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domingo, 1 de julio de 2018

COMPARATIVA SALARIAL, CHILE Y CUBA




Constantemente se comparan los salarios de diferentes países para estimar, más o menos, qué país tiene un mayor desarrollo interno. No obstante, el problema que siempre surge es que se comparan salarios nominales y no por su poder adquisitivo.

Vamos a explicarlo con un mayor desarrollo para luego realizar la comparación entre el sueldo de Chile y Cuba.

SALARIOS Y SU COMPARACIÓN INTERNACIONAL

El primer problema que se nos presenta, una vez queremos comparar salarios es el mismo cuando deseamos calcular el PIB de cada país. Esto, en palabras simples, es que debemos buscar un método para comparar dos montos en diferentes monedas. Lo que se traduce en usar el tipo de cambio.

Generalmente lo que se hace es comparar los salarios usando un tipo de cambio estandarizado. Si en país A el sueldo mínimo es de $300.000 mientras que en país B el sueldo mínimo es de US$500, ¿cómo lo comparamos? Haciendo el cambio. Si el cambio está a $500/US$, eso significa que el sueldo mínimo del país A representa US$600, en otras palabras, el sueldo del país A es superior en un 20% al sueldo del país B.

El ejercicio anterior es el más usado cuando se desea comparar salarios entre países y verificar en qué país se gana el salario más elevado. Sin embargo, el primer problema que surge una vez hacemos la comparación es el factor precios… ¿qué sucede si la misma canasta básica de servicios y productos ocupa diferentes proporciones del salario mínimo? Por ejemplo, digamos ahora que en el país A la canasta básica con la cual puede vivir una persona significa $280.000 mientras que en el país B esta representa US$400. En este caso la canasta básica representa un 93% del salario mínimo en el país A, y un 80% del salario mínimo en el país B.

Viendo el ejemplo anterior entonces somos testigos del primer problema, que a pesar de la superioridad del salario en el país A en términos nominales, el salario del país B alcanza para más bienes y servicios. Esta disparidad refleja una disparidad en los precios de cada país. Esta es la razón que nos lleva a cuestionar la comparación de salarios nominales y nos dispone a creer que el mejor método de comparación es a partir del PPP (en inglés, paridad de poder adquisitivo).

Por ejemplo, el salario cubano que se entrega en CUP en dólares más o menos US$ 24, pero esa cifra es insignificante y con los precios corrientes que manejamos en nuestros países, nadie podría vivir con esa cifra. De ser cierta esa cifra, el trabajador promedio cubano estaría percibiendo por día menos de 1 dólar, y si sumamos además el hecho de que con ese salario se debe mantener una familia, entonces el común de los habitantes estaría percibiendo unos 20 centavos de dólar. Tal situación vista con la máxima objetividad, significaría que el cubano promedio como mucho podría sostenerse al borde de la inanición, pero la realidad palpable y objetiva es que el cubano promedio no solo ni padece hambre, sino que tiene su propio hogar, consume sus productos y servicios, y aunque Cuba en sí es un país pobre con solo US$ 6000 per cápita, los principales organismos de Naciones Unidas dan cuenta de una esperanza de vida que bordea los 80 años en promedio, una desnutrición bajo el 5%, más un 85% de la población cubana como propietaria de su hogar.

Cuba es el caso más llamativo donde difiere demasiado el salario mostrado en dólares nominales y el salario mostrado en dólares PPP.

Si cogemos los datos que maneja el PNUD en su base estadística del 2015 vemos a Cuba con un PIB per cápita de US$ 7300 en PPP mientras que Chile presenta US$ 21.290.

Pues bien, según el informe “Panorama económico y social” Cuba 2014, el PIB per cápita en pesos corrientes cerró en 7365 CUP cubanos para el año 2014.

Según el informe de octubre de 2016 del FMI, el PIB per cápita chileno en $ corrientes cerró en $8.281.158 para el año 2014.

Entonces, guiándonos por el cálculo hecho por el PNUD, tenemos que: 1) el tipo de cambio para Chile en PPP es de 388.9/US$; 2) el tipo de cambio de cambio para Cuba es de 1/US$.

En ese caso, los salarios quedarían así:



En vista de lo anterior podemos concluir que, por una parte, el salario cubano ya sea mínimo o medio, es superior al mostrado frecuentemente por los medios de comunicación (8 y 25 dólares respectivamente), y que se equipara mucho más a la media latinoamericana.

