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martes, 4 de septiembre de 2018

Proyecto de Constitución: El pueblo opina y propone

Desde el pasado 13 de agosto, al celebrarse el 92 cumpleaños del eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se inició a lo largo y ancho de la Isla la consulta popular del proyecto de Constitución de la República. Los cubanos, por su derecho a convertirse en pueblo constituyente, protagonizan un real ejercicio de democracia, que será tan amplio cuanto más conscientemente participen en el estudio y razonamiento de lo contenido en ese texto fundamental. El llamado es a analizarlo y perfeccionarlo teniendo en perspectiva el deseo de un país mejor, línea trazada en los Lineamientos aprobados en el VII Congreso del Partido, en el que se establecieron las bases de la nueva Carta Magna, a tono con la actualización del modelo económico social del país


Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA.

Por IGOR GUILARTE FONG, Bohemia 

Comprometidos con su presente y su futuro, responsables de los destinos de su patria, inspirados en el ejemplo de Fidel, los cubanos devenidos pueblo constituyente, protagonizan un auténtico ejercicio de democracia.

Hombres y mujeres, trabajadores y estudiantes, jóvenes y adultos, tienen en las más de 135 000 reuniones previstas en todo el país el espacio idóneo para expresar libremente sus criterios, exponer dudas, aportar sugerencias, adiciones, modificaciones. En la participación masiva, real, activa radicará el verdadero éxito del proceso.

Con las notas del Himno Nacional y la lectura íntegra de la introducción que acompaña el proyecto de Constitución debe comenzar cada encuentro. El análisis del trascendental documento inicia por el preámbulo, le siguen los títulos y luego las disposiciones complementarias (especiales, transitorias y finales). Cada intervención o propuesta queda asentada en acta.

Todas las opiniones e ideas serán recogidas, procesadas y analizadas, de manera que millones de compatriotas, de rostros y opiniones diferentes, diversos, tendrán la oportunidad de enriquecer la letra de la futura Carta Magna, el documento más importante de la nación.

Donde comenzó todo

La primera reunión de análisis y debate popular del proyecto se desarrolló a 800 kilómetros de La Habana, en Birán, provincia de Holguín. Allí comenzó una nueva etapa en la historia de Cuba.

Según reseñó el sitio web Cubadebate, en el hotelito del antiguo batey, muy cerca de la vivienda familiar donde naciera el líder histórico de la Revolución 92 años atrás, se dieron cita, con el proyecto de nueva Constitución en mano, los trabajadores del Conjunto Histórico, vecinos de la comunidad, trabajadores del sector de la cultura y una representación de los diputados holguineros a la Asamblea Nacional del Poder Popular.


Por Birán, cuna de Fidel y Raúl, líderes históricos de la Revolución, inició el proceso de debate popular del proyecto de la nueva Constitución. (Foto: JUAN PABLO CARRERAS / ACN).

Durante el debate, Lázaro Castro, director del complejo que es Monumento Nacional, se refirió al Artículo 21, del Título II: “A las formas de propiedad que existen en la Constitución vigente se les incorporan otras, como la mixta y la privada, que si bien sabemos que estaban en uso no aparecen ahí reconocidas. Al estar contenidas en este proyecto es una forma de entendimiento que el proceso de implementación de los Lineamientos llegó a su máxima fase”.

La diputada por el municipio de Cueto, Esther Dupont, centrada en el Artículo 27, donde se establece que el Estado dirige, regula y controla la actividad económica nacional, reflexionó sobre la importancia de que se pondere la planificación como elemento central del sistema de dirección y la necesidad de tener empresarios capaces.

Lázaro volvió a intervenir para proponer una adición en el segundo párrafo del Artículo 70. “Muchos hijos no atienden a los padres y es el Estado el que se hace cargo de ellos. El artículo es muy escueto. Propongo que se añada cómo los hijos están obligados a respetar a los padres, semejante a como dice el párrafo anterior donde se describen los deberes que tienen los padres sobre los hijos”.

Su colega Antonio López, prestigioso historiador principal de Birán, trató los artículos 67 y 68, en relación con la responsabilidad de la familia, como célula fundamental de la sociedad, y a la incidencia que pueda traer en los actuales patrones de formación de la niñez, la aplicación del nuevo concepto del matrimonio.

En la discusión del Título IV, el investigador Yosvani Rodríguez propuso suprimir el segundo párrafo del Artículo 122, que limita la edad del presidente de la República a 60 años.

En la ciudad del Che

Integrantes del Movimiento 90 por 90, perteneciente al municipio de Camajuaní, en la provincia de Villa Clara, llevaron a cabo su reunión de consulta y debate en la casa de visita de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en Santa Clara.

Los campesinos del Movimiento Productivo 90 por 90, perteneciente al municipio de Camajuaní, tuvieron el honor de abrir el debate popular en Villa Clara. (Foto: IDALIA VÁZQUEZ ZERQUERA).

Tal como detalló el periódico provincial Vanguardia, el anapista Magdiel Romero manifestó una duda sobre la concentración de la propiedad y sus límites, tratado en el Título 22, dada la relación con el sector agropecuario. Sostuvo que el dinero genera propiedad y riqueza, pero que en el caso suyo y de sus compañeros será fruto de los esfuerzos por hacer producir la tierra en función de satisfacer las necesidades alimentarias del pueblo.

Por su parte, Julio Rodríguez analizó el Capítulo III, sobre los derechos sociales, económicos y culturales. Dijo que el Artículo 68 habla de derechos sociales y se inclinó a favor, pero propuso incluir otro párrafo donde se aclare que la unión debe concertarse sin que medien intereses económicos o materiales.

En la cita se discutieron las nuevas disposiciones sobre la supresión de las asambleas provinciales del Poder Popular, y el papel de los consejos de la administración municipales, que asumen mayor autonomía en el impulso del desarrollo local. Asimismo, se reafirmó el papel del Partido Comunista de Cuba como fuerza dirigente superior.

Ecos de la ciencia

La consulta popular en Sancti Spíritus comenzó por el municipio cabecera, en la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma). Reflexiones y propuestas concretas, con ética y respeto, pero no exentas de contradicciones, se realizaron en este colectivo de 40 trabajadores, informó el semanario Escambray.

En consonancia con el sector que representan, los presentes solicitaron la inclusión del término medioambiental en varios artículos, con el propósito de fortalecer la idea de construir un socialismo próspero y sostenible, y proteger el derecho a vivir en un medioambiente saludable y equilibrado.

Osmany Ceballos apuntó que en el Título 1, párrafo 30, debía incluirse garantizar la calidad de vida entre los objetivos esenciales del Estado cubano. Además, explicó la necesidad de crear una nueva ley sobre protección del patrimonio natural, histórico y cultural de la nación, que se fija en el párrafo 59.

En cuanto al tema de las relaciones internacionales, en el párrafo 70, sobre la voluntad de integración y colaboración con los países de América Latina y el Caribe, Gilberto García propuso incluir a otras regiones del mundo, dada la amplitud de los nexos de la Isla.

Aun cuando resulten contradictorias, todas las inter-venciones son válidas si se emiten con argumentos y respeto. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).

En torno al párrafo 180, donde se fija que “Los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus soportes, son de propiedad socialista de todo el pueblo”, Leonel Díaz propuso descartar la palabra fundamentales para esclarecer que todos sean propiedad pública al servicio de la sociedad.

En el párrafo 214, referido a que la asistencia social debe proteger a las personas sin recursos ni amparo, no aptas para trabajar, que carezcan de familiares en condiciones de prestarles ayuda, Leonardo Cruz, solicitó eliminar esa última condición, pues a algunos enfermos y limitados sus familiares no los quieren o no los pueden ayudar, por lo que requieren forzosamente la asistencia social.

En el capítulo de los derechos y deberes cívicos y políticos, Gilberto García propuso añadir otro inciso para elegir al presidente de la República y al gobernador de la provincia mediante voto directo. En tanto Julia Valdivia consideró que debe mantenerse como viene en el proyecto, y que los destinos del país se mantengan en manos de la Asamblea Nacional, donde está representada toda la sociedad.

Criterios con sabor

Diversos como las variedades de sabores que usualmente sirven a su clientela, fueron los criterios de los trabajadores de la heladería Jardín de las Enramadas, en Santiago de Cuba, quienes tuvieron el honor de realizar la primera de las 11 840 reuniones de consulta popular de la provincia, comunicó el rotativo Sierra Maestra.

