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miércoles, 17 de febrero de 2016

Malmierca y Pritzker, cruce de palabras en el Departamento de Comercio (+ Fotos y Video)

Por: Ismael Francisco, Rosa Miriam Elizalde


La Secretaria de Comercio Penny Pritzker y el Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, de Cuba, Rodrigo Malmierca. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
La Secretaria de Comercio Penny Pritzker y el Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, de Cuba, Rodrigo Malmierca. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
La Secretaria Penny Pritzker es la primera que entra a la Biblioteca del Departamento de Comercio, donde ya esperan los integrantes de las delegaciones oficiales que asisten alsegundo Diálogo Regulatorio Estados Unidos-Cuba, organizado por los Departamentos de Comercio y del Tesoro en Washington. A unos pasos, avanza Rodrigo Malmierca, el Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
En este preámbulo de la reunión que durará dos días, la prensa solo escuchará los discursos de ambos, en un ambiente de respeto, pero cada uno colocando sobre la mesa las diferencias.
La Secretaria de Comercio, directa, dice que las medidas de su administración para Cuba avanzarán “si hay cambios específicos de su lado”. Malmierca, que ha brillado aquí por su capacidad de improvisar el discurso en inglés, la agudeza de sus argumentos y las bromas con los periodistas, también habla claro: las medidas estadounidenses, bien recibidas por Cuba, “son insuficientes”. Y pone como ejemplo la imposibilidad de utilizar el dólar en las transacciones financieras internacionales, un tema que no está codificado en la legislación del bloqueo. Es decir, el Presidente puede quitar este obstáculo que afecta a la Isla y a los empresarios estadounidenses.
Ambos hablan, como decimos los cubanos, sin que les quede nada por dentro. Exponen los puntos de vista de los dos gobiernos, pero a la vez maniobran amablemente, sin palabras altisonantes. Hay otra similitud: tanto Pritzker como Malmierca parecen llevar en el ADN la capacidad negociadora. El cubano, además de su extensa hoja de servicio en la diplomacia, es el hijo de Isidoro Malmierca, ex Canciller. Perteneciente a una histórica y rica familia judía de Chicago, la Secretaria de Comercio es presidenta de la junta y ejecutiva principal de la firma PSP Capital Partners, además de miembro del equipo directivo de Hyatt Hotels Corporation, la cadena hotelera cofundada por su padre. A sus 54 años acumula una fortuna personal de 1 850 millones de dólares y está considerada entre los 300 estadounidenses más ricos.
Por eso y porque el ambiente en Washington es propicio para avanzar lo más que se pueda este año en las relaciones con Cuba, los dos están optimistas y así lo expresan. Se permiten, incluso, cariñosas digresiones sobre el clima: frío en Washington; cálido en La Habana. “Estados Unidos quiere hacer negocios en Cuba”, reitera Pritzker, mientras Malmierca responde del otro lado de la mesa: Cuba, también, pero con soberanía. Y este, dice Malmierca mirando a los ojos de la Secretaria, “es un camino sin retorno”.
A continuación, transcribimos las palabras de ambos líderes, con versión no oficial al español de Cubadebate 