PAÍS
SALARIO PROMEDIO DÓLAR PPP
ARGENTINA 1698
CHILE 1332
COSTA RICA 1255
URUGUAY 1134
BRASIL 1111
PANAMÁ 979
VENEZUELA 970
MÉXICO 868
COLOMBIA 713
CUBA 687
ECUADOR 642
GUATEMALA 486
REPÚBLICA DOMINICANA 481
PARAGUAY 436
EL SALVADOR 433
PERÚ 359
HONDURAS 332
BOLIVIA 255
HAITÍ 60
NICARAGUA NO DATA


Realizando un ejercicio similar vemos que Cuba se encuentra en la media de la región que podemos analizar, mucho más lejano del triste panorama presentado por los medios de comunicación indicando que se sobreviviría con 25 dólares al mes.

Pero además se nos presenta otro problema, pues esta comparación incluye el poder adquisitivo del salario en virtud de una canasta completa de bienes y servicios, más allá de los bienes de primera necesidad como pueden ser los alimentos, por lo que puede ser engañosa.

Es cierto que un cubano con su salario básico o medio tiene menos posibilidades de consumo que un chileno en la misma situación, pero esto una vez más, es en términos generales. Estamos diciendo con ello que un chileno con el salario mínimo, puede hacer y comprar más en general, que un cubano. Mas sin embargo, es pertinente hacer una jerarquía de estos bienes y servicios, ya que un hombre que por ejemplo mantiene a una familia con dos hijos y su esposa, privilegiará unos bienes y servicios sobre otros. Si se ordena, como es lógico, comenzará pensando en la compra semanal de alimentos, la movilización, luz, agua, gas y el alquiler o arriendo, para después quedan otros bienes como los artículos de aseo y perfumes, seguido de vestimenta y otras necesidades secundarias, para finalizar en el consumo de bienes electrónicos.

Hagamos un orden de esas prioridades.



El orden que hemos realizado va más allá de solo diferenciar entre bienes de primera necesidad y bienes de lujo. Tenemos que asumir que una familia se organiza en virtud a más factores y de modo más complejo al momento de priorizar. Ahora, proyectemos esta jerarquización de necesidades en relación al salario mínimo.

En el caso chileno, esta es la jerarquización.


Como se puede apreciar, con el salario chileno mínimo, una persona como mucho se podría mantener a sí misma, mucho menos podría mantener a alguien más.

Comparemos el ejemplo con Cuba.


En este ejemplo hemos tratado de calcular el gasto que cada persona, con un salario mínimo en su país, destine en un contexto donde se debe movilizar dos veces por día y debe de vivir pagando alquiler/arriendo.

En el caso chileno, con el salario mínimo una persona podría costearse el arriendo de una habitación básica, la cual se encuentra en $140.000, más la movilización dos veces al día en $34.000, el descuento del 20% por cotizaciones sociales, $52.000 (AFP + Fonasa/Isapre), lo que deja un total para la alimentación de $38.000, con ese dinero, si una persona desea mantenerse y comer al día, deberá saber gastar menos de $1300 por día, lo que da 1KG de pan por día.

En el caso cubano, con el salario mínimo, una persona puede costearse el alquiler de una vivienda o un departamento entregado por el Estado, el cual por ley no puede sobrepasar el 10% del salario mensual (23 pesos), un billete de ómnibus en Cuba cuesta 0.4 CUP, lo que lo lleva a gastar 16 CUP al mes, y he dejado en un 67% el salario destinado a alimentación considerando que este cubano que se mantiene solo y que percibe el mínimo, no busca tener la dieta más variada pero tampoco la más pobre, así con 164,4 CUP puede acceder a: 1 KG de arroz a 8 CUP, a 1 KG de chícharos o frijoles, a 6 CUP, más un pollo completo a 61 CUP, más un aceite normal a 52 CUP, más 460 gramos de picadillo de ave en 23,4 CUP y galletas de sal a 13 CUP. Finalmente nos queda el gasto por luz y agua potable, ambos costos se diferencian entre el nivel de gasto, así lo respectivo a la luz eléctrica, una persona que consuma de 0 a 100 KWH debe desembolsar 0.09 CUP por cada kWh, mientras que una persona que consuma menos de 7 M3 de agua, debe desembolsar 0.5 CUP por cada M3 consumido. Esto, tomando los datos de consumo en Chile y Cuba, podemos decir que una persona común gasta unos 50 KWh al mes, esto implica un gasto de 4.5 CUP, mientras que una persona con un consumo como el presentado en la actualidad, se gastaría uno 5.6 M3 de agua, lo que en costo cubano representa no más de 3 CUP.