“Creo que estamos ante una Constitución moderna, a tono con los nuevos tiempos, que es inclusiva y mantiene los derechos que hemos tenido como la igualdad, la no discriminación, la salud, la educación, la vivienda. Pero lo fundamental es que patentiza nuestro carácter socialista”, expresó Luis Jiménez, administrador de la entidad gastronómica.

Alexander Terrero y Leonardo Marén coincidieron en que en los principios plasmados en el Capítulo II, referente a Derechos individuales, se basa la esencia humanista de la Revolución.

Recoger las opiniones en actas es el primer paso para garantizar que el sentir popular llegue a la Comisión encargada de la Reforma Constitucional. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).

Uno de los criterios que más respaldo encontró en el auditorio, fue el de Dairy Gaspar, quien argumentó que la ley cubana debe establecer mecanismos más rigurosos para garantizar que se cumpla la obligación de los padres en la alimentación y educación de los hijos. A juicio suyo uno de los problemas más generalizados es que al separarse los progenitores y quedar los menores al cuidado de la madre, no pocos hombres evaden la responsabilidad de contribuir económicamente en la atención de los hijos.

Por otra parte suscitaron intervenciones de aprobación las modificaciones a las estructuras de los órganos locales del Estado, las modificaciones sobre la ciudadanía –ahora basada en el principio de ciudadanía efectiva– y las garantías de protección de las personas respecto al derecho a la vida, a la vivienda, la salud, la educación, la cultura, la justicia, la libertad, la seguridad, la paz y a su desarrollo integral; también el reconocimiento de la igualdad de las personas sin distinción de raza, credo, sexo e ideología.

Asuntos capitales en la capital

La asamblea piloto del municipio del Cotorro tuvo por sede el Centro de Investigaciones para el Mejoramiento Animal de la Ganadería Tropical (Cimagt), institución científica fundada por Fidel.

La primera trabajadora en usar de la palabra allí fue Namibia Díaz Martínez. “Desde el preámbulo se expresa que el proyecto está basado en los ideales martianos y fidelistas, y en el concepto de Revolución. Estamos aquí para ejercer nuestro derecho como cubanos de construir una Constitución que se ajuste a nuestra realidad, y que sea perdurable”, enfatizó.

Ribail Medina Vázquez, se refirió al párrafo 192, Artículo 68. “Si aprobamos el matrimonio entre dos personas, no dice sexo, habría que empezar por modificar el significado de la palabra expresado en el diccionario de la Real Academia. Solo 25 de 195 naciones reconocidas han aprobado el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, entonces cabría preguntarnos si queremos estar a favor del ínfimo número o de la mayoría”.

Los artículos relacionados con el presidente y el vice-presidente de la República, estuvieron entre los más analizados por los vecinos del reparto Kohly. (Foto: OMARA GARCÍA MEDEROS / ACN).

Al respecto, Ramón Denis García consideró el documento como revolucionario y genuino de Cuba. “En este artículo no se obliga a casarse con personas del mismo sexo, sino que defiende los derechos de todos los ciudadanos. Este es un proyecto de Constitución propio de Cuba, no tenemos que ajustarnos a nada de lo que se hace en el mundo”.

Yaritza Arias, se refirió al Artículo 95, inciso f: “Como país debemos enfocar mejor el trabajo científico-técnico. Todavía falta la cuestión del financiamiento económico. Un investigador no puede hacer ciencia si está pensando cómo buscar dinero para su institución a través de un servicio técnico. En el documento solo se dice estimular la ciencia y la tecnología, pero ese concepto debe estar más explícito, y hay que incentivar la parte monetaria”.

El colectivo laboral de la Empresa Importadora-Exportadora de Objetivos Electroenergéticos (Energoimport), ubicada en el Cerro, evidenció una elevada preparación, a juzgar por lo activos que estuvieron sus integrantes, con ideas sólidas y precisas. Menos acertada –impresión de este periodista– fue la actuación del dúo, que asumió demasiado protagonismo en reflexiones extensas y no pudo dar respuestas a algunas dudas presentadas.

“Propongo agregar el término ciudadanos en el Artículo 8, del Capítulo I, con el objetivo de que sea un deber de todos los ciudadanos cumplir la Constitución, y no solo de los órganos del Estado, directivos, funcionarios y empleados, como está recogido en el párrafo”, manifestó José Téllez.

Uno de los más activos en el debate fue Jorge Luis Coterón. “Considero que no tiene por qué existir la dualidad de funciones de presidente y primer ministro. Con ello se crea un eslabón más, que será un intermediario, porque además el presidente tiene la facultad de asistir y presidir a la reunión del Consejo de ministros. Solo expreso mi opinión, si al final no sale, igual apoyaré con las dos manos la Constitución, como quede”.

El joven Josué Aguilar propuso incluir un artículo, convenientemente redactado por él mismo y que diga lo siguiente: “El Estado cubano protege y reconoce a los animales como seres sensibles y les garantiza un tratamiento ético y humanitario”.

Rafael Lage Pérez, director de la empresa subordinada a la Organización Superior de Dirección Empresarial Unión Eléctrica, rechazó el uso de la palabra gobernador y sugirió el de presidente del Gobierno Provincial.

El proyecto de Constitución despierta el interés de las más jóvenes generaciones. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).

Igualmente, en el policlínico Nguyen Van Troi, de Centro Habana, se efectuó la consulta. En el análisis del Capítulo III, Alina Moraga Mendoza, asesora municipal de enfermería, propuso incluir en el párrafo 191 la responsabilidad que tiene cada persona con su salud, a fin de hacer cumplir los diversos programas que se llevan a cabo para mantener y mejorar aún más los indicadores sanitarios.

Jorge Rider García, jefe de Enfermeros del área de emergencia del cuerpo de guardia del policlínico, resaltó la importancia de este proyecto de Constitución, no solo para los cubanos de hoy, sino para las nuevas generaciones.

Lo relativo a las nuevas figuras del presidente y vicepresidente de la República, estuvo entre los aspectos más debatidos en la asamblea comunitaria de la zona 10, del reparto Kohly, destacó un reporte de la Agencia Cubana de Noticias.

Javier Baró opinó que debía llegar a 70 años la edad límite para ser electo presidente. En materia de Fundamentos Políticos, recogidos en el Título 1, Senén Casas opinó que en el Artículo 11 se debe agregar que el Estado ejerce su soberanía también sobre el ciberespacio, al ser un área de máxima importancia. Mientras la vecina Karina Soto solicitó “que quede claro que la educación y la salud son derechos gratuitos y universales en toda su extensión”, pues desde su parecer, en el Artículo 83 del proyecto queda ambiguo en cuanto expresa que “la ley define el modo en que los servicios de salud se prestan”.

Bajo la máxima martiana de “con todos y para el bien de todos”, los intercambios continúan por estos días –y hasta el 15 de noviembre– en centros de trabajo, planteles educacionales y barrios del país, en aras de estimular la participación de todos los ciudadanos en el enriquecimiento de un proyecto, del cual emergerá la Constitución que regirá los destinos de Cuba.

CONSTITUCIONES CUBANAS: Más de un siglo de historia*

Más de un millón de tabloides han sido publicados y distribuidos para que el pueblo tenga el proyecto a mano. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).

Cuba está inmersa en un proceso de reforma constitucional que busca perfeccionar y actualizar la ley fundamental de la nación, vigente desde el 24 de febrero de 1976.

En ese empeño, una comisión integrada por 33 diputados y presidida por el primer secretario del Comité Central del Partido, Raúl Castro, trabajó arduamente desde junio pasado a partir de un texto redactado con anterioridad. Así quedó conformado el anteproyecto de Constitución, que un mes después fue analizado en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y ahora se somete a consulta popular.

La Carta Magna es la norma de más alto rango que rige en el país, regula los deberes, derechos, garantías y sus límites, y debe ser reflejo de la sociedad cubana actual, más culta, diversa y compleja que la de hace más de medio siglo atrás. Sienta las bases para las demás regulaciones jurídicas que la complementarán sucesivamente.

La historia

Cuba cuenta con una vasta historia constitucional que surgió apenas seis meses después de iniciada las luchas armadas por la independencia en 1868.

El 10 de abril de 1869 los combatientes cubanos confeccionaron y aprobaron la Constitución de Guáimaro, primer texto de su tipo en el país, redactado en la Asamblea que tuvo lugar en esa localidad de la central provincia de Camagüey.

Con el propósito de lograr la organización y unidad del movimiento revolucionario y conformar un documento rector único, fijó los órganos de gobierno y reconoció la importancia de la lucha libertaria como vía para lograr la independencia de la Isla, sometida entonces al poder colonial español.

Además, en sus preceptos proclamó la libertad y la igualdad de los hombres al abolir la esclavitud.

A juicio de analistas, su aplicación marcó un referente para el futuro, pese al escenario complejo que emergió de la intervención de lo civil en lo militar, y a elementos como el regionalismo, la falta de unidad e indisciplinas que frustraron la primera contienda por la libertad de Cuba.

En ese sentido, refieren que sus proyecciones democráticas, libertarias y antiesclavistas, proporcionaron una adecuada base programática a la Revolución, aunque la estructura y el funcionamiento político resultaban demasiado complejos para aplicarse con efectividad en medio de la guerra.

Avanzada para su tiempo, la Constitución de Guáimaro, proclamada el 10 de abril de 1869, ha sido considerada como un referente.

La segunda Ley Fundamental de la Isla se adoptó en 1878, tras el Pacto del Zanjón y la Protesta de Baraguá, fruto del ideario del prócer independentista Antonio Maceo y la aspiración de continuar la lucha hasta alcanzar la independencia definitiva.

La más pequeña de las constituciones mambisas, conformada por apenas cinco artículos, determinó un gobierno provisional compuesto por cuatro individuos en el que se reunieron las funciones legislativas y ejecutivas, lo cual dejó a un lado la concepción de tres poderes asumidos por la Constitución anterior.

Apenas siete meses después de retomada la lucha fue aprobada la Constitución de Jimaguayú, texto que superó las contradicciones entre el mando civil y el militar tras la experiencia de la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

Conformada por 24 artículos, estableció un Consejo de Gobierno con prerrogativas administrativas y legislativas, integrado por un presidente, un vicepresidente y cuatro secretarios de Estado; y otorgó plena autonomía al mando militar.

En su último artículo se especificó que si en dos años la guerra contra la metrópolis española no estaba ganada, debía convocarse a otra Asamblea Constituyente.

Lo anterior se cumplió el 10 de octubre de 1897, en La Yaya, también en Camagüey, con la participación de 24 delegados en representación de los seis cuerpos del Ejército insurrecto.

La nueva Constitución, que adoptó el nombre de esa zona, estableció los requisitos para ser considerado ciudadano cubano, así como el deber cívico de servir a la Patria al implantar el servicio militar como deber obligatorio de los ciudadanos.

Además, definió los requisitos para ocupar la presidencia de la República y reguló los derechos civiles individuales.

Sin embargo, especialistas señalan que La Yaya constituyó un retroceso con respecto a la precedente por el resurgir de las contradicciones.

Un nuevo contexto imperaba cuatro años después con la intervención militar de Estados Unidos en la guerra de independencia, que frustró la victoria de los mambises sobre el colonialismo español.

El llamado a elegir delegados para una Convención Constituyente se hizo público mediante una Orden Militar, ya bajo la ocupación estadounidense.

El 12 de junio de 1901, pese a vigorosas discusiones entre algunos constituyentes defensores de la soberanía de Cuba, se aprobó incorporar un apéndice a la Constitución, conocido como Enmienda Platt, que reafirmó la condición neocolonial de la Isla y concedió prerrogativas a Estados Unidos sobre el territorio nacional.

El 15 de febrero de 1976 tuvo lugar el referendo popular que recibió la aprobación de más del 97 por ciento de los votantes. Fidel, activo participante en la redacción de ese texto constitucional, la calificó como gran paso histórico hacia la institucionalización, hacia el cese del carácter provisional del Gobierno Revolucionario.

No obstante, sentó las bases de un Estado definido en su primer artículo como independiente y soberano, y adoptó como forma de gobierno la República.

Años más tarde, el entonces presidente Gerardo Machado promovió una reforma a dicha Constitución con el objetivo de prorrogar su gobierno y, aunque enfrentó una fuerte oposición popular, en marzo de 1927 la Cámara de Representantes concluyó la discusión del proyecto y tres meses después fue aprobado.

