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miércoles, 9 de enero de 2019

Comunicadores que no comunican

sine die
SD  24 Juan M Ferran Oliva                  enero 9 de 2019


El próximo 24 de febrero se llevará a cabo la consulta popular encaminada a aprobar la nueva Constitución. Con seguridad que más de un 90% de los votos serán afirmativos. También será muy elevada la participación. En la práctica ya puede considerarse como válida la nueva Carta y podemos dar por efectivos sus postulados[1].

Su artículo número 53  expresa: Todas las personas tienen derecho a solicitar y recibir del Estado información veraz, objetiva y oportuna.  Como en  muchos otros,  termina con la coletilla conforme a las regulaciones establecidas o algo similar, que deja un escape legal para la negación de lo propuesto.

El no. 55 determina  que: El Estado establece los principios de organización y funcionamiento para todos los medios de comunicación social. Pero  previamente, el Articulo numero 5, dispone que el Partido Comunista de Cuba  es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado.

La conclusión es que quien establece las reglas del juego es el Partido y no el Estado ni mucho menos el Gobierno que son legisladores y ejecutores, respectivamente. El Estado administra los medios de comunicación social, pero  el Partido decide lo que se publica. Es algo que la propia práctica evidencia.  Los noticiosos radiados y televisados comunican exactamente lo mismo que la prensa plana sin necesidad de leer. Los comunicadores se rigen por directivas rígidas y en caso contrario no acceden a la Gran Escena.

Voy al grano. Acogiéndome a la Constitución que viene, exijo el derecho a recibir información veraz sobre los médicos cubanos en Brasil. Hace días cesaron las seudonoticias al respecto. En su casi totalidad se limitaban a  justificar la adecuada medida; a  exaltar el altruismo y patriotismo internacionalista; a conmover; a transmitir consignas de repertorio; a dar bombo a la llegada de los grupos, etc.  Bla, bla, bla. Toda una campaña propagandística peor que la de la Coca Cola, que es más creativa. Es el llamado Cuarto Poder en su función de generar estados de opinión.

La última noticia, según mi registro (quizás me haya perdido alguno posterior), se dio el pasado 9 de diciembre cuando  el propio Raúl Castro y un grupo de altos funcionarios del Partido y el Estado, recibieron al último grupo de galenos provenientes del país sud americano[2] . Es lo que informa vía Internet un grupo llamado 14ymedio que aprovecha la oportunidad para invitar a ingresar en su membrecía. Argumenta: Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba. Desconozco quienes son ni hacia donde apuntan sus miras, pero percibo un fuerte olor a Miami. Según la propia fuente el último conteo en dicha fecha era de 5.853 internacionalistas regresados. El total, como es conocido, eran 8.300, lo que significa la llegada de poco menos de las ¾ partes. También expresa que los cubanos recibían el 30% del salario en Brasil y el resto era destinado a las autoridades de La Habana. Hace referencia a la presencia de familiares de una doctora que tuvo durante tres meses la compañía de su marido y su hijo. No queda claro si se trata de un hecho esporádico o habitual.

En el SINE DIE no.8 del pasado noviembre 25 (Médicos Cubanos en Brasil), conjeturé que la retirada puede causar a Cuba una merma de unos US$ 312 millones anuales como flujo de caja. El Estado ingresaría unos US$ 208 después de pagar al personal. Entre US$16 millones y US$ 26 millones pudieran ser traídos a Cuba como ahorros personales, sin contar los aportes en especie. Las cifras son más ilustrativas que los encomios y los términos comparativos y superlativos.

La prensa cubana debe ofrecer testimonio detallado en lugar de deshacerse en loas  patrioteras, en ceremonias de recibimiento y en discursos de ocasión. Las deserciones son esperadas ¿Por qué ocultarlas?. 

En 2008 unos 700 trabajadores cubanos de la salud habían abandonado. Un total de 30.000  ofrecían en esa fecha colaboración en 70 países del mundo[3]. La situación actual ha empeorado. La economía se ha estancado y ha crecido el ansia de emigrar. Es de esperar que las deserciones en Brasil sean mayores. Las posibilidades de nivel de vida de ese gran Estado son más atractivas que las de Cuba y los evadidos tienen la alternativa de marchar a las ciudades y al extranjero.

Otra noticia de fuera habla de 800 desleales. ¿A quién creer? Las autoridades cubanas pueden y deben dar las cifras exactas correspondientes: afectación económica para Cuba; el ingreso que  percibían; la cantidad que no regresó. etc. Eso son noticias.  Lo ofrecido hasta ahora es pura propaganda, y mala. En términos crudos puede calificarse de censura. La Constitución no la autoriza. Más que extremismo es torpeza que obliga a buscar la verdad en dudosas fuentes del extranjero. Ojalá que las autoridades pertinentes permitan a la prensa objetividad y una holgura  cercana a la libertad de expresión.

Termino repitiendo lo que ordena la nueva Constitución en su artículo no. 53;  Todas las personas tienen derecho a solicitar y recibir del Estado información veraz, objetiva y oportuna. Quizás no fue ese el sentido original que se dio a esta cláusula, pero las personas se informan a través de la prensa que forma parte del Estado. El silencio oficial es un  pecado de lesa información.

Fin



[1] No pocos repiten lo establecido en la anterior y aun vigente Constitución, aprobada el 24 de febrero de 1976 y reformada en 1978, 1992 y 2002.
[2] Quizás la presencia de Raúl motivo el criterio de que era el último grupo. ¿Lo fue?
[3] Feinsilver, Julie M. Médicos por Petróleo. Versión original en revista NUEVA SOCIEDAD No 216,  julio-agosto de 2008<www.nuso.org. La autora es investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown (Washington, DC).

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