Asumiendo esto, queda un extra de 20.5 CUP para el cubano, ¿en qué lo puede utilizar?

Comprar electrodomésticos y ropa queda descartado, esto porque en la escala de precios cubano, estos productos. Sin embargo, este trabajador podría:

– Ir 7.8 veces al cine durante el mes.

– Puede ir a 2 espectáculo de ballet en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso en la Tertulia.

– Puede entretenerse pagando por hasta 10 partidos de béisbol cuyo precio se encuentra en los 2 CUP la entrada aprox.

– Puede pagar por dos entradas al Acuario Nacional, el cual se, cuesta 10 CUP para los cubanos y 10 CUC para extranjeros.

En consecuencia, en vista de lo que significan los gastos más básicos, un chileno y un cubano, percibiendo ambos un salario mínimo, y ambos viviendo solos, el cubano puede sostener con mayor facilidad su vida consumiendo bienes y servicios que representan la base de las prioridades humanas, a lo que se debe de sumar que resta un poco para gastos culturales. El chileno en las mismas condiciones debe resistir con, solo y únicamente, lo básico.

En otras palabras, solo mirando los gastos básicos, el cubano tiene más que el chileno, ¿pero si miramos los gastos suntuarios, de lujo, o tecnológicos?

En este sentido parece evidente que el salario mínimo en ambos países no dará para el consumo en tan solo un pago, pero hagamos el ejercicio y analicemos cuántos pagos, en salario chileno y cubano, bastan para adquirir un producto o bien determinado que nosotros consideremos suntuario o de tecnología.



En este aspecto Cuba se queda atrás. Un cubano ni con el salario mínimo, ni con el salario medio puede consumir libremente tales bienes.

Por otro lado, al otro extremo del ejemplo, tenemos el caso de los servicios que en Cuba son gratuitos, absolutamente costeados por el Estado, mientras en Chile no lo son: salud, educación y deportes.

En Cuba esos servicios son gratuitos al 100%, mientras que en Chile no, aunque el Estado de todas formas igualmente interviene subsidiando ciertos precios. En el caso de la salud, el sistema FONASA puede impactar en los costos de un tratamiento, una consulta o cirugía en ciertos grados, mientras que, en el área de la educación, hay ciertas becas que entrega el Estado para cubrir a un porcentaje de los estudiantes.

Considerando el elevado costo de un arancel universitario, el cual, en el mejor de los casos bordea el $1.500.000, una familia corriente chilena no puede costear $150.000 mensual durante 4 o 5 años, más si su o sus hijos se atrasan en sus estudios. Si agregamos que el 50% de los estudiantes chilenos matriculados en la educación superior no tiene becas, entonces debemos asumir que su unidad familiar los sustenta directa (pagándole los estudios) o indirectamente (pagándole la mantención mientras el estudiante trabaja). En suma, viendo el costo que significa tener a un hijo estudiando en la universidad, resulta difícil que una familia promedio, o una familia que percibe el salario mínimo, pueda enviar a un miembro a estudiar en la universidad. Y, desde luego, una persona que vive con el salario mínimo en Chile, no puede pensar en estudiar en universidades o institutos de educación superior.

Mismo caso sucede con los tratamientos médicos. Ya mencioné que un chileno afiliado en el sistema público Fonasa, pagará en virtud de su clasificación. El sistema clasifica a sus afiliados en 4 niveles, A, B, C Y D, los dos primeros tienen que costear un copago cero, es decir gratuito, en ambos casos se destina el beneficio a personas que perciben menos del salario mínimo. Aquellos que perciban desde el salario mínimo hasta $365.000, deben de costear el 10% del tratamiento, y los que perciban más deben costear el 20%.

