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domingo, 25 de noviembre de 2018

NO ES MOMENTO DE RESPUESTAS INDIRECTAS.

Por Esteban Morales.

Son muchas las respuestas por las que el pueblo continúa aguardando; por lo que no es posible utilizar formas indirectas. Fidel acostumbró a nuestro pueblo a escucharlo siempre, refiriéndose, de manera directa a los problemas que preocupaban a la gente y ese estilo no debe cambiar, porque siempre fue vital para defendernos, en medio de las circunstancias más apremiantes y peligrosas. Como puede que sean las de ahora.

Todos tenemos un conjunto de preocupaciones sobre nuestra economía. Hoy esa, más que nunca, es la dirección del golpe principal. Aunque existen otros asuntos, que tampoco podemos desatender.

Pero esta cuestión no se soluciona con que la gente vea que algunos dirigentes de primer nivel visitan las provincias o determinados sectores de nuestra economía, exigiendo, alertando y proponiendo soluciones. O que la televisión presente las reuniones del Consejo de Ministros. Con eso no basta. Mucho menos, la forma en que el primer secretario de la CTC se refirió a la problemática salarial. Que, para mí, es el núcleo de la cuestión económica. Porqué de ello dependen dos asuntos básicos: el crecimiento de la productividad y que los trabajadores sientan que su situación material puede mejorar.

Hace falta dar respuestas directas a las preocupaciones que existen. Se hace necesario que la dirección del país, se pare en la televisión, o a través de un discurso bien informado, diga que vamos a hacer con los problemas que tenemos. Que, de manera concreta y orientadora, digan qué le corresponde hacer a cada ciudadano, para salir de la situación en que estamos. Del estancamiento en que nos encontramos, con un 1% de crecimiento del PIB, pronosticado para el año. Dato, que nos exaspera y preocupa sobremanera.

Problemas tales como los que siguen:

1- Finalmente, qué camino vamos a tomar con el trabajo por cuenta propia. ¿Se mantendrá el criterio de la licencia única? Que ha sido tan discutido y que tanto malestar ha creado en la población, porque no se entiende la razón por la que se ha asumido esa decisión.

¿Se abrirán las licencias como esperan los ciudadanos que planean abrir nuevos negocios? ¿Arriesgan o no el dinero que guardan?

¿Se darán cuenta los funcionarios de lo mal que ha caído que el cuentapropista tenga que hacerse una cuenta bancaria con tres meses de adelanto de los impuestos que paga y depositar el dinero que recauda, pudiendo extraer solo un 20% mensualmente, lo que tampoco se entiende?

¿Por qué el cuentapropista debe tener el dinero en el banco y no en su casa? Si es su dinero. ¿Cuál es el propósito de esa medida, que no sea por un interés burocrático de controlarlo todo? Incluso violentando la individualidad de cada ciudadano.

En algunas reuniones, les han dicho que, porque eso es más seguro. Y ha habido respuestas del tipo siguiente: yo tengo una caja fuerte en mi casa.

A cuentapropistas que rentan habitaciones les han dicho que no pueden dar desayuno, cuando el sistema por el que alquilan Airbnb incluye ambas cosas; habitación y desayuno.

¿Acaso la burocracia encargada, cree que la gente es tonta, o es que todo está diseñado para desestimular el TCP?

Cuando se pregunta por los inspectores, no hay respuestas. Observándose que los mismos que convocan a las reuniones no tienen respuestas a las preguntas de los participantes, que muchas vecen optan por abandonar la reunión o no asisten. Porque se percatan de que les están haciendo perder su tiempo. ¿Qué falta de respeto es esa?

El colmo es que, como requisito, hay que tener un botiquín, cuando en la farmacia no venden con que llenarlo. No hay mercurocromo, curitas y a veces ni aspirina. ¿Con qué cada cuentapropista podría disponer de un botiquín, cuyo contenido Salud Pública no ha definido aún? Salud Publica, que está apremiada por la falta o llegada tardía de medicamentos a las farmacias, no se puede encargar de asegurarle lo necesario para el botiquín de cada cuentapropista. Parece cosa de locos.

Yo creo que hay que respetar a la gente. Y dejarles un margen de libertad, para que resuelvan sus problemas.

Pero más grave aún, es que las personas calificadas no pueden ejercer el trabajo por cuenta propia en su profesión. ¿Qué vamos a hacer entonces con las personas calificadas que tenemos, incluidos, muchos jubilados, qué aún están en condiciones de emplearse? Cuando además sabemos que la jubilación, aun las más altas, no cubren las necesidades apremiantes de nadie.

Sobre estos asuntos deben darse respuestas claras e informadas, porque lo que se observa es un gran descontrol y una ignorancia total de las condiciones que existen y de los criterios de los afectados, sobre lo que se está haciendo, o se quiere hacer.

