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martes, 14 de noviembre de 2017

¿Para dónde vuelan los flamencos?


Por Giraldo Mazola,


Ser fidelista no es una desviación de la teoría marxista. Es ser marxista, martiano y tener una confianza infinita en la genialidad de un dirigente -de los que nacen cada cien años y que nuestra generación tuvo la suerte de coincidir con él- y de participar bajo su guía en la gesta definitiva de la redención de la patria.

Esa confianza se va materializando y consolidando poco a poco, mediante sus acciones cotidianas, sus análisis, su estilo de encontrarse siempre en la primera línea de cualquier combate contra enemigos o desastres naturales.

No se trata de una aceptación superficial de las decisiones o criterios del jefe sino la convicción de que sus opiniones a veces soñadoras, -pues un revolucionario siempre debe soñar-, aún cuando no se comprendan en su dimensión al principio, después advertimos que mientras nosotros habitualmente vemos facetas inmediatas de una situación, generalmente él suele apreciar aspectos de más largo alcance.

Recuerdo muchas ocasiones en las que yo estaba sumergido en la cotidianidad y Fidel además de apreciarla se proyectaba a cuestiones perspectivas donde ese problema perdía su dimensión para ceder el espacio a las de su perspectiva.

Hay infinidad de anécdotas de esas ensoñaciones y de esa confianza en la visión de un futuro asequible cuando el camino presente parecía preñado de obstáculos insalvables. Raúl relata lo que sin dudas es el ejemplo cardinal de lo que digo al explicarnos el encuentro de ambos con el diezmado grupo que sobrevivió a la emboscada de Alegría de Pío, rodeados de miles de soldados y su afirmación de que con ese exiguo grupo ganaríamos, como ganamos, la guerra que se iniciaba.

Además lograba contagiarnos de esa confianza en el porvenir pero educándonos a soñar y a analizar todas las circunstancias presentes y futuras. Lo percibí cuando René Rodríguez bajó de la sierra en 1957 para llevar al periodista norteamericano Mathews a aquella entrevista histórica y luego para hacerse cargo de los grupos de acción de la capital, quien venía permeado de esa forma de pensar y actuar que inculcaba Fidel.

Quiero referir mis recuerdos de un hecho ocurrido en Camaguey en la década del 70. Fidel impulsaba y supervisaba la ejecución de la infinidad de planes de nuestro desarrollo no únicamente con reuniones en la capital sino con recorridos frecuentes por el país. Eran un método muy práctico para constatar en el terreno su marcha y contagiar a todos sus ejecutores la fe necesaria para vencer obstáculos que parecían a veces insuperables. No acostumbraba a avisar con mucha antelación sus visitas ni a anticipar lo que se proponía recorrer o chequear. Al menos ese es el recuerdo que conservo de Camaguey.

En una ocasión advirtió casi una semana antes su visita y su interés por visitar las fábricas de fertilizantes y de cemento de Nuevitas, la playa de Santa Lucía y el Rectángulo Ganadero de Guáimaro.

Tomamos ante el aviso todas las medidas para revisar y controlar todo lo que estaba en nuestros proyectos de desarrollo y los fundamentales planes de la agricultura y la zafra.

Héctor Argilés, joven combatiente del 26 de julio de Regla que se incorporó a las FAR y llegó a ser el jefe de operaciones de la división 2350 que dirigía el comandante Rogelio Acevedo y era el ariete defensivo de la capital, era entonces el primer secretario del Partido en Nuevitas y se dedicó a revisar todo lo que estaba en su jurisdicción.

