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lunes, 17 de septiembre de 2018

Cayo Cruz marca el arranque definitivo




Cada objeto de obra a cargo de personal experimentado se rige bajo estrictos estándares de calidad. Foto:Miguel Febles Hernández
CAYO CRUZ, Esmeralda.–La apertura en los próximos meses del primer hotel que se construye en este paradisíaco islote de apenas 26 kilómetros cuadrados de superficie marcará, de hecho, el arranque definitivo del desarrollo turístico de la cayería norte de Camagüey, concebido hasta el año 2030.
Según el plan de ordenamiento trazado, para esa fecha se espera edificar en esa área del archipiélago cubano, conocida como Jardines del Rey, unas 25 000 habitaciones hoteleras, distribuidas entre los cayos Cruz, Mégano Grande, Guajaba y Sabinal, que atesoran playas vírgenes de excepcional calidad.

Además de sus excelentes cualidades para el clásico turismo de sol y playa, el escenario de desarrollo escogido se distingue igualmente por sus condiciones geográficas y medioambientales, entre ellas ser refugio de aves migratorias y ubicarse en su cercanía el mayor sitio de nidificación del flamenco rosado del Caribe.
Las autoridades implicadas en la ejecución del megaproyecto decidieron iniciar el programa constructivo por Cayo Cruz, unido con tierra firme, en la zona de la playa de Jigüey, por un pedraplén de más de 40 kilómetros de extensión que atraviesa primero a Cayo Romano antes de arribar a su destino final.
Ubicado frente al Canal Viejo de Bahamas, Cruz es un largo y estrecho islote, con una longitud en su costa norte de 25 kilómetros, buena parte de los cuales corresponden a playas arenosas de una finura impresionante, cuyas aguas de tono verde-azul resaltan por su limpieza y transparencia, libres de toda contaminación.
POR LA QUEBRADA COMIENZA TODO
En las parcelas de Punta La Quebrada se concentra hoy el grueso del proceso inversionista, el mayor por su envergadura de la provincia de Camagüey, donde está en fase de terminación la primera instalación hotelera y un espacioso centro de servicios, ambos previstos a explotarse bajo la categoría de cinco estrellas.
Con el nombre transitorio de Quebrada 17, el hotel dispondrá de 546 habitaciones, distribuidas en dos zonas con seis bungalows cada una, además de un edificio principal y una amplia red de restaurantes, piscinas, bares, ranchones, gimnasios y teatro, entre otros servicios imprescindibles en la actividad turística.
Responsable de la ejecución de uno de los objetos de obra, el joven Pedro Alexander Fabré Muiño ha visto materializar sus expectativas como ingeniero civil: «Aquí se aprende mucho, pues se labora junto a personas muy experimentadas y en contacto directo con tecnologías y materiales constructivos novedosos.
«Por eso digo que estos dos años en Cayo Cruz me han aportado mucho en lo profesional y han sido gratificantes en lo personal. Trabajar en este lugar no es fácil, pero al menos a mí sí me encanta lo que hago. Lo importante es estar siempre preparado para enfrentar cualquier tarea por compleja que sea», asegura.
Motivaciones similares mueven a Dayron Morales Cuevas, otro joven que a base de talento, entrega y responsabilidad ha sido promovido en cargos hasta ser nombrado jefe de la zona donde se construye el Centro de Servicios La Quebrada:
«El pueblo turístico, como le llamamos, se edifica bajo estrictos estándares de calidad y una vez concluido contará con servicios de spa, centro de convenciones, casa del habano, varios restaurantes, galería de tiendas, bolera, heladería, sala de fiestas y un pequeño y confortable hotel de 60 habitaciones».



Foto: Miguel Febles Hernández

MUCHOS POQUITOS HACEN LA OBRA
La presencia de varias grúas en labores de montaje indica al visitante de paso que la secuencia constructiva es ya indetenible: casi al lado del Quebrada 17 se levantan otros dos hoteles, de 450 y 121 habitaciones, respectivamente, con disímiles diseños y ambientación, integrados ambos a la naturaleza de la zona.
Desde mucho antes, sin embargo, se trabaja en la creación de la infraestructura técnica necesaria para sostener al polo turístico, que requiere de cientos de kilómetros de redes viales, hidráulicas, eléctricas y de comunicaciones, una parte no despreciable de las cuales fue dañada, hace un año, por los embates del huracán Irma.
Contingentes de constructores laboran igualmente, de manera simultánea, en la edificación de almacenes, bases de transporte, plantas de tratamiento de residuales, tanques para el abasto de agua, lavandería, centros de generación eléctrica y el vial de 35 kilómetros que une a Cayo Romano con Cayo Coco.
La dirigente sindical Aylet Pulido Sánchez informa que para esa fuerza se han creado óptimas condiciones de vida y de trabajo, mientras se avanza en la edificación de viviendas en el Consejo Popular Brasil, de Esmeralda, para satisfacer de manera gradual las necesidades del personal que interviene en el proyecto.
«A medida que abran nuevos frentes constructivos, se inauguren hoteles y servicios extrahoteleros, explica, esta zona se consolidará como una fuente generadora de empleos bien remunerados que beneficiará, en particular, a los habitantes de los municipios de Esmeralda, Sierra de Cubitas, Minas y Nuevitas».

Considerable impulso se concibe cobrarán también en esos territorios del norte camagüeyano otras actividades productivas y de servicios, especialmente las del sector agropecuario, llamadas a cubrir, a la vez, la demanda de alimentos de la población local y los requerimientos de una planta hotelera en franco desarrollo.


ENFOQUE AMIGABLE CON EL ENTORNO

Si bien es cierto que la ejecución de proyectos turísticos en zonas de alta fragilidad ecológica, como los sistemas insulares, siempre generan afectaciones al medio ambiente, estas pueden minimizarse si las obras se conciben de manera amigable con el entorno y de respeto hacia el ecosistema.
Hasta el momento, la inversión en marcha fue certificada como construcción sostenible, en una primera etapa, a través del prestigioso método de evaluación Breeam (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology) que, entre otros asuntos, mide el impacto ambiental de las edificaciones.
Sus resultados, sobre la base del estricto cumplimiento de las recomendaciones realizadas y el monitoreo sistemático, permiten sopesar los beneficios económicos, ambientales, sociales y culturales en favor de un programa decisivo para el desarrollo perspectivo de la provincia y del país.
De concretarse, como se espera, un proyecto de tal magnitud, emergerá en tierra camagüeyana un inigualable sistema turístico que combinará la reconocida riqueza histórica, arquitectónica y cultural de la región con el encanto natural de la cayería norte y de su emblemática y siempre atractiva playa de Santa Lucía.

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