Malmierca: Las medidas de EEUU son positivas, pero no suficientes

Quiero agradecerle a la Secretaria Pritzker por la invitación y por esta oportunidad de dialogar, como la tuvimos ante el Canciller hace unos pocos meses en La Habana, y creo es una muestra de la voluntad de dialogar y conocernos mejor, y crear condiciones para poder avanzar en las relaciones económicas fundamentales entre ambos países.
Es cierto que llegamos a Washington en medio de una nevada, pero el calor con que nos han recibido ha contribuido también a derretir ese frío intenso. Creo que vamos a tener una buena reunión.
El 17 de Diciembre de 2014, cuando los Presidentes Barack Obama y Raúl Castro, simultáneamente, anunciaron su decisión de avanzar en las relaciones diplomáticas y en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, no solo ocurrió un acontecimiento histórico. Se abría un nuevo camino por el cual estamos ahora transitando.
Y este camino, obviamente, no va a ser un camino fácil. Tenemos que tratar de eliminar esos obstáculos, el mayor de ellos el bloqueo diplomático, comercial y financiero que por más de 30 años hemos tenido.
Si nosotros analizamos las medidas que ya en tres ocasiones Obama ha aprobado para tratar de aliviar los efectos del bloqueo, llegamos a la conclusión de que son medidas positivas, que van en la buena dirección, pero también tenemos que reconocer que no son suficientes. Los temas más esenciales del bloqueo se mantienen vigentes.
Estamos conscientes de que el bloqueo solo podrá ser eliminado totalmente a través del Congreso de los EEUU, porque hay leyes que están vigentes e impiden al Ejecutivo tomar todas las decisiones. Pero también sabemos que el Ejecutivo tiene amplias prerrogativas, y que hay importantes temas que podrían ser objeto de decisiones que permitirían avanzar en el desmontaje de este.
No somos ingenuos; sabemos que todo esto plantea problemas políticos para la administración, especialmente en un año electoral. Pero hay un fuerte apoyo no solo en la sociedad norteamericana, sino en el Congreso, y por miembros del Congreso de ambos partidos, que le permite al Presidente tener una base de apoyo para poder seguir avanzando.
Les voy a poner un solo ejemplo de un tema que nos afecta. La prohibición del uso del dólar en las transacciones financieros. Esto nos afecta no solo en operaciones con empresas norteamericanas, sino con empresas de cualquier parte del mundo. El hecho es que la persecución en el aspecto financiero a cualquier operación cubana tiene un efecto disuasivo muy fuerte en los bancos a nivel internacional.
Un solo dato. Después del 17 de diciembre de 2014, se han aplicado por agencias federales y estaduales de EEUU seis multas a instituciones bancarias internacionales, por un monto total de más de 2 mil millones de dólares.
En fin, yo comparto el optimismo de la Secretaria Pritzker. Pienso que el diálogo que vamos a sostener hoy y mañana nos va a permitir continuar avanzando, conociéndonos mejor. Pero tenemos muchos problemas por resolver. Nuestra delegación, que es una delegación amplia, en donde hay no sólo personal del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y la Cancillería, sino también representantes del sector bancario y del sector empresarial cubano, también trajimos al Presidente de la Cámara de Comercio, están en la mejor disposición de trabajar de manera constructiva con la contraparte estadounidense.
La Secretaria se refirió al tema del VII Congreso del PCC y quiero darle algunas informaciones sobre eso. Como ella ya conoce, porque es un tema que conversamos con amplitud en La Habana, Cuba ha emprendido un amplio proceso de transformaciones económicas dirigido a actualizar nuestro modelo económico. Es un proceso complejo porque son muchas las transformaciones y es difícil imaginar qué hay que hacer, pero es mucho más difícil implementar las decisiones que hayamos tomado. La mayor complejidad es que queremos que todos estos cambios se introduzcan sin afectar a la población, no queremos aplicar medidas de choque o medidas que puedan tener un efecto negativo.
El VII Congreso esencialmente va a ser un Congreso de continuidad del VI Congreso. En primer lugar, vamos a analizar los resultados en la implementación de los lineamientos que fueron aprobados en el VI Congreso. En el segundo lugar, vamos a trabajar en el estudio y posible aprobación de la conceptualización del modelo económico cubano que hemos adoptado y en tercer lugar vamos a trabajar sobre el plan de desarrollo económico hasta el año 2030, un plan de largo plazo.
Nosotros queremos en ese plan dejar bien definidos cuales son los sectores priorizados y cuáles son los ejes transversales que tienen que ver con el desarrollo del país a largo plazo. Quiere decir que vamos a trata de seguir consolidando lo que ya decidimos, que es un camino sin retorno. Estamos convencidos de que estos cambios son necesarios para lograr que la economía cubana sea más eficiente y eso incluye la separación de las funciones estatales de las funciones empresariales. Eso incluye el papel que el mercado tiene que jugar en nuestra economía y también incluye, solo estoy mencionando algunos aspectos, el papel de la inversión extranjera en el desarrollo económico del país.
Todas estas medidas que estamos tomando y que decidimos de manera soberana mucho antes del 17 de diciembre de 2014, estoy seguro que -de alguna manera- contribuyen también a que sean más factibles las decisiones que estamos tomando de manera conjunta.
Ayer, nuestra delegación tuvo un día bastante ocupado. Tuvimos varios encuentros con empresarios y el denominador común en todos estos intercambios es que las empresas de EE.UU. esperan que nosotros creemos las condiciones para poder tener resultados. Y yo estoy -repito- muy optimista pienso que el trabajo que nuestros expertos van a desarrollar hoy y mañana va a ser una efectiva contribución para que alguna de las ideas que hemos intercambiado se hagan realidad y algunos negocios también sean implementados.
Aprovecho para reconocer aquí públicamente el esfuerzo que expertos de ambas partes han realizado, creo que han trabajado con mucha profesionalidad y le agradezco nuevamente por la invitación y por la amabilidad con la que nos han tratado aquí.
Muchas gracias.

