, logra más leche. Alcanza 7.1 litros por animal en ordeño, lo cual sobrepasa el promedio nacional de cuatro litros por vaca.

El acarreo de la leche en la provincia agramontina requiere de una mejoría de los caminos

Aun así, no se le ve satisfecho: “Quisiera sembrar pangola para duplicar mi producción. Es la mejor yerba que he conocido en mis 82 años de vida”, sostiene.

La mente del experto ganadero viaja cuatro décadas atrás: “No hay como una vaca comiendo esa yerba toda la noche. Mis animales venían tan llenos al ordeño, que apenas podían caminar” –y para ejemplificarlo, se mueve de un lado a otro en el sillón donde descansa.

La doctora en Ciencias Veterinarias Tania Sánchez, subdirectora de investigaciones en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, admite que la pangola aumenta la obtención de leche en el período de lluvias, pero no durante la sequía. De ahí que, ante la carencia de lluvias, el país desarrollara otras propuestas de pastos.

Luego lamenta que varias de las especies validadas en esta institución perteneciente a la Universidad de Matanzas y radicada en el municipio de Perico, se dejaran de introducir, debido al deterioro de las fincas de semillas de todo el país en las últimas décadas. Existen algunas en varias entidades productivas, pero solo resuelven la demanda local. “A nuestro centro no le corresponde realizar la producción a gran escala; esto debe ser trazado por el Ministerio de la Agricultura (Minag)”, precisa.

Un aire fresco corre por el portal de la casa de Guillermo. El viejo ganadero corrobora que la morera, la titonia y la moringa son plantas forrajeras muy buenas. Pero no todos los campesinos tienen este conocimiento, ni se ocupan de sembrarlas.

“Además, se ha generalizado la práctica de encerrar a los animales en el establo durante la tarde y la noche, y algunos piensan que con echarle caña o kingrás en la canoa las están alimentando. Eso llena las panzas, pero no supera al pastoreo. El animal debe consumir mucho en el potrero para que de verdad dé leche y carne”.

¿Cuartón o establo?


Rafael Enrique Ferriol, jefe de producción en Los Naranjos, muestra las especies forrajeras y asegura que pueden elevar la producción de leche

El científico francés André Voisin ponderó, a inicio de los años 60 en Cuba, la importancia del llamado pastoreo racional. Consiste en dividir cada potrero en cuartones, e ir rotando los rebaños por ellos. El estudioso situó como una de las primeras leyes del sistema que lleva su nombre, el reposo, o sea, que el pasto, luego de ser explotado, necesita un tiempo de descanso para su recuperación.

Pero se ha perdido el acuartonamiento en los potreros, porque faltan las cercas eléctricas, que incluso se producen aquí, sostiene el doctor en Ciencias Veterinarias Jesús Manuel Iglesias, responsable de los sistemas de producción en Indio Hatuey.

“Puedes sembrar pastos pero si no divides el área en cuartones y no hay rotación del ganado por ellos, entonces el pastizal se pierde”.

El especialista añade que la vaca es un animal de potrero, no para el establo. Realiza una gran comida entre las cinco y las diez de la mañana. Luego el calor no la deja alimentarse, sobre todo si está a pleno sol, sin árboles que la protejan. Come de nuevo sobre las cuatro o las cinco de la tarde, hasta la noche, cuando empieza a descansar y a rumiar.

“Ese manejo se ha dejado a un lado en Cuba porque hay un gran problema: el hurto y sacrificio, aunque sea un delito fuertemente penalizado por la ley. Entonces el productor lleva el rebaño al establo y trata de alimentarlo a veces sin un balance de proteína, energía y minerales.

“Alterar el ciclo natural de la nutrición de los bovinos es botar el sofá, como decimos los cubanos; la solución es buscar alternativas para evitar que se las roben, y no solo con más vigilantes nocturnos.

“Entre los ganaderos ronda la propuesta de que, luego de cumplir los planes, puedan disponer de algunos animales para vender la carne, como lo hacen los criadores de cerdos o carneros; veríamos si así se los dejan robar”, comenta Jesús Manuel, y el estudio presentado recientemente ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, también lo expone.

Raíces de otros dilemas

-“En la ganadería se trabaja desde la madrugada hasta la noche, sin sábados ni domingos libres”, asegura Raydel Otero, el joven administrador de la vaquería 15, en Los Naranjos

Más de 25 años de adversidades asociadas a la caída de los convenios con el campo socialista, así como al bloqueo norteamericano contra a la Isla, ahogaron el suministro material y financiero a la ganadería cubana, diezmaron los rebaños con alta calidad genética y dispersaron la fuerza calificada.

