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lunes, 25 de junio de 2018

Subsidios, entre la rectificación y el reordenamiento

Angelina Pérez Vega muy pronto podrá sentirse más segura bajo un techo confortable donde la lluvia no será una preocupación. Foto: Leidys María Labrador Herrera
LAS TUNAS.–Aunque la entrega de subsidios a personas naturales con el fin de mejorar su situación habitacional data en nuestro país del año 2012 y varias modificaciones se han introducido a esa política, no cabe duda de que el Decreto Ley 342, publicado en la Gaceta Oficial el 11 de abril del 2017, trazó nuevas e importantes pautas para el desarrollo de este programa social.
La determinación de ciertos requisitos condicionantes para que proceda o no una solicitud, la posibilidad de que los consejos de administración desarrollen convocatorias en correspondencia con el financiamiento de que dispongan, y el hecho de que ciertas excepciones sean contempladas hoy como prioridad, constituyeron algunos de los elementos más novedosos.
Concluida en todos los municipios del balcón del oriente la primera convocatoria, con más de 2 500 solicitudes radicadas, Granma se acerca a las interioridades de esta sensible política, a su implementación en el territorio y a los retos que aún quedan por delante.
EL SUEÑO REALIZADO DE POSEER UN TECHO
«Mi hermana está ciega, vivía en muy malas condiciones y la posibilidad de un subsidio fue una bendición para ella. Mira, ese ranchito que ves ahí atrás es el lugar donde ella vivía, si lo comparamos con esta casita que tiene ahora, la mejoría es notable. Ella siempre me dice que no tiene palabras para agradecer a su Revolución este regalo».
Así comenta Aracelys Ramírez Durañona, cuya hermana, Haidée, pasó a formar parte de las más de 4 000 familias que en Las Tunas recibieron el derecho a esta alternativa. Al cierre de diciembre del 2017, el monto destinado a esta política social ascendía a 168 346 000 pesos, y para el presente calendario, se prevén 30 137 000 pesos.
Criterios similares tienen Marixa Pérez Ávila, cuya madre también fue beneficiada, así como Emilio López Cruz y Angelina Pérez Vega, quienes más allá de cualquier tropiezo sufrido en el camino, solo tienen hoy palabras de agradecimiento, pues reconocen que de otro modo hubiera sido imposible resolver sus problemas habitacionales.

Emilio López Cruz muestra orgulloso cuán confortable es hoy su nuevo hogar. Foto: Leidys María Labrador Herrera



















Aseverar que todo está perfecto, que no existen dificultades en este complejo proceso, sería irracional; no obstante, esta reportera pudo comprobar que el seguimiento al tema de los subsidios en Las Tunas está respaldado por un sistema de trabajo que comienza en la base y llega hasta las máximas autoridades del territorio.
VENTA DE MATERIALES Y SUBSIDIOS, BINOMIO INSEPARABLE
En nuestro país existe claridad de que los aportes que realiza el comercio son indispensables para sustentar importantes programas sociales y el de los subsidios no es la excepción. Precisamente, el presupuesto con que cuentan los consejos de las administraciones municipales (CAM) para el otorgamiento de ese respaldo económico depende de lo que se recaude por concepto de venta de materiales de la construcción.
Yelenys Tornet Menéndez, directora provincial de Finanzas y Precios, explicó a este medio de prensa los procedimientos que se siguen para otorgar dicho financiamiento.
«Comercio tiene un plan de venta de materiales de la construcción, de ese renglón aporta el 70 % cuando son materiales de balance nacional y el 25 % cuando se trata de la producción local. La suma de ambos impuestos da lugar a una recaudación por concepto  de materiales de la construcción, y de esa recaudación total, el 51,5 % se destina a los municipios para el programa de subsidios. Ese monto se lleva al consejo de la administración provincial (CAP) y allí se aprueba la distribución del financiamiento. Con el acuerdo del CAP, se procede a hacer una modificación presupuestaria y se le asigna a cada municipio el porcentaje que se le aprobó».

Comercio tiene un plan de venta de materiales de la construcción, de ese renglón aporta el 70 % cuando son materiales de balance nacional y el 25 % cuando se trata de la producción local. Foto: Leidys María Labrador Herrera


















La morosidad en la ejecución de ese presupuesto puede significar que al concluir el año se pierda un financiamiento, cuyo fin responde a necesidades puntuales de miles de familias, por eso, explica la directiva, el seguimiento es imprescindible.
«Nosotros en los CAP alertamos sobre la utilización de ese presupuesto, porque no podemos permitir inejecuciones. Sabemos que estos aportes por concepto de materiales de la construcción no cubren la totalidad de las necesidades de subsidios, pero al menos el monto del que se dispone tiene que ser ejecutado con eficiencia y sin morosidad.
«Una vez que se abre la cuenta del subsidiado en el banco ya ese financiamiento no se pierde, aunque usted ejecute la obra en un año o un año y medio, y las dependencias internas del Poder Popular deben ser muy rigurosas en este sentido. Gracias a esa alerta constante, el año 2017 lo terminamos con una ejecución presupuestaria prácticamente del 100 %».
Lógicamente, aunque un grupo importante de materiales pertenecen al balance nacional, vale destacar que incrementar la producción local no se limita solo a una alternativa para fortalecer los programas constructivos, sino que tiene también un impacto económico, pues, a mayores producciones, mayores ventas y, por consiguiente, mayor presupuesto destinado al programa.
Pero ahí no queda todo, detrás de cada subsidio debe funcionar un engranaje, cuyo resultado final no puede ser otro que la satisfacción de una necesidad de primer orden.
¿CÓMO SE «EDIFICA» EL SUBSIDIO?
Una de las problemáticas esenciales que caracterizaron a esta política desde sus inicios, era el hecho de que, al no existir un término establecido para presentar la solicitud, las mismas eran recepcionadas durante todo el año en las oficinas de trámites de la vivienda; muchas veces superaban la realidad concreta de la disponibilidad de presupuesto y, por lo tanto, se acumulaban por años sin una respuesta positiva.
La posibilidad de que hoy los CAM determinen las convocatorias a efectuar, con un mínimo de dos por año, permite reordenar ese proceso, y establece un plazo de un mes para que los interesados se presenten. Pero esa posibilidad trae aparejada también la concentración de un gran número de solicitudes y requiere, por lo tanto, de una preparación cada vez mayor de las personas que trabajan en cada uno de los escalones por los que transita el subsidio.

La experiencia de Yunieski Pérez Sosa, jefe de la Oficina de trámites del municipio cabecera, a partir de la primera convocatoria, permite comprender la complejidad de esta tarea.


«Sobre todo en la primera semana fue muy grande la concurrencia, quizá porque las personas no entienden todavía que las prioridades no se establecen por ser el primero en entregar la solicitud, sino por las condiciones reales de cada quien, y que el hecho de que un expediente quede pendiente de aprobación, no establece escalafón para próximas convocatorias».
Varios elementos organizativos se han implementado en la provincia con el fin de garantizar el curso adecuado de las solicitudes y la respuesta a quienes durante varios años han estado solicitando este beneficio. Así lo aseveró María Esther Curvelo Pérez, especialista en investigación y desarrollo de la Dirección Provincial de la Vivienda.


«La capacitación ha sido un punto en el que hemos insistido mucho, sobre todo en el caso de los técnicos que son los que trabajan directamente en el consejo popular. Por otra parte, especializamos a los jurídicos de las direcciones municipales y son ellos los que se encargan de los trámites legales.
«Se orientó también darles seguimiento a las personas que estaban solicitándolo desde años anteriores, los técnicos hicieron un levantamiento, logramos visitar muchos de esos casos críticos y que llegaran hasta las oficinas de trámite, porque en aquel momento no existía la vía mediante la ley para darles la solución.
«Nosotros hacemos la evaluación técnico-económica y Trabajo hace las investigaciones sociales, que incluyen el estudio socioeconómico; lo recogido en ambos dictámenes determina si la solicitud procede o no. Incluso contrastamos la información y cuando uno de los dos no procede se le hace un análisis más profundo. El CAM también tiene sus términos y puede aplicar mecanismos para comprobar esa investigación, incluso se les están entregando fotos y videos que respalden el contenido de los dictámenes».
La Resolución 18 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, asociada al Decreto Ley 342, reduce el diapasón para ese estudio. La claridad con que se definen aspectos como los ingresos percápita de cada miembro de la familia, la incapacidad de solicitar subsidios para aquellas familias donde algún miembro en edad laboral y capacitado para trabajar se encuentra desvinculado, así como las excepciones a tener en cuenta, constituyen una valiosa herramienta para definir de primera instancia si un caso procede o no, sin necesidad de elevarlo al CAM.
También las direcciones de Planificación Física tienen una alta responsabilidad en el proceso. Sus especialistas aseguran que el desconocimiento de la ley y la falta de un trabajo coordinado, trajeron consigo que personas sin la documentación necesaria que acreditase su titularidad solicitaran e, incluso, recibieran un subsidio.
Esta problemática, que impedía después el inicio de acciones constructivas y que se convirtió en un dolor de cabeza para no pocos subsidiados, encuentra hoy alternativas, según explica Yosdelys Castellanos Espinoza, jefa del departamento de Trámites y Atención a la Población de la Dirección Municipal de Planificación Física en Las Tunas.
«Contamos con solo cuatro técnicos para responder a todos los trámites de la población, eso incluye a los subsidiados, por eso no podemos estar presentes durante todo el proceso de conformación del expediente. Pero tomamos como alternativa revisarlos, una vez conformados, antes de pasar al Consejo de la Administración.
«Si detectamos una irregularidad, ese expediente no se eleva, sino que se le indica a la persona la documentación que debe actualizar y de ese modo puede presentarse a una nueva convocatoria. Como sabemos que hay quienes no cuentan con los recursos económicos para pagar el Derecho Perpetuo de Superficie, aunque poseen un solar, les emitimos un certifico que avale el otorgamiento de ese terreno, y una vez recibido el subsidio pueden entonces pagarlo».
CONSIDERACIONES QUE NO PUEDEN IGNORARSE
Es este un tema muy amplio para el que no serían suficientes las páginas de este diario si se intentara indagar en todas sus aristas. No obstante, aunque hemos  concentrado el análisis en las más recientes modificaciones a la política, contenidas en el Decreto Ley 342, hay elementos muy puntuales que no pueden obviarse.
La entrega de subsidios es una alternativa a la cual el país destina millones de pesos y requiere por lo tanto máxima atención y seguimiento. Ello implica que crezca el nivel de información que reciben las personas al respecto, para que entiendan que este monto se otorga por única vez, y que un uso incorrecto del mismo implica la no terminación de la obra. Así mismo, debe ser más profundo el accionar de las dependencias internas, frente a ilegalidades e irregularidades denunciadas por los técnicos de la vivienda.
Es imprescindible también el acompañamiento a quienes emprenden estas obras constructivas y que, en no pocas ocasiones han puesto, sin saberlo, sus recursos en manos inescrupulosas, que luego no responden ante la ley por los actos cometidos.
Finalmente, nada puede dejarse a la espontaneidad, aún quedan muchas personas necesitadas que no asisten a hacer sus solicitudes, aunque lo necesiten, pues no tienen la orientación e información suficientes para hacerlo. Llegar hasta ellos, abrirles el camino hacia una oportunidad de esta índole, es un empeño en el que, de cierto modo, todos podemos contribuir.
PRECISIONES

- El término para dar respuesta a las solicitudes de subsidios ahora es de hasta 70 días hábiles, contados a partir de la fecha de presentación de estas. Las convocatorias y sus resultados se darán a conocer públicamente por los medios de información y comunicación locales.

- Si el beneficiado fallece, renuncia al subsidio otorgado, sale definitivamente del país o se presentan otras causas afines, las personas que forman parte del núcleo familiar u ocupan el inmueble, siempre y cuando tengan derecho al mismo, pueden presentar la solicitud de continuar con el subsidio.
- De aprobarse el otorgamiento, el nuevo beneficiado asume las obligaciones y derechos establecidos al respecto.
- De comprobarse que el subsidio fue otorgado a partir de datos y declaraciones falsos, el Consejo de la Administración Municipal dispone su cancelación y el reintegro al Presupuesto del Estado por el beneficiado del monto utilizado.

Subsidios agrícolas en Cuba: números fríos y nuevas preguntas


Por Pedro Monreal
25 de junio de 2018
El colega Silvio Gutiérrez, Director de Agroindustria del Ministerio de Finanzas y Precios de Cuba, ha tenido la amabilidad de comentar, mediante una nota en su página de Facebook, el artículo que publiqué hace unos días sobre el sector privado y la agricultura cubana.
Silvio es un competente funcionario a quien conozco desde nuestra época universitaria y cuyo trabajo he seguido, tanto a través de sus presentaciones en los medios como mediante lo que ha publicado, especialmente en la Revista Cubana de Finanzas y Precios.
Los comentarios recibidos han servido para precisar varios puntos importantes respecto a los subsidios presupuestarios a las empresas estatales del agro, así como para reformular algunas preguntas -todavía sin respuestas-, y también han permitido identificar nuevas preguntas.
Fundamentalmente, Silvio ha llamado la atención acerca de que los “fríos datos estadísticos” son necesarios, pero no suficientes para poder entender la compleja realidad agrícola del país, especialmente los cambios que han ocurrido desde 2016 en las relaciones económicas y financieras en la agricultura cubana y que involucran modificaciones en la formación de precios y en el funcionamiento del presupuesto. Naturalmente, Silvio tiene razón.
Mi único comentario sobre ese punto es que, de todas maneras, deberían facilitarse más datos estadísticos públicos que los que hoy se divulgan porque hacen falta datos adicionales para poder realizar un debate de calidad. Por ejemplo: ¿Cuál es el monto exacto de las transferencias presupuestarias por concepto de “actividad empresarial” para subsidiar la exportación y la sustitución de importaciones que se destinan a producciones que se originan en el agro cubano?
Precisiones importantes y nuevas preguntas
Silvio ha aportado algunos detalles que pudieran contribuir a mejorar la discusión pública sobre un tema tan importante como es el funcionamiento del agro cubano. Esos detalles son los siguientes:
-          Las transferencias a la “actividad empresarial” estatal para subsidiar la exportación y la sustitución de importaciones no se dirigen hacia la esfera productiva sino hacia la comercialización: “Los productores de las cooperativas, las empresas o los no asociados a formas colectivas de producción gozan de precios de acopio estimulantes para su producción, no necesitan subsidios”.
-          Las causas para el otorgamiento de subsidios son diversas y fundamentalmente estos se otorgan “a las entidades comercializadoras que compran a precios superiores a los que venden a los destinados a la exportación, el turismo y las ventas normadas a la población”.
-          A partir de los cambios introducidos en 2016, los productores agrícolas “aportan ingresos al Presupuesto por más de 6 mil millones de pesos” (creo entender que anualmente).
Una aclaración que me parece importantes es que la cifra de 14 465 millones de pesos previstos como subsidios a la “actividad empresarial” para subsidiar la exportación y la sustitución de importaciones -tanto en el agro como en otros sectores- no parece relacionarse directamente con el subsidio a las ventas normadas a la población, el cual era de 3 mil 740 millones de pesos en el presupuesto de 2017 y que se contabilizaba de manera separada.
Los detalles expuestos por Silvio me llevan a rectificar el cálculo que hice anteriormente acerca del monto del subsidio por cada libra de frijol producida por el sector estatal. Había calculado unos 26,7 pesos por libra de frijol de producción estatal nacional, pero como ahora se ha aclarado que el subsidio no va al productor sino a los comercializadores estatales, entonces habría que calcular el subsidio implícito en cada libra de frijol “comercializado” por las entidades estatales. Se conoce el monto del subsidio del frijol (947,6 millones de pesos), pero no conozco el dato exacto de las toneladas de frijoles gestionadas por las empresas comercializadoras estatales en 2017. Esto queda entonces como un cálculo pendiente.
A pesar de las aclaraciones de Silvio, surgen tres nuevas preguntas para las que no se disponen, hasta donde conozco, de respuestas que estén disponibles de manera pública:
-          ¿Se concentra en las empresas y en las Unidades Empresariales de Base (UEB) del Ministerio de la Agricultura (MINAG) y de AZCUBA el subsidio por concepto de “actividad empresarial” para subsidiar la exportación y la sustitución de importaciones, o también tienen peso como receptoras de esos subsidios algunas empresas comercializadoras estatales de otros ministerios y del Poder Popular?
-          ¿Cuál es el valor de ese tipo de subsidios que reciben las entidades de Acopio subordinadas al MINAG?
-          ¿Qué parte de los más de 6 mil millones de pesos de ingresos aportados al presupuesto por los productores del agro se originan en entidades productivas estatales del agro?
Algunas hipótesis preliminares para continuar el debate
Adicionalmente, hago dos observaciones, a manera de hipótesis:
-          La principal causa de esos subsidios para la exportación y la sustitución de importaciones parece ser la distorsión que introduce la ficción económica que se materializa en forma de tasa de cambio oficial de 1 USD = 1 peso cubano (CUP).
-          Una parte de los ingresos presupuestarios originados en el agro cubano -que pudiera ser una parte grande- sería aportada por productores agropecuarios “no estatales”. Es decir, los productores “no estatales” estarían en realidad subsidiando -vía presupuesto- la brecha de ingresos que las empresas comercializadoras estatales del agro tienen debido a las distorsiones cambiarias. Estaría produciéndose una transferencia de recursos desde el sector “no estatal” hacia las empresas estatales.

Obviamente, la validez de esta última hipótesis depende de la magnitud de los aportes que hacen al presupuesto los productores agropecuarios “no estatales”, un dato que no se conoce, por el momento.
No obstante, es plausible pensar que ello pudiera estar ocurriendo porque en el sector “agricultura, ganadería y silvicultura” existen solamente 285 empresas estatales que coexisten con miles de cooperativas y de productores privados.
El punto que creo que debe retenerse en el análisis es que lo relevante es hacer la comparación de los ingresos aportados al presupuesto por los productores estatales del agro contrastándolos con los subsidios que recibe el sector estatal en el agro.
Eso permitiría calcular el monto de transferencias “netas” que tienen lugar dentro del sector estatal. El problema es que si se toma como base del análisis el monto total de los 6 mil millones (aportados por productores de todos los tipos de propiedad y de gestión) se introduciría una distorsión en el análisis porque pudiera crearse la impresión de que se trata de un rejuego de transferencias “dentro” del sector estatal, cuando lo que pudiera estar ocurriendo sería la compensación de un subsidio que es exclusivamente estatal (solamente lo reciben empresas estatales) con ingresos presupuestarios que no se originarían exclusivamente en el sector estatal.
Una cuestión adicional sobre los precios del agro: ¿adecuados y flexibles?
Silvio ha expresado que los productores del agro, con independencia de la forma de propiedad y de gestión- reciben actualmente precios de acopio estimulantes. Se sabe que el proceso que condujo al establecimiento de esos precios en 2016 incluyó un trabajo de preparación de fichas de costo y de consultas con los productores.
Como se conoce, el precio de los productos agropecuarios es un tema importante del debate económico del país y está en “el centro de mira” de la opinión pública. Es un asunto en el que influyen factores de diverso tipo y que incluye varias dimensiones.
Sin embargo, hay dos cuestiones específicas que sería importante poder discutir:
-          ¿Es adecuado el actual método de cálculo oficial de los precios “centralizados” de Acopio para productos fundamentales de la canasta (costo + utilidades) y del precio “no centralizado” de otros productos (costo + márgenes comerciales)?
-          ¿Existe la suficiente flexibilidad en los precios del agro para que las modificaciones en las condiciones del mercado se transmitan de manera efectiva hacia el productor y que estos puedan responder a esos cambios?
 Son dos preguntas importantes en el contexto de la transformación de un modelo que aspira a “reconocer, regular y lograr un adecuado funcionamiento del mercado”, como se plantea en el documento de la “Conceptualización”.
De nuevo agradezco a Silvio Gutiérrez su gentileza y su interés en contribuir al debate sobre un tema político crucial en Cuba.


Austriacos y el irresoluble problema de la imputación

Por Rolando Astarita                      Carl Menger
En la nota anterior mostramos que los economistas austriacos no pueden derivar los precios de las ordenaciones de las utilidades marginales por parte de los individuos (véase aquí). Pero esos rankings,u ordenaciones, de las utilidades marginales, se refieren exclusivamente a los bienes de consumo, o bienes “de orden inferior”. ¿Cómo se determinan entonces los precios de los medios de producción, (o “bienes de orden superior”), y de los llamados servicios productivos, tales como la renta de la tierra y el salario? La respuesta de los economistas austriacos no deja lugar a dudas: derivan del valor de los bienes de consumo, o inferiores.
En este punto, tengamos presente que los austriacos se oponen al enfoque marshalliano (que es con el que se inician, por lo general, los cursos de Microeconomía). En Marshall, la curva de oferta, en el largo plazo, es horizontal, de manera que, también en el largo plazo, el costo de producción determina los precios. La curva de oferta de Marshall está concebida en términos subjetivos –la ganancia remunera la espera del capitalista, el salario la desutilidad del trabajo-, pero la determinación va, insistimos, en el largo plazo, del costo de producción al precio del producto final.
Por el contrario, según el enfoque austriaco, la relación causal es inversa, ya que son los precios de los bienes de consumo los que determinan los precios de los medios de producción, o bienes de orden superior. Escribe Menger: “El valor que tienen para nosotros los bienes de orden inferior no puede estar condicionado por el valor de los bienes de órdenes superiores utilizados para la producción de los primeros. Es claro, al contrario, que el valor de los bienes de órdenes superiores está condicionado siempre y sin excepciones por el valor previo de aquellos bienes de órdenes  inferiores a cuya producción sirven (pp. 134-135)”. En el mismo sentido, dice Mises: “El acto valorativo original y fundamental atañe exclusivamente a los bienes de consumo; todas las demás cosas son valoradas según contribuyan a la producción de estos” (1986, p. 156). Así, si un trabajador recibe $20 por hora de trabajo, ello no se debería a que ese es el valor de la canasta de bienes necesaria para mantenerlo, sino a que es el valor que se ha imputado al trabajo del obrero como parte del valor del producto final.
Se plantea entonces  de qué manera se atribuyen las participaciones en ese precio final a los diferentes insumos que participan en la producción. Como afirma Wieser, “debemos ser capaces de medir los servicios de cada pieza de tierra, de cada cantidad individual de capital, de cada trabajador individual” (1893, p. 72). Aquí precisemos que no se trata de determinar la participación física de los insumos y “factores”, un propósito que los austriacos consideran imposible (y efectivamente, es imposible), sino su participación “en valor”. De lo que se trata entonces es de ver cómo se pueden “imputar” valores a los medios de producción, o a los “servicios” del trabajo y la tierra, a partir de los valores de los medios de consumo.
No hay solución 
En principio se puede decir que la tesis de la imputación exige supuestos verdaderamente “heroicos”. Por ejemplo, ¿cómo se deriva el valor de la maquinaria que se usó para producir alúmina, de la cual se obtuvo el aluminio, que se emplea hoy para construir la ventana de una casa, a partir del valor de uso de esta ventana? Ya con formular el problema se puede advertir la magnitud de la “construcción imaginaria” involucrada.
Sin embargo, el problema más grave se presenta cuando se considera la complementariedad de elementos en la producción. Por ejemplo, para producir el bien final F se necesita la combinación de los “bienes complementarios” X e Y. La pregunta es ¿cuánto del valor de F (determinado por su utilidad marginal) corresponde a X e Y? Menger trató de responder utilizando el mismo razonamiento que el aplicado a determinar el valor de los bienes de consumo: si tenemos un stock de bienes de consumo, para averiguar qué valor tiene uno de sus componentes para su consumidor, se supone que ese elemento se ha perdido. Este procedimiento lo aplica a la valoración de los “bienes complementarios”. Así, si para producir F se necesita la combinación de X e Y, Menger analiza la consecuencia de perder X o Y, o alguna porción de X e Y, de manera que la caída en el ingreso total por la venta de F nos dé el rendimiento de X o Y; o de una porción de X o Y(véase 1985, pp. 146-7). Pero, como objeta Wieser, este procedimiento falla si al quitar uno de los “bienes complementarios” utilizados en la producción, también se priva a los otros de una porción de su efecto. En ese caso, si suponemos que se disuelve la combinación y preguntamos cuál es el residuo que queda, no podemos descubrir el valor de uno de los bienes complementarios (véase Wieser, 1893, p. 84).
Por lo cual Wieser intentó otra solución: supuso un sistema con tres “factores de producción”, XYZ, que producen tres bienes finales. En su ejemplo numérico: X + Y = 100; 2+ 3Z = 290; 4Y + 5Z = 590. Resolviendo el sistema de ecuaciones resulta X = 40; Y = 60; Z = 70 (ibid., p. 88). Pero el propio Wieser reconoce que si son muchos los “bienes de producción” –muchas variedades de trabajo y de tierra, y de “bienes de capital”-, “ya no hay el número de ecuaciones necesarias para una solución” (ibid., p. 94). Pensemos, por ejemplo, en los miles de componentes, que son específicos y entran en la producción de un avión comercial; y los miles de insumos distintos que participan en la producción de esos miles de componentes; a lo que hay que sumar los diferentes tipos de trabajo. ¿Cómo es posible imputar a cada una de estas partes un valor derivado del valor final del avión?
Tampoco Rothbard (2009) resuelve el problema. Por empezar, cuando los factores de producción son específicos, reconoce que no hay principio o ley que permita establecer los precios de esos “servicios” (los bienes de capital siempre se reducen a los “factores originales”, tierra y trabajo). En ese caso, decide el regateo, o poder de negociación (véase cap. 5). Esto es, caemos de nuevo en la indeterminación (véase nota anterior, citada). A su vez, si los factores no son específicos, y si las proporciones son fijas, Rothbard admite que tampoco se pueden determinar los precios; estos dependen, de nuevo, de la negociación o regateo. Y si las proporciones no son fijas, procede de manera similar a Menger. En su ejemplo numérico, asume que para producir oro por valor de $100 se combinan 4X + 10Y + 2Z. Luego supone que la combinación de 4X + 10Y+ 2Z produce oro por un valor $80. La pérdida de una unidad X, permaneciendo los otros factores constantes, resulta en una pérdida del ingreso bruto de $20 en oro. Este es entonces el valor marginal del producto de la unidad X con este uso (ibid., p. 459). Pero este razonamiento desconoce la objeción de Wieser, a saber, que exige suponer que el retiro de una unidad de X no afecta el rendimiento de Y o Z; lo cual, en la práctica, parecería muy poco frecuente.
En definitiva, han pasado casi 150 años desde que Menger publicara sus Principios de Economía Política, y el tema de la imputación sigue sin resolverse. No es una cuestión menor para una teoría que presume de haber producido una explicación “general” de qué es lo que determina los precios. Como vimos, imposibilitados de explicar la determinación de los precios, los austriacos remiten, una y otra vez, la dificultad al limbo del “regateo”, de la “personalidad para negociar” y superficialidades semejantes. Y aunque sea difícil concebir un fracaso más estrepitoso de una doctrina económica, en una próxima nota veremos que los problemas incluso se profundizan cuando los austriacos abordan los fundamentos del valor del dinero, verdadera prueba de fuego para cualquier teoría del valor.
Textos citados:
Menger, C. (1985): Principios de Economía Política, Buenos Aires, Hyspamérica.
Mises, L. von, (1986): La acción humana. Tratado de Economía, Madrid, Unión Editorial.
Rothbard, M. N. (2009): Man, Economy and State. A Treatise on Economic Principles, Ludwig von Mises Institute.

Wieser, F. von (1893): Natural Value, Londres, Macmillan.

Casa de la Guayabera en Cuba reabre sus puertas, tras rehabilitación

Posted on junio 25, 2018  CULTURA


La Casa de la Guayabera, que resguarda hoy la mayor colección de la prenda nacional cubana, reabrió sus puertas, tras una reparación de su inmueble, considerado joya del estilo neoclásico en la cuarta villa fundada en Cuba.

En declaraciones a Prensa Latina el director de esa institución, Carlo Figueroa, destacó entre los cambios más significativos realizados en la casona, la ampliación de la sala donde se exhiben transitoriamente una muestra de las 250 guayaberas de la colección.

Ahora ese espacio se fusionó con el taller de costura La Alforza, es decir que este forma parte de la sala museable, en busca de una muestra dinámica, que el visitante pueda ver cómo se elabora una guayabera in situ y conocer la historia de la camisa espirituana.

Además se repararon los servicios sanitarios, se restauraron todos los muros exteriores, con más gárgolas para posibilitar el drenaje, se impermeabilizaron techos y resanaron todas las áreas del inmueble, conocido como Quinta de Santa Elena y ubicado en la parte más antigua de la ciudad.

Esto va a conllevar a otros cambios, como retomar espacios dedicados al bolero o el rock así y la creación de la Sala Lourdes Caro, en homenaje a esa cantante y compositora nacida en Sancti Spíritus.

Según el director de la institución, reconocida por su labor en la difusión y cuidado del patrimonio local, la Casa de la Guayabera aspira ahora a crecer en ese objetivo con la apertura de un espacio literario y otro dedicado a personajes distinguidos de la villa, con más de medio milenio de historia.

Todavía queda pendiente un trabajo a fondo con la colección, que alberga piezas de personalidades de la cultura, el deporte, la política y la sociedad como Fidel Castro, Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias o los exmandatarios Hugo Chávez y Rafael Correa, refirió además Figueroa.

Estamos trabajando de conjunto con el gobierno local para colocar unas vitrinas en el espacio expositivo que protejan mejor las prendas en exhibición.

Desde hace más de una década, el proyecto sociocultural La Guayabera despliega una valiosa labor en el resguardo de los valores de la pieza típica, declarada desde 2010 como prenda de vestir del ceremonial diplomático del Estado y Gobierno cubanos.

Entre sus características de rigor, la guayabera posee bordes y aberturas que la distinguen de una camisa común, así como una veintena de botones y filas de cinco pliegues – dos al frente y tres en la espalda-, en forma de alforzas.

PL

Sistema para aprovechar el agua de la ducha diseñado en Colombia. ( Comentario)



Un sistema diseñado por el colombiano Alberto Vasquez que puede recoger todas las aguas grises que se usan durante una ducha. Puede utilizar esta agua gris recogida para tirar de la cisterna de WC, limpiar la casa y para ciertas actividades de lavado.


De esta manera puedes ahorrar al menos 72 litros de agua / persona / día en un hogar medio que significa al menos 1.5 mil millones litros de agua por día de ahorro en un país de 50 millones de habitante, como por ejemplo Colombia.



Generalmente en una ducha utilizamos un promedio de 20-30 litros de agua. La forma cóncava de este sistema recoge el 90% de este agua. También cuenta con una superficie granular antideslizante para evitar caídas por deslizamiento.



Se divide en 4 partes entrelazadas. Después de una ducha se puede levantar fácilmente ya que se divide en 4 partes, para hacerlo mas manejable.
Más información igendesign.co
Comentario de HHC: El día que llevemos  a nuestros hogares en Cuba, todo lo que hoy en día existe en materia de soluciones en el mercado, para ahorrar en materia de electricidad, agua y gas,  se liberarían millones de dólares para el desarrollo del pais.  Sólo hay que darle la oportunidad a la población de comprar y/o importar según corresponda en mercados nacionales y/o internacionales.
Agréguese ademas, el aprovechamiento de la basura.


ESPECIAL: Con tecnología china, Cuba produce muebles para el turismo (video)

 Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca



Imagen del 12 de junio de 2018 de una persona trabajando en la fábrica Muebles Imperio, en la ciudad de Guantánamo, Cuba. La llegada de tecnología china ha significado un repunte productivo para la fábrica de Muebles Imperio, ubicada en la oriental ciudad cubana de Guantánamo, a unos 900 kilómetros al este de La Habana. Esa planta es la única del país cuya producción se destina totalmente a satisfacer las necesidades de la industria turística cubana, que vive un constante crecimiento con la construcción casi a diario de nuevas instalaciones. En la actualidad, Muebles Imperio garantiza más de 11,000 piezas para habitaciones, restaurantes, bares, salones y otras áreas de instalaciones hoteleras, una producción sustentada ahora por una avanzada tecnología china. (Xinhua/Roberto Moro)

GUANTANAMO, CUBA,  (Xinhua) -- La llegada de tecnología china ha significado un repunte productivo para la fábrica de Muebles Imperio, ubicada en la oriental ciudad cubana de Guantánamo, a unos 900 kilómetros al este de La Habana.

Esa planta es la única del país cuya producción se destina totalmente a satisfacer las necesidades de la industria turística cubana, que vive un constante crecimiento con la construcción casi a diario de nuevas instalaciones.

Tras una inversión de casi un millón de dólares, la planta adquirió equipamiento chino de avanzada tecnología, lo que favorece las condiciones de trabajo, productividad, calidad en el acabado y el salario de los obreros.

"Tiene mucha más aceptación la producción por nuestros clientes cuando la hacemos de una manera automatizada", afirmó a Xinhua el operario Elías Ramírez, quien no deja de alabar al nuevo equipamiento.

Ramírez, quien se proclama "un guantanamero de pura cepa", es carpintero ebanista, pero después de un curso aprendió a trabajar con una modernísima seccionadora, altamente automatizada.

"Para los trabajadores es importante porque humaniza el trabajo y ofrece mucha más ventaja, al aumentar la producción con mucha más calidad", explicó Ramírez parado frente a la máquina de la compañía Nanxing, radicada en la Zona Industrial de Shuanggang, en la ciudad china de Tianjin.

Además de la seccionadora se instalaron otros equipos automáticos y semiautomáticos, entre ellos una bordeadora, que fija los bordes de los tableros, y un taladro múltiple, así como una cabina presurizada para pintura y un avanzado sistema extractor de desechos.

También se instalaron otros equipos que ahorran electricidad, materias primas y tiempo, entre ellos espigadoras, acopladoras, lijadora-calibradoras, todos determinantes en la fabricación de muebles para los hoteles de la cayería de Jardines del Rey, en el litoral norte del centro de la isla.

Lo singular de Muebles Imperio, es que a mediados de la década pasada era una entidad descapitalizada, con deudas, casi sin mercados, incapaz de cumplir sus compromisos productivos, por lo que estuvo prácticamente paralizada y registraba pérdidas.

En el 2006, el Ministerio de la Industria Ligera de Cuba pagó las deudas a los proveedores y al año siguiente recibieron un crédito del Ministerio de Economía y Planificación, con lo que la situación cambió radicalmente.

El renacer productivo de la empresa tuvo su colofón ahora con el nuevo equipamiento chino, algo que agradecen directivos y trabajadores como Pablo Alcántara, quien también opera la recién llegada maquinaria.

"Es muy importante para nosotros, porque cumplimos con todos los propósitos y los planes que tiene el país para el turismo", afirmó Alcántara, otro guantanamero apegado a su oriental territorio.

Con el característico acento de los orientales cubanos, el trabajador aseguró que las facilidades obtenidas con las nuevas máquinas lo han sorprendido "porque son altamente eficientes y exactas en el trabajo y han superado todas nuestras expectativas de mejora".

Ahora la industria se ha convertido en una atractiva fuente de empleo para los guantanameros y por eso empieza a predominar la fuerza joven que entre los casi 250 trabajadores de la industria, fruto de una estrategia orientada a captar brazos frescos y mentes preparadas para enfrentar la tecnología de punta.

Además, un programa de adiestramiento para jóvenes, iniciado hace cinco años, permite enfrentar el envejecimiento de la población, que en un momento determinado hizo que disminuyera la cantidad de carpinteros en el territorio, por jubilación u otras causas.

En la actualidad, Muebles Imperio garantiza más de 11.000 piezas para habitaciones, restaurantes, bares, salones y otras áreas de instalaciones hoteleras, una producción sustentada ahora por una avanzada tecnología china.