Pritzker: La reunión de hoy nos brinda la oportunidad de avanzar

El diálogo sobre los reglamentos tienen como objetivo facilitar una aplicación más eficaz de las nuevas políticas de Estados Unidos hacia Cuba. Ministro Malmierca, apreciamos enormemente que usted y su equipo hayan viajado a Washington esta semana – especialmente en febrero, cuando está tan frío y triste afuera. ¡Después del invierno que hemos tenido aquí en DC, sin duda podría usar parte de su sol de La Habana!
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por acoger nuestra reunión inaugural, altamente informativa, en octubre pasado. Preveo que la reunión de hoy será igualmente productiva. Nuestras actualizaciones reglamentarias anteriores y estos cambios actuales están destinados a aumentar el nivel de vida de la población cubana y posibilitar el uso de Internet para innovar, aprender y expresarse.
Nuestros cambios más recientes también proporcionan a las empresas estadounidenses más oportunidades para hacer negocios en Cuba, incluyendo a las empresas estatales, si dicha empresa cumple con las necesidades de la población cubana. Tomados en conjunto, los cambios regulatorios que el gobierno de los EE.UU. ha hecho permiten el comercio y el compromiso económico en una amplia gama de áreas, desde la protección del medio ambiente y la eficiencia energética; telecomunicaciones; producción agrícola; prevención de desastres; educación; y bienes de consumo que permiten proveer suministros y equipos necesarios a los empresarios del sector privado, que representan una parte cada vez mayor de la economía cubana.
En los últimos meses, mi equipo se ha reunido con los líderes de negocios de todo nuestro país. Está claro que quieren hacer negocios en su país. En tan sólo 2015, (Departamento de) Comercio emitió 490 autorizaciones por un total de $4.3 mil millones, un incremento de casi 30% del volumen de años anteriores. En 2016, el Comercio ya ha emitido 28 autorizaciones por valor de unos $ 300 millones, en tan sólo los primeros 40 días, más o menos, del año. Claramente, el interés en hacer negocios en Cuba es alto.
Continuaremos llevando a cabo una amplia difusión a las empresas y otras partes interesadas para asegurar que entienden cómo estos nuevos cambios regulatorios funcionan y lo que les permiten. Vamos a continuar estos esfuerzos, porque queremos que nuestros grupos de interés aprovechen esta nueva oportunidad. Pero necesitamos la ayuda de la parte cubana. Las empresas estadounidenses que están tratando de hacer negocios en su país siguen enfrentando desafíos. Algunos de los obstáculos están relacionados con temas que hemos discutido antes. Ellos incluyen el requisito de que las empresas extranjeras contratan a los cubanos a través de organizaciones estatales; problemas para llegar a la gente en su gobierno para discutir oportunidades de negocio; y dificultades para identificar y acceder a las leyes y regulaciones cubanas pertinentes. La reunión de hoy nos brinda la oportunidad de avanzar en estas y otras cuestiones.
En concreto, vamos a estimular a nuestros equipos a hacer frente a las preocupaciones del sector privado estadounidense, discutir cómo nuestros recientes cambios normativos se pueden implementar con mayor eficacia, y aprender más sobre la economía cubana. Nuestras reuniones de octubre del año pasado nos dieron una comprensión más profunda de cómo funciona el sistema, y estamos deseosos de obtener mayor conocimiento hoy y en los próximos meses.
También estamos interesados en escuchar acerca de los nuevos cambios en las regulaciones empresariales y comerciales de Cuba, así como los cambios que se pueden considerar en el próximo congreso del partido. Nuestra esperanza es que estas discusiones nos permitan identificar áreas en las que las empresas estadounidenses puedan utilizar licencias de Comercio o del Tesoro o autorizaciones generales para hacer más negocios en Cuba.
Nuestros cambios normativos no están destinados a fomentar una respuesta recíproca. Dicho esto, sin cambios específicos de su lado que permitan al sector privado participar, nuestros cambios no desbloquearían las oportunidades para el pueblo cubano que tantos de nosotros esperamos ver. Para aprovechar este momento y empezar a construir una relación entre nuestras naciones, es importante que veamos cambios en las políticas concretas que permitan que sea más fácil para las empresas estadounidenses capitalizar nuestros cambios regulatorios. Tales cambios demostrarían el compromiso de Cuba en aumentar los lazos comerciales con los Estados Unidos para el beneficio del pueblo cubano.
Espero que las discusiones entre los expertos en los próximos dos días allane el camino para el progreso, y cree más prosperidad para el pueblo de Cuba y los Estados Unidos y más oportunidades en nuestra gente para llegar a conocernos unos y otros.
Este es un momento extraordinario. Nuestros países están logrando progresos, como lo demuestra el acuerdo bilateral de aviación civil firmado ayer, pero tenemos mucho por hacer. Nuestro trabajo aquí hoy y en el próximo año, debe darle forma no sólo al avance de la relación comercial entre EE.UU.-Cuba, sino también al futuro económico de millones de cubanos limitados por décadas de aislamiento. Esta es verdaderamente una oportunidad histórica, y espero poder aprovechar este momento juntos.
Gracias.
(Versión al español no oficial de Cubadebate)
Usted puede seguir las incidencias en vivo de la visita de Malmierca y la delegación cubana, a través de nuestra transmisión por Periscope live, y también, por nuestros canales de Twitter y Facebook.
Para descargar las imágenes en alta resolución, visite nuestra página en Flickr

