Otras Paginas WEB

sábado, 4 de agosto de 2018

Cemento, ladrillo y arena...¿cuánto tenemos?

La demanda supera a la oferta, sobre todo en lo que a áridos y cemento respecta. Foto: Ismael Batista Foto:Ismael Batista
Construir viviendas no es una labor simple; en estos tiempos demanda mucho esfuerzo y tener los medios para ejecutar la obra. La situación geográfica de Cuba complica la tarea, por los regulares embates de fenómenos meteorológicos; no obstante, el Gobierno cubano trabaja incesantemente en devolverle a cada persona aquello que ha perdido.
Asimismo, por las condiciones técnicas de los hogares en la capital y en muchos sitios del país, pocos son los que escapan de verse inmersos en algún proceso constructivo. Ello implica no solo la solvencia económica –para quien lo hace por esfuerzo propio– sino también visitar los llamados «rastros» y encontrar allí los insumos necesarios, los que en muchas ocasiones no están disponibles aunque la industria nacional y el grupo de producción local de materiales de la construcción los abastezcan constantemente. La demanda supera ampliamente la oferta.
Lo cierto es que en el esfuerzo del Estado por ayudar a aquellos menos favorecidos y quienes aguardan por volver a tener un techo propio donde dormir, ya sea en Guisa (Granma), Mayajigua (Sancti Spíritus) o en algunas barriadas de la capital como el Vedado o Cojímar, siguen mediando elementos que menguan la producción o disgregan el control y terminan perjudicando los propósitos del Gobierno y los organismos encargados, como el Ministerio de la Construcción (Micons).
LA INDUSTRIA NACIONAL
El Grupo Empresarial Industrial de la Construcción (Geicon) es la entidad en Cuba que provee a lo largo de la Isla los materiales de la construcción. En la actualidad, posee una capacidad de producción instalada de siete millones de metros cúbicos de áridos y 2 691 000 toneladas de cemento al año; sin embargo, no se alcanzan esas cifras debido a la gran obsolescencia del equipamiento, la baja disponibilidad técnica y desbalance tecnológico.
La producción local de materiales de la construcción agiliza la terminación de obras a lo largo de todo el país. Foto: Ortelio González Martínez
En los años 2016 y 2017 las producciones de áridos, elementos de piso y pared se vieron afectadas y disminuyeron como consecuencia de la reducción de los portadores energéticos (diésel, electricidad, asfalto, agua, entre otros). En el 2018 se trabaja para mantener las cifras que hasta el 2016 se tenían, e incluso, en muchos casos, ya son superadas.
Francisco Díaz Hernández, presidente de Geicon, afirmó que al cierre del 2017 las ventas a la población del Ministerio de Comercio Interior (Mincin) de arena fueron de 318 500 metros cúbicos (m3), 18 994 000 unidades de bloques de hormigón, 395 000 toneladas de cemento y 70 200 unidades de muebles sanitarios. No obstante, las cifras no suplen la demanda del pueblo, sobre todo después del intempestivo paso de los huracanes.
En cuanto al costo de los materiales, la industria pretende que cada vez estos estén más acordes al salario de los cubanos; pero de la diferencia entre el costo de producción y el de comercialización por el Mincin se gestiona la estrategia para la sustentación de subsidios.
En lo que ha transcurrido del 2018, a Geicon se le han aprobado nuevas inversiones con financiamiento central, que permiten incrementar las capacidades de producción.
A decir de Díaz Hernández, se han destinado 89 842 millones de pesos a la construcción y montaje, a la compra y reparación de equipos y a las importaciones de materias primas (aunque  significativa, no suficiente para que la industria recupere sus capacidades).
El Presidente del grupo empresarial afirmó también que las inversiones asociadas a la producción de áridos en los programas de la vivienda, alimentos, turismo y viales ha recibido una inyección de capital con un valor de 24 900 000 pesos de moneda total, de ellos 16 008 000 pesos en equipamiento y ocho millones en construcción y montaje.
«En cuanto al programa de sostenimiento de la industria del cemento, uno de los elementos más demandados por la población, se han invertido este año 14 752 000 pesos», agregó.
Con una visión alentadora, se prevé que en 12 años la producción de cemento crezca en 3,8 millones de toneladas, así como que la de áridos ascienda de seis millones de m3 (lo que se produce en la actualidad) a 12 millones, producto de las transformaciones tecnológicas, completamiento y recuperación del parque de laboreo minero y el desarrollo de los yacimientos.
