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martes, 17 de enero de 2017

El sector agropecuario cubano y las relaciones con Estados Unidos

Varios son los escenarios que se viven y vislumbran de cara a la seguridad alimentaria en la isla caribeña,a partir de sus vínculos con Estados Unidos, en un nuevo contexto de relaciones para las dos naciones. De los primeros acercamientos e intenciones a la eliminación definitiva del bloqueo, hay varias etapas que transitar, no exentas de ventajas y desafíos.

La posibilidad de importar insumos y equipamientos dirigidos al sector no estatal de la agricultura podría favorecer un incremento de los niveles de producción.
La posibilidad de importar insumos y equipamientos dirigidos al sector no estatal de la agricultura podría favorecer un incremento de los niveles de producción.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
El 17 de diciembre de 2015 marcó una nueva etapa en las relaciones Cuba-Estados Unidos, como el inicio de una solución al diferendo entre ambos países, prolongado por más de 57 años. A partir de esa fecha se han adoptado medidas encaminadas a la futura normalización de las relaciones económicas entre ambas naciones. Sin duda, aún queda un camino por recorrer, no libre de obstáculos, pero con el ánimo y la voluntad de buscar y encontrar las soluciones más aconsejables y mutuamente ventajosas en la mesa de negociaciones y en condiciones de igualdad.
Entre las medidas más recientes está la flexibilización de la posibilidad de que los ciudadanos estadounidenses puedan viajar a Cuba, mediante la aprobación de una licencia general que cubre 12 categorías, entre ellas las visitas con propósitos familiares, religiosos, educacionales, científicos, misiones de negocios, humanitarios y culturales. También se ha dictado la liberación de la entrada a Estados Unidos de productos cubanos por un monto de hasta 400 dólares estadounidenses por viajero, de ellos 100 dólares en bebidas y tabacos. No obstante, aún los ciudadanos estadounidenses no pueden viajar libremente como turistas a Cuba.
Otros pasos han sido la autorización de exportaciones de un grupo de bienes estadounidenses, específicamente dirigidos a promover el sector privado en Cuba, entre ellos equipamiento e insumos agrícolas; la participación de empresas estadounidenses en el área de la informática y las comunicaciones; el incremento en la cifra trimestral de remesas personales autorizadas, que se elevan de 500 a 2.000 dólares trimestrales, lo que permite prever un aumento de estas en los próximos años y la creación de un lobby para impulsar las exportaciones de productos agrícolas a Cuba (Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba). Este nuevo contexto ha despertado mayor interés de turistas y empresarios de otros países.
Igualmente, han sido favorables las decisiones de no penalizar por seis meses a los barcos que toquen puertos cubanos[1]—aun cuando esta resolución no es amplia ni abarca todos los aspectos— y autorizar tanto el arribo de ferriscomo los créditos, excepto para la compra de alimentos.
Por otro lado, aún no se han instrumentado las disposiciones que permitirían el empleo del dólar estadounidense en las transacciones económicas que realice la economía cubana, no obstante haberse anunciado la eliminación de esa prohibición.
Sin embargo, una variable a tener presente y que pudiera incidir de una forma u otra en el curso de los acontecimientos es la política que desarrolle el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su aplicación práctica respecto a las relaciones Cuba-EE.UU.
 Posibles escenarios para el sector agropecuario
La panorámica antes descrita puede identificarse como un primer escenario, por el cual se transita en medio de desafíos que, a la vez, pueden conducir a determinados impactos, tanto positivos como riesgosos, respecto a los cuatro ejes que componen la seguridad alimentaria: disponibilidad (producción nacional+importaciones–exportaciones), acceso, inocuidad y sistematicidad en la oferta.
El análisis de la disponibilidad, en el primer escenario, depara los siguientes desafíos:
  • Incrementar la producción nacional de alimentos y todas las medidas y elencadenamiento interno, productivo y de valor, que ello implica.
  • Lograr acceder a los alimentos en el mercado internacional.
  • Evitar y detener la degradación de los recursos naturales y el medio ambiente.
Para el eje acceso se avizora como retos:
  • Lograr correspondencia entre oferta y demanda.
  • Satisfacer necesidades no cubiertas de algunos micronutrientes en la población, a partir de los incrementos de los ingresos.
Sobre la disponibilidad se prevén aspectos positivos, los cuales pudieran resultar en:
Incremento de ingresos, por el mayor arribo de visitantes estadounidenses (ver cuadro 1), que podrían destinarse en parte al sector agropecuario para incrementar la producción nacional de alimentos y lograr un impacto favorable en la sustitución de importaciones.
 Cuadro 1
Arribo de visitantes 2014 y 2015

País procedencia21042015
Inglaterra123 910    155802
Alemania139 138    175262
Francia103 475        138474
Italia112 076      137727
España77099    107368
E.E.U.U.350091551869
*Total de turistas 2015: 3 524,779
Fuente: ONEI: “Turismo, llegada de visitantes internacionales”, publicado en enero de 2016y otras fuentes.

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De materializarse la posibilidad de importar insumos y equipamientos dirigidos al sector no estatal, podrían incrementarse los niveles de producción, ya que este sector posee una participación mayoritaria en la producción nacional agropecuaria: el mayor peso lo poseen las cooperativas de créditos y servicios (CCS) y el segmento privado, pues entre ambos producen 77,5 por ciento de la producción de origen vegetal, 34,8 por ciento de la ganadera y 68,5 por ciento de la producción de leche. De igual forma, la tenencia de la masa ganadera se concentra en el sector no estatal, así como las formas de tenencia y gestión de la tierra.

En el sector agropecuario se registra una descapitalización acumulada durante varios años, como consecuencia de una limitada y escasa inversión. Las formas en que se oriente la inversión en el sector deberáncorresponderse con el proceso de descentralización iniciado con las transformaciones económicas, teniendo presente la necesaria apertura de un mercado de insumos, equipos, maquinarias e implementos propios para el sector. Además, la necesaria y activa participación de la inversión extranjera en relación directa con los productores y otros actores a lo largo de la cadena productiva y de valor (interna-externa). Lo anterior debe traducirse en incrementos de la producción, unido a la introducción y aplicación de la ciencia, la técnica y la innovación tecnológica.
Un mayor acercamiento a la informática y las telecomunicaciones es un aspecto favorable, aplicable a la adquisición de conocimientos valiosos para la producción y comercialización de alimentos. Contar con mejores sistemas de comunicación facilitaría las relaciones entre actores (productores, comercializadores, transportistas, entre otros) que integran el sistema productivo agropecuario y conforman las diversas cadenas productivas, lo que además evitaría pérdidas y disminuiría los costos.
Una mayor disponibilidad de alimentos, tanto de producción nacional como importados, permitiría afrontar el crecimiento de la demanda del turismo y de la población.
Por otra parte, al disponer de mayores recursos financieros se abriría la posibilidad de destinar una parte de ellos al mejoramiento y conservación de los recursos naturales (tierra, agua) y del medio ambiente, particularmente en el sector agropecuario. Ello se traduce como un aspecto positivo, teniendo presente que la conservación y mejoramiento de los recursos naturales y el medio ambiente se presenta como un desafío actual y futuro.
En relación con el acceso, en busca de una correspondencia entre la oferta y demanda de alimentos, el incremento de ingresos debido a un mayor número devisitantes estadounidenses, cubanoamericanos y de otras nacionalidades motivaría crecimiento en la demanda. A la par, un alza en los ingresos de la parte de la población que recibe remesas ampliaría las posibilidades de acceso a los alimentos de este segmento poblacional. Ambas consideraciones motivan impactos positivos.
Ante la ausencia de una respuesta inmediata por parte de la producción nacional, una parte de esos ingresos pudieran destinarse a la compra de alimentos en el exterior, aun cuando no se logreuna acertada política de sustitución de importaciones, lo que representaría un riesgo potencial para la economía cubana. No obstante, debe considerarse que determinados alimentos no pueden producirse en el país, sea por razones climatológicas y biológicas o por baja eficiencia económica, lo cual implicaría, necesariamente,su importación.
Como parte del eje de acceso a los alimentos, en el contexto nacional actual se manifiestan determinadas necesidades no cubiertas de micronutrientes. En este primer escenario, disponer de mayores ingresos posibilitaría una mayor disponibilidad de aquellos alimentos que satisfagan esas necesidades de micronutrientes, fundamentalmente hierro, calcio, vitaminas A y del complejo B.
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La necesaria inocuidad y calidad de los alimentos a lo largo de la cadena productiva, tanto para productos frescos como procesados, es uno de los desafíos del primer escenario, pero a la vez deriva como positivo en lo referente a las potencialidades de desarrollo de la agroindustria procesadora de alimentos. Esta tendrá que dar respuesta a mercados más exigentes (turismo, exportación y población) sobre aspectos como: la trazabilidad[2] de los productos, su etiquetado, la existencia de información nutricional, la demanda de alimentos diferenciados, entre otros. En todo caso, hay que tener presente que el punto de partida lo constituye la producción agropecuaria.

Esta agroindustria procesadora requerirá de considerables inversiones para su ampliación y modernización, bajo un enfoque sistémico, lo que incluyela cadena de valor interna y externa (agricultura-transporte-industria-transporte-conservación-comercialización-embarque). De igual forma, la agroindustria procesadora de alimentos requiere de insumos que deben considerarse para poder cerrar exitosamente el ciclo productivo.
Como antes se ha dicho, el desempeño del primer escenario puede generar una serie de impactos que pudieran manifestarsecomo riesgos. Respecto al eje de la disponibilidad, se encuentran posibles riegos como:
  • Ante el incremento de ingresos, la primera tendencia a satisfacer la demanda pudiera orientarse hacia la importación de alimentos, por considerarla una vía más expedita.
  • Por otro lado, puede generarse la necesidad de cubrir consumos del sector turístico con importaciones no planificadas de bebidas, jugos, leche y otros.
  • El peligro potencial de que se fomenten prácticas de producción agresivas al medio ambiente, como el uso indiscriminado de químicos o el empleo de algunos no aceptados internacionalmente. Teniendo presente que las relaciones tendrán lugar con el sector no estatal, se requiere de una supervisión adecuada sobre los insumos y medios que se empleen.
Respecto al acceso, en el contexto de este primer escenario actual, se proyectancomo posibles riesgos los siguientes:
  • Mayor tensión para la satisfacción de las necesidades alimentarias de la población por el incremento de la demanda del sector turístico. Los ingresos fundamentales de la población provienen del salario y las pensiones.
  • Un incremento de la demanda,sin el respaldo de una mayor disponibilidad de alimentos, puede motivar incrementos de precios.
  • Incremento de la obesidad y el sobrepeso. Los hábitos de consumo alimentario del estadounidense promedio constituyen un punto de referencia, por lo general, no muy saludable, inclinando al consumo de comidas rápidas (fastfood), abundantes en carbohidratos y grasas.
Ya que lo anterior puede dañar la cultura alimentaria y educación nutricional de la población cubana y, por ende, su salud, vale alertar sobre el aumento de la obesidad y sus consecuentes problemas de salud, con elincremento de enfermedades cardiovasculares, osteomioarticulares, entre otras.
Un segundo escenario pudiera estar enmarcado a partir de la eliminación de la restricción de los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
Este es muy similar al anterior, pero de mayor extensión, debido al arribo de un mayor número de turistas. Se estima que, una vez eliminada la restricción de viajar a Cuba, es probable la visita de un millón de estadounidenses el primer año y, posteriormente, se proyecta un incremento de 500.000 turistas anualmente.
Ello implicaría,según estimaciones preliminares, la obtención de ingresos brutos por algo más de un billón de dólares durante el primer año de la eliminación de las restricciones de viajes y, posteriormente, un incremento de medio billón de dólares estadounidenses anuales, en función del arribo.
A mediados de 2015, algunos senadores de Estados Unidos presentaron un Proyecto de Ley para eliminar la restricción de viajar a Cuba, pero esa propuestafue detenida en el Senado, bajo negociaciones acometidas por representantes de la extrema derecha, incluyendo los de origen cubano. Como resultado, ha quedado aplazado.
Pero, antes de la eliminación del bloqueo económico, puede preverse un tercer escenario de tránsito. Este se basa en la posible apertura a inversionistas estadounidenses y cubano-norteamericanos para realizar inversiones directas en la economía cubana, mediante modalidades como:
  • Jointventure, con la participación de capital estadounidense y cubano, con diversidad de proporciones en la participación.
  • Con la participación del ciento por ciento de capital estadounidense.
Las inversiones más inmediatas a implementar, con menor cuantía de capital y rapidez en resultados, se pronostican en el sector agropecuario, con destino fundamental a la exportación en el mercado norteño (tener presente que la economía cubana requiere de ingresos para asumir importaciones, invertir y pagar créditos) y el mercado interno (población, turismo, sustitución de importaciones de alimentos).
Es de suponer que, a partir de estas consideraciones para este escenario, se logre aumentar la disponibilidad de alimentos con destino a la población; a la vez, ello ampliaría la capacidad de compra de insumos, equipamiento, maquinaria y tecnología procedente del mercado estadounidense, se crearían también nuevas fuentes de empleo y se elevarían los ingresos de los campesinos. Estos aspectos pueden lograrse mediante medidas y decisiones presidenciales por parte del gobierno estadounidense, sin esperar la total eliminación del bloqueo.
En el ámbito de este posible escenario, a la economía cubana le corresponde aplicar una mayor descentralización de las formas de exportación y productivas, para que los productores directos y/o asociaciones de productores nacionales (cooperativas de créditos y servicios y de producción agropecuaria, usufructuario-privado, Unidades Básicas de Producción Cooperativa), que pudieran crearse asuman la gestión de las cadenas en las que se insertan. Estas formas deben ser ágiles, sistémicas y dominar la logística, ya que por lo general se trata de productos perecederos y deben enfocarse en la búsqueda de una mayor eficiencia, en todos los sentidos. Los productos de origen orgánico y/o casi orgánico (estos últimos, hasta el presente, sin certificación internacional) pueden constituir un nicho valioso en el mercado estadounidense y para los turistas que arriben a Cuba.
Los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) [3] pueden constituir un camino inmediato, sin disponer de una certificación internacional de productos orgánicos que los acrediten por el momento. Este SPG establece una garantía del origen, contenido y calidad de los productos agrícolas casi orgánicos, solo no identificados como orgánicos por el hecho de no tener una certificación internacional, pero que en su contenido lo constituyen, por su trazabilidad, para posteriormente transitar hacia una certificación orgánica total.
La implementación de este escenario de tránsito pudiera atenuar o evitar algunos de los posibles impactos señalados como negativos en el primer escenario y también en el cuarto (el siguiente), a la vez que preparar un camino adecuado para asumir en la práctica la eliminación total del bloqueo, que pudiera lograse en un periodo mayor de tiempo (entre cinco y siete años).
Es probable que, entre el tercer y cuarto escenarios, se alcance un valor potencial de unos 2,5 miles de millones de dólares estadounidenses, como resultado del intercambio comercial anual entre ambos países, en los dos sentidos.
Un cuarto escenario es el de la eliminación del bloqueo comercial, financiero y económico de Estados Unidos a Cuba
Teniendo presente que la eliminación del bloqueo no descansa en la decisión presidencial, sino del Congreso de Estados Unidos, y que se pronostica una fuerte oposición por parte del segmento de extrema derecha de origen cubano, es de esperar que no ocurra de forma inmediata. No obstante, es válido analizarlo como futuro escenario y considerar los posibles impactos que podrían generarse.
De acuerdo con previsiones realizadas por diversos expertos, se espera que en el umbral de este cuarto escenario (partiendo del segundo escenario, de eliminación de las restricciones a viajar a Cuba) se alcance una cifra de visitantes cercana a cuatro millones de estadounidenses en la isla, fundamentalmente por la actividad turística.
A partir de ejes ya señalados que conforman la seguridad alimentaria, e iniciando por la disponibilidadse presentarían significativos desafíos, tales como:
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  • Incrementar la producción nacional de alimentos.
  • Lograr acceder a los alimentos en el mercado internacional.
  • Evitar y detener la degradación de los recursos naturales y el medio ambiente,
Respecto al acceso:
  • Lograr la correspondencia entre oferta y demanda.
  • Satisfacer necesidades no cubiertas de algunos micronutrientes en la población, a partir de los incrementos de los ingresos.
En relación con la disponibilidad,hay impactos positivos muy similares a los señalados en el primer escenario –pero con mayor alcance– y otros propios del nuevo respecto al incremento en los niveles de la producción nacional de alimentos proporcionado por las ventajas que traería el crecimiento de ingresos por la vía del arribo de turistasestadounidenses orientados, en este caso, a la agricultura, para:
  • La modernización y mejora de la infraestructura (telecomunicaciones, viales, servicios, entre otros), con más amplitud que en el primer escenario. Un mayor acceso a las telecomunicaciones y la información en favor de adquirir conocimientos relevantes para la investigación, la tecnología e innovación. A la par, mejores sistemas de comunicación facilitarían las relaciones entre actores del sistema agropecuario y, por ende, favorecerían el flujo de productos y una mayor interconexión en la cadena productiva para evitar pérdidas y disminuir costos. Igualmente, podrían permitir la localización de ofertas comerciales más favorables en Estados Unidos y el mercado internacional.
  • Mayor posibilidad de adquirir insumos y maquinaria en el exterior, en EE.UU. fundamentalmente, con ventajas de cercanía, tecnología y facilidades crediticias.
  • Captación de capitales mediante posibles inversiones y créditos estadounidenses y provenientes de otros orígenes, sin las limitaciones objetivas y subjetivas que el bloqueo ejerce en la actualidad. Ello permitiría modernizar el sector (tecnología, manejo, investigación, acopio, beneficio, procesamiento industrial, conservación), mejorar su productividad y rendimientos.
Posible efecto favorable en las cadenas de valor que se articulen para las agroexportaciones, con una organización más efectiva e interrelacionadas con las cadenas productivas y de valor internas, considerando aquellas orientadas al consumo doméstico.
  • Mayores posibilidades de acceder al mercado internacional de alimentos que las señaladas en el primer escenario. Podría disminuir considerablemente el costo de las importaciones, al eliminarse el riesgo que implica el comercio con Cuba para los exportadores y quienes otorgan créditos asociados. Los costos de transportación también podrían disminuir sustancialmente, al suprimirse las regulaciones sancionadoras para los buques que arriben a puertos cubanos.
  • Incremento significativo de los ingresos por la vía del desarrollo del comercio bilateral de productos agroindustriales, en los dos sentidos, entre ambos países.
  • De igual forma, se valora positivamente lo ya planteando en el primer escenario respecto a que las posibilidades de incremento de ingresos contribuirían a destinar recursos para la asimilación y el intercambio de tecnologías, evitar la degradación de los recursos naturales y propiciar su mejora, así como la protección y conservación del medio ambiente.
  • La ampliación de las producciones agroecológicas ya señaladas en el tercer escenario de tránsito, con vistas a satisfacer la demanda del turismo y destinada a la exportación (mercado estadounidense y otros países), se conecta con la mejora de ingresos en divisas y de las condiciones nutricionales y de salud.
Respecto al eje de acceso e impactos positivos, este cuarto escenario se presenta con bastante similitud al primero y puede traer consigo ciertos desafíos, respecto a la correspondencia entre oferta y demanda; es decir:
  • Podría aumentar la disponibilidad de alimentos a partir del incremento productivo y/o de las importaciones.
  • Además, la posible entrada de cadenas de supermercados estadounidenses al país puede traer consigo una mayor oferta, mediante franquicias de cadenas de comidas rápidas (fastfood), inversiones conjuntas con el sector no estatal doméstico, entre otras formas.
Aún en este cuarto escenario podríanseguirse confrontando deficiencias de micronutrientes en el consumo de la población, las cuales podrían cubrirse en similares condiciones a las señaladas en el primer escenario.
 Hay temas ya señalados en el primer escenario y válidos en el cuarto, como la inocuidad y calidad de los alimentos a lo largo de la cadena agroproductiva y lo referido a la agroindustria procesadora de alimentos. En el primer escenario,la agroindustria se valora como un desafío que, a la par, deriva como impacto positivo por las potencialidades de desarrollo que encierra y la consideración de las cadenas productivas y de valor. De igual forma se prevé en el cuarto escenario, pero con muchas más posibilidades, debido a la eliminación de las restricciones que impone el bloqueo, tomando en consideración la apertura a la inversión extranjera, en particular la procedente de Estados Unidos.
En este cuarto escenario, referido al eje de la disponibilidad, puede manifestarse con más énfasis una serie de riesgos, algunos ya previstos desde el primer escenario, como pueden ser:
Desactivación de producciones nacionales, por considerar más eficientes las importaciones, ya sea por la rapidez de su obtención, como por mejor calidad y menores costos respecto a la producción nacional. Esto pudiera conducir, en cierta medida, al retorno del país a una posición anterior a 1959, cuandola isla se consolidó como proveedor de materias primas agropecuarias e importador de alimentos procesados.
  • Baja disponibilidad de alimentos para la población, si se dirige la mayor parte de las potenciales inversiones al sector agroexportador y/o al abastecimiento del turismo.
El eje referido al acceso a los alimentos en el mercado internacional se encuentra estrechamente relacionado con lo antes expuesto, ante mejoras en los niveles de ingresos, por diversas fuentes. Ello pudiera derivar en determinados riesgos para la economía nacional, en particular para el sector agropecuario:
  • Tendencia a cubrir la disponibilidad de alimentos a partir de importaciones, como una vía más expedita.
  • Deterioro de la balanza comercial de bienes. Aunque surgen posibilidades de exportar productos agropecuarios, es probable que las importaciones de Estados Unidos sean superiores. Algunos autores estiman que esto podría originar un déficit comercial anticipado, de entre 15 y 30 por ciento.
  • Lo anterior pudiera incrementar la dependencia de importaciones de alimentos de origen estadounidense, por las ventajas que ofrece en términos de costos, fletes y prontitud en el abastecimiento. Esto generaría una mayor vulnerabilidad, que podría poner en peligro la disponibilidad de alimentos desde el punto de vista de una mayor dependencia alimentaria.
De no preverse adecuadamente, pudiera haber mayores riesgos asociados a la degradación de los recursos naturales y el medio ambiente (también presentes en los escenarios anteriores), ante la apertura de este cuarto escenario. Por eso es válido alertar acerca de:
  • El posible peligro potencial que conlleva la implementación de prácticas de producción más agresivas, como el uso indiscriminado de químicos o el empleo de algunos no aceptados internacionalmente.
La necesidad de supervisar y orientar adecuadamente sobre las tecnologías y agroquímicos aplicados, teniendo presente lo extenso y diverso del sector agroproductivo, particularmente el conformado por las CCS y el segmento privado, con el peso fundamental de la producción de alimentos agropecuarios.
En todos los escenarios planteados también emerge un desafío de gran impacto que, aun cuando no se vincula directamente a los ejes que conforman la seguridad alimentaria, sí se relaciona indirectamente y, sin duda, puede manifestarse como un riesgo importante. Se trata del aumento de la actividad del turismo y sus atractivas variantes de empleo, mejor remuneradas –lo mismo en pesos cubanos que en CUC (pesos cubanos convertibles)—y que requieren de un esfuerzo menor respecto al trabajo fuerte de la agricultura.

