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martes, 21 de agosto de 2018

La política económica en Cuba: Valorando lo alcanzado y los retos a enfrentar (2011-2018) (II)

Por: José Luis Rodríguez
Foto: José Raúl/ Cubadebate.
Reflexionando sobre lo logrado y lo que no se ha resuelto, puede señalarse que la estrategia económica prevista en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el 2011 fue la adecuada. En rigor no había otras alternativas para alcanzar un crecimiento económico sostenible a corto plazo, que resultaran mejores en comparación con las propuestas previstas en los documentos aprobados en el VI Congreso del PCC. Sin embargo, en la implementación de esa estrategia, los factores externos incidieron -con mucha más fuerza que lo previsto- en el desempeño económico del país, a lo que se sumaron las dificultades internas y los errores en la implementación de la política trazada, todo lo cual llevó a resultados por debajo de lo planificado para el período 2011-2016,
En este último aspecto es preciso destacar que no se trata solamente de los aspectos cuantitativos implícitos en las tasas de crecimiento por debajo de lo proyectado que se obtuvieron en estos años, ya que tampoco se lograron superar determinados enfoques conceptuales que permitieran desatar adecuadamente las fuerzas productivas.
Baste analizar dos elementos esenciales para la correcta dirección económica del país.
Un primer aspecto tiene que ver con uno de los temas más complejos en la construcción del socialismo en todas las épocas y que –puede afirmarse sin temor a errar- no se ha resuelto aún. Es el caso de la presencia objetiva del mercado en esta etapa, que se manifiesta en el tratamiento a la contradicción que objetivamente existe entre propiedad privada y propiedad social y también en el diseño de los mecanismos de regulación del mercado en el propio seno de la propiedad social.
En este sentido, si bien se ha reconocido la existencia objetiva del mercado en la construcción socialista a partir del bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, que limita la expresión del carácter directamente social del trabajo gastado e impone la necesidad de su confrontación a través del mercado, en muchas ocasiones se ignora la acción de las leyes que rigen su comportamiento.
Es así que la ignorancia de las leyes del mercado ha conducido a serios errores en la implementación de mecanismos adecuados para su regulación en las condiciones de la prevalencia de la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción a través de la historia de la construcción socialista en diferentes países. [1]
El manejo fallido de las relaciones monetario-mercantiles –también en Cuba- se ha expresado sobre todo a través de regulaciones administrativas para controlar los desequilibrios que se reflejan en el mercado, con decisiones tales como la congelación de precios, la aplicación discrecional de impuestos elevados, la prohibición del acceso a determinados mercados y la competencia monopólica por parte del Estado, entre otros mecanismos, que no han demostrado su eficiencia social a lo largo del tiempo. La mayor parte de las regulaciones empleadas hasta el presente no han logrado impedir la expansión de la economía sumergida, la evasión fiscal y a la ruptura del monopolio estatal de los flujos financieros y comerciales por diversas vías, en muchos casos imposibles de controlar, a lo que se han unido prácticas delictivas que se requiere reprimir también con mayor rapidez.
Por otra parte, la ausencia de mecanismos monetario-mercantiles adecuados en el sistema de dirección económica ha contribuido al empleo preferente de la planificación basada en balances materiales centralizados, en los que no se ha introducido un adecuado análisis de los factores de incertidumbre y riesgo en la toma de decisiones. [2] Como se ha señalado correctamente “… para el modelo cubano constituye un error común asociar la planificación con la administración directa de los recursos escasos que operativamente tiene lugar en nuestro sistema económico. Esta lógica sugiere que habrá más planificación mientras más recursos se encuentren sujetos a la regulación directiva central, generalmente propensa a emplear métodos administrativos. En la actualidad el Plan de la Economía Nacional pretende abarcar de manera directiva casi la totalidad de la actividad económica del país.” [3]
En general, los resultados macroeconómicos del período 2009 [4] al 2016 pueden apreciarse en la siguiente tabla, donde se refleja un avance, sin dudas meritorio, pero insuficiente de acuerdo a lo previsto.



Fuente: ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2009 y 2016; ANPP Informes del Ministro de Economía y Planificación a la ANPP en diciembre 2009 y 2016.
Notas

  1. La interpretación conceptual de la contradicción que subyace entre propiedad privada y propiedad social mediante la ignorancia o sobrestimación de las leyes del mercado va –en una síntesis simplificadora- desde considerar en el socialismo las relaciones mercantiles como algo formal y desprovisto de contenido, hasta los conceptos más conocidos del socialismo de mercado en las reformas socialistas europeas de finales del siglo pasado. También los conceptos de economía de mercado socialista –presentes en China y Vietnam- encierran no pocas contradicciones.
  2. La ausencia de la matriz insumo-producto para el análisis estadístico –que no se actualiza desde los años 80- ha impedido un uso más eficiente de los balances materiales.
  3. Ver de Oscar Fernández “El modelo de funcionamiento económico en Cuba y sus transformaciones. Seis ejes articuladores para su análisis” Observatorio de la Economía Latinoamericana, 2011 en www.eumed.net
  4. Se toma como punto de comparación el año 2009 considerando el inicio de las transformaciones económicas previas a la aprobación de los Lineamientos del 2011.
(Continuará)

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