A pesar de cierta recuperación, siguen latentes muchos males. Un informe sobre la fiscalización al estado de la ganadería vacuna desde Matanzas hasta Camagüey, presentado por el diputado y doctor en Ciencias Agrícolas Giraldo Jesús Martín ante la mencionada comisión parlamentaria el pasado junio, revela problemas objetivos y subjetivos.

Entre los primeros destacan el gran deterioro de la base material disponible; es decir, instalaciones pecuarias, maquinarias, implementos, pastoreos, medios de transporte, rebaño genético erosionado, gran afectación de marabú en los potreros, así como escasez de insumos básicos, como alambres y grapas, herbicidas, fertilizantes y combustibles, e insuficiente marco financiero disponible.

Aldaín García, director de ganadería del Minag, en una entrevista publicada en el periódico Juventud Rebelde el 25 de junio pasado, había expuesto iguales problemas.

A la vez, el funcionario informó sobre los planes de inversiones y de recuperación previstos, con la posible concreción del crédito Sace (de Italia) para la entrada al país de tractores, silo cosechadoras, trailers, buldóceres, maquinaria para arreglar caminos. Del mismo modo está planificada la compra de equipos de ordeño mecanizado y de otros medios, gracias a los financiamientos de SKN (de Suecia), el programa Más alimento (Brasil), así como del Fondo Internacional de Desarrollo Agropecuario (FIDA), de la República Popular China, y de Belarús.

Lograr esta inyección financiera constituirá un gran reto, pues los créditos deben pagarse con el resultado de las producciones. En ese camino, dijo Aldaín, se precisa restaurar la disciplina tecnológica, que es tan importante como los recursos.

Con vistas al despegue y recuperación, el entrevistado apuntó que hace falta personal. “Ha habido un éxodo considerable en estos años, de técnicos, ingenieros, veterinarios y obreros”.

Adentrarse en lo subjetivo


El Siboney es el ganado más extendido en Cuba, resulta de la unión de dos razas, para obtener adaptación al clima y altas producciones, explica Orestes López Morera, especialista principal de genética en Los Naranjos.

Para ampliar sobre los elementos de carácter humano contenidos en el informe analizado por un grupo de parlamentarios, BOHEMIAentrevistó al diputado Giraldo Jesús Martín. El también director de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey destacó como el problema inicial del sector, el cambio de la gestión de la tierra a partir de los 90.

“Antes, un 80 por ciento pertenecía a entidades estatales y un 20 por ciento al sector cooperativo y privado; pero ahora la pirámide se ha invertido. Y en la ganadería casi la mitad de la tierra está en manos de productores privados, con rebaños que van desde cinco vacas a 300 o más cantidad, por lo cual algunos producen solo 10 litros de leche y otros, mil litros”.

La dispersión de las fincas privadas y la gran desagregación de los animales inciden en las dificultades actuales para organizar la inseminación. “En otros tiempos, un inseminador podía ir de una vaquería a otra en un mismo día, dentro de una empresa. Hoy no es así, en municipios con mil productores se hace difícil resolver la atención a los rebaños.

“Entonces ha tenido que cambiar el modelo de gestión. Se dispuso que en los puntos de acopio y enfriamiento de leche se dé el servicio a los tenedores de ganado; pero hay muchas fincas distantes, incluso pequeñas, cuya suma da un volumen importante de masa vacuna a la cual se dificulta la mejor atención.

“En los municipios ganaderos grandes, ¿cómo va a trasladarse este especialista de un lugar a otro? Unos cuantos disponen de un caballo o una bicicleta, pero en el segundo caso tendrían que pedalear a lo largo de kilómetros de distancia. Eso se debe revisar y perfeccionar.

A partir de los 60 días, a estos terneros se les introduce el heno en la dieta, para que aprendan a comer. Luego empiezan a ingerir plantas proteicas.

“Además, es insuficiente el potencial humano disponible y no todos los que inseminan están bien capacitados. El Minag realiza cursos intensivos de formación de ese personal, pero necesariamente se requeriría de un tiempo para preparar la fuerza especializada, e implementar acciones para que la actividad se torne atractiva, sobre todo desde el punto de vista económico”.

“Otro problema radica en la necesidad de agrónomos, zootécnicos, veterinarios, economistas, cuadros capacitados y con capacidad de gestión empresarial, así como de personal dedicado a la producción de alimento animal. En cuanto a la maquinaria, antes las empresas poseían sus talleres, pero ya no disponen de esos servicios o están en muy malas condiciones para ofrecerlos, y con frecuencia tienen que contratarlos”.

