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sábado, 17 de febrero de 2018

Batalla decisiva junto al mar

Por: Enrique Atiénzar Rivero
Los trabajos no se detienen. Foto: Otilio Rivero Delgado
Desde fuera del enclave energético “10 de Octubre”, los forasteros no tienen la menor idea de lo que sucede adentro. Las tres unidades de generación, de 120 Megawatts cada una, están paralizadas a causa de una falla técnica, ocurrida el 25 de enero en horas de la noche.
La avería fue originada por un incendio que dañó los tres bloques, de manera más acentuada el número seis, llamas que alcanzaron el sistema de cables soterrados e interruptores, y luego se extendieron, en menor medida, a los dos restantes módulos.
La respuesta no se hizo esperar para enfrentar las consecuencias del imprevisto e inusual fenómeno. Los primeros en llegar a apoyar, además, de los trabajadores de la propia industria, resultaron los movilizados de la Empresa Eléctrica Camagüey, de Geysel y del establecimiento Nuevitas, de la Unidad Empresarial de Base de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE).
Al dispositivo se sumaron en un término de tres días, directivos, especialistas, técnicos y obreros de las empresas de Tecnología Automática y de Información de CienfuegosGeysel Nacional, de Mantenimiento a Centrales Eléctricas y de las “termo” de MarielCarlos Manuel de Céspedes, de la Perla del Sur y de Lidio Ramón, de Holguín, entre otras.
La última referencia es que entre 150 y 200 personas, como promedio,  se mantienen  trabajando en condiciones excepcionales, alejados de sus hogares y comodidades, para que las unidades de generación sincronicen al Sistema Electroenergético Nacional en el plazo más breve posible. Los 360 Megawwats de capacidad son útiles para la estabilidad energética de Cuba.

Ganarle tiempo al almanaque

José Luis. Foto: Otilio Rivero Delgado
El salón de reuniones del nuevo director general de la industria nuevitera, Eric Milanés Quinzán, se transformó en puesto de mando de la batalla, donde se determinan las principales acciones a acometer minuto a minuto. Las precisiones son al detalle. Una equivocación puede dar al traste con el cronograma de puesta en marcha.
Las tensiones iniciales bajan en la medida que se encuentran las soluciones técnicas adecuadas en los dispositivos de generación a la vera del mar. Son labores de mucha minuciosidad.
El ingeniero industrial Luis Manuel Sosa Santana, director técnico de la “10 de Octubre”, pasó el servicio militar en esta planta y de aquella fecha a acá –hace 22 años– ha transitado por los más diversos cargos que fortalecen sus conocimientos. Desde el más simple, el de operador, no menos importante, hasta los complejos como jefe de bloque, de turno hasta especialista de explotación…
“Nuestros trabajadores y los de Geysel –explicó– están principalmente enmarcados en los sótanos y en las unidades generadoras. El bloque cinco es el más cercano a entrar  en servicio, también tenemos una fuerza importante en el bloque seis. Terminado allí  debemos incorporarnos al seis para darle mayor avance a las mejoras energéticas”.
Sobre el terreno pudimos apreciar que todos los cables afectados de la unidad cinco, que alcanzan una longitud entre seis y ocho kilómetros, están identificados y en proceso de empalme y sustitución, según sea el caso.
Como se divulgara por los medios nacionales, entre ellos la Televisión Cubana, desde la central holguinera Lidio Ramón, se trasladó hacia Nuevitas un transformador que necesitó de un equipo especial de transporte. Ya hace días se encuentra allí y en estos momentos el trabajo se concentra en la modificación del nicho de instalación y la fundición de las bases para asegurar posteriormente la generación de esa unidad.
La parte eléctrica, de acuerdo a lo expresado por Luis Manuel, concentra la principal actividad, con un esfuerzo destacado del taller eléctrico de la planta de conjunto con Geysel y de las termoeléctricas de La Habana, Cienfuegos y Holguín, entidades que pusieron a disposición a sus mejores especialistas.