Algunas consideraciones generales para todos los escenarios
  • Hay potencialidad no utilizada para lograr incrementos en la producción nacional de alimentos.
  • El sector agropecuario reclama una mayor apertura a la inversión extranjera. La agricultura y la industria procesadora de alimentos requieren un fuerte proceso inversionista, que propicie modernización y ampliación de sus capacidades.
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  • Se requiere acelerar las trasformaciones en el sector agropecuario, sobre la base de una mayor descentralización y la complementariedad entre la planificación y el mercado, sin desentenderse de este (interno y externo) y con mayor apertura al mercado externo. Surge la interrogante: ¿está preparado el sector agropecuario cubano para afrontar el desafío que se avecina, con la reapertura de las relaciones económicas con EE.UU.?
  • Resulta imprescindible exportar y es necesario prever el acceso e inserción en el mercado internacional de los alimentos, las cadenas de valor de Estados Unidos y otros países.
  • Hay que priorizar el fortalecimiento de la producción nacional ante las tentadoras opciones de la importación para satisfacer la demanda.
  • Alertar sobre la necesaria instrumentación y supervisión, con vistas a proteger la salud de los consumidores y la sostenibilidad del medio ambiente.
  • Evitar un mayor deterioro de la cultura alimentaria, mediante sistemas educativos y de comunicación que contrarresten la influencia de patrones y hábitos de consumo de alimentos poco saludables.
  • Tener presente la necesaria diversificación en el comercio internacional, evitar la concentración y dependencia en las relaciones económicas, comerciales y tecnológicas con un solo país. La historia ha señalado, con hechos, que una elevada dependencia –primero como colonia de España, más adelante con los EE.UU., posteriormente con la extinta Unión Soviética o con Venezuela–, sobre la base de la importación de un producto (petróleo-energía), no es lo más aconsejable para el modelo económico al cual se aspira: autónomo, próspero y sostenible. Ante todo se necesita desarrollar una base económica nacional creciente, sólida y con la mayor autonomía, en la que prime la diversidad en toda su extensión. (2017).