Se hace indispensable, que el gobierno de respuestas directas y claras, qué son de política económica, sobre el trabajo por cuenta propia. Porqué si seguimos así, estamos desprestigiando una medida de política económica, tan importante como esa. Qué como sabemos ha absorbido una parte sustancial del desempleo creado, después que se decidió racionalizar el trabajo para el estado.

Con el asunto de los taxis está ocurriendo algo similar. Después de haber tenido tantos problemas con el transporte, que aun el pueblo sufre y transcurridos casi sesenta años, se continúa probando como solucionar el problema y al menos en La Habana y aun no se ha logrado. Creo que, si tenemos que seguir experimentado, debiéramos hacerlo del modo más racional posible y responsable, mirando siempre hacia las necesidades de nuestro pueblo y tratando de no perjudicar a esa masa de trabajadores.

2- Pero si todo fuera solo con el TCP, no estaríamos tan mal. El problema central es que no acabamos de generar dentro de nuestra política económica, cual va ser el lugar y espacio que acabarán de ocupar las diferentes formas y sectores de propiedad. El TCP flota aun dentro de la ignorancia sobre cuál será su papel. Las cooperativas no agropecuarias aún no se saben que son. Porque no hay cooperativas sin cooperativistas. Sí de verdad las queremos, hay que seguir sus reglas. No poca gente está entregando su licencia. Otros han tenido que deshacerse de una de ellas.

3- Se suman a estas inconsistencias, que muchos no pagan sus impuestos de manera puntual, o se acumulan muchos impuestos no pagados. Produciéndose ciertas incoherencias entre el banco y la ONAT. ¿Quién es finalmente el responsable de que el CTP pague sus impuestos? En mi opinión, no es el banco.

4- La llamada empresa estatal socialista, tampoco ha emergido, para llamarla como tal. Púes continuamos nadando dentro de la incongruencia de la confusión entre propiedad estatal y propiedad socialista. La propiedad estatal, no es propiedad socialista.

Aún no se logra dentro de ella el sentido de pertenencia y de propietario que hace falta. Ni la habilitamos con las prerrogativas que necesitaría. Ni le damos a los trabajadores la facultad de elegir quienes las dirigen.

El problema consiste, en que continuamos llamándole propiedad socialista a lo que no lo es.

5- Se da el caso de que cientos de gente viajan a Panamá para comprar en la Zona Libre de Colon. ¿No podríamos en Cuba tener un mercado que satisfaga esa demanda?

Aun no se ha decidido si el cubano podrá invertir o no y ya se nos está escapando lo que pudiera ser fuente de un capital nacional. ¿Sería tan negativo, incluso, que ese capital nacional compartiese internamente con la inversión extranjera? Creo que ese dinero pudiéramos inducir a que sea utilizado en algo más que traer “pacotilla” a Cuba para venderla a mayores precios. Claro, pero si aún no hemos logrado crear el mercado al por mayor, una solución interna tan importante, ¿cómo podríamos crear un mercado para competir con el mercado externo? Qué nos está llevando el dinero, que al menos una parte, pudiera ser fuente de acumulación interna.

6- Si aún no hemos sido capaces de mejorar los precios en nuestro mercado interno, tan importante para la sobrevivencia de la población. ¿Cómo podríamos lograrlo para competir con el que desde afuera se lleva nuestro dinero? Pareciera, que aún no hacemos nada para tratar de equilibrar esa competencia.

7- ¿No podríamos trazar una estrategia para que no se nos continúen escapando tantos graduados universitarios? No es cosa desconocida, que no pocos se apresuran a terminar sus carreras, con la simple intención de marcharse de Cuba.

El país hace ingentes esfuerzos por formar cuadros calificados. Pero no cuenta con una política económica coherente, que los haga permanecer en Cuba. Ese no es un simple asunto migratorio, es un problema económico. Y bien serio, pues nos descapitaliza, quitándonos el capital más importante: el humano.

8- Tenemos cientos de economistas, contadores, ingenieros industriales, abogados, arquitectos, ingenieros, Informáticos, historiadores, etc.

Pero no pueden montar consultorías privadas para dar servicio a la empresa privada, e incluso, a la estatal. Una buena parte de ellos sigue el camino de la emigración. Porque ninguno está dispuesto a trabajar por el que aún es un mísero salario estatal. Además de tener pocas esperanzas de solucionar otros problemas personales, como comprar una casa, hacerse de un carro, construir una familia, etc. Si trabajar para el estado no deviene un reconocimiento social adecuadamente remunerado, otras actividades o la emigración, se ira llevando mucho de lo que vale, dentro de la intelectualidad.

