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viernes, 22 de junio de 2018

La planificación y el salario

Por Lourdes Rey, Trabajadores

La relación que se establece entre el plan de cada entidad y el salario del trabajador ha sido un tema recurrente en los debates de las asambleas municipales de la CTC en la provincia de Villa Clara.


Empresa Antenas de Santa Clara.

Los delegados a estos encuentros expresaron que es cierto que este año las restricciones financieras externas y los daños dejados por el huracán Irma movieron marcadamente la economía cubana, no obstante enfatizaron que quedan reservas para que el trabajador reciba de acuerdo con su esfuerzo y aporte.

Según los criterios de los delegados para que plan y salario modulen coherentemente es imprescindible evitar inconvenientes, en muchos casos ajenos al trabajador, como la inadecuada aplicación de los sistemas de pagos, la mala planificación, el poco seguimiento de los contratos, la inmovilidad de los inventarios, la mentalidad de ser importadores y no exportadores, entre otros.

A lo anterior se añade que en ocasiones no se escuchan los criterios que expone el colectivo durante la confección del plan y el presupuesto de la entidad, así como las vueltas y demoras que da el plan para ser aprobado, y luego presentado; además de los cambios que se producen entre las circunstancias en que se elabora respecto a las que acontecen cuando se aplica.

Sin duda, el mayor o menor monto que percibe la persona lo fija el estado de cumplimiento del plan, que determina los indicadores que conforman el salario, incentivo determinante para aumentar la productividad. Si el plan no es objetivo, este no se cumple y con ello lo que se percibe se deteriora.

Intervenciones realizadas por los delegados a las conferencias municipales villaclareñas demuestran lo anterior: Jorge Martínez, trabajador del sector agropecuario de Santo Domingo, destacó que en ocasiones los sistemas de pagos no se analizan con los trabajadores. En Camajuaní los tabaqueros expresaron que han estado penalizados por haber establecido un plan con una plantilla incompleta, cuestión que según dijeron fue alertada en su momento. Los ranchueleros reclamaron sobre las incongruencias con la ficha de costo de la materia prima en la fabricación de cigarros, lo que redujo notablemente sus ingresos.

En las entidades pertenecientes a la industria, incluida la alimentaria, sobresale la preocupación por la falta de materias primas o insumos, e incluso la no llegada a tiempo de estos para el inicio de año, etc. Las consecuencias de dichas cuestiones son palpables actualmente, pues existen alrededor de mil trabajadores interruptos de centros vitales como la textilera Desembarco del Granma, calzado, INPUD, talleres de confecciones, y se evidencia el éxodo de personal hacia el sector no estatal u otras esferas de la economía más atractivas.

Tal asunto se expuso de forma preocupante y reiterada, así como el salario del sector presupuestado, en específico de los educadores, problemática referenciada en todas las conferencias municipales, por lo definitoria de esta profesión para el desarrollo presente y futuro de la sociedad cubana. Hubo ejemplos concretos como la experiencia narrada en la conferencia municipal de Corralillo por Yadenis Rivero, quien fue profesor general integral, un buen educador que buscó mejora salarial en la Unión Eléctrica.

En el debate se reflexionó en la labor de los dirigentes sindicales para exigir la aplicación de las autonomías aprobadas para la empresa estatal socialista y proponer alternativas para aprovechar las reservas de eficiencia e incluir al movimiento anirista.

En ese sentido los trabajadores azucareros y los agropecuarios realizaron observaciones. Julio García y Modesto Rojas, trabajadores de los centrales Abel Santamaría y Efraín Alfonso, respectivamente, insistieron en la responsabilidad sindical para incrementar la eficiencia del proceso industrial, unido a la estimulación y la emulación. Asimismo, Jorge Luis Llerena, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, consideró que la Anir es vital para potenciar el ahorro, y puso ejemplos que demuestran cómo la labor innovadora ha sido decisiva para dar vitalidad a diferentes actividades de su entidad.

En las discusiones se evidenció que la falta de materias primas para garantizar el proceso productivo revela que no siempre se estudiaron variantes para suplir las posibles complicaciones. De igual manera las incomprensiones y discrepancias con los sistemas de pagos indican que estos no se analizaron correctamente con los trabajadores antes de realizarse las asambleas.

Una vez más se comprobó que la fórmula más efectiva es la participación de los trabajadores en cada uno de los pasos de la confección del plan y el presupuesto, en el que tienen derecho a intervenir y dar opiniones, pues de ese modo se tiene en cuenta el criterio del fundamental protagonista, se hace una construcción colectiva del proceso productivo, se logra el comprometimiento consciente con el plan, lo que significa establecer responsabilidades diferenciadas para el cumplimiento de lo pactado.

Este momento de articulación conjunta es ideal para discutir el sistema de pago que regirá en cada área, las condiciones de trabajo, el presupuesto de salud y seguridad del trabajador, el de alimentación, buscar las condiciones para lograr extras productivos, incluir en la solución de las problemáticas a los innovadores y racionalizadores, emitir criterios sobre los dividendos con los que se cuentan, proponer nuevas inversiones, mejorar las condiciones de trabajo y discrepar de cualquier cuestión.

Las administraciones tienen el deber de escuchar y analizar las ideas del colectivo: las decisiones no pueden quedar a nivel de buró de administrativos y especialistas; estas tienen que ser tomadas con el concurso de todos para que el colectivo se sienta parte, formen parte y tomen parte de los procesos.

El plan es de todos. El salario, sin duda, depende de su cumplimiento.

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