Unir fuerzas

Según el informe de fiscalización parlamentaria a la ganadería desde Matanzas a Camagüey, y por datos de la ONEI (2014), son bajos los índices de producción de leche y carne por área.

Giraldo plantea que si se llevan los litros de leche a kilogramos, para sumarlos a la carne, se promedia una producción de solo 200 kilogramos por hectárea al año, y la potencialidad del país es de más de mil kilogramos, con tecnologías probadas en Cuba.

“Necesitamos más integración entre universidades, los centros de investigación y el sector empresarial. Las empresas son el centro, al atender y dar servicios a las unidades productivas, independientemente del modelo de gestión que ellas tengan.

La adquisición de equipos de ordeño es parte de los refuerzos materiales que requieren las vaquerías en Cuba

“Si se unen las fuerzas para poner en práctica el conocimiento generado en el país, es posible dar un vuelco a la producción ganadera sobre bases agroecológicas, para cuidar los suelos, el ambiente y la salud de las personas”, puntualiza el científico.

Muchas acciones pudieran mejorar la nutrición del ganado en Cuba, alejadas del costoso suministro de pienso, que existió hasta inicios de los 90: recobrar áreas de pastos y sembrar otras nuevas, sustituir las proteínas que antes se encontraban en los suplementos, con especies como la morera, la titonia, la moringa; y producir silos, aprovechar residuos agroindustriales, entre otras.

“No puede haber solo una solución tecnológica para todos los lugares, sino que se debe pensar también en lo particular”, plantea Tania, la subdirectora de investigaciones en Indio Hatuey.

Ella coincide con la doctora en Ciencias Agrícolas Odalys Toral, coordinadora de recursos fitogenéticos del propio centro de investigaciones, en que la institución cuenta con bancos de germoplasma, tanto de gramíneas como de leguminosas, de probados resultados para introducir en lugares con diferentes condiciones edafoclimáticas.

En Cuba se han hecho estudios de regionalización para saber qué pastos se adecuan a cada condición. Por lo tanto, conocimiento y experiencias acumuladas existen. Lo necesario es un sistema de transferencia de tecnología más abarcador y eficiente.

Retos en los potreros

En los puntos de enfriamiento de la leche se realiza el control de la calidad. El país hace un esfuerzo por aumentar estos lugares.

Jesús Manuel Iglesias es un apasionado del silvopastoreo en la ganadería. Expone que este sistema consiste en la combinación de suelo, pasto, animal, arbustos y árboles dentro del potrero. Los árboles proporcionan más confort al animal tanto por la sombra que beneficia al vacuno, como por el clima más favorable para su alimentación, pues disminuyen la temperatura ambiente en un grado Celsius.

Las especies arbóreas tienen raíces que extraen la humedad de la profundidad de los suelos y la ponen a disposición de los otros estratos herbáceos. A la vez, evitan la erosión del suelo y favorecen la ocurrencia de la lluvia.

Igual mejoran la biomasa comestible, o sea, la disponibilidad de los pastos es mayor; por ejemplo, la yerba guinea produce por encima de las tres toneladas por hectárea por rotación, y con más calidad. Los árboles constituyen, a su vez, el 40 por ciento de la dieta del rumiante; ya sean frutales o maderables, el ganado realiza en ellos el ramoneo, es decir, la acción de comerse las hojas, añade el experto.

“Con este sistema y solo a base de pastos, los animales apenas necesitan pienso o forraje para producir entre 8 y 10 litros. Si pudiéramos llegar al menos a seis litros, que era lo alcanzado más o menos por los años 80, duplicaríamos los resultados actuales”, ejemplifica el doctor en Ciencias Veterinarias.

La búsqueda de la mejoría del rebaño para la producción comienza en una buena genética, explica el director de Los Naranjos.

Pero si es un sistema tan bueno, ¿por qué no se establece? El paisaje común en la ganadería cubana es ver a las vacas comiendo yerbas a pleno sol, o estresadas a la orilla de las cercas, esperando a que los vaqueros las recojan.

“Desde los años 70 y 80 comenzamos con estos sistemas. Llegamos a tener más de 20 mil hectáreas en desarrollo; pero se fueron abandonando. La empresa Camilo Cienfuegos, de Pinar del Río, se ha mantenido firme en eso, al igual que la Hermanos Sartorio, de Holguín. Y quedan otros lugares dispersos que lo practican; últimamente hemos trabajado con usufructuarios de tierra por la Resolución 300”, informa el también investigador.