Díaz Hernández alegó, asimismo, que sosteniendo las plantas actuales y con la introducción de tecnologías altamente productivas, automatizadas y con disponibilidades para lograr diversidad de productos, se podrá incrementar la producción de bloques de hormigón de 47 millones de unidades a 93 millones.
«El país, en aras de economizar, busca frenar las importaciones y desarrollar la producción de morteros especiales (cemento cola, mortero estructural –para techos y grietas– y el mortero para repello) y lograr que las capacidades de producción de 20 000 toneladas actuales lleguen a 350 000 en el 2030», concluyó.
UNA ALTERNATIVA SAGAZ
En las tiendas del Mincin deben aparecer todos los renglones que produce el municipio, la provincia y la nación con el precio de venta minorista. Foto: Miguel Febles Hernández
Como respaldo y soporte fundamental de los cambios introducidos en la política para el incremento y mejora del fondo habitacional y hábitat, se emprendió hace 15 años el programa de producción local y venta de materiales de la construcción en todo el país.
Según Tomás Vázquez Enrique, director de Producción Local de Materiales del Micons, el 80 % de lo que se produce por esta vía se destina a la población, en tanto el 20 % restante va dirigido a las obras sociales de los municipios.
«En los últimos cinco años la producción local ha ido creciendo anualmente entre un ocho y 11% y se han instalado capacidades productivas –las llamadas minindustrias– en los 168 municipios del país», afirmó Vázquez.
Durante el 2017, se fabricaron en las minindustrias alrededor de 316 000 metros cúbicos de áridos, 13 millones de ladrillos, 40 millones de bloques de hormigón, 1 200 metros cuadrados de mosaicos y baldosas, y 37 000 tanques de hormigón, entre otros.
Por su parte, José Antonio Rosa, especialista del Micons, tras concluir la XII Evaluación del Grupo, que inició el 3 de mayo último en Ciego de Ávila y concluyó el 29 de junio en La Habana, dijo que en lo que va de año los niveles de las producciones locales se mantienen estables, aunque cree necesario velar porque se incremente la calidad de estos productos que son de probada resistencia, pero en ocasiones tienen problemas de estética.
La evaluación se desarrolló a través de encuentros e intercambios de los directivos del Grupo con las bases productivas, visitas a las tiendas que comercializan los materiales de la construcción y a los grupos de trabajo, encabezados por los presidentes o jefes de Consejos de la Administración Municipal, en su condición de máximos responsables del programa en sus territorios.
Según José Antonio Rosa, la principal deficiencia que se develó es la insuficiente gestión por parte de los presidentes de los municipios de las materias primas y la solución de sus principales dificultades. Otra problemática fue la ausencia del acta de certificación de la calidad de lo que se produce.
Para la gestión de la calidad es preciso tener las producciones almacenadas correctamente, identificadas por lotes, fechas de elaboración y que posean la estética correspondiente. Las materias primas también deben estar debidamente almacenadas con su certificado de calidad emitido por el proveedor.
Los centros productivos deben contar con las bases normalizativas que aseguren sus producciones y exponerlas en lugares visibles. El estado técnico y de limpieza de los equipos de producción debe ser óptimo, así como el mantenimiento diario.
En cuanto a la comercialización y venta, elemento en el que se hace especial énfasis, deben aparecer todos los renglones que produce el municipio, la provincia y la nación con el precio de venta minorista y diferenciarlos en las tiendas del Mincin. «Todo el esfuerzo de la producción se materializa al vender el producto. Por ejemplo, el bloque que produce el programa casi nunca está en exhibición», explicó.
El programa es uno de los principales proveedores para la construcción de viviendas por esfuerzo propio –incluyendo los subsidios–, además de constituir fuente de abastecimiento para las reparaciones, el mantenimiento de instalaciones y las inversiones.
Actualmente se trabaja en su extensión con la activación de nuevas bases productivas en poco más de 230 consejos populares.
«El Grupo trabaja, además, en la fabricación de equipos para las minindustrias, entre ellos, molinos, moldes, bloqueras, extrusoras, prensas y hormigoneras, que se realizan en varias entidades del país, esfuerzo que debe seguir multiplicándose para que crezca aún más la producción local», agregó Vázquez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario