El gran periodista chileno John Müller ha coordinado un nuevo libro. Primero hablamos con él tras deconstruir a Podemos, después de sus Leones contra dioses, y ahora, como no, de Trump. Hubo una corriente de opinión que rápidamente asoció: empresario, rico, de derechas y populista igual a liberal. Pero la realidad es mucho más compleja. De tal modo que John ha coordinado un libro con un buen abanico de autores que demuestra (creo que de forma muy contundente) que No, no te equivoques, Trump no es liberal.
:: John, ¿tantas dudas existían sobre el liberalismo de Trump que habéis tenido que escribir un libro explicándolo?
Desde 2016 ha cuajado un intento deliberado de apoderarse de la etiqueta “liberal” tanto por los conservadores como por algunos centristas que en realidad están más cerca de la Socialdemocracia. La marca “liberal” vende, sobre todo entre los jóvenes. Esto hizo que en el debate público español y europeo se intentara hacer pasar a Trump como defensor del liberalismo cuando no lo es. El título de la obra es una provocación del marketing porque no pretendemos repartir carnets de liberalismo. De hecho, entre los mismos autores tenemos importantes diferencias sobre el asunto. Pero el libro es un intento, por la vía de desenmascarar las políticas de Trump, de dejar claro que es un populista conservador y un enemigo de la globalización, que es lo que más nos preocupa.
:: Si tuvieras que identificar los 3 peligros de la forma de actuar del presidente americano, ¿cuáles dirías?
Tres peligros que veo claramente en su forma de conducirse son: su populismo, su incontinencia y su desprecio por el débil. El populismo le obliga a gustar a los suyos y a disgustar a los que no lo son, pero manteniendo siempre el rating, la atención, muy alto. Su incontinencia le lleva a desmadrarse en twitter, que es donde realmente es auténtico. Ahí es donde polemiza con un alcalde musulmán y reparte collejas a los empresarios. Y su desprecio por el débil lo disfraza de incorrección política, pero en realidad es simplemente un adulto maleducado.
:: El listado de nombramientos que hizo Trump, y que se resume en el capítulo de Toni Roldán, solo me lleva a una pregunta: ¿el presidente que decía acabar con los lobbies de Washington lo que hizo fue meter a los lobbies a gobernar?
Es que lo de que iba a acabar con los lobbies era un cuento chino. Trump construyó la imagen de que era un empresario hecho a sí mismo (quebró varias veces), un tipo rudo que llegaba con una escoba para barrer en Washington, cuando en realidad es un niño criado con cubiertos de oro, cuya primera empresa la montó con 14 millones de dólares que le dejó su papá. ¿Cómo iba a acabar con los lobbies un tipo que se ha dedicado a la construcción toda su vida?
:: “Estados Unidos le ha dado la espalda al mundo” dice el presidente Macron, ¿estás de acuerdo? ¿Estamos ante una oportunidad para que en Europa nos pongamos las pilas y lideremos más en el mundo?
No estoy de acuerdo con Macron. EEUU no le ha dado la espalda al mundo, lo sigue mirando de cara y lo conoce perfectamente. Lo que Trump quiere es que EEUU siga siendo la primera potencia del planeta, pero que reciba las rentas que él cree que se merece simplemente por eso. Él quiere que los demás países financien la primacía militar norteamericana. Quiere que los países que aceptan comerciar libremente con EEUU ahora paguen peajes y financien las ineficiencias de su economía. Quiere que se reconozca que EEUU por ser quien es reciba un plus en todos los terrenos. Trump va a convertir a EEUU en una potencia extractiva que va a succionar recursos de todos los demás. Va a ser un cambio radical del sistema mundial. No se trata de simple aislacionismo, como en la década de 1920, esto es mucho peor.
:: María Gómez ha escrito un fantástico y documentado capítulo hablando de la América que votó a Trump, ¿qué factor determinante o factores le han llevado a la Casa Blanca?
El capítulo de María Gómez Agustín es soberbio. Todos los autores se han esmerado, pero algunos tienen más ideas (análisis) que datos, y el de María tiene las dos cosas en cantidad. Y ella explica con claridad un cambio clave en la sociedad norteamericana tras la crisis de 2008: que los empleos creados por Obama no volvieron a las personas que los perdieron. Los hispanos, que forman menos del 15% de la fuerza laboral de EEUU se han llevado la mitad de los nuevos empleos. Esto explica el descontento del hombre blanco, del descendiente del wasp (blanco, anglosajón y protestante), que ha sido la columna vertebral del trumpismo.
María responde con agilidad a una cuestión que el premio nobel Angus Deaton ya nos comentó en una visita a España hace años. Él había detectado que aunque EEUU volvía a los niveles de empleo de antes de la crisis, la gente no estaba contenta. Y una de las razones del descontento es lo que se explica en ese capítulo.
:: He visto en los últimos meses un trabajo de unión de la prensa y los ‘periodistas de raza’ que analizan y miran con lupa a Trump, ¿qué papel juega la prensa ante políticos y actitudes populistas?
Un papel complejo, porque una parte de la prensa es utilizada a placer por los populistas y la prensa independiente y rigurosa, aunque diga verdades como templos, no logra calar en los cerebros porque al populista la gente le entrega su corazón. La prensa sólo volverá a ser útil cuando ya sea tarde y el populismo confirme, una vez más, que termina perjudicando precisamente a los que más dice proteger.
:: “El populismo antiinmigrantes de Trump es muy poco norteamericano”, sentencia en el libro Ian Vásquez, ¿Cómo es posible que un país gestado con inmigrantes, algunos de ellos los responsables de las mejores empresas, que bombean riqueza y empleo, haya comprado este discurso?
No es un fenómeno único de EEUU. También en el Reino Unido y en Francia, que tuvieron extensos imperios coloniales, se está dando. Esta es una batalla que divide a las naciones. En EEUU la actitud de las élites hacia la libertad de movimientos es positiva, saben que la capacidad de innovación del país depende de que se mantenga abierto a otras personas, a otras influencias, a otras ideas. Pero casi seguro que la mitad del país no cree en esto. Detrás está la xenofobia y el racismo que no son más que expresiones de miedo. Y el gran generador de miedo hoy es el terrorismo de Isis que se incardina coherentemente en la tesis del choque de civilizaciones que planteó Huntignton.
:: Jorge Dezcallar de Mazarredo, exembajador de España, dice en el libro, y cito: “Con Trump vamos a pasar del mundo de cooperación multilateral favorecido por Obama, con instituciones fuertes para la resolución de conflictos internacionales, a un mundo multipolar caracterizado por la tensión permanente entre países y grupos de países (Estados Unidos, China, la UE, la India, Rusia, Brasil, Nigeria…), en un ambiente de proteccionismo y de desconfianza y con instituciones de gestión de crisis debilitadas, lo que augura un ajuste gradual y preñado de inestabilidad…” ¿Qué riesgos ves a medio plazo si todas esas promesas de Trump y forma de actuar se siguen consolidando?
La principal consecuencia va a ser la desglobalización, un término que no significa que la globalización vaya a desaparecer -cosa que me parece imposible-, pero sí que se va a frenar. Y si se frena, la capacidad de la globalización de generar cambios será limitada. Vamos a tener una resurrección del Estado-nación, menos comercio internacional, menos innovación, más controles, más trabas…
:: Una cosa que sorprende, en teoría de un empresario que cree que un país es una Empresa –equivocándose de forma estrepitosa, como lo explicáis bien en el libro-, es que sus propuestas fiscales y financieras –que caben en una página, pedazo de rigor-, tienen unas consecuencias que como explica Juan Rallo “implica aumentar el endeudamiento público de los estadounidenses en más de 3 billones de dólares”. Básicamente se trata de bajar impuestos a ciertos colectivos (ya sabemos a quién) y subir gastos… ¿Estamos ante un riesgo nuevamente de recesión si la economía americana entra en un severo déficit? ¿Esta medida se la puede ‘comprar’ el partido Republicano y el Congreso?
El planteamiento fiscal de Trump consiste en que sus hijos y nietos paguen la fiesta que el quiere dar en Washington. Rallo explica muy bien lo que hay detrás de su Presupuesto. La verdad es que está cometiendo exactamente los errores que Paul Krugman describió en su famoso ensayo “Un país no es una empresa”, que escribió para Ross Perot. El empresario sabe que si invierte y expande su capacidad de producción, venderá más, lo que puede mejorar su excedente. Cuando gobiernas un país, si la inversión fluye hacia ti y expande tu PIB lo más probable es que tarde o temprano en vez de un superávit surja un déficit. Dado que la balanza está en equilibrio, un país con superávit siempre es un inversor neto en el exterior. Pero eso no resulta tan obvio para un empresario.
La economía de Trump es pan para hoy y desorden para mañana. Tendrá una fase de crecimiento y después se estancará. Sin duda que los desequilibrios y el desorden de las cuentas públicas no auguran nada bueno, aunque no sabría determinar si producirán una recesión o un estancamiento.
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