En Indio Hatuey existe un banco de germoplasma muy amplio de árboles apropiados para implementar la silvicultura en las provincias orientales, donde incide mucho la sequía. “Por ejemplo, el matarratón, conocido igual como bienvestido y como júpiter, se adapta muy bien. Hemos comprobado que se pueden combinar el pasto y el árbol correcto. En Guantánamo, donde hay suelos ácidos y salinos, el pastizal de buffel crece a las mil maravillas, incluso al lado de los cactus”.

Ordeñando caminos

¿Por dónde debe empezar la recuperación ganadera? Los investigadores insisten en crear un sistema de innovación que permita capacitar a todos los actores del sector y aplicar los resultados de la ciencia, disponibles en todas las instituciones vinculadas a la ganadería.

Al respecto destacan las propuestas de los doctores Tania, Odalys y Jesús Manuel, de impulsar la producción de semillas de pastos y forrajes, utilizar los sistemas silvopastoriles, así como las fórmulas de obtención de bioenergía y alimento humano en las propias vaquerías, lo cual da una mirada más allá de la producción animal, pues incluye el bienestar del hombre y el medioambiente.


Las nuevas inversiones en maquinarias y otros recursos, exigen llevar a la par el adiestramiento para su mejor empleo, razona el doctor Giraldo Jesús Martín, director de Indio Hatuey

Luis Alberto Hernández, director de la Empresa Pecuaria Genética Los Naranjos, en Caimito, Artemisa, prioriza buscar la calidad de los rebaños para que den más leche y carne. “El problema hoy no está en las dosis de semen requeridas para inseminar a todas las vacas, pues están disponibles en las 15 empresas genéticas del país. Lo necesario es incrementar la inseminación artificial, sobre todo en el sector no estatal. Sin genética no hay desarrollo”, sentencia.

Conjugando todo lo anterior, la ruta práctica, a partir de las declaraciones de Aldaín al diario de la juventud cubana, requiere del financiamiento externo para lograr en el menor tiempo posible la organización del flujo productivo en las 33 empresas hacia donde se dirigirán las inversiones iniciales; estas entidades a la vez comprenden 678 unidades productoras, entre estatales y cooperativas campesinas.

También existe la estrategia de recuperar anualmente un promedio de 300 vaquerías típicas, y asegurar en todos los lugares la alimentación y el agua.

Una res toma hasta 120 litros diarios del líquido, y consume el 10 por ciento de su peso entre pastos, forraje y alimento concentrado (pienso). Si pesa 400 kilogramos, debe engullir 40 kilogramos de alimento diarios. De ahí que el Minag insista en sembrar cada año más de cien mil hectáreas de alimentos para los animales, limpiar embalses, micropresas y tranques para el abasto de agua, y sobre todo ahorrar este recurso.

Por otro lado, está lograr más apego al sector con incentivos económicos. Aunque ha aumentado el precio de la leche y la carne entregada a la industria, los ganaderos reclaman que las unidades productivas entiendan del mismo modo la aplicación del pago según los resultados productivos.

Según la experiencia de la UEB Borinquen, con una adecuada dieta y cuidados, los terneros pueden alcanzar en los cuneros de los centros de recría, un incremento diario de medio kilogramo

Se debería cobrar por la suma de todas las actividades, como lo hace la unidad de desarrollo 608, de Los Naranjos. Según Jorge Luis Izquierdo, administrador, aquí el salario mensual se eleva a 1 500 pesos o más. “Cuando las personas se sienten bien estimuladas, prestan mayor interés hacia su trabajo y los resultados ascienden”, opina.

Otra propuesta hace Francisco Díaz, al frente de la Unidad 68, dedicada a la cría de terneros, en la Unidad Empresarial de Base Borinquen, ubicada en Alquízar y perteneciente a Los Naranjos. Para él, el meollo radica en el buen manejo de los terneros, como garantía de futuro.

“Este año aquí se reporta un cero por ciento de mortalidad, gracias a las atenciones brindadas a los animales que llegan con solo siete días de nacidos”, explica.

Pero si se mira hacia el resto de los ganaderos de la Isla, en 2015 la mortalidad de terneros estuvo por encima del 10 por ciento y murió cerca del cuatro por ciento de la masa bovina total, o sea, más de 200 000 reses. De ahí que reducir esos negativos índices, también sea fundamental para este trabajador.

