Foto: Julio César Guanche
Por Ricardo Jorge Machado
El editor del sitio LA COSA y otros amigos me envían comentarios y sugerencias amistosas suscitados por mi último artículo sobre el asunto de marras. Debo agradecerlo porque me permiten realizar algunas observaciones que, a manera de hipérbole, diría que “se me quedaron en el tintero”. Voy a referirme a cuatro de esos comentarios.
1-“No hay que ir a buscar experiencias a China ni a Vietnam, somos de idiosincrasia diferentes”
No se trata simplemente de buscar experiencias sino de analizarlas críticamente. Menciono al respecto solo dos fuentes concluyentes. Marx, en el prefacio a El Capital dejó escrito “una nación puede y debe aprender de las otras”. El general de ejército Raúl Castro en la clausura del VI periodo ordinario de la ANPP (18 de diciembre ,2010) afirmó: “La construcción del socialismo debe realizarse de acuerdo a las realidades de cada país. No pensamos a volver a copiar de nadie …aunque no ignoramos las experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo las positivas de los capitalistas”. Y punto.
Por cierto, creo que una de las principales fisuras de nuestro ¿sistema ? comunicacional reside en que tanto los discursos del primer secretario del PCC y del presidente y otros documentos oficiales –la mayoría de valor permanente- no son objeto de ediciones en forma de libro con los índices de conceptos incluidos, como hacen otros países.
Su colección en forma de periódicos nos crea a los que por razones de trabajo debemos revisarlos con frecuencia, problemas organizativos a veces difíciles de superar. Quizás esa es una de las razones por la que no pocos dirigentes de diferentes niveles actúan a contramarcha de lo que se define en ellos. No tienen el hábito de estudiarlos y probablemente ni de leerlos, a juzgar por su comportamiento. En los últimos años trabajé en proyectos de temas de administración en varias provincias en el sistema empresarial. En conversaciones con antiguos dirigentes del partido o de la administración de esos territorios –viejos conocidos- pude comprobar el distanciamiento o degradación del discurso con los hechos.
2-“En materia de centros de investigación tanto sociales como de ciencias tenemos miles (¿?). (El subrayado es nuestro (RJM)) donde se fue a refugiar parte de la burocracia cuando el periodo especial … y todavía no han aportado resultados de consideración “. (Michel Vazquez) Tres observaciones:
-En primer lugar un centro de investigación estatal no es un centro o laboratorio de ideas vinculado a la toma de decisiones del gobierno.
-Creo que dejé claro que los países avanzados que utilizan estos tanques pensantes lo hacen seleccionado personas de alto rendimiento, investigadores destacados, no “fugitivos“ por razones burocráticas o reubicados por reducción de plantillas. Los procesos de selección de este personal son rigurosos. Se utilizan también como asesores o consultantes de cuadros estratégicos en formación.
Por ejemplo, el ilustre politólogo francés Thierry Meissan en su biografia del expresidente Obama menciona que este ya había sido avistado años antes por la èlite estadounidense y le asignaron tutores seleccionados entre los científicos sociales de primera línea para garantizar una preparación de excelencia.
Entre ellos se encontraban personas de diferentes concepciones filosóficas, no de una sola banda. Los cuadros del imperio son entrenados con años de anticipación -principalmente en la gestión de la diversidad y la cultura de la diferencia pero sobre un principio clave: la sobrevivencia del capitalismo, que puede adoptar formas distintas-. ¿Trump se le habrá escapado a la èlite yanqui o se trata de una sutilísima maniobra de encubrimiento?
-No concuerdo con el criterio de que “no han aportado resultados de consideración”. Es cierto que estos debieran ser mayores y que también carecen de la adecuada divulgación. Sin embargo he asistido a sesiones de defensa de no pocos doctorados sobre temas candentes de la realidad nacional, por ejemplo sobre el desarrollo de la pobreza en Cuba o la teoría de la complejidad como instrumento de diagnóstico para interpretar el comportamiento irracional de importantes sectores empresariales o los bajos niveles de sostenibilidad de destinos turísticos importantes del país, que en verdad sí son aportes.
Considero también que el Centro de investigaciones sicosociológicas del CITMA sí ha realizado, solo que no interesan mucho y sus logros son poco o nada utilizados por los decisores correspondientes.
