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sábado, 10 de febrero de 2018

Tanques olvidados en Ciego de Ávila


 Rigoberto Triana Martínez ECONOMÍA , El Invasor


Estos tanques permanecen en la tienda El Fortín y se venden a 1 530.00 pesos Fotos: Nohema Díaz Muñoz

Cuando falta el agua la conservación de la poca que llega se convierte en prioridad. Así pasaba por estos días de 2017, cuando Ciego de Ávila era blanco de la sequía más intensa en lo que va de siglo.

Ante aquella emergencia, la producción de tanques de hormigón devino alternativa que benefició a las comunidades donde más escasea el vital líquido.

La necesidad de producir esos envases tuvo respuesta en todos los municipios, y los de mayores urgencias aprovecharon: había que atenuar el daño mientras San Pedro demoraba en abrir las compuertas de la lluvia.
Como “no hay mal que dure 100 años (…)”, en septiembre todo cambió después de Irma, huracán que si algo bueno dejó, fue la abundancia de precipitaciones.


Las unidades productoras tienen en sus áreas aledañas una considerable cantidad de tanquesAhí cambió el panorama. Elio Castillo Costa, directivo de la Empresa Provincial Productora de Materiales del Poder Popular (PROMAC), ha seguido de cerca este proceso y es testigo de que, con el adiós a la sequía, los tanques se dejaron de comprar.

Surgieron entonces varios inconvenientes, entre ellos la molestia que causa esa situación a los productores.

De ello da fe Raisel Morejón Moenck, perteneciente a la unidad productora El Cometa, cuya nave No.1, ubicada en las proximidades de la Carretera Central, en la salida para La Habana, tiene parte de sus áreas llenas de los aludidos depósitos.

Con esos volúmenes en sus patios la continuidad de la producción es casi imposible. Carlos Castaño Oliva, subdirector técnico y de desarrollo en PROMAC, dio a conocer que al asumir esa línea debían entregar 13 000 unidades, pero solo llegaron a 6 855, apenas el 52,7 por ciento de lo concebido. Añadió que al reducirse la demanda del renglón se decidió, a partir de septiembre, disminuir el ritmo de fabricación.

La alternativa es obvia, de acuerdo con José Antonio Martínez, director de la entidad: “Nosotros producimos en dependencia de las demandas y no podemos inmovilizar recursos. Si no nos compran los tanques hay que emplear ese material en techos y pisos, que tienen gran demanda.”

Otro elemento vital constituye la ausencia de una adecuada comercialización en las tiendas dedicadas a ese fin. En visita el pasado jueves a la unidad El Fortín, del reparto Aeropuerto, en la capital avileña, no estaba al alcance del cliente una tablilla con el nombre de los productos y sus precios que, en el caso concerniente a los hechos con hormigón, ascienden a 373.94 pesos, cifra razonable comparada con los 1 530.00 que cuestan los de producción nacional, presentes en ese establecimiento.

Eduardo León Castellanos, administrador, y Noslén Royz Acosta, almacenero, coinciden en que están haciendo una nueva tablilla la cual próximamente deben poner a la vista del público, además, tienen a su favor la posibilidad de dar informaciones a través de la radio provincial y su programa de facilitación A ritmo del almanaque.

Mientras esto acontece, los fabricantes de tanques por cuenta propia han mantenido su paso productivo con éxito por maneras de actuar que sacan ventaja de la poca gestión de las entidades estatales, a pesar de que sus precios son mayores: exhiben en plena calle y llevan el producto a domicilio.

Si bien el programa nacional para incrementar estos depósitos carece de las anteriores ventajas, atinado sería buscar alternativas favorables a la comercialización basadas en facilidades hacia el que compra. De encontrarse esas vías, el tiempo de los tanques sometidos al olvido pudiera reducirse a pesar de que las lluvias todavía nos acompañan.

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