¿Ubre Blanca revivirá?

El país cuenta con un buen número de variedades comerciales de plantas leguminosas, gramíneas y de otras familias, y entre los especialistas hay disposición para asesorar e introducirlas a cualquier escala

De color blanco y negro parduzco, orejas largas, anchas, cuerpo de buenas características para un ejemplar F2 –descendiente de un semental Holstein y de una mestiza Cebú–, la vaca cubana Ubre Blanca era la reina de los potreros en la Isla de la Juventud y de toda Cuba.

Incluso tuvo fama mundial. En los años 80 ingresó en el Libro de Récords Guinness, por su rendimiento diario de 110.9 kilogramos de producción de leche, con tres ordeños. Con su marca productiva arrebató el título de campeona mundial a la estadounidense Arlinda, que en 1975 había merecido tal lauro.

Pero como bien dice el refrán, “una golondrina no hace verano”. Orestes López Morera, especialista principal de genética en Los Naranjos, con 36 años en la empresa, considera que aquella etapa fue excepcional, y no cree que Cuba esté en condiciones de volver a tener de nuevo una vaca de tal nivel.

“Aunque Ubre Blanca haya sido una contundente prueba del nivel alcanzado por la ganadería cubana, ahora los tiempos son otros”, sostiene.

Si hay una alimentación adecuada, la ternera pasa a ser añoja entre los 12 y18 meses de nacida; solo cuando pesa 320 kilos estará en condiciones de gestarse y parir a los nueve meses; es decir, que son como promedio unos 30 meses para que dé leche.


El silvopastoreo es un sistema idóneo para disminuir el estrés del ganado, porque le brinda sombra y refresca la temperatura; también los árboles sirven de alimento.

“Hoy en el país la incorporación de estas hembras a la producción es mucho más tardía, porque no siempre se logra un buen engorde. Aun trabajando con todas las condiciones creadas, el ciclo se demora alrededor de tres años”, ilustra el entrevistado.

Frente a un gráfico de genética donde se ilustra la obtención del Siboney, extendido en la nación, Orestes insiste en que no solo el potencial genético garantiza el rendimiento.

“Una Siboney bien atendida puede dar más de 20 litros de leche al día, pero en realidad la media actual apenas llega a la cuarta parte. El hombre que la maneja debe saber utilizar el tesoro científico puesto en sus manos y, con un adecuado manejo, alimentación y otras atenciones, como por ejemplo la sombra, hacer de ella una gran productora”, añade.


Es necesario aumentar la cultura de producción de forrajes, que aporten a la dieta animal un balance de proteína, energía y minerales

Muy de acuerdo con Orestes está Luis Alberto, el director de Los Naranjos. Explica que es posible recuperar el potencial de la genética en el país, aunque nunca igual que los años de mayor desarrollo, pues no son las mismas condiciones.

Sostiene que ahora es tiempo de utilizar más los recursos naturales. Igual apunta hacia un mejor aprovechamiento de la energía renovable en las vaquerías, y buenas prácticas de alimentación y de suministro de agua, para adecuarse a los cambios climáticos, pues un problema cada vez más serio será la sequía.

Aunque es defensor de la empresa estatal socialista, insiste en tener una ganadería que sepa cohesionar todas las formas productivas y poner recursos en los lugares donde más eficiencia exista.

Por tanto, realza el valor de recuperar la infraestructura que la Revolución creó, las vaquerías típicas, las áreas forrajeras que existieron en las empresas; y dentro de estas, dar a las UBPC y al resto de los productores la importancia y las atenciones merecidas.

Desafíos en los potreros

El futuro inversionista en la rama bovina se centra en entidades de probada eficiencia 

En el nuevo sistema empresarial de la agricultura, se ubica el Grupo Empresarial Ganadero, al cual queda subordinada la División de Ganadería, explica el ingeniero pecuario Rogelio Iglesias

Las empresas que recibirán beneficios del crédito italiano SACE (más de 80 millones de dólares), a excepción de una sola, pertenecen a la División de Ganadería del Ministerio de la Agricultura.

Su director, Rogelio Iglesias Fleitas, informa que el impacto previsto cuando se cumpla el décimo año de recibir los nuevos equipamientos y recursos es alcanzar 272 millones de litros de leche, o sea, casi el doble de lo producido actualmente por la entidad.

La División destaca al obtener hoy el 50 por ciento de la producción de leche y carne vacuna relacionada con el Minag a pesar de que solo posee el 34 por ciento de los rebaños existentes dentro del sistema empresarial, donde los grupos agrícola, agroforestal, y de tabaco, poseen aún mayor masa bovina. Quiere esto decir que en las unidades dirigidas por el entrevistado radica la mayor eficiencia.