Hacia la mole de hierro

Esteban Rodríguez Jorge. Foto: Otilio Rivero Delgado
¿Qué piensan los artífices del complejo trabajo el cual pudiera convertirse en una hazaña laboral de los trabajadores eléctricos cubanos, como ocurrió en la “Antonio Guiteras Holmes” de Matanzas?
A Esteban Rodríguez Jorge, especialista en protección y esquemas eléctricos de Mariel, la primera vez que lo vi, el pasado viernes 9, estaba con su overol marcado por el tizne y la grasa en uno de los túneles de la afectada planta.
Por su lado pasó el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien le preguntó sobre la fecha de culminación de los trabajos de restauración y le contestó: “Se está trabajando fuerte. Debemos seguir a ese ritmo para en el menor tiempo posible restablecer los tres bloques”.
Tanto o más interesante de lo explicado es que Esteban hacía unos días, desde el primero de febrero, disfrutaba de su jubilación, luego de 48 años de intensa labor. Lo llamaron para viajar a Nuevitas y no lo dudó en hacerlo.
“Estaré el tiempo que sea necesario. He enfrentado averías en la propia termoeléctrica Mariel, en Venezuela en dos Estados y ahora aquí en Nuevitas”, dijo este sencillo hombre, quien se hace acompañar de 12 trabajadores más de su industria y que hacen lo que se le pida.
Mientras hablaba seguían sus trabajos, Oscar Navarro y Dunier Acosta. Este último un joven ingeniero de reciente graduación y que enfrenta su principal y complejo entrenamiento, en el empalme de cables dañados, donde hay que trabajar con mucha seguridad.
Cuando usted recorre las áreas se percata del proceso de limpieza que va tomando la industria nuevitera.

La mujer en el frente de batalla

Xiomara. Foto: Otilio Rivero Delgado
Xiomara Fernández Pupo, ingeniera eléctrica, se hallaba probando interruptores a los que hubo que cambiarles elementos originales, afectados por el siniestro, y comprobaba todas las señales, los cierre y los contactos hacia la sala de control.
Hace 26 años se graduó en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y desde su egresó de la carrera vino a trabajar a Nuevitas.
“Es un trabajo intenso. Desde el mismo día que ocurrió la avería, tuvimos que alumbrarnos con celulares y con linternas tratando de poner en servicio importantes equipos, pero entre tizne, grasa, una intensa oscuridad y el olor insoportable, pero que soportamos”.
Otras mujeres de su taller están enfrascadas en la batalla. Yodesba Durán y Eloida Marrero. Sin embargo, lo que no supo Xiomara  es que muchos de sus compañeros, como Eduardo Mateo, ingeniero termoenergético y técnico especialista A en mantenimiento industrial, la admiran por su consagración  y seriedad en el trabajo. Vive en Redención, a 25 kilómetros de la planta y es una de las primeras en llegar y ocupar su puesto, y de las últimas en irse.
Así son las féminas y los hombres que sin mirar el reloj están enfrascados en esta batalla junto al mar, testigo mudo de cuanto ocurre en ese complejo energético.
En segundo plano el joven egresado. Foto: Otilio Rivero Delgado

Presupuestos, mala fe y “equilibrio”


En los dos últimos meses, los republicanos han aprobado o propuesto tres grandes iniciativas presupuestarias. Primero, promulgaron una rebaja de impuestos para los plutócratas, que les aportará enormes beneficios a los ricos al tiempo que ofrecerá unas cuantas migajas a las familias de a pie, migajas que desaparecerán al cabo de unos años, de modo que acabará convirtiéndose en una subida de impuestos para la clase media. Acto seguido firmaron un impasible acuerdo presupuestario que elevará el déficit a niveles solo vistos en tiempos de guerra o de recesiones graves. Por último, el Gobierno publicaba una propuesta de presupuesto de lo más mezquina que no solo castigaría a los vulnerables, sino también a la mayoría de las familias trabajadoras.

Ver todo esto debería provocar enojo; a mí, desde luego, me enfurece. Pero mi ira no va dirigida principalmente contra los republicanos; va dirigida contra quienes se lo permiten, los centristas profesionales, los expertos de doble cara y los medios informativos que pasaron años negándose a reconocer que el actual Partido Republicano es lo que tan claramente es.

Lo que no quiere decir que debiésemos dejar que los republicanos se fuesen de rositas. Sin duda, la historia estadounidense está llena de políticos y partidos que persiguieron lo que ahora denominaríamos fines perversos. Al fin y al cabo, el Partido Demócrata anterior a la Guerra Civil –que no comparte con los demócratas actuales más que el nombre– se dedicó en gran medida a la causa de mantener la esclavitud. Pero no se me ocurre ningún ejemplo anterior de partido que actuase con una mala fe tan constante, fingiendo preocuparse por cosas que no le interesaban, pretendiendo perseguir objetivos opuestos a sus intenciones reales.

Acuérdense, por ejemplo, de las sombrías advertencias de importantes republicanos acerca de los peligros de los déficits presupuestarios, y de Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, cuando declaraba que “nuestra aplastante carga de endeudamiento” provocaría una crisis económica. Después vino la oportunidad de aprobar una reducción de impuestos de 1,5 billones de dólares para los ricos, y de repente todas las preocupaciones sobre el déficit desaparecieron temporalmente. Ahora que la reducción de impuestos se ha convertido en ley, la retórica antidéficit ha vuelto, no como razón para replantearse esas bajadas de impuestos, sino como un motivo para recortar los cupones de alimentos y el Medicaid. Sabíamos que esto iba a ocurrir, pero no tan pronto.

A lo mejor recuerdan también que los republicanos se presentaron como defensores del Medicare y acusaron al Gobierno de Obama de planear un recorte de 500.000 millones de dólares del programa para pagar la Ley de Atención Sanitaria Asequible. Es verdad que la legislación pretendía conseguir ahorros sustanciales en el Medicare, por ejemplo, poniendo fin a los pagos en exceso a las empresas aseguradoras. Pero también lo pretendían las propuestas republicanas. Y Donald Trump, que durante la campaña prometió no recortar el Medicare ni el Medicaid, propone ahora un nuevo recorte de cientos de miles de millones más de dólares en el Medicare y unos recortes verdaderamente draconianos en el Medicaid.

¿Por qué se han convertido los republicanos tan abrumadoramente en el partido de la mala fe? (y no solo respecto a los presupuestos, desde luego; recuerden cuando estaban tan interesados en la moralidad sexual del presidente). La principal respuesta es que el verdadero programa político del partido, dictado por los intereses de un puñado de donantes ricos, sería muy impopular si los ciudadanos lo entendiesen. Por eso el partido tiene que mentir sistemáticamente acerca de sus prioridades e intenciones.

Sin embargo, sean cuales sean las razones de la mala fe del Partido Republicano, su realidad es evidente desde hace mucho tiempo. Pero los guardianes de nuestro discurso público se han mantenido durante años deliberadamente ciegos a esta realidad. Pensemos, por ejemplo, en el Comité por un Presupuesto Federal Responsable, una fundación que, para ser justos, puede constituir un recurso útil para el análisis de presupuestos. Aun así, no puedo olvidar que en 2010 el comité concedió a Paul Ryan un premio a la responsabilidad fiscal.

E incluso ahora, el comité se dedica a pontificar sobre la necesidad de reformar el “procedimiento presupuestario”. Seamos realistas, ¿vale? El problema no es el procedimiento, sino los republicanos. Por otra parte, muchos medios informativos –que, por cierto, han proporcionado a Ryan años de devota cobertura– tratan las acciones recientes del partido como si fuesen una especie de aberración, un alejamiento de los anteriores principios. No lo son. Los republicanos son como siempre han sido: nunca les han interesado los déficits; siempre han querido desmantelar el Medicare, no defenderlo. Simplemente no son quienes fingían ser.

Ahora bien, la razón de por qué muchos no afrontan la realidad de la mala fe republicana no es ningún misterio. Washington está llena de centristas profesionales, que construyen sus personajes públicos en torno a una imagen cuidadosamente cultivada de que se mantienen por encima del fragor partidista, lo que significa que no pueden admitir que, si bien hay políticos mentirosos en todas partes, un partido miente básicamente en todo. Los medios están intimidados por las acusaciones de sesgo progresista, lo que significa que intentan desesperadamente mostrar “equilibrio” culpando por igual a ambos partidos de los problemas.

Pero nuestro trabajo, independientemente de que seamos analistas políticos o periodistas, no es ser “equilibrados”, sino decir la verdad. Y si bien los demócratas no son ángeles, en este momento de la historia de Estados Unidos, la verdad tiene un sesgo progresista bien conocido.

PAUL KRUGMAN ES PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA.

© THE NEW YORK TIMES COMPANY. 2018.

TRADUCCIÓN DE NEWS CLIPS.

Creciente demanda presiona a la agricultura urbana de Cuba

Los organopónicos comenzaron hace 30 años y el programa de la agricultura urbana y suburbana cuenta con 20 años.

ECONOMÍA Redacción IPS Cuba 17 febrero, 2018

Agricultor labora en organopónico en el barrio de Nuevo Vedado, en La Habana.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La Habana, 17 feb.- La agricultura urbana y suburbana no logra cubrir hoy la creciente demanda de hortalizas por lo que intenta elevar sus rendimientos en el espacio disponible en las ciudades cubanas.