El 10 de octubre de 1940 una vez más la localidad camagüeyana de Guáimaro fue sede de la firma de la Ley Fundamental de la nación, considerada la más avanzada de América en esa época, dado el alcance social de sus preceptos.

El espíritu progresista marcó la Constitución de 1940, que entre otros aportes, reconoció el derecho de los obreros a la huelga, declaró el trabajo como un derecho inalienable del hombre y proscribió la discriminación por motivo de sexo o color de la piel.

También estableció la protección especial a la familia y a la igualdad de la mujer, se pronunció por la educación general y gratuita, y por la salud pública al alcance de todos.

Sin embargo, una gran parte de las disposiciones complementarias, necesarias para concretar lo estipulado, jamás obtuvo la aprobación de la Cámara de Representantes ni del Senado.

Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 se hizo necesaria la concepción de una nueva Carta Magna, proclamada el 24 de febrero de 1976 tras un referendo popular –contó con el voto favorable del 97.7 por ciento–, y reformada en 1978, 1992 y 2002.

Previo a la proclamación de esta Constitución de 1976, tuvo lugar un amplio debate de su contenido en el que participaron más de seis millones de personas, quienes hicieron varios miles de propuestas de modificaciones al texto, sugerencias de adiciones y solicitudes de aclaraciones.

Vigente hasta la actualidad, la legislación declara que Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como República unitaria y democrática, para el disfrute de derechos, justicia social, bienestar individual y colectivo y solidaridad humana.

Justo en esa línea se mantendrá la nueva Constitución que, según declaró el presidente Miguel Díaz-Canel, preservará los principios humanistas y de justicia social imperantes en la mayor de las Antillas, así como al Partido Comunista de Cuba como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, a la par que ratifica la irrevocabilidad del sistema socialista.

* La autora es Ivette Hernández Riesco, de Prensa Latina

Título: ¿QUÉ OPINA USTED…?

Propongo añadir, antes del párrafo 38, un artículo o párrafo que defina “el peso cubano es la moneda oficial de curso legal en la República de Cuba”, porque la moneda nacional es también un símbolo de identidad y soberanía de un país. Es importante definir constitucionalmente que sea la única moneda de valor. De manera general pienso que la Constitución que se propone es muy buena, representa un tremendo avance y está redactada de manera legible. (Narse Núñez Núñez, trabajador de Energoimport).


Veo bien la nueva estructura del Estado que ahora propone la separación de funciones de un primer ministro, además del presidente. Así las decisiones importantes del país no se concentran en una sola persona. Aun cuando en nuestra realidad cotidiana puedan existir ciertos problemas, pienso que esta Constitución defiende por encima de todo nuestra soberanía; es decir, nadie puede venir a intervenir en nuestros asuntos internos. (Adriana Rodríguez Acuña, trabajadora del Banco Metropolitano).

Considero que en el proyecto se presentan ideas muy buenas y sobre todo que aseguran el futuro del país. Aunque también me parece que hay otras que para mí no encajan, creo que lo principal es que se hace para mejoría del pueblo. Por eso de cualquier manera yo apoyo la Constitución y la votaré como quede. (Ramón Matienzo Matienzo, barrendero de Infanta desde Zanja a Manglar).

En el Artículo 5 se reafirma el carácter socialista de nuestro sistema político, económico y social, y el papel dirigente del Partido Comunista, como pilar fundamental de la unidad que nos ha caracterizado. Por tanto, sugiero que se mantenga dicho así. Soy combatiente de Cuito Cuanavale y nuestro Comandante en Jefe nos enseñó a respetar la Revolución. Por eso tenemos el deber de seguir siendo revolucionarios siempre y respaldar los ideales de Fidel, más ahora que aparecen reflejados en el proyecto. (Pastor Silega Capó, cuentapropista limpiador de zapatos)

Este nuevo proyecto atempera al país en los momentos que estamos viviendo y en el escenario mundial. Se está analizando bien todo lo planteado en la Asamblea Nacional, que le ha dado la oportunidad al pueblo de aportar nuevas ideas y eso es un ejercicio de democracia. Lo fundamental es que se tome nota de todo lo expresado por la gente para que luego se vea el efecto real de esta consulta popular, y que los aportes de la gente tengan un reflejo en el documento definitivo. (Lianet Illas, especialista de medioambiente en la empresa Mathisa)