Asumamos que un trabajador que percibe el mínimo, o un poco más del mínimo, se enferma un mes respectivo y debe asistir una vez por semana a su centro médico más cercano y comprar un bono por el tratamiento y la atención médica recibida. Si el precio en ese centro médico bordea los $50.000, eso quiere decir que cada vez que visita a su médico, debe pagar $5000, y al cumplir el mes ya habrá gastado $20.000, esto sin mencionar el costo de los medicamentos, lo cual no es menor ya que en Chile. Un simple tratamiento por una bronquitis puede significar el gasto en medicamentos de entre $5000 y $10.000, es decir, ya estamos hablando de que un trabajador solo por su tratamiento médico, estaría gastando entre 25 y 30.000 pesos, más o menos el 10% de su salario mínimo. Una persona que percibe el salario mínimo en Chile, debe, ante todo, procurar no enfermarse.

Finalmente, el deporte. En Cuba, el deporte es gratuito, sea el nivel que sea, hablando de colegios, gimnasios de barrio o deporte de competencia nacional/internacional, éste es gratuito y costeado en un 100% por el Estado. En el caso chileno no lo es, a lo mucho lo será en los colegios con una clase semanal de educación física, pero ir a un gimnasio puede costar entre 12 y 20.000 pesos al mes. Ya estamos hablando del 5% del salario mínimo, pero esto sucede en los gimnasios que funcionan como empresa y que reciben el pago anual o semestral por adelantado, por lo que ya se tiene que tener guardado $144.000 para pagar el año, si hablamos de gimnasios administrados por familias de clase media emprendedora, generalmente el pago es mayor y mensual, de $20.000 hacia arriba, un 12% o más del salario mínimo. Por supuesto, una persona que percibe el salario mínimo no puede darse el gusto de entrenar su cuerpo.

Un cubano que percibe el salario mínimo puede ya sea matricularse en una universidad, atenderse de las enfermedades que padezca, y entrenarse como le plazca.

FINALMENTE, UN APUNTE SOBRE LA PECULAR SITUACIÓN DE LOS PRECIOS EN CUBA

Para finalizar este artículo, me gustaría acabar con el punto de los precios en Cuba y el porqué de su disparidad.

Veamos, en un país capitalista común y corriente, como Chile, España, Argentina, Estados Unidos o Corea del Sur, los precios eventualmente son fijados por el mercado, y aunque también el Estado interviene en ciertas áreas subsidiando algunos, en general los precios son fijados por el mercado. En Cuba la situación es diferente.

Como en todos los países que adoptaron en algún momento del siglo XX, el modelo de desarrollo socialista que emprendió la URSS, los precios no se fijaban en el mercado, sino que se fijaban a partir de decisiones políticas que bien podrían guardar relación con sus costes como no. Esto implicó ventajas y desventajas comparado con la situación en el capitalismo.

Por ejemplo, mientras en el socialismo hay servicios gratuitos o muy baratos, como lo pueden ser los eventos culturales (ballet, cine o conciertos), la tecnología que debe de ser importada desde países capitalistas y que figura en las estadísticas como bienes de consumo, generalmente se oferta a precios de mercado, por lo que tienden a ser mucho más caras que los productos y servicios creados en el país socialista. En Cuba esta disparidad se refleja fielmente.

De igual forma, hay desventajas en este modelo. Por ejemplo, en servicios como la luz eléctrica, el agua potable, el gas o la educación, al ser completamente gratuita o subsidiada, el nivel de consumo puede verse distorsionado, o simplemente no hay mesura en su gasto. De igual forma si tenemos universidades gratuitas, esto significa que no están generando dinero, por lo que, de cara al Estado, son solo gastos, y en tal situación si el Estado no tiene un gran nivel de ingresos, no va a poder mantener a las universidades en la mejor situación o no va a poder pagar a sus profesores los mejores salarios.

En el caso de Cuba esta situación se deforma todavía más desde que la URSS se desintegró y el bloque soviético se esfumó. Hasta entonces el comercio cubano, y el consumo de bienes tecnológicos, era generado con los países industrializados socialistas. Los precios comercializados muchas veces eran precios subsidiados entre aliados, y luego de décadas de comercio beneficioso, muchos cubanos se nutrieron de bienes de consumo (televisores, radios, refrigeradores, ETC) traídos desde países como la URSS o la RDA.