Bibliografía consultada
 Fariñas, Gloria (s/f): “Turismo contra viento y bloqueo”, en sitio: http://www.bohemia.cu/dossiers/politica/bloqueo/economia/articulo6.htm,consultado dic 2015.
Minag, Centro Nacional de Control de tierras, Boletín III: “Balance de uso y tenencia de la tierra”, dic. 2015.
Nova A.: “El modelo agrícola y los Lineamientos de la política económica y Social en CUBA”, Editorial Ciencias Sociales, 2015.
“El mercado agropecuario. Políticas e impacto”, en revista Temas, Catalejo,http://temas.cult.cu/, 39/6/2016.
“Producción y comercialización agropecuaria: recientes medidas y posibles impactos” IPS www.ipscuba.net, feb., 2016.
ONEI: “Sector agropecuario. Indicadores seleccionados“, ene-dic 2015, abril 2016.
Proyecto de Apoyo a una Agricultura Sostenible en Cuba, “Manual de diseño e implementación del sistema participativo de garantía en Cuba (SPG), Minag, ACTAF, COSUDE, HIVOS, mayo 2016.
Rodríguez, J.L.: Relaciones económicas Cuba-EEUU: Actualizando algunas consideraciones, en http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/08/04/cuba-recibe-mas-turistas-estadounidenses-desde-diciembre-ultimo/, consultado dic. 2015.

Notas
[1]Bajo la condición de que las embarcaciones arribe primero a puertos de EE.UU. y después puedan llegar a puertos en Cuba, de lo contrario serían sancionados.
 [2]identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de bienes de consumo
[3]El SPG tiene en la agroecología su base científica y práctica, a partir de un grupo de metodologías participativas que logran conjugar los conocimientos de los agricultores con los conocimientos científicos. Constituye una alternativa al sistema de certificación imperante internacionalmente. Los SPG comparten el mismo fin, generan garantías, pero se diferencian tanto en el proceso, como en los conceptos de certificación.