8-Un problema muy serio lo es el de la vivienda.

Durante años, por la vía de las llamadas micro brigadas, se construyeron muchas viviendas, pero nunca existió un plan para darle mantenimiento a las existentes.

Hoy el 70% de la vivienda, en La Habana, tiene un estado constructivo de regular a malo. Por lo cual hay cientos de edificios en paupérrimas condiciones, a lo cual se suman los miles de albergados por años y la necesidad de continuar construyendo viviendas. Porque los ciclones también nos golpean de manera frecuente.

Por lo que, según cuentas elementales, tardaremos entre 20 a 30 años para poder poner la vivienda en vía de una solución definitiva.

9-Nuestro campesinado ya no podría ser considerado como pobre. Con las leyes de reforma agraria, no pocos devinieron en medianos y pequeños agricultores privados, lo que les ha permitido vivir mejor y acumular cantidades apreciables de bienes y dinero.

Muchos de ellos productores de frutos menores, pudieran devenir en pequeños y medianos industriales. Que incrementaría el sector industrial-agropecuario.

Sin embargo, necesitarían tener ciertas libertades que le permitieran adquirir, por su propia cuenta, medios de producción para incrementar sus producciones e industrializarlas. Pero las restrictivas medidas de un comercio exterior monopolizado, le impiden, tanto exportar, como poder importar ciertos recursos. Lo cual nos facilitaría avanzar en la industrialización de la agricultura. Representaría abastecer mejor los mercados destinados a la población y más importante aún, lograr bajar los precios. Pero, al no poder hacer nada de eso, estas personas, se han dedicado a gastar su dinero en otros mercados fuera de Cuba, tal vez comprarse un carro en el mercado interno y a tener dinero acumulado que no hallan como gastarlo. Parece como si nuestro modelo económico, fuera el único que se da el lujo de inmovilizar el dinero.

Todo a pesar de que este sector campesino, aún también sufre las incompetencias de un acopio que deja echarse a perder cosechas y que demora en pagarle al campesino.

Casi sesenta años hablando de la necesidad de industrializar la agricultura y cuando se presenta la oportunidad, la despreciamos. Por qué no disponemos de una política económica amplia, coherente y desprejuiciada para hacerlo.

10-Por vía de las remesas, entra mucho dinero al país que está siendo invertido en el presionado cuentapropismo, la compra de casas, automóviles, pudiendo devenir una fuente de posibles inversiones internas. Totalmente nacionales o de conjunto con el capital extranjero. Pero miramos hacia las remesas solo como una fuente recaudadora de impuestos, no como una potencial fuente de capital nacional. Y entonces continuamos esperando por los 2,500 millones que nos van a llegar de fuera anualmente, cifra de inversión extranjera, la cual nunca hemos logrado.

11-Cuba cuenta con una cantidad importante de economistas, contadores, ingenieros economistas y graduados de Economía Empresarial. Pero todos aquellos que conocemos y que, en algún momento de su vida, incluso, desempeñaron cargos importantes dentro de la economía cubana, hoy se dedican a actividades no calificadas o simplemente no desarrollan trabajo alguno.

Aunque continúan siendo gente muy preocupada por nuestra economía y escriben bastante sobre ella.

Pero a diferencia de la muy inteligente posición de algunos gobiernos que, en otros países, continúan aprovechando la experiencia de esos cuadros, en Cuba permanecen olvidados y nunca aparecen siquiera dentro de una comisión asesora. Lo cual rompe la continuidad en el uso de una fuerza intelectual, calificada y experimentada.

Lo anterior, no ocurre solo con la economía, sino también con el resto de las ciencias sociales, que nunca han sido muy bien vistas por las autoridades gobernantes. Habiéndose desarrollado durante años una cierta actitud prejuiciada con los intelectuales y en particular con los científicos sociales.

Solo nuestro máximo líder Fidel Castro, quien desplegó siempre una actitud hacia la ciencia en general y las ciencias sociales en particular, que lo convirtió en el líder del desarrollo de la ciencia en Cuba. Ciencia y política en Fidel, formaban una unidad indisoluble. Esa claridad del líder, nos ha dejado una herencia, que no estamos aprovechando bien.

Hoy, esa actitud cobra forma negativa, en la desatención hacia lo que se escribe sobre la economía, que, a pesar de ser mucho, no sabemos si se le presta atención, sí se le considera algo útil, o que vale la pena tomar en consideración. Es cierto que el ambiente respecto a nuestra economía es bien crítico, pero más bien parece que se asume la crítica, sin hacerle mucho caso.