Lo que sucede es que muchos dirigentes políticos y administrativos no han sido educados en el hábito de acercarse a la presentación de resultados de las investigaciones científicas en el campo de las relaciones sociales y económicas. Consideran que ellos no tienen nada que ver con eso. A ver si el nuevo presidente se los pone en su plan de trabajo así como que les programe la asistencia a los eventos científicos que se realizan en nuestro país sobre problemas de la economía y la sociedad cubana.
3-El compañero Vascós sugiere que “no deben estar solo subordinados al Comitè Central o al Consejo de Estado”. Tiene razón y me obliga a pensarlo mejor. Debía haber dicho subordinados a la Asamblea nacional del Poder Popular y a otras entidades, por ejemplo, la Sociedad Económica de Amigos del país. El mismo tema debe asignarse a más de un centro a fin de disponer de concepciones diferentes y poderlas analizar comparativamente.
Creo que sería difícil encontrar algún parlamento que no disponga de sus propios centros de investigación. Incluso en una república de pacotilla como era la nuestra antes de la Revolución el Congreso tenía un departamento de investigaciones que durante algunos años dirigió nada
menos que el español Julian Alienes, uno de los economistas màs destacados del país. Claro que eso en la Cuba de la época era un “paripé”.
He mencionado en otras ocasiones que nuestros parlamentarios no pueden enfrentarse indefensos a los informes de los ministros. La asamblea debe tener acceso a una interpretación propia de cómo funciona un ministerio a partir de datos con alta autenticidad. El método actual de entrevistas de los diputados en sus visitas a los territorios no lo garantiza.
Primero, porque la entrevista es una técnica compleja de manejar que necesita años de entrenamiento especializado para dominarla y garantizar la credibilidad de los datos. Mucha gente cree que cualquiera puede hacerla sin preparación previa. En los años en que fuì profesor del Departamneto Sociología de la Universidad de La Habana me tomaba todo un semestre explicar las técnicas de entrevista y su interacción con los cuestionarios.
En muchos de nuestros ministerios hay funcionarios que realizan investigaciones a través de “cuestionarios“, que no tienen pie ni cabeza. Inventan una planilla para recoger información pero la elaboran “como Dios pintó a Perico”. Esa es una de las causas del desorden informativo que padecemos y la falta de fiabilidad de los datos primarios que dan por resultado no pocas decisiones disparatadas.
Por ejemplo, he sabido que los órganos del partido hacen regularmente investigaciones de Clima Laboral en algunas empresas para “detectar problemas”.
Durante años he escuchado de la boca de mis alumnos dirigentes empresariales la historia de que cuando el partido “avisa” que van a ir a aplicar un cuestionario, digamos, el jueves pròximo. Entonces el director unos dias antes pide un punto en la reunión del núcleo para advertir: “cuidadito el que diga algo en la encuesta. Nadie tiene que enterarse de nuestros problemas, tenemos que resolverlos nosotros sin nadie de afuera”. Eso me lo cuentan ellos mismos.
Después el municipio del partido procesa el cuestionario, y se queda tranquilo “porque esa empresa no tiene problemas”.
4- Por último el compañero Humberto Pèrez, a partir de cuya valiosa experiencia ha producido textos contundentes sobre temas de actualidad, me señala que debía haber incluido un grupo de reflexión sobre el tema del cambio de moneda. Claro que tiene razón solo que yo me guié por el hecho de que hace unos meses el compañero Murillo había informado en la prensa que sobre el asunto venían trabajando numerosos especialistas, incluso extranjeros, por lo que pensé que al menos esa área estaba cubierta. Claro que está por aclarar si los métodos de utilización de esos grupos responde a la tecnología de trabajo que le es propia.
Reitero mi agradecimiento a todos los que leyeron mi texto y sacaron algo de su tiempo para comentarlo.
Ricardo J. Machado. Sociólogo. Fue miembro del Consejo de Dirección de la Revista Pensamiento Crítico y profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana. Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Berlín. Asesor del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros (1980-1994). Ha impartido docencia en universidades de América Latina. Fue profesor invitado de la Universidad de Berlín. Ha publicado varios textos relacionados con su especialidad: el factor humano en las organizaciones. Trabajó como consultor de las Naciones Unidas. Editó su más reciente libro en 2013 “Abrir y mantener un negocio por cuenta propia”, por la editorial Ciencias Sociales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario