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lunes, 29 de febrero de 2016

Ron Havana Club aspira a ser el primer producto cubano que se venda en EE.UU.

5 de junio de 2012 EFE/Alejandro Ernesto
Un cantinero prepara varios Cuba Libre junto a botellas de ron Havana Club en un bar de La Habana.
Infolatam/Efe

La Habana, 28 de febrero de 2016

Las claves
  • El conflicto del ron se remonta al triunfo de la Revolución en 1959, cuando Fidel Castro confiscó la empresa Havana Club, fundada en 1935 por la familia Arechabala, de origen español, y el nuevo gobierno comenzó a explotar la marca; aunque en los años 90 la familia vendió los derechos a la empresa Bacardí para su comercialización en EE.UU.
Después de haber ganado el litigio para registrar la marca Havana Club en EE.UU., esta empresa aspira a que su ron sea el primer producto cubano que se venda en el país norteamericano cuando se levante el embargo, un mercado con enorme potencial que copa casi la mitad de ventas mundiales de ron premium.

“Estamos seguros de que el ron Havana Club será el principal producto cubano que entre en EE.UU. tan pronto se pueda. (…) Representa el 40 % de las ventas mundiales de ron, entonces el reto y la potencialidad son grandes”, señaló en una entrevista a Efe el director de desarrollo de mercado de Havana Club, Sergio Valdés.

Valdés precisó que, con un mercado como el estadounidense todavía vetado, Havana Club es ya el tercer ron más vendido en todo el mundo, marca que podría superar fácilmente cuando las empresas cubanas puedan entrar sin restricciones en el país vecino, ávido por adquirir “productos emblemáticos” de una isla prohibida a ellos durante 50 años, como el ron o los tabacos.

Antes de poder entrar con todos los galones en ese potente mercado, la empresa mixta cubano-francesa que comercializa en el mundo Havana Club -conformada por la francesa Pernod Ricard y la cubana Cuba Ron– se apuntó un importante tanto hace unas semanas al vencer una batalla legal de más de veinte años con Bacardí por los derechos de esa marca en EE.UU.

Como resultado de esa pugna legal, se producía una situación anómala: Bacardí vendía la marca en los Estados Unidos; mientras que Pernod Ricard lo hacía en el resto del mundo; desde que conformara en 1993 la empresa mixta con Cuba.

“Indiscutiblemente es una muy buena noticia para nosotros que nos da tranquilidad”, señaló Valdés, quien explicó que la marca Habana Club estaba registrada por Cuba en los EE.UU. desde 1976 y, con la reciente decisión de la Oficina de Marcas y Patentes, han renovado su licencia para comercializar, de momento hasta 2026, la marca en ese país una vez se levante el embargo sobre la isla.

El conflicto del ron se remonta al triunfo de la Revolución en 1959, cuando Fidel Castro confiscó la empresa Havana Club, fundada en 1935 por la familia Arechabala, de origen español, y el nuevo gobierno comenzó a explotar la marca; aunque en los años 90 la familia vendió los derechos a la empresa Bacardí para su comercialización en EE.UU.

Con el asunto de la licencia de marca solventado, la empresa está centrada ahora en “diversificar su abanico de productos”, sobre todo de aquellos de alta gama y mayor calidad, para conquistar a un público creciente aficionado el ron cubano, en un momento propicio para dar a conocer los productos de la isla, remarcó Valdés.

Tras superar el umbral de los 3 y los 3,5 millones de turistas extranjeros en 2014 y 2015 respectivamente, las ventas de ron Habana Club dentro de Cuba se han disparado, con crecimientos anuales superiores al 10 %, algo impulsado “indudablemente por el incremento de la llegada de turistas”.

“Ha habido un crecimiento sobre todo de los rones de gama alta de Havana Club, es decir, han venido visitantes buscando, ya no los rones más sencillos, sino productos verdaderamente de lujo que ahora queremos desarrollar”, explicó.

Aunque de manera más modesta, las ventas destinadas a la exportación -el 75 % del total de botellas que se fabrican- también han aumentado significativamente en el último año, con Alemania como principal mercado; pero con buenos resultados también en Francia, España e Italia.

“En América nuestro mercado más grande es Chile y se tienen muy buenos resultados en otros lugares como Canadá o México”, señaló el responsable de desarrollo de mercados de la empresa, que tiene ahora unos de sus puntos de mira en Asia.

En total, sumando todos los mercados y toda su gama de rones, Havana Club vendió el año pasado 4 millones de cajas, es decir 36 millones de litros de ron, un producto que para los responsables de al empresa es más que una bebida; “un pedacito de vida y cultura cubana que estamos diseminando por todo el mundo”.

Agricultura de conservación eleva rendimientos del tabaco cubano

Es un método sustentable, con probadas mejoras para la salud de los suelos, según organismos internacionales.

Los investigadores recuerdan que 80 por ciento de las zonas agrícolas pinareñas están bajo riesgo de degradación por manejos inadecuados.
Los investigadores recuerdan que 80 por ciento de las zonas agrícolas pinareñas están bajo riesgo de degradación por manejos inadecuados.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 29 feb.- La siembra de frijol y maíz donde se utiliza el monocultivo del tabaco mejora las propiedades físicas y químicas de los terrenos, aporta materia orgánica y minimiza el uso de combustible, sostiene un equipo de investigadores cubanos.
Esta práctica contrarresta la degradación de los suelos en Cuba, según el artículo “Influencia de la agricultura de conservación sobre el suelo y el cultivo del tabaco en San Juan y Martínez”, publicado en el último número de la Revista Avances.
Sus autores, Juan M. Llanes, Eduardo Cabrera y Ester de la Nuez coinciden en la importancia de emplear cultivos de cobertura como mejoradores de los terrenos en este municipio, donde se encuentra el suelo y clima idóneos para obtener los famosos puros cubanos.
El occidental territorio, que sobresale por la producción de los puros hechos a mano, posee al mismo tiempo suelos catalogados dentro de los de menor fertilidad del país.
Los investigadores recuerdan que 80 por ciento de sus zonas agrícolas están bajo riesgo de degradación por manejos inadecuados durante su explotación.
Por ello, encauzaron durante tres años una pesquisa en 3,2 hectáreas de tres cooperativas de San Juan y Martínez, a 185 kilómetros al oeste de La Habana.
Como parte del proyecto, se experimentó con la Agricultura de Conservación, un sistema de siembra y plantación de cultivos que moviliza el suelo lo menos posible y que permite obtener cosechas más limpias y económicas.
Los resultados se compararon con un área testigo donde se efectuó la labranza tradicional para el cultivo del tabaco y el maíz.
Con la nueva técnica mejoró el pH del suelo, así como su estructura, humedad, actividad microbiana y fertilidad a través de la fijación de nitrógeno, según el informe publicado en la revista del estatal Centro de Información y Gestión Tecnológica de Pinar del Río.
Al mismo tiempo, se constató el reciclaje de nutrientes, incrementó la infiltración del agua y contenidos de la materia orgánica, disminuyó la densidad aparente e incrementó la macroporosidad, remarcan los autores.
Con la asociación de maíz con frijol terciopelo en la variante de Agricultura de Conservación, los valores de producción de biomasa seca de los cultivos cobertura fueron de más de 22 toneladas por hectárea (t/ha) al año.
En el caso de la agricultura tradicional, cuando se usa solamente el maíz posterior al tabaco, no supera los 8,5 t/ha al año, ejemplifican.
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También obtuvieron incrementos en el rendimiento del maíz (en 0,87 t/ha), del tabaco bajo tela (en 0,271 t/ha) y del tabaco al sol (en 0,624 t/ha), además de considerables cantidades de frijol, habichuela y sorghum.
Al cultivar el tabaco con el citado método, se ahorró 50 por ciento de la fuerza de trabajo gracias a la no realización de aporques y labranza, mientras que los riegos disminuyeron a la mitad.
La labranza cero redujo el gasto de electricidad y la emisión de gases contaminantes por la no utilización de equipos de combustión interna, algo que convierte a la Agricultura de Conservación en un sistema de producción más sostenible, afirman.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Agricultura de Conservación ha sido adoptada en alrededor de 125 millones de hectáreas de 25 países, donde destacan Estados Unidos, Argentina y Brasil.
Esta técnica se combina con elementos que aportan tecnologías viables para la introducción de la siembra directa, la nutrición, el manejo del cultivo, la sanidad vegetal y el riego, entre otras, para solucionar problemas bajo una concepción ambiental y económica. (2016)