Galería de fotos de la visita

En Video, momentos del II Diálogo Regulatorio EEUU-Cuba

Tasas de interés negativas: las nuevas guerras cambiarias

Alejandro Nadal, La Jornada

Un número importante de bancos centrales ha adoptado una política de tasas de interés negativas. Esto es algo casi sin precedentes en la historia del capitalismo y puede inaugurar cambios profundos en el funcionamiento de la política monetaria.

En la actualidad los bancos comerciales deben guardar cierto volumen de reservas en el banco central y éste les paga una cierta tasa de interés por tener esos depósitos. Con una tasa de interés negativa las cosas se invierten: los bancos comerciales deben pagar al banco central por el privilegio de estacionar sus reservas en dicho instituto. Se piensa que de esta forma los bancos se verán inclinados a prestar más dinero e incrementar sus operaciones.

En épocas de deflación los agentes económicos prefieren atesorar el dinero en lugar de gastarlo o de invertirlo. Eso provoca una caída en la demanda agregada y profundiza un círculo vicioso de deflación y desempleo. La tasa de interés puede llegar a niveles muy bajos, incluso cero, pero si las fuerzas deflacionarias son poderosas esa reducción en las tasas no será suficiente para estimular el gasto y la inversión.

Los bancos centrales que han introducido tasas de interés negativas son los de Dinamarca, Suecia, Suiza, Japón y (desde 2014) el Banco Central Europeo (BCE). Las tasas negativas en estos países van desde -0.75 por ciento en Suiza hasta -0.1 por ciento en Japón. En el caso del BCE la tasa es de -0.3 por ciento.

En realidad las tasas de interés negativas no sólo han sido introducidas para actuar como un estímulo económico. La evidencia es que este instrumento está más ligado a objetivos de política cambiaria que a otra cosa. Por ejemplo, en los casos de Suiza, Suecia y Dinamarca la TIN fue introducida para frenar la apreciación de la divisa local provocada por un aumento en los flujos de capital. Es decir, más que fomentar la demanda agregada el objetivo es mantener la paridad en niveles que se consideran menos desestabilizadores en un contexto de volatilidad internacional. Incluso en el caso de Japón las consideraciones sobre la paridad no estuvieron ausentes de su decisión sobre tasas de interés negativas. Ese país tiene ya casi dos décadas de estancamiento, pero la TIN está más relacionada con la evolución de la paridad cambiaria con el yuan chino y la competitividad de las exportaciones.

Finalmente, en el caso del BCE parece que se redujeron efectivamente la tasas de préstamos interbancarios, pero eso no se ve reflejado todavía en las operaciones al menudeo. En realidad, la TIN también cumple un objetivo de mantener el euro en un terreno favorable si se compara el tipo de cambio con el dólar estadunidense.

En el fondo las tasas de interés negativas no han sido el detonador del crédito y de la demanda agregada que se esperaba. Eso se debe a que al extraordinario nivel de endeudamiento que impulsó a las economías capitalistas desarrolladas en los últimos veinte años le ha seguido un proceso deflacionario que está lejos de concluir. Y como lo demuestra una serie de estudios publicados en el Quarterly Bulletin (2014 Q1) del Banco de Inglaterra, los bancos no son intermediarios entre ahorradores y demandantes de capitales. Los bancos comerciales realizan una operación de creación monetaria cuando otorgan un crédito. Todo esto significa que en un contexto deflacionario ni los agentes particulares, ni los bancos están dispuestos a iniciar nuevas operaciones de crédito. La tasa negativa tendrá repercusiones sobre la rentabilidad de los bancos, pero no necesariamente desembocará en una expansión del crédito.

¿Qué hará la Reserva Federal en este contexto? Hay que recordar que a raíz de la crisis de 2008 la Reserva federal puso en pie un programa de tasas de interés cero para tratar de reanimar la economía real. Cuando eso no fue suficiente, se introdujo un programa de compra de activos (flexibilidad cuantitativa) para inyectar dinero en la economía. Recientemente los signos de una aparente recuperación llevaron a la Reserva Federal a introducir un modesto incremento en la tasa de interés en diciembre del año pasado. Pero hoy que los mercados financieros son castigados por diversas fuerzas, se ha intensificado el debate sobre la oportunidad de esa decisión. Por más que la presidenta de la Reserva Federal insista en que el mercado laboral se fortalece y que las decisiones de consumidores e inversionistas anuncian una robusta recuperación, lo cierto es que el PIB estadunidense mantiene una tendencia hacia tasas de crecimiento cada vez más débiles desde mediados del año pasado.

Todavía estamos lejos de ver algo parecido a una tasa negativa en Estados Unidos, pero las cosas pueden cambiar si el fortalecimiento del dólar estadunidense se mantiene y si continúa afectando el desempeño y la rentabilidad del sector exportador de ese país. Sin duda el regreso a una tendencia hacia tasas de interés normales que tanto pregona la señora Yellen tendrá que posponerse.