No obstante, una vez que cayó la URSS, el PIB cubano se redujo en más de un 30% y el comercio en más o menos un 80%. Cuba se encontraba en crisis total, por lo que, para superar esa situación, debían de rentabilizar la economía. En ese entonces tenían dos opciones.
  1. O, el Estado reducía todos los gastos posibles, eliminando gratuidades (educación y salud), subsidios (luz, agua, vivienda y transporte), además de empleo, para usar ese excedente en el ahorro y en la inversión de nuevas áreas económicas para superar la crisis.
  2. O, el Estado adoptaba nuevas reformas para incentivar ya sea la inversión extranjera, o la creación de negocios dentro de la isla mediante formas que no operaran necesariamente dentro de la lógica capitalista (cooperativas, cuentapropistas, negocios familiares, ETC).
El Estado adoptó la segunda opción, como sabemos. Incentivar la inversión abriendo espacios para que lleguen nuevos capitales no surte efecto solo porque sí, el Estado debía igualmente estabilizar sus gastos, y ello significaba imprimir dinero, la trampa inflacionaria. Sin embargo, en un contexto inflacionario, con un peso cubano en caída libre, las inversiones podrían verse perjudicadas. Es por eso que en un primer momento se legalizó el uso del dólar, y luego se creó el CUC, un peso cubano con el valor del dólar, y con el cual se podía importar y usar en transacciones dentro de ciertos rubros del país, especialmente aquellos ligados al turismo.

De este modo, el Estado pudo devaluar su moneda –el CUP- a la vez que mantener el valor de una moneda paralela –el CUC-, pudiendo importar y sostener el negocio turístico con una, y pagarle a la gran mayoría de sus trabajadores con el otro.

La dualidad monetaria tuvo efectos positivos y negativos, como ya sabrán. En lo positivo, el país pudo luego de años, recuperarse de tal crisis, sostenerse a pesar del recrudecimiento del bloqueo estadounidense, y preservar los logros más importantes de la revolución (salud, educación, y seguridad social), pero como efecto negativo se rompió hasta el día de hoy la equidad existente, esto porque aproximadamente un tercio de la población, la cual, o bien se mantenía en el sector turístico (operando con restaurantes, hostales, hoteles, de taxistas o servicios varios), o bien recibía divisas desde el extranjero, pudo ver como su estándar de vida se incrementaba de modo importante mientras el restante 70% era testigo como florecía la economía en contra de lo que sus ingresos le podían permitir.

Hasta el día de hoy esta situación es patente, un profesor universitario que percibe, digamos, 900 CUP al mes, puede vivir con un estándar de vida decente, pero si desea consumir bienes importados, ropa o tecnología, tendrá muchas más dificultades en comparación con un taxista que por día perciba más de 50 CUC, lo cual le permitiría acceder a bienes que el profesor universitario (o médico, o trabajador de empresa estatal) no tiene acceso con sus ingresos corrientes.

La dualidad monetaria fue una medida que se tomó frente a una coyuntura, una crisis que restó 30% el PIB, pero que hoy ya se ve con necesidad de ser superada. Obviamente, no se puede llegar y eliminar, porque si lo que se buscara es eliminarla en un plazo de más o menos un año, el resultado sería catastrófico: capitalización absoluta del país, como Europa oriental durante los 90, un nivel de desempleo de 2 dígitos durante años, reducción extrema de derechos sociales (salud y educación), y un empobrecimiento de una parte no menor de la población. El resultado en ese contexto podría ser el de cualquier país recientemente capitalizado, con un tercio de la población sumamente pobre, sin trabajo ni protección, un tercio de la población con trabajo y un estándar de vida un poco superior al actual, con posibilidad, aunque limitada para el consumo de ciertos bienes importados, y un último tercio claramente ganador. La capitalización se configuraría como el éxito del capitalista y la polarización absoluta de clases sociales.

Los cubanos lo saben. Sus dirigentes también lo saben. Fueron testigos del resultado de tales medidas en Rusia, y no quieren repetir el desastre. Por ello si se busca eliminar la dualidad monetaria, se debe avanzar a paso firme, pero mesuradamente, viendo hasta qué punto se pueden eliminar ciertos subsidios en la medida que los salarios en CUP equiparen su peso en CUC hasta llegar a un punto en que ambas monedas adquieran un valor equiparable.

Fuentes

Precio de eventos culturales en Cuba, ballet.

Precio agua potable en Cuba.

Precio de la electricidad en Cuba.

Precio del cine en Cuba.

Precio de bienes importados en Cuba.

Precios de alimentos en Cuba.

Consumo de agua potable en Chile.

Consumo de energía eléctrica en Chile.

Indicadores económicos en Cuba.

Salarios en Chile.

Tramos y copagos de salud en Chile.

Más sobre los precios en Cuba.

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