-¿Cómo prevén erradicar los problemas actuales?

-La División posee dos institutos de investigaciones, 40 empresas pecuarias ubicadas en las diferentes provincias del país y la Isla de la Juventud, una entidad de ferias agropecuarias y otra de inseminación artificial. Además del ganado bovino atiende equinos y bufalinos.

“Como peculiaridad, las formas de propiedad del ganado vacuno en la División se comportan a un 50 por ciento, tanto del sector estatal, como del cooperativo y campesino.

“No estamos exonerados de las deficiencias de la ganadería vacuna en Cuba. Faltan recursos humanos y materiales para la reproducción, por ejemplo, hay un déficit de 580 inseminadores, 200 fisiopatólogos y 105 andrólogos; necesitamos 40 puntos refrigerados de acopio de leche más, para garantizar la calidad de lo enviado a la industria; y el estado de los caminos lecheros, sobre todo en localidades de las 11 empresas de Camagüey, y en las de otras provincias, es verdaderamente lamentable.

“Actualmente estamos insertados en un plan de formación de técnicos inseminadores y otros especialistas para la rama; los puntos de refrigeración esperamos completarlos en 2017; pero el arreglo de los caminos lleva recursos importantes como buldóceres, motoniveladoras, compactadoras, concreteras, camiones de volteo, entre otros. Aprovecharemos algunos de los equipos constructivos existentes, pero la mayor recuperación dependerá de la entrada al país de esos medios.

“En cuanto al mejoramiento de las mil 600 vaquerías pertenecientes a la División de Ganadería, aunque hemos concluido 277, el grueso está por recuperarse integralmente; es decir, no solo las instalaciones de ordeño, maternidad, etcétera, sino también las áreas destinadas al alimento animal y el suministro de agua”.

-¿De qué modo avanzarán en la nutrición vacuna?

-Lo primero es incrementar las áreas bajo acuartonamiento, para mejorar los pastos. Aunque tenemos más de 1 400 cercas eléctricas instaladas, y ello garantiza 38 000 cuartones, falta avanzar en el montaje de un total de 14 000 cercas hasta 2020.

“Tenemos el propósito de que las unidades pecuarias nuestras sean autosustentables. Ello consiste en que cada vaquería típica tenga más de 40 cuartones y se siembre en ellos kingrás, caña, y plantas proteicas como morera, moringa y titonia.


Alrededor de seis o siete litros de leche por vaca se pudieran promediar con un buen uso de la rotación por cuartones en áreas de pastos.

“Pretendemos que alrededor del 30 por ciento de cada unidad esté sembrado de pasto CT-115. Y en todos los lugares se deberá contar con una máquina moledora de forraje, una yunta de buey, arado, postes vivos en las cercas perimetrales, además de árboles en los potreros.

“Alimentar bien a la masa vacuna es fundamental. Una vaca debe entrar en la producción lechera entre los 30 y 36 meses de nacida. Pero en el país debemos esperar, en muchos casos, hasta 46 meses para lograr el primer parto. Se debe al déficit de alimento y a las insuficiencias en las atenciones. Por eso insistimos en los programas de siembra de diferentes cultivos y de plantas proteicas.

“Otro elemento importante para el futuro ganadero es obtener mejores resultados en la cría artificial de los terneros, a los cuales a los siete días de nacidos se les sustituye la alimentación materna por un reemplazante lechero; hay que disminuir los índices de mortalidad en esa etapa”.

-Asegurar el agua también es medular para los rebaños, pues la sequía arrecia cada año.

-Al respecto, debemos avanzar mucho más en la construcción y la limpieza de tranques y micropresas. Además de la reparación de molinos de viento, pretendemos continuar la instalación de bombas fotovoltaicas, unas mil se importan hoy y otro número similar está en dependencia del crédito SACE.

-Las atenciones al ganadero, ¿qué lugar ocupan dentro de las perspectivas de desarrollo?

-Hoy se aplica la Resolución 6, dirigida al pago por los resultados. Antes el salario de un ganadero nuestro no sobrepasaba los 400 pesos mensuales; ahora puede alcanzar más de mil pesos. La intención es que no solo los hombres y mujeres de la División de Ganadería, sino todos los del sector, ganen acorde con los niveles productivos y el ahorro. De sus esfuerzos dependerá el crecimiento previsto.

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