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Producción local y venta de materiales de la construcción: asegurar el crecimiento y sostenibilidad del programa

Economía
Miércoles, 17 de Febrero de 2016
A mitad de camino de la VIII Evaluación Nacional, Granma dialoga con dos de los integrantes del grupo de trabajo que lidera la actividad en el país. En sus visitas a los territorios, Tomás Vázquez (derecha) y Juan Antonio Rosas (izquierda) sostienen frecuentes intercambios con los productores.
Miguel Febles Hernández - Diario Granma - CAMAGÜEY.—El programa de producción local y venta de materiales de la construcción transita por el cuarto año de aplicación en todos los municipios del país, periodo que permite ya, a estas alturas, medir re­sultados tangibles, específicamente en el cumplimiento de los 146 renglones previstos en el nomenclador.
Ese, entre otros asuntos, forma parte de los propósitos a lograr por el grupo nacional coordinador en su octavo recorrido de evaluación, que en una primera etapa de trabajo, del 1ro. al 13 de febrero, abarcó a las provincias de Guantánamo, San­tia­go de Cuba, Granma, Holguín, Las Tu­nas y Camagüey.
Sobre las principales incidencias, novedades, aportes, deficiencias y asuntos pendientes detectados en el más reciente periplo por la zona centro-oriental de Cuba, Granma dialogó con Tomás Vázquez Enríquez y Juan Antonio Rosas, jefe y asesor del programa a instancia nacional, respectivamente.
—¿Qué apreciación tiene el grupo sobre el desempeño y resultados en los seis territorios hasta ahora vi­sitados?
—Vázquez: Santiago de Cuba, Gran­ma y Las Tunas mantienen su estabilidad en el programa, a partir de re­sultados que se han consolidado con el tiempo. Las tres provincias cuentan con una base productiva que ya parecen pequeñas industrias, en las cuales se hace la mayoría de los renglones del nomenclador.
“Al existir en Las Tunas un grupo de innovadores destacados, se decidió hacer allí el primer centro autofinanciado de investigación, desarrollo y producción, adscrito a la Em­presa de Materiales de la Cons­truc­ción del Poder Popular, que contribuirá a promover el conocimiento y a extender las buenas prácticas.
“Guantánamo y Camagüey van también en ascenso. Gracias a un me­­jor conocimiento y gestión del programa, ambas provincias fueron evaluadas esta vez de Bien, aunque hay municipios que avanzan más que otros en el aprovechamiento de las capacidades, reservas y potencialidades de cada lugar.
“En el caso de Holguín, calificada nuevamente de Regular, es un territorio que tiene que hacer un mayor esfuerzo para lograr que sus 14 mu­nicipios produzcan los elementos totales del nomenclador, pues no llegan aún a los 35 renglones previs­tos, principalmente los elaborados a ba­se de hormigón”.
En cada municipio debe lograrse el equilibrio necesario entre las producciones de elementos de pared, de piso y de techo.
—¿Qué beneficios, en específico, reporta para un municipio la eficiente gestión del programa?
—Rosas: Lo primero es garantizar la autarquía o autonomía municipal, es decir, bastarse a sí mismos, no de­pender de nadie a la hora de producir los materiales que necesita la población local para asumir por esfuerzo propio las acciones de construcción, rehabilitación, reparación y mantenimiento de sus viviendas.
“De gestionarse correctamente, el programa ejerce un efecto directo y dinamizador en la economía e im­pacta favorablemente en el desarrollo integral de los territorios. Ello quiere decir que el municipio tendrá lo que sea capaz de hacer. Todavía hay por ahí quienes se sientan a es­perar a que les manden los recursos.
“Para este año se ha decidido que el 80 % de la producción se destinará a la venta directa a la población, a precios asequibles, que se parezcan cada día más al salario medio del pueblo, mientras el restante 20 % se dedicará a respaldar los programas económicos y sociales de cada localidad”.
—¿Sobre qué aspectos es preciso continuar trabajando para materializar tales objetivos?
—Vázquez: Para asegurar el crecimiento y sostenibilidad del programa, que se nutre de las mejores prác­ticas y experiencias dondequiera que se generen, se requiere, pri­me­ro que todo, de inteligencia, per­­se­ve­ran­­­cia, motivación, iniciativa, es­pí­ritu emprendedor, sentido de la previsión y amor por lo que se hace.
