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jueves, 11 de enero de 2018

Crecimiento del PIB de Cuba en 2018: fresa, chocolate y resbalones

Por Pedro Monreal, El Estado como tal

El Dr. Carlos M, García Valdés tiene un peculiar entendimiento del análisis económico, o más bien de cualquier tipo de análisis. Considera que la ausencia de “encomio” equivale a una crítica “parcializada”. El problema es que esa es una noción que entra de frente y a toda velocidad contra el marxismo, y no solamente contra este (1).
No tiene sentido extenderse aquí acerca de la función critica de las ciencias sociales, ni respecto al significado de nociones propias del método científico como son la “crítica”, la “imparcialidad”, la “evidencia” y la “objetividad”. Me limito a decir que tratar de evaluar un análisis económico a partir del porciento de “palabras favorables” es una proposición disparatada. No puede tomarse en serio una cosa así.

Cuando se agrega a eso la utilización de una irónica cursilería del tipo “de esta manera con el 0,1 % del discurso (2 725 palabras) el doctor Monreal reconoce el trabajo y los resultados de 4 millones de trabajadores cubanos”, entonces lo risible se suma al disparate.
Por otra parte, el Dr. Carlos M, García Valdés dice al inicio dos cosas con las que concuerdo. En primer lugar, que existen diferentes enfoques analíticos respecto a un mismo problema. En segundo lugar, que pudieran existir preferencias distintas, de parte de un analista o de un lector, respecto a esos diversos enfoques. Hasta aquí no hay problema. Con esto de las preferencias puede ocurrir con el análisis algo similar a lo que sucede con los sabores de los helados.
Sin embargo, el Dr. García Valdés pasa directamente de lo anterior a tratar de hacer una descalificación política insidiosa e infundada, cuando haciendo la crítica de mi artículo dice que va a “continuar” su valoración sobre mi supuesto análisis “parcializado” saltando –de pronto- hacia una referencia en la que se habla de “nuestros enemigos”.
No entraré en un careo sobre el tema porque no le reconozco al Dr. García Valdés autoridad alguna para descalificarme políticamente.
Prefiero mantener el diálogo  en el plano del análisis económico  en vez de perder el tiempo intercambiando insultos políticos.
Me concentro entonces en los resbalones en los que ha incurrido el Dr. García Valdés en el plano del análisis:
  • Prometió abordar “otro enfoque de la economía cubana en 2017” y en realidad lo que hace es referirse a un análisis del Dr. Jose Luis Rodriguez sobre la economía cubana en 2016. ¿En qué quedamos? ¿2017 o 2016? La ocurrencia del Dr. García Valdés para tratar de explicarle al lector por qué no va a hablar de lo que ha prometido que va a hablar, ha sido tratar de argumentar que lo importante en un análisis concreto no es el contexto temporal del mismo sino la metodología. Por supuesto que el método es importante, pero el análisis del año 2017 debe estar basado principalmente en la evidencia específica de ese año, y no en la del anterior.
  • Al comparar el análisis que hice para el año 2017 con el que hizo José Luis Rodríguez para el año 2016 (que son contextos distintos, pero que el Dr. Garcia Valdés considera que eso no tiene mucha importancia), se enuncia un galimatías respecto al método. Por una parte, se afirma que “No es que sea mejor o peor” un método respecto a otro, es decir, hasta aquí estaríamos en un plano del tipo fresa y chocolate, pero, por otra parte, se afirma que el método utilizado por Rodriguez tiene “mayores posibilidades de objetividad”. Supongo que el Dr. Garcia Valdés entienda que ha incurrido en una contradicción. En el análisis científico, si un método permite mayor objetividad, entonces es un método superior. Aquí estaríamos en un plano de resbalón.