Nuevitas contaba en 1959 con apenas unos 10 mil habitantes y un puerto que solo trabajaba medio año en correspondencia con la producción de azúcar y unas pequeñas industrias locales. El desempleo reinaba y la pobreza caracterizaba esa bella ciudad camagüeyana. Del proceso de industrialización propuesto por el Che ya operaba la planta de electrodos y la de alambre con púas, el combinado industrial Esteban Lugo, la fábrica de cemento, la termoeléctrica 10 de Octubre y el complejo químico de fertilizantes. El puerto dejó de ser monoexportador de azúcar para convertirse en la tercera terminal marítima del país en carga general y en el puerto alterno del de La Habana, manipulando más de un millón de toneladas métricas de mercancías. Se le añadieron una base de almacenamiento de combustibles y otra de amoniaco en Pastelillo, por donde también se realizan exportaciones de cemento. Las seis unidades de la termoeléctrica aportaban más de 600 megawatts-hora. El coloso productor de fertilizantes garantizaba el abono nacional para los programas agrícolas cañero y de cultivos varios a diversas regiones. Este florecimiento de modernas industrias representó la capacitación de miles de hombres y mujeres de allí, de Camagüey y de todo el país para el funcionamiento de las grandes plantas y las operaciones portuarias. Surgieron miles de empleos en las importantes ramas industriales y portuarias, y en la construcción de presas, acueductos y viviendas, para garantizar el hábitat a las nuevas familias que el propio desarrollo promovió en la región. Detrás vinieron las inversiones sociales de escuelas de todos los niveles, politécnicos, aulas universitarias, policlínicos, un hospital con excelentes servicios médicos y de urgencia, casas de cultura, redes de comunicaciones, emisora de radio y un canal de televisión. Su población creció hasta más de 40 mil habitantes.

Cuando se produce esta visita de Fidel, apenas catorce años después el cambio era extraordinario.

Además del control de los datos de la siembra de caña y las reparaciones en los dos centrales del municipio, Argilés los visitó repetidamente para precisar la situación así como los proyectos de expansión citrícola de Sola, la construcción de caminos, la marcha de las fábricas de cemento y de generación eléctrica, los planes de vivienda y la siempre tensa situación del puerto.

Incluso fue personalmente a recorrer el primer pedraplén que hacíamos de alrededor de dos kilómetros para unir el cayo Sabinal, con 335 kilómetros cuadrados y 33 de playas -que fuera base de operaciones de corsarios y piratas y de leyendas de tesoros enterrados,- y la tierra firme que ejecutaba el Chino, Rolando Cabrera, combatiente del ejército rebelde, con una pequeña brigada de equipos viejos consistente en un par de bulldozers, varios camiones y un cargador. Recibía el reporte diario de la marcha de ese trabajo pero lo visitó un atardecer. Cuando marchaba con el Chino dentro del cayo se sorprendió con un ruido no conocido y el Chino le aclaró que a esa hora cientos de los flamencos de Santa Lucía volaban por encima de la bahía hasta las casimbas del cayo. Se pusieron a observar y vieron varias decenas que venía planeando bajo para descender en ellas.

Desde luego fue exhaustivo en la revisión de la situación de las fábricas de fertilizantes y cemento donde felizmente todos sus índices de producción marchaban bien y también de la playa de Santa Lucía. Allí si había un buen enredo. La construcción de la carretera asfaltada que la comunicaba con la capital marchaba a un ritmo aceptable pero no así el primer hotel y el campamento que edificábamos en la playa con constructores de la CJC. El primero tenía un atraso de más de cinco semanas que después de numerosos chequeos sólo era posible reducirlo muy poco por la ruta crítica de la obra.

En fin que esperábamos que nos costaría una buena reprimenda cuando el comandante constatara esto. Incluso algunos pensaban que el conocimiento del atraso era la causa de la visita.

Al fin llegó Fidel e inició en la mañana siguiente el recorrido anunciado acompañado de Raúl Curbelo y Jaime Crombet, primer y segundo secretario del Partido en la provincia y de Argilés. La visita a la fábrica de Fertilizantes y a la de cemento fueron muy positivas por las frases estimulantes que dijo a los colectivos de trabajadores. Percatándose de la satisfacción del Comandante por la visita a las dos fábricas y el diálogo con sus obreros, al salir de la de cemento Argilés le plantea: “Comandante quisiera de ser posible una ayuda suya,” y Fidel le responde enseguida preguntándole qué ayuda quiere y entonces le sugiere que sería recomendable pasar por algunas calles de Nuevitas para saludar a la población. Fidel le indica al chofer que tome por donde él le indique y así los carros pasaron por la calle principal y otras avenidas donde el pueblo al ver la caravana y percatarse que iba Fidel, empezaron a salir de las casas, los comercios, saludándolo con tal efusión que fue realmente impresionante.

Al concluir el recorrido Argilés le informó la marcha de la construcción del pedraplén a Sabinal y las dificultades motivadas por la situación de los equipos y el comandante le asignó, anotándolo en su libreta, varios equipos nuevos que llegaron una semana después y dieron un impulso decisivo a aquella obra.

Durante el trayecto a Santa Lucía fue apreciando la construcción de la carretera asfaltada que comenzaba a sustituir el pedraplén que ejecutaba con escasos equipos el entusiasta jefe de viales de la provincia Quiroga y que comenzaba a cambiar la imagen del acceso a la playa.

Santa Lucía, a 120 kilómetros de Camaguey, tiene una faja de arena fina de más de veinte kilómetros de playa arenosa de origen coralino y es después de Varadero la mayor potencial playa del país. El ancho promedio de la franja de arena es de quinde metros. Sus aguas son muy tranquilas, transparentes y de fondos arenosos ideales para el deporte náutico, la pesca superficial, la foto-caza submarina y los baños de mar. Una extensa y bien conservada barrera coralina, parte de la mayor del hemisferio occidental, se extiende paralela a la costa a dos kilómetros de ella y limita las áreas para baños de mar.

Había entonces decenas de casas construidas por hacendados camagüeyanos y unas pocas edificaciones rústicas hechas después del triunfo de la revolución. El terraplén que lo comunicaba capital, que ahora se asfaltaba, estaba en mal estado y la carencia de instalaciones populares y de agua potable limitaba su disfrute por la población. Se iniciaba, con la carretera, ese primer hotel y la construcción de la presa Atalaya, la solución de esos problemas que darían facilidades para su disfrute.

La playa está limitada al sur por la más grande salina del país separada de la franja arenosa por la laguna natural El Real, poblada por el mayor conglomerado de flamencos rosados del país.

Frente al hotel en construcción, lo esperaba un grupo más nutrido. El jefe de la obra ofreció cifras y datos y explicó las causas del atraso donde en efecto incidían factores objetivos pero también muchos derivados de nuestra inexperiencia y deficiencias.

Fidel escuchaba atentamente la información mientras observaba el entorno. Dio algunos pasos a su izquierda y derecha. Casi finalizaba el jefe de la obra cuando lo interrumpió en voz baja: ¿Para dónde vuelan los flamencos?

Todos los presentes se miraron unos a otros y nadie tenía la respuesta para esta inesperada pregunta. Argilés en un extremo se adelantó un poco y para alivio de todos dijo: "Comandante, al atardecer vuelan muchos de ellos a través de la bahía para las casimbas del cayo Sabinal. Las vi hace poco cuando revisaba el trabajo del pedraplén” 

Fidel volvió a caminar mirando ahora hacia la laguna y comenzó a acercarse a los jeeps sin decir nada del atraso de la obra que nos tenía en vilo. Se detuvo y nos explicó a todos lo que me pareció después que era el motivo de su visita a ese lugar.

Con palabras más elocuentes y precisas que las que logro recordar dijo que Santa Lucía sería la playa de los trabajadores camagüeyanos y una de las orientales del norte de esa provincia.

Y ahí se remontó a pensar viendo ante sí lo que requeriría varios años materializar y que la mayoría de nosotros no veía con esa claridad sumergidos en los problemas difíciles de la terminación de las obras iniciales. Para ello tenemos que terminar la presa y la conductora que la abastecerá de agua potable, concluir la carretera que la une a la de Nuevitas y la que acabamos de comenzar, que irá por la costa norte. Aquí habrá que edificar una decena de hoteles pero no como este, tendrán que ser más verticales o extendiéndonos a lo largo de la playa para no reducir la capacidad de la laguna. Con lo que me dicen de los flamencos esto no los afectará y seguirán constituyendo un bello ornato para todos y una prueba del respeto que debemos brindar a nuestra naturaleza.

Hoy, treinta años después, muchos de aquellos sueños son realidades. Santa Lucía cuenta con cinco hoteles de categoría con más de 1 000 habitaciones y dos centros de buceo y deportes náuticos. 

Cuba allana el camino para la agricultura de conservación

Desde el inicio, el proceso ha contado con el impulso y apoyo de la representación de la FAO.

ECONOMÍA Redacción IPS Cuba 14 noviembre, 2017


Para el representante en Cuba de la FAO, Theodor Friedrich, la agricultura de conservación es la agricultura del futuro. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La Habana, 14 nov.- No es un tema nuevo para Cuba, sin embargo, su introducción apenas comienza abrirse paso. Una segunda consulta con expertos internacionales y representantes de instituciones cubanas traza las primeras acciones para la adopción de la Agricultura de Conservación (AC).

Convocada por el Ministerio de la Agricultura de conjunto con la representación en Cuba de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) , la cita reunió en La Habana, del 6 al 10 de noviembre, a expertos de Brasil, España e India y a investigadores, directivos, representantes de diversos ministerios, cooperativistas y productores de Cuba.

Este proceso responde a la necesidad de aumentar significativamente la producción agrícola en Cuba, contemplando las amenazas del cambio climático, la degradación de los recursos naturales y del medio ambiente, así como las prioridades de la economía nacional.

El encuentro da continuidad a la primera gran consulta de expertos, realizada en octubre de 2016, para iniciar el camino a la adopción de la AC, dijo Teresa López, del Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola y del grupo de trabajo para la adopción de la agricultura de conservación en Cuba.

Uno de los resultados de aquella primera consulta fue un documento denominado Hoja de ruta para la adopción de la AC, que llevó a la realización de talleres en diferentes provincias para enriquecer el proceso con los criterios de la gente.

“En esta continuidad, han participado otros expertos internacionales con temáticas que responden a las necesidades de conocimientos planteadas desde la base”, abundó.

Otro resultado fue la creación, hace unos meses, de un grupo interministerial con representantes de los diferentes ministerios involucrados –nombrados por los ministros-, quienes deberán impulsar el tema en sus respectivos espacios, desde el máximo nivel hasta la base.

Este segundo encuentro, apunta, está aportando las acciones a seguir, con responsables y plazos. Por ejemplo, a la necesidad de semillas específicas para quienes se inserten en la experiencia, deberá responder la entidad encargada de las semillas en el Ministerio de la Agricultura.

Al respecto, indicó Dagoberto Pérez, del Ministerio de la Agricultura, la actual consulta persigue proponer acciones de carácter nacional que puedan catalizar el proceso de introducción de la AC, en la medida que lo permita el plan de la economía y la cooperación con organismos internacionales.

Según dijo, hace unos ocho años se ejecutó un proyecto de investigación que dio las primeras luces sobre la factibilidad de introducir la AC.

Del dicho al hecho

En esta nueva fase, la conformación de las políticas va a ir a la par de la introducción, en la medida en que se disponga de las familias y los implementos e insumos especializados que lleva la AC para iniciar la replicación en las áreas seleccionadas, porque no queremos arrancar una tecnología y luego algo nos falte, destacó.

Pero, alertó Pérez, introducir la AC implica también cambiar un paradigma. “A la generación de ingenieros agrónomos de la que formo parte, nos enseñaron que el suelo bien preparado es ese que se ara, se surca y nos formamos en ese conocimiento, por lo tanto tenemos que empezar desde las universidades, los estudios de pre y post grado, los medios de comunicación y ese es el objetivo: integrar a todos los organismos manera que podamos influir a que la tasa de adopción en Cuba no sea tan larga y se pueda acortar”.

Según expertos, Brasil, un país líder en esta práctica, con más de 50 millones de hectáreas en AC, tuvo un periodo de adopción de 10 años para empezar su crecimiento. “Fueron diez años convenciéndose, casi sin políticas, y nosotros queremos hacerlo a la par: pruebas, aplicación práctica y construcción de políticas”, explicó Pérez.

Como parte de este proceso, a la investigación y las pruebas de pequeña escala, se sumarán en lo adelante grandes empresas como La Cuba y Sur del Jíbaro, esta última dedicada a la producción de arroz, cultivo en el que también se obtienen buenos resultados con la AC.

Coincidencias lógicas

Según destaca Theodor Friedrich, representante en Cuba de la FAO e innegablemente el principal impulsor de la introducción en el país de la AC, “reconociendo este problema, el nuevo paradigma de una agricultura sostenible debe ser basado en una agricultura de cero labranza, de un disturbio al mínimo posible del ecosistema del suelo”, sin olvidar que a la vez tiene que ser “productiva para satisfacer la cada vez más creciente demanda por alimentos”.

A su juicio, de cara a los problemas ambientales actuales, incluyendo el cambio climático, que también es resultado en buena parte de la actividad agrícola, es tiempo para transitar hacia una agricultura intensiva, sostenible y verdaderamente agroecológica.

“La agricultura de conservación es una herramienta disponible en este camino. Por lo tanto, la agricultura de conservación es la agricultura del futuro, y más bien puede ser el futuro de la agricultura”, sentenció Friedrich en una columna sobre el tema.

Para Yolanda Rabain Dreke, del Grupo Agroforestal, en criterio coincidente con Pérez, uno de los elementos más importantes de ese impulso a la adopción de la AC es que se ajusta a los preceptos de la Tarea Vida para el enfrentamiento al cambio climático.

(2017)

Rosneft ha suministrado a Cuba 200.000 toneladas de crudo en el 2017

MOSCÚ (Sputnik) — La compañía rusa Rosneft informó en un comunicado que, en cooperación con la cubana Cubametales, entre mayo y junio de 2017 organizó el suministro a la isla de 200.000 toneladas de petróleo y entre julio y agosto suministró unas 17.000 toneladas de derivados del crudo.
Logo de Rosneft"Rosneft continúa su labor de ampliación de la cooperación con la compañía Cubametales, entre mayo y junio de 2017 fue organizado el envío de 200.000 toneladas de petróleo en el marco del acuerdo intergubernamental entre Cuba y Rusia, (…) y se descargaron unas 17.000 toneladas de aceites básicos entre julio y agosto", indica el documento.
El texto revela que Rosneft seguirá cooperando con Cubametales para garantizar futuros suministros de combustible y derivados del petróleo.
Poco antes se informó que el intercambio comercial entre Moscú y La Habana en los primeros ocho meses de este año aumentó un 52,3% frente al mismo período de 2016, según las estadísticas del Servicio Federal de Aduanas de Rusia (FTS, por sus siglas en ruso).
Durante esos dos cuatrimestres el intercambio bilateral de mercaderías alcanzó un valor de 222,1 millones de dólares, mientras el año anterior fue de 145,8 millones de la moneda estadounidense.
Rusia exportó a Cuba hasta el mes de agosto del año en curso mercancías por 211,7 millones de dólares, cifra que representó un incremento de 84,4% en relación con igual lapso de 2016, cuando las mercaderías enviadas a la isla del Caribe registraron un valor de 114,8 millones de dólares.

400 millonarios piden a Trump que no les recorte los impuestos

Los más ricos alertan en una carta al Congreso de que la rebaja fiscal solo favorecerá la desigualdad y aumentará la deuda



Donald Trump en la cumbre de la ASEAN en Manila este lunes. JIM WATSON AFP

El dinero, a veces, no lo es todo. El gran proyecto fiscal del presidente Donald Trump se ha topado con un inesperado adversario: 400 millonarios y multimillonarios han firmado una carta en la que piden al Congreso que no recorte sus impuestos. La misiva, suscrita por nombres como George Soros y Steven Rockefeller, considera que la rebaja de impuestos solo favorecerá la desigualdad y aumentará la deuda. "Creemos firmemente que la forma de crear más trabajos de calidad y fortalecer la economía no es mediante reducciones de impuestos para los que más tenemos, sino invirtiendo en el pueblo americano", afirma el escrito.