Ese programa cuenta en la actualidad con 8.638 hectáreas de organopónicos, huertos intensivos y de cultivos semiprotegidos, lo que representó un incremento de unas 160 hectáreas en relación con 2016, informó Elizabeth Peña, directora de esta modalidad productiva en el Ministerio de la Agricultura.

Los destinos de estas producciones son las ventas a la población mediante mercados agropecuarios estatales, el suministro a centros de educación y salud como escuelas, círculos infantiles y hogares de ancianos y maternos, en el caso de la capital cubana.

Más sobre el programa

La experiencia surgió hace 20 años y hoy ocupa espacios antes ociosos en el perímetro urbano y sus alrededores.

Donde antes hubo basureros y solares, surgieron organopónicos, cultivos protegidos y huertos intensivos, en un intento de acercar al consumidor las hortalizas y evitar su deterioro durante la transportación bajo el caliente sol del trópico.

Sus pequeñas producciones ecológicas llevan alimentos sanos frescos a las mesa de las familias cubanas, aunque aún insuficientes en un país que sigue importando hasta 70 por ciento de la comida para sus 11,2 millones de habitantes.


Otra de las prioridades es el abastecimiento al turismo, esfera a la que en el pasado calendario logró en general suministrar lo pactado, aunque en los meses de mayor calor se registró un déficit en las hortalizas de hojas.

Para el suministro a hoteles y restaurantes, fueron enviadas unas 51.035 toneladas de estos alimentos, producidos mediante la tecnología de canteros semiprotegidos, en unas 279 hectáreas, que reduce la temperatura y propicia obtener especies que a cielo abierto solo se cultivan en la temporada de invierno.

Al cierre de 2017, se produjeron 1.268.276 toneladas de hortalizas y condimentos frescos en el país, según el Ministerio de la Agricultura.

El incremento de las cosechas deviene urgencia ante la creciente demanda de hortalizas y vegetales, motivada no solo por un mayor conocimiento sobre las bondades de su consumo en la población y el auge del turismo, sino también por la expansión acelerada de los restaurantes privados (paladares).

Hoy en los mercados estatales, con topes de precios, no expenden estos productos de manera estable, mientras en los establecimientos de libre oferta y demanda se ofertan a precios prohibitivos para gran parte de la población.

“Cuando los incrementos sean significativos, podrán verse los vegetales de forma permanente en las tarimas y con precios que están al alcance de las mayorías”, opinó Zoila Delgado, del sector de la administración pública.

Saltar las barreras

El huracán y las lluvias recurrentes de 2017 obligaron a sembrar los canteros más de una vez. De ahí la importancia de disponer de simientes al alcance de la mano en caso de contingencia.

En el pasado año, se produjeron en los espacios urbanos y suburbanos 11,56 toneladas de semillas categorizadas (básica, registrada y certificada) con énfasis en especies como lechuga, acelga china, rábano y habichuela, que por su corto ciclo vegetativo permiten disponer de alimentos en algo más de un mes.

Otra de las asignaturas pendientes en la elaboración de suficiente materia orgánica para abonar los suelos, toda vez que esta agricultura defiende los principios de la agroecología y la armonía de la agricultura con el entorno.

Aunque el sector se ha visto beneficiado con la entrega de recursos como tractores de pequeño formato y montacargas para el acarreo de la tierra y la materia orgánica, existen limitaciones en la disponibilidad de accesorios para los sistemas de riego, que ya provienen de la industria nacional.

Sin embargo, la capacidad productiva de quienes los fabrican está por debajo de la demanda del sector en esos renglones, que garantizarían un riego eficiente y un considerable ahorro de agua.

Retos inmediatos

Entre las prioridades para los meses venideros, se encuentran incrementar la estabilidad de las producciones de hortalizas, condimentos frescos, abonos orgánicos y semillas.

Para ello, se prestará especial atención en 2018 a los organopónicos, huertos intensivos y organoponía semiprotegida y a las actividades que los sustentan: abonos orgánicos, semillas, riego, manejo agroecológico de plagas y la capacitación.

Otro reto será aprovechar de manera eficiente el estudio de factibilidad para el desarrollo de la agricultura urbana, suburbana y familiar, dirigido a consolidar su base productiva, incrementar los niveles de producción y ventas y el fortalecimiento de la infraestructura de asistencia técnica. (2018)