“Dicho en buen cubano: se trata de sumar al programa cuantas entidades y personas sean posibles y po­nerle al pueblo un producto bue­no y barato que permita resolver gra­dual­mente, a instancia local, uno de los problemas más apremiantes de la so­ciedad cubana: la vivienda.
“Ya en el orden práctico, hay que avanzar en la creación de nuevas capacidades productivas, en el má­ximo aprovechamiento de los recursos naturales, desechos y material reciclable, en la variedad de los surtidos, en la calidad de lo que se hace y en la adecuada comercialización, como último eslabón de la cadena”.
—A propósito ¿cuáles son los prin­cipales problemas a resolver en lo que respecta a la realización final de las producciones?
—Vázquez: Consideramos que las bases productivas se han organizado más rápido que la comercialización y lo hemos podido comprobar en este recorrido: hay lugares donde no se exponen a los clientes los renglones a la venta y se han detectado precios diferentes para un mismo producto.
“Lo otro está relacionado con la dig­nificación de las tiendas: necesitamos que ese último eslabón sea un ejemplo de legalidad socialista, libre de chanchullos y malos manejos, donde al pueblo se le atienda co­rrectamente y sea este el que evalúe y diga la última palabra sobre su funcionamiento.
“Cuando se habla de dignificar, es con­­tar con un personal bien seleccionado, con medios de medición de los materiales, donde se apliquen sistemas de pago estimulantes para los trabajadores, se logre una adecuada vinculación con los talleres de producción y exista un am­biente de gestión favorable y buen servicio”.
—¿Podrían referirse a los resultados preliminares de la encuesta rea­lizada esta vez a la población?
—Rosas: Como este es un programa de pueblo y para el pueblo, a me­dida que avanza su ejecución se apre­cia que es indispensable estrechar la conexión productor-consumidor, en el sentido del conocimiento mutuo para definir y responder de manera satisfactoria a las demandas y necesidades del pueblo.
“Es por ello que en esta ocasión se decidió aplicar una encuesta en las provincias visitadas, con la intención de medir el dominio de los ciudadanos sobre los objetivos del programa y sus beneficios, y recoger los criterios acerca de la calidad de las producciones y del servicio que se les ofrece en las tiendas.
“Como datos preliminares, pue­do informar que el 65 % de las personas encuestadas conoce el programa, lo que indica que hay que intensificar mucho más la divulgación de sus bondades, mientras el 90 % consideró que la calidad de los productos adquiridos está entre Muy Bien y Bien.
“Esto debe constituir un alerta pa­ra los territorios, pues a partir de la IX Evaluación, que transcurrirá en septiembre, los resultados de las en­cuestas serán determinantes en la calificación a obtener, es decir, si el pueblo entiende que lo que se le oferta es malo, el municipio, por tan­to, está mal”.
—¿Qué depara el 2016 para el programa de la autarquía?
—Vázquez: Está previsto crecer un 10 % en la producción, para lo cual se cuenta con el respaldo de los re­cursos necesarios. A modo de ejem­plo, de 30 millones de bloques elaborados en el 2015, ahora el mon­to concebido supera los 37 millones. Pa­recido sucede con el resto de los renglones planificados.
“Este año deben recibirse, además, 890 equipos a través del Minis­terio de Industrias, fundamentalmente molinos de bola y de martillo, bloqueras y hormigoneras, lo que in­ci­dirá de manera directa en la productividad, la optimización de los re­cursos y la calidad de las producciones.
“Con esa garantía en el orden ma­­terial, en cada municipio debe definirse como prioridad el completamiento de la estructura de las vi­viendas, que es el ABC del programa en el orden práctico, es decir, lograr el equilibrio necesario entre las producciones de elementos de pared, de piso y de techo.
“Como puede apreciarse, el crecimiento planificado en los niveles productivos y de ventas habla por sí solo de la magnitud del empeño, cu­ya materialización en mucho de­penderá del respaldo que le ofrezcan los órganos municipales de go­bierno, a sabiendas de que es este programa, y no otro, el cimiento del desarrollo local”.