“Este recorte es absurdo. Según los republicanos no nos podemos permitir gastar más dinero público, pero sí reducir los impuestos a los más ricos. Esto no tiene sentido”, afirmó Bob Crandall, antiguo presidente de American Airlines y uno de los firmantes de la carta. Promovida por la organización Riqueza Responsable, próxima a los demócratas y a la que también pertenecen los fundadores de la marca de helados Ben & Jerry’s, la diseñadora Eileen Fischer y otros millonarios, la misiva entronca con la gran tradición de la filantropía estadounidense. "Somos ricos a los que nos preocupa profundamente nuestra nación y su gente, y escribimos con una sola petición: no nos corten los impuestos", arranca el escrito.

Ya con otros presidentes, potentados como Bill Gates y Warren Buffet, considerados los dos hombres más ricos del planeta, se declararon en favor de pagar más. "Mientras las clases medias y bajas combaten por nosotros en Afganistán, mientras los norteamericanos luchan por ganarse la vida, nosotros los megarricos, continuamos teniendo exenciones fiscales extraordinarias”, escribió Buffet a Barack Obama en 2011. En aquel momento, el principal accionista de Berkshire Hathaway tributaba el 17%, cuando sus trabajadores pagaban por encima del 33%.

Ahora la batalla se repite, pero con un golpe añadido a la credibilidad de Trump. A diferencia de otras épocas, la Casa Blanca ha declarado que su proyecto mantiene intacta la presión fiscal sobre los más ricos. Pero una lectura atenta de los documentos enviados al Senado y a la Cámara de Representantes muestra que las rebajas son múltiples. No sólo se reduce el tope fiscal del 39,6% al 38,5% para las parejas que ganen más de un millón de dólares al año, sino que la iniciativa remitida a la Cámara Baja elimina el impuesto de sucesiones, que ahora mismo pagan unas 5.000 familias al año y que se circunscribe a herencias por encima de los 5,49 millones de dólares.

“Quitar este impuesto acarrearía unas pérdidas de 269.000 millones en un decenio, más de lo que se gasta en conjunto en la Agencia del Medicamento, el Centro de Control de Enfermedades y la Agencia de Protección Ambiental”, indica la carta. "Ni es justo ni sabio proporcionar una rebaja fiscal a los ricos a expensas de las familias trabajadoras, especialmente si se financia desmantelando programas que permiten cubrir necesidades fundamentales como la salud y la alimentación", añade.

La Casa Blanca no ha respondido aún al obús. Pero a nadie se le escapa que el asunto es altamente inflamable. El recorte de impuestos es unas de las grandes bazas electorales de Trump. Un presidente multimillonario que ha hecho de su pretendida habilidad para gestionar la economía su seña de identidad. Él mismo ha presentado su propuesta como “el mayor recorte fiscal de la historia de Estados Unidos” y un revulsivo para las clases medias y trabajadores. Pero detrás de las grandes palabras, los grietas son evidentes.

Los cálculos más conservadores establecen que la rebaja impositiva incrementará la deuda pública en 1,5 billones de dólares en 10 años. Una subida difícil de asimilar para unas arcas que ya deben 20 billones y que en el próximo decenio aumentarán la carga en otros 10 billones.

La respuesta oficial a este desequilibrio es el optimismo reaganiano. Los republicanos, con Trump a la cabeza, sostienen que el recorte desencadenará una ola de inversiones de tal magnitud que detonará el crecimiento y permitirá rápidamente compensar la pérdida fiscal. “Nuestro plan está diseñado para favorecer la inversión”, ha resumido el consejero económico de la Casa Blanca, Gary Cohn.

Los demócratas desconfían de esta previsión. Y los millonarios firmantes de la carta también. Para ellos, las empresas ya han alcanzado beneficios récord y viven días de enorme bonanza. Más importante es, a su juicio, dirigir los fondos públicos a la educación, la sanidad y la investigación. Áreas en las que Trump ha sacado la guillotina. “Yo gano mucho dinero. Si mi ingreso crece, no pienso invertir más, simplemente ahorraré más”, ha sentenciado Crandall. Y no es el único.