  • El enunciado completo permite apreciar un error adicional. Cuando se afirma que “Me parece que dispone de mayores posibilidades de objetividad por la amplitud de factores que involucra”, parecería que se considera que la superioridad de un análisis depende del número de variables consideradas, pero ¿no incluye acaso un análisis exactamente procesos inversos al mencionado, para tratar de reducir el número de variables? Las técnicas de análisis de factores y los métodos de reducción de datos han sido, desde hace tiempo, un importante componente del análisis económico, pero el Dr. García Valdés no parece estar informado.
  • Utilizar las cifras del costo del bloqueo económico para hacer inferencias estadísticas respecto a su impacto en el crecimiento económico es una clásica “arena movediza” del análisis económico. Obviamente, el bloqueo es un factor muy importante que tiene un impacto negativo para la economía y para la sociedad cubana. Eso es algo de sentido común. No hace falta hacer un análisis científico para arribar a esa conclusión, pero no es eso de lo que estamos hablando. Cuantificar el bloqueo como variable explicativa del crecimiento económico de Cuba necesita al menos dos condiciones que el Dr. Garcia Valdés no parece haber considerado. En primer lugar, no queda claro el método estadístico con el que se producen las cifras del costo anual del bloqueo. Hasta donde conozco esa metodología no es pública. Si no se conoce la metodología –que se supone que debería estar apoyada en análisis “contra-factual”- no sería riguroso tratar de comparar esas cifras con las estadísticas de Cuentas Nacionales. A lo que más pudiera llegarse sería a un nivel aproximado de las escalas, pero desde el punto de vista de una explicación de impacto como factor de crecimiento, lo que hace el Dr. García Valdés no es adecuado. Sería como hacer una discusión sobre longitudes que estuviesen basadas en el sistema métrico- decimal y que de pronto alguien mencionase las yardas o las pulgadas. Ni cuestiono la cifra ni la metodología para calcular los efectos negativos del bloqueo. Simplemente alerto que esas cifras no pueden ser utilizadas festinadamente para arribar a conclusiones artificiales que luego tratan de ser presentadas como un análisis económico.
  • La otra condición que el Dr. Garcia Valdés no observa es una regla elemental para construir coeficientes que pudieran tener sentido en una discusión sobre factores de crecimiento. Debe existir correspondencia entre el tipo de serie estadística que se utiliza en el dividendo y la que se usa en el divisor. Se deben dividir los datos de series a precios corrientes entre otros datos a precios corrientes, y los datos a precios constantes entre otros datos a precios constantes. Dividir el costo del bloqueo (asumido en precios corrientes) entre un dato del PIB a precios constantes resulta, naturalmente, en un coeficiente muy alto -según el Dr. Garcia Valdés del orden del 7,8% del PIB- pero eso no es utilizable en un análisis que intente ser preciso. No hay que ser economista para entender que eso sería el equivalente de dividir “papas entre naranjas”. No sé si ha dado cuenta el Dr. Garcia Valdés que alguien pudiera confundirse con lo que dice y que quizás pudiera pensar que la economía cubana habría crecido en más del 9% en 2017 (7,8% + 1,6%) en ausencia del bloqueo. No digo que sea imposible. Lo que pienso es que sería apropiado que el Dr. Garcia Valdés pudiera explicar mejor tal posibilidad.
  • Con el manejo de los datos del costo del huracán Irma ocurre algo parecido, pero con un problema extra. Para empezar, repito lo que dije anteriormente respecto al bloqueo, en este caso aplicado al ciclón. Obviamente, el huracán Irma tuvo un impacto negativo para la economía y para la sociedad cubana. Eso es algo de sentido común. No hace falta hacer un análisis científico para arribar a esa conclusión, pero no es eso de lo que estamos hablando. En este punto, el Dr. Garcia Valdés repite el cálculo de un cociente del tipo “papas entre naranjas” que lo lleva a un valor relativo de pérdidas que equivaldría al 24% del PIB. No sé si ha dado cuenta el Dr. Garcia Valdés que alguien pudiera confundirse con lo que dice y que quizás pudiera pensar que la economía cubana habría crecido en más del 25% en 2017 (24% + 1,6%) de no haber ocurrido el ciclón.
  • El elemento extra se refiere a que el Dr. Garcia Valdés parece no entender las estadísticas económicas más elementales. Se equivoca rotundamente cuando afirma que “No hace falta ninguna fórmula para colegir que esa cifra representa una resta, en cualquier magnitud, al PIB y en consecuencia a su crecimiento porcentual”. Por supuesto que no puede restarse directamente de una estadística de Cuentas Nacionales (el PIB) una cifra de “pérdidas económicas” que no representan componentes del PIB. Por ejemplo, uno de los factores de pérdidas por huracanes, como es el caso de las viviendas, se calcula como el “costo de reposición de una vivienda” y eso no significa “una resta” al PIB existente. Hay otras partes de las pérdidas, como las del sector agropecuario y en los “bienes y servicios dejados de efectuar” que sí representarían “una resta” del PIB, pero habría que observar dos cosas: deben estar calculadas con un método que hiciera compatibles las cifras de pérdidas con las estadísticas de Cuentas Nacionales, y naturalmente no se puede sumar “al bulto” el total de pérdidas y dividirlo entre el PIB, como hace el Dr. Garcia Valdes.
  • Otro resbalón interesante se refiere a lo que parece ser una deficiente interpretación de la manera en que se produce y se utiliza la evidencia en el marco de un análisis científico. Se equivoca el Dr. Garcia Valdés cuando dice que “Si alguien afirma que la estadística es neutral o ajena a cualquier teoría o ideología tiene toda la razón”. Por supuesto que quien diga eso no tiene razón.
  • Acerca del tema de la eficiencia de la inversión, le sugiero respetuosamente al Dr. Garcia Valdes que revise las cifras para el período 2008-2015, las cuales indican una tendencia estacionaria hacia una baja correlación entre la tasa de inversión y el crecimiento. Es decir, no se trata de una situación “veleidosa”. Es una tendencia concreta de la cual no se vislumbra una solución en plazos inmediatos.
Concluyo con dos comentarios muy breves:
En primer lugar, la utilización de estadísticas en un análisis económico no significa necesariamente que se descuide o que se ignoren los aspectos cualitativos, ni tampoco que el enfoque sea estrechamente “economicista”. Hay que tener en cuenta que un análisis económico no tiene que ser exhaustivo para que sea válido y útil. En unos casos porque no se dispone de toda la información cuantitativa y cualitativa que se necesita, y en otros casos porque el objeto de análisis puede ser abordado y entendido razonablemente sin necesidad de incluir muchas variables, ni de hacer explícitos todos los supuestos que se utilizan. Por cierto, no es verdad que en mi texto que comenta el Dr. Garcia Valdés “solo se mencionan de manera indirecta” el bloqueo y el huracán Irma. En realidad, se hace una mención directa a esos dos factores y a otros más.
En segundo lugar, no es racional asumir que vaya a aceptarse como una critica válida respecto a un análisis determinado, unas largas parrafadas líricas que incluyen perlas como un “huracán asesino”, la “la vergüenza y la dignidad”, o “la otra cara de la luna apareció reluciente con los aretes de su antípoda”. Le deseo mucha suerte al Dr. Garcia Valdes con esa línea argumentativa. 
Notas:
1 El texto del Dr. Garcia Valdés se titula “La economía cubana en 2017: modesto crecimiento y grandes adversidades. La otra cara de la moneda”, 10 de enero de 2018, https://cubaeconomista.blogspot.fr/2018/01/la-economia-cubana-en-2017-modesto.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+Cubaeconomia+(CubaEconomia)
El texto mío que el Dr. Valdés critica se titula “Crecimiento económico cubano en 2017: ¿Qué pasó? ¿Qué vendrá?”, 26 de diciembre de 2017, https://elestadocomotal.com/2017/12/26/crecimiento-economico-cubano-en-2017-que-paso-que-vendra/

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