Ningún líder de este periodo, se ha referido al tema económico, mencionando lo que se dice al respecto dentro de la sociedad cubana actual. Y no es un secreto para nadie, que se trata del tema sobre el que más se escribe críticamente. Aunque ello carece de total repercusión en nuestra prensa, escrita, radial, televisiva, y en los discursos políticos.

Es como si se evitara considerar que el tema está en boca de la intelectualidad cubana y existe una carencia de dialogo entre la dirección del país y la intelectualidad preocupada por el tema.

No obstante, creo sobre ese dialogo que hay que pujar duro, para crearlo y alimentarlo. Situándolo en el centro de nuestro quehacer, porque la tarea es de todos. No solo de la burocracia estatal. Porque país es de todos, no solo de los que lo dirigen. Casi todos llevamos el país sobre nuestros hombros. Es la obra de casi todos y por ello tenemos el más absoluto derecho a criticar lo que se hace.

Fraccionándonos no lo vamos a lograr. Es escuchándonos mutuamente como haremos prevalecer las mejores ideas y las más adecuadas soluciones. Si no entonces, para que queremos tantos economistas y tanta gente que piense sobre la sociedad cubana. A lo cual ya nos hemos referido en varias ocasiones. Y sobre lo que hemos escrito bastante.

Fidel fue un líder de la ciencia en nuestro país. Ya en su ausencia física, necesitamos un líder de la economía. Y ese no puede ser otro que el actual presidente. Nadie le quiere arrebatar esa tarea, que solo a él pertenece. Porqué es demasiado seria, grande y compleja: porque es de vida o muerte, como para que el asunto de liderarla devenga en una confrontación.

Todo lo contrario. Lo que hoy escribimos los economistas y otros especialistas sobre Cuba, creo que pudiera ayudarnos mucho. Y, sobre todo, ayudar a nuestro pueblo, que está muy preocupado por su futuro y que siente cada día la presión del bajo salario, de los precios que no dejan de subir, de las necesidades y de la pobreza que crece, sin que se perciban medidas para detener ese crecimiento y más que ello, para revertir esa tendencia.

12-Pero el problema no se circunscribe solo a lo que se escribe sobre economía que es ya bastante. No, hace más de 40 años, asumimos una forma de dirección y control de nuestra prensa, copiada, en particular de los ex países socialistas, que no acaba de modernizarse. Son cientos los artículos que se escriben y que pudieran encontrar espacio en nuestros periódicos. Pero se prefiere regalarlos a los blogs y a la prensa extranjera, porque ninguno encuentra espacio en nuestra prensa nacional.

Por eso he dicho que, si queremos que nuestra prensa, en particular la escrita, mejore y nos ayude, ese sistema debe cambiar para lograr aprovechar lo que nuestra intelectualidad produce, acerca de las realidades que debemos enfrentar.

Sabemos que la tarea no es fácil. Es bien difícil, porque se trata de un asunto de sistema, acomodamiento, prejuicios ideológicos y de superar mentalidades anquilosadas, a lo cual el Cro. Raúl nos ha llamado.

He hablado, no pocas veces, de la necesidad de crear una alianza estratégica entre la UPEC y la UNEAC, que ayudaría mucho a la mejora de nuestros medios y elevar al máximo el prestigio de la prensa cubana. Pero no son pocos los que se oponen, porque no les gustan unos medios críticos. No les gusta una prensa, donde el pueblo pueda leer, lo que todos criticamos por las esquinas. Una prensa donde el pueblo vea reflejada sus preocupaciones diarias.

Para terminar, aquí hago una pequeña anécdota. Una vez, hace no más de tres años, un narrador deportivo del béisbol, estaba narrando un juego, donde apareció un pelotero nuestro que se había quedado en el exterior. La trasmisión de inmediato se cortó. Tampoco se trasmitían los juegos de baseball, de las grandes ligas, ni los de la NBA. Por suerte, ya superamos lo que yo le he llamado “boberías ideologizantes”. Porque, ¿Cómo competir entonces en este mundo del internet, de la fibra óptica y las poderosas cadenas internacionales? Además, inundados de turistas, que traen tanta información que comparten con nuestro pueblo.

Actitudes como esas, nos desprestigian ante el pueblo y lo más que logramos con ellas, es quedar como tontos.

¿O será que aún no nos hemos percatado de que tenemos que vérnosla con un pueblo, que ya se nos fue delante, que tiene un mínimo de 9 grados de escolaridad, un 10% de universitarios, sin analfabetos reales ni funcionales? Con un nivel cultural, que no tiene nada que envidiar a ningún país en este hemisferio y que producto de la solidaridad que ejerce por el mundo, carga ese mundo hacia Cuba y lo reparte por todos los rincones de nuestro país.

¿Nos hemos percatado de eso?

Noviembre 25 del 2018.

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