Resultados que mucho pueden aportar a la economía cubana

El Cenea desarrolla y aplica con éxito el empleo del campo magnético en sectores como el turismo y la salud.Foto: Cortesía del Cenea
SANTIAGO DE CUBA.—En momentos en que el país apela a todas las reservas que pudieran aliviar la tensa situación económica, nada despreciable resulta el aporte que en la eficiencia de diferentes ramas, le avizoró el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al desempeño del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (Cenea).
Radicada en esta ciudad, la entidad de ciencia e investigación tecnológica de la Universidad de Oriente, constituye la única en Cuba que desarrolla y aplica con resultados debidamente validados, el empleo del campo magnético en procesos industriales, el turismo, la salud, la agricultura y otros sectores priorizados.
«Sin dudas —refiere el investigador fundador, ingeniero Arístides Berenguer Maurant—, somos un fruto de esa visión de futuro del querido e inolvidable Fidel, porque desde la primera vez que supo de nosotros se convirtió en el máximo impulsor del surgimiento del centro y de nuestra presencia entonces en la industria azucarera».
Transcurridos 25 años, y como muestra del constante desarrollo del centro, se le otorgó recientemente el premio a la Innovación Tecnológica 2017, que entrega el Citma en el territorio; al proyecto condicionadores magnéticos y su aplicación en sistemas ingenieros industriales.
Rebeca Conde García, directora de transferencia, resultados, acondicionadores magnéticos y estimuladores locales, del centro, señaló que en su validación participaron los hoteles Casa Granda y Villa San Juan, de Santiago de Cuba; la empresa de productos lácteos de Bayamo; la empresa mixta industrial molinera, de La Habana, y una empresa de proyectos especiales en sistema y seguridad alimentaria, de México.
En esta última entidad se apreció una notable disminución del consumo de combustible en la caldera de la fábrica de queso, un sensible ahorro por concepto de mantenimiento en la propia planta, ahorro de combustible por valor de 10 000 dólares al año en los camiones de carga de productos hortícola, y una mayor productividad en la planta pulidora de zanahoria, entre otros.
Respecto a los beneficios económicos, sociales y ambientales registrados en los colectivos cubanos, la máster en ciencias Conde García agregó que el valor de la inversión se recupera en alrededor de tres meses, pues solo el ahorro de portadores energéticos superó los 100 000 pesos por concepto de electricidad y 40 000 en combustible, mientras los gastos de los mantenimientos disminuían en un 5,2 % anualmente.
A ello añadió la sustitución de importaciones por valor de 11 667 CUC, al adquirirse la tecnología en el país, así como la promoción en el exterior de los dispositivos, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mayor seguridad y salud del personal, y el mejoramiento del medioambiente por menor empleo y vertimiento de productos en la limpieza química de los sistemas.
Acorde con los resultados, y la inclusión en la Asamblea Nacional del Poder Popular por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, de la sustitución de importaciones entre las premisas decisivas a cumplir, Conde García advirtió que no pocos sectores adquieren a un costo superior en el extranjero la tecnología que puede suministrar el Cenea.
Al respecto, la directora de ciencia e innovación del centro, doctora en ciencias Elizabeth Isaac Alemán, precisó que además de consolidarse en la aplicación del campo magnético en las casas de calderas y la industria azucarera, poseen valiosos resultados en productos agrícolas de ciclo corto, en la eficacia de motores de combustión interna y en la reducción de sus gases contaminantes.
En el caso de la salud resaltó los equipos para el tratamiento de la inflamación pélvica, la aplicación de la bioimpedancia en la determinación de la composición corporal de atletas y pacientes de VIH sida, la aplicación de la corriente eléctrica en reducción de tumores, y el efecto inmunopotenciador del tratamiento magnético en pacientes que reciben radioterapia.
Debe significarse, que para asumir la competitividad en este importante campo de la ciencia e innovación tecnológica, a diferencia de los grandes imanes empleados en sus inicios, actualmente el centro diseña, produce y comercializa dispositivos más pequeños y con la efectividad exigida internacionalmente.

El crecimiento económico cubano no depende de Washington



Foto: Claudio Pelaez Sordo


Hace apenas unos días la académica Emily Morris publicaba un artículo en que sostenía que Cuba no se enfrenta a un fracaso, sino a un desafío. El desafío es la reforma monetaria. En su texto defendía además la tesis de que el gobierno cubano había esperado a una mejora de las relaciones con Estados Unidos para dar el paso, largamente anunciado, pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca enrarece esa expectativa. Atinada o no, la tesis tiene una racionalidad difícil de contradecir.

Lo que me interesa destacar hoy es el aprendizaje necesario que debemos hacer de la sucesión presidencial en Estados Unidos. Adelanto además que Cuba no es el país que más afectado puede salir de esta nueva realidad política norteamericana que pudiéramos llamar TRUMPVOLUTION (TRUMP- REVOLUTION, TRUMP-EVOLUTION, TRUMP-INVOLUTION). La marcada propensión proteccionista del casi ya Presidente pone nubes muy grises en el futuro de muchos países, en especial de nuestra región. Mientras su genética xenófoba, de la cual además hace alarde, convierte la vida de millones de personas en Estados Unidos y fuera de ese país en un quebradero de cabezas.

Para poner las cosas en orden histórico me siento obligado a decir, primero que todo, que el proceso de transformaciones que nuestro país ha venido experimentando en los últimos diez años antecede con bastante tiempo los hechos del Día de San Lázaro del 2014, cuando todos fuimos sorprendidos con la feliz noticia de que ambos gobiernos se habían puesto de acuerdo para intentar reconstruir una relación rota desde décadas atrás.

Pienso que este punto es importante, Cuba tenía su propio programa de transformaciones desde mucho antes. De hecho el esfuerzo transformador comenzó antes de que el programa de la actualización (Los Lineamientos…) saliera a discusión pública.

El programa de las reformas cubanas fue, en primera instancia, una respuesta a urgencias que necesitaban ser reconocidas primero y solucionadas después. Luego ese propio proceso hizo evidente que se necesitaba algo más que una alternativa a la coyuntura, que debería contar en lo fundamental con nuestro propio esfuerzo y resultado. Hoy en algunos segmentos de opinión e incluso en algunos estudiosos de Cuba (aunque debo aclarar que ese no es el caso del artículo de Emily Morris) ha crecido la visión de que el proceso de transformaciones estuvo siempre soportado en la idea de los posibles cambios en la política norteamericana hacia Cuba, algo estrictamente inexacto, en términos históricos.

Muchos creímos que, con un gobierno demócrata, nuestra preocupaciones y problemas podrían haber sido menos, aunque tampoco es posible asegurarlo de manera categórica. Que el camino para continuar este proceso de reconstrucción de las relaciones entre ambos países podría ser más fácil, también sonaba más creíble. Pero la opción demócrata no fue la que triunfó, y ya hoy, luego de los primeros nombramientos de su gabinete y de los primeros tweets del presidente electo, nadie duda que la incertidumbre y la duda serán parte consustancial de este nuevo gobierno. Nada podemos hacer para cambiarlo, así que aprendamos a vivir con ello.

Para lidiar con la nueva circunstancia remarquemos algunos puntos que la elección de Donald Trump nos hizo más evidentes:

Que debemos entender que las soluciones de nuestro problemas tienen que salir esencialmente de nosotros mismos.

Que no hay por qué reeditar situaciones de dependencia con grandes países o esperar a que nuevamente aparezca un asidero externo.

Que no hay manera de poder anticipar el día que dejaremos de ser un país bloqueado, por lo tanto, hay que incorporar a los Estados Unidos en nuestra ecuación de desarrollo como una constante con signo indefinido.

Que podemos aprovechar la oportunidad de diversificar aún más nuestras relaciones económicas internacionales y hacer mas fuerte y variada la presencia de compañías de diferentes países en Cuba, tanto para el comercio, como para la inversión.

Que de igual manera, debemos mejorar cualitativamente el rol de los agentes económicos internos, estatales y no estatales, y pensar en la economía nacional como un todo. Todavía recuerdo aquel eslogan de los inicios de los sesenta que decía “consumir productos cubanos es hacer Patria”. Pues bien, ahora debemos actualizarlo y decir “producir, exportar y consumir bienes y servicios cubanos es hacer patria”. Claro que para eso primero hay que producirlos y antes hay que incentivar a los productores.

Que debemos fomentar el salto tecnológico necesario desde una perspectiva de diversificación, para alcanzar el mayor grado posible de independencia tecnológica.

2017 es un año que viene difícil, pero tenemos fuentes de crecimiento insuficientemente aprovechadas. Por ejemplo:

1-Estamos muy lejos de las fronteras de productividad y eficiencia. Incluso con la tecnología que hoy tenemos, una buena parte obsoleta, tenemos todavía espacios donde avanzar y casi un 100% depende de cambios pospuestos o semidetenidos.

2-Estamos muy lejos también de aprovechar la inversión extranjera directa que ya funciona en el país, y aún más lejos de aprovechar el interés de tantos inversionistas extranjeros en Cuba.

3-Seguimos sin resolver adecuadamente los incentivos a la exportación, en parte por la distorsión cambiaria, pero en parte también por prejuicios que no han desaparecido: ¿Será negativo que quien contribuye al incremento de las exportaciones gane lo que merece? ¿Es obligatorio lidiar todavía con empresas que cumplen con esa condición kafkiana de ser rentables en divisas e irrentables en moneda nacional? ¿Por qué todavía tenemos que circunscribir el esfuerzo exportador a las empresas estatales, casi exclusivamente?

4-¿Por qué seguir desperdiciando recursos fiscales y salario en supuestas empresas estatales que solo lo son de nombre, como las llamadas cafeterías y restaurantes estatales? ¿Qué tienen de socialistas en realidad? ¿Qué tienen de medios de producción fundamentales, de estratégicos para el desarrollo del país o la seguridad nacional? ¿Quién frena su transformación en otro tipo de empresa? ¿Quién o quienes se benefician con ello y quienes están siendo perjudicados? ¿Acaso no es mejor destinar ese fondo de salarios a nuestros maestros primarios, por ejemplo?

Para solucionar una parte de estos asuntos no necesitamos que Donald Trump sea un presidente más asertivo con Cuba. Tampoco es imprescindible que levante el bloqueo. No olvidemos que, en uno de sus primeros discursos como presidente, Raúl Castro llamó a dejar de culpar al Bloqueo por las ineficiencias propias. Esa idea sigue siendo fundamental para los años inmediatos, empezando por este 2017.

Volvamos a pararnos frente a nuestro espejo, mejor aún, sometámonos otra vez a un scanner intenso, como en los primeros años del proceso de transformaciones empezado en 2011. Hay que cambiar todo lo que sea necesario. Hoy tenemos además la ventaja de seis años de aprendizaje.

Nueva campaña de pago de impuestos destapa viejas dudas

Los trabajadores por cuenta propia aportan menos del 10 por ciento del presupuesto.

Según la ley, la contribución ciudadana al sostenimiento de los gastos públicos constituye un deber.
Según la ley, la contribución ciudadana al sostenimiento de los gastos públicos constituye un deber.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
La Habana, 17 ene.- La nueva campaña de declaración jurada y pago de impuestos sobre ingresos personales 2017, iniciada el 7 de enero pasado, sacó a la luz  el desconocimiento existente entre cubanos y cubanos sobre las obligaciones fiscales.
¿Hacia dónde va el dinero que pagamos?, ¿qué argumento existe para el pago de tributos a quienes están contratados por empresas extranjeras, que le pagan ya a Cuba por eso?, fueron preguntas remitidas por televidentes a un programa televisivo que evidenciaron confusión e inconformidades.
No es para menos, a diferencia del mundo, durante casi 50 años, la mayoría de la población de la nación caribeña de gobierno socialista vivió sin rendir cuentas de sus ingresos personales ni pagar tributos, hasta la aparición de los primeros impuestos a los trabajadores por cuenta propia y personas  con ingresos no provenientes del salario, entre ellos artistas, artesanos y otros profesionales.

Obligaciones

Para el actual año, los ingresos tributarios crecen cuatro por ciento y representan 75  por ciento (el mayor por ciento) de la recaudación total, lo cual valida al sistema tributario como fuente fundamental de los aportes presupuestarios.
Aunque se ha explicado en reiteradas ocasiones, algunas personas dicen desconocer adónde van los dineros que pagan como impuestos.
De acuerdo con las autoridades, todos los aportes tributarios y no tributarios se destinan a asegurar los recursos financieros para el sostenimiento de los servicios públicos y básicos de la población y el desarrollo socioeconómico.
Según aprobó en diciembre pasado la Asamblea Nacional (parlamento), la ejecución presupuestaria para este año destina el 72 por ciento de los gastos corrientes del Estado a los servicios sociales básicos vinculados a la calidad de vida de la población y las prestaciones de la seguridad social.
Para educación, salud pública y a la asistencia social se destina el 51 por ciento de los gastos de la actividad presupuestada, que representan 18.500 millones de pesos aproximadamente.
Ahora, según establece la Ley 113, de noviembre de 2012, deberán seguir pagando el impuesto sobre ingresos personales unas 200 000 personas, entre estos 170.000 trabajadores por cuenta propia.
Según la ley, “constituye un deber la contribución ciudadana al sostenimiento de los gastos públicos, que entre otras formas tiene el pago de los tributos, la que redunda en que el Estado disponga de mayores recursos financieros para alcanzar mayor justicia social y satisfacer los requerimientos de la sociedad”.
“Entiendo que tengo que pagar porque tengo un negocio de elaboración de alimentos, solo que no veo por qué de un año al otro lo que me toca pagar aumentó al doble”, dice una persona jubilada del municipio de Playa, cuyo criterio coincide con el de otras personas consultadas.
“Y ya no se trata solo del incremento, sino de qué nadie te explica el porqué del aumento”, agregó
Como en etapas precedentes, se suman también a los contribuyentes artistas, creadores y personal de apoyo del sector de la cultura, comunicadores sociales y diseñadores de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, trabajadores de empresas extranjeras radicadas en el país.
Entre las quejas de las personas es el elevado monto de los impuestos en aquellos sectores que deben convertir sus ingresos en pesos convertibles (cuc) en los llamados pesos cubanos (cup).
“Cuando haces los cálculos resulta que debes pagar el equivalente a dos meses de salario”, comentó a la Redacción de IPS Cuba una empleada de una entidad internacional radicada en La Habana.
No obstante, lo que a unos parece mucho, tiene un pequeño peso en el total de los ingresos tributarios.
De acuerdo con Yamilé Pérez  Díaz, jefa de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), los aportes de las formas de gestión no estatal (trabajadores por cuenta propia, cooperativas no agropecuarias, productores agropecuarios y el sector artístico)  representan el ocho por ciento del total de los ingresos al presupuesto del Estado,  que debe crecer en lo sucesivo al aumentar la participación de esos actores económicos.
Seguir de cerca
En 2016 los trabajadores por cuenta propia declararon ingresos brutos por 5 100 millones de pesos en moneda nacional, superior en 1 275 millones de pesos a lo refrendado en el ejercicio fiscal precedente.
Para el actual año, los ingresos tributarios crecen cuatro por ciento y representan 75  por ciento (el mayor por ciento) de la recaudación.
Para el actual año, los ingresos tributarios crecen cuatro por ciento y representan 75 por ciento (el mayor por ciento) de la recaudación.
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
Ese incremento se logró con la participación de 144. 370 trabajadores particulares, 2 247 menos que en la campaña anterior. Aunque, se alertó que el 55 por ciento de los contribuyentes resultó subdeclarante, mientras que más de 10 000  resultaron omisos, es decir, no presentaron la Declaración Jurada correspondiente a los ingresos obtenidos durante 2015.
El comportamiento de las declaraciones y el pago de los impuestos ha llevado nuevamente a las autoridades a fiscalizar el proceso. De acuerdo con Reinaldo Alemán Mondeja, vicejefe de la ONAT por cuarto año consecutivo este organismo se propone realizar esta actividad fiscalizadora.
“Esta decisión se toma sobre la base de los resultados de los últimos tres años en los cuales se demuestra que aun no existe una clara percepción por parte de los contribuyentes de que serán revisados por la administración tributaria en busca de signos de evasión fiscal”, explicó.
No es para menos, en 2016 alrededor de 10. 900 contribuyentes no presentaron la declaración jurada en el término establecido, como ocurrió en 2015. A su vez, solo el 11 por ciento de las declaraciones juradas tuvieron liquidación adicional.
Como es práctica internacional, ante los incumplimientos de los deberes de pagos, se aplican recargos por mora a los contribuyentes, que son indemnizaciones por no pagar o pagar fuera de la fecha establecida cada uno de los tributos.
Asimismo, en la actual campaña continúan vigente las bonificaciones por pronto pago para quienes abonen su cuota antes del día 28 de febrero, lo cual les favorecerá para recibir diferentes descuentos, que pueden ser desde 5 por ciento en el caso de los ingresos personales, hasta un 20 por ciento para quienes paguen su cuota por concepto de transporte terrestre.
Como novedad, dio a conocer la ONAT, en el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo se ha reducido paulatinamente según establece la ley: de 25 por ciento en 2014, hasta cinco por ciento este año. (2017)