Lo más importante es analizarla en profundidad, con detenimiento, y estamos en el momento para eso, al discutir la futura Constitución en consulta popular. Creo que como se están llevando las cosas es como debe ser. Es muy efectivo que participemos todos en este proceso. El documento está acorde con la actualidad y el futuro de las generaciones que formamos hoy. Destacan artículos como los relacionados con la atención a las mujeres embarazadas, la protección de los niños, la educación; en fin, se defienden muchos derechos humanos. (Caridad Fernández, maestra jubilada)
Este documento significa un gran paso de avance en tanto traza las pautas para continuar el camino del desarrollo socioeconómico deseado por el país. Se le está dando la oportunidad a nuestro pueblo de expresar sus opiniones al respecto y particularmente pienso que se debe respetar el criterio de todas las personas. Hay que respetar todos los derechos. La incorporación del concepto fidelista significa que todos los ideales expresados por el Comandante en Jefe están vigentes, igual que su concepto de Revolución, que constituye una guía para nuestro pueblo. (Norge Pérez Martínez, teniente coronel de las FAR)

Preferiría que no se centre tanta atención en el artículo del matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Sabemos que somos cubanos y que nos cuesta aceptar eso como algo natural, pero hay que respetar el derecho de cada cual. Por lo demás estoy de acuerdo con la nueva estructura de gobierno territorial, lo que permitirá que cada territorio tenga mayores facultades y autonomía. Me encanta la Constitución, trae una serie de cambios que significan un avance con respecto a la de 1976 y que ya eran muy necesarios. Es una Constitución para el futuro, aunque más adelante pueda cambiarse nuevamente porque estamos en pleno desarrollo. (Alejandrina García Perera, comisión electoral municipal de La Habana del Este).

Como joven creo que es un proyecto que trae los ajustes necesarios para contextualizar al país ante los cambios que se vienen dando desde hace unos años, e incluye cuestiones fundamentales para el funcionamiento del Estado. Asimismo, salvaguarda conceptos vitales como la irrevocabilidad del socialismo y se deja una ventana abierta para futuros cambios. Ratificamos el Artículo 6, del Capítulo I, para que se mantenga el papel de vanguardia de la Unión de Jóvenes Comunistas. A la par que proponemos incluir una oración al final donde se diga: “e incentiva la inclusión de los jóvenes que no pertenezcan a la organización”. (José Raúl Parra Portelles, especialista comercial de Energoimport).

La Constitución puede tener algunos artículos polémicos, pero en su conjunto me parece ajustada a la realidad de nuestro momento. Incluso es un documento para nuestros nietos, aunque poco a poco pueda continuar modificándose a futuro. Entre sus aspectos novedosos se plantea que se divide el gobierno en dos direcciones y se limita el periodo presidencial a dos mandatos. Ambas propuestas me parecen bien, como coincido con el contenido del proyecto. (José Armas, agente de SEPSA).

Entre los puntos que no concuerdo está el recurrido Artículo 68, porque en Cuba no estamos adaptados a ese tipo de cambios. Lo normal en nuestra sociedad es ver un hombre con una mujer, y sobre todo pensando en la posterior educación de los hijos. Cómo se les puede explicar a esos niños que serán adoptados, que tienen padres del mismo sexo. Pienso que no se debería permitir eso, y que deberían eliminar ese artículo. (Susana Montero, técnica de rehabilitación en policlínico de Marianao).

Sinceramente no veo bien representados mis derechos como trabajador cuentapropista en ese documento. A pesar de que contamos con licencia legal, pagamos la patente y tenemos deseos de trabajar honestamente, padecemos muchas trabas e inconvenientes que consideramos arbitrarios. Nos han subido las multas, tenemos zonas limitadas para movernos, no se nos permite trabajar en otros municipios u otras provincias. Hay muchas cosas que no me parecen bien y ahí no vienen reflejadas. A veces siento que no tenemos derecho ni a quejarnos. (Ariolvis Macarro, chofer de bicitaxi en La Habana Vieja).

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