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jueves, 24 de enero de 2019

Impactos del turismo en la economía: Avances y retroceso

Autor:
Miguel A. Figueras
Este artículo forma parte del dossier:
La letra de Temas. ¿Cómo viene el 2019?


Foto de portada: Cubahora.
“Que el crecimiento del turismo impulse otros despegues”Esta una demanda reiterada en la Comisión de Atención a los Servicios, de lo cual informó el periódico Granma el 19 de diciembre pasado.
Meses antes, en una reunión de chequeo, 29 de junio 2018, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros calificaba de impresionante el avance logrado en el desarrollo del turismo desde los años Noventa, y reclamaba elevar los suministros nacionales.
“Todavía se importan muchos productos que pudieran producirse en el país, comento, con lo cual se encarece esta actividad. De cara al turismo, tenemos que desarrollar aún más la agricultura, las fuentes de energía renovable y las nuevas tecnologías[1]”.
En una reciente reunión de chequeo retomaba el mismo tema.
“.. sin embargo, el apoyo de los organismos en tributar productos y servicios con calidad al turismo no ha avanzado con igual ritmo[2]”.
Los reclamos del Presidente Díaz Canel son muy justos.
En los últimos veintiocho años el turismo internacional en Cuba creció considerablemente. Que ese crecimiento contribuyese al crecimiento de otros sectores, eran ideas implícitas y priorizadas cuando el Gobierno cubano decidió asignar al turismo un papel protagónico para el desarrollo económico.
Varias acciones y políticas impulsaron avances en esa dirección durante los primeros catorce años (1990 – 2004). En los otros catorce años de ese periodo (2005 -2018) más bien ha habido retrocesos.  

Repasemos la historia

La estrategia trazada desde 1988 para el desarrollo intensivo del turismo internacional priorizó dos objetivos principales:
  • Ingresar grandes cantidades de divisas para compensar los bajos precios del azúcar y una reducción de las zafras.
  • Contribuir a impulsar la recuperación de los otros sectores, que transitaban por una gran depresión.
El primer objetivo se cumplió satisfactoriamente, al crecer los ingresos que acumularon 11.8 mil millones de dólares entre 1990 y 2000.
PARTICIPACION DEL TURISMO EN TODOS LOS INGRESOS DE LA BALANZA DE PAGOS %
1990
1997
1998
1999
2000
2001
4.1
32.0
52.8
43.0
41.0
41.0
Fuentes: Banco Nacional de Cuba Informes Económicos de los años 1994,1995,1996 y Banco Central de Cuba Informes Económicos de los años 1997, 1998, 1999, 2000, 2001.
El segundo objetivo requirió un trabajo preciso y firme.

¿Cómo se hizo?

A mediados de la década de los noventa, las empresas constructoras estaban produciendo solo al 40% del nivel alcanzado a finales de los Ochenta. La producción de cemento había disminuido cuatro veces, La industria textil redujo su producción desde 220 millones de metros hasta 44 millones. En el año 1994, se produjo, y con baja calidad, solamente la tercera parte del nivel de cerveza alcanzado cinco años antes, la mitad del agua embotellada, la sexta parte de la pintura, la octava parte de los colchones y la décima parte de las sabanas, 28 veces menos  ropa interior y siete veces menos ropa exterior, cuatro veces menos  calzado, seis veces menos  jabón y tres veces menos detergente.[3] 
La oferta nacional solamente satisfacía el 12% de la demanda requerida por el sector turístico en 1990. Casi todo se importaba para abastecer los hoteles y restaurantes, las cervezas, el agua embotellada, los uniformes, la lencería, las vajillas, todos los materiales de terminación de obras, los muebles, las cortinas…
De una economía totalmente sumergida en la pobreza y escasez, surgió un sector turístico, que operaba sobre la base que todos sus ingresos y pagos (excepto los salarios) se harían en dólares.
Fidel puntualizó  con Osmany Cienfuegos[4]  lo importante que sería que el turismo ayudase a recuperar la tan deprimida economía.
El desarrollo turístico obligó al resto de las ramas de la economía a realizar transformaciones e innovaciones en un acelerado proceso. 
Los productores fueron transformando su estructura de producción.
En el 2004, el 67% de las compras de las empresas turísticas se hicieron a productores nacionales.  
En 1992, el sector del turismo creo FINATUR, entidad financiera que otorgaba créditos en moneda convertible a posibles suministradores de las empresas turísticas, si estas requerían importar insumos, materiales, nuevas tecnologías, energía y otros.
La derrama del sector turístico, por su rápido y voluminoso desarrollo, atrajo el interés extranjero propiciando el fomento y posterior constitución de aproximadamente 80 empresas mixtas en otras ramas de la economía, las cuales se crearon para satisfacer la demanda del turismo. Nacieron, fundamentalmente, en la industria de la construcción, industria alimenticia, cervezas y otras bebidas, aguas minerales y naturales, carnes y embutidos, derivados lácteos, textiles y perfumería, generación eléctrica, transporte, agricultura, telefonía y climatización.
El impacto fue rápido y positivo, basado en muchos cambios tecnológicos y mucha audacia. Por ello Fidel Castro reconoció:
“Qué mercado interno de divisas se ha creado con las producciones para el turismo; hay muchas industrias produciendo para el turismo”. “El turismo nos ha obligado a competir con el extranjero en la producción de artículos de alta calidad.” [5]
FINATUR recuperaba los créditos otorgados cuando se realizaban las ventas de los productos y servicios a las empresas turísticas. Cobraba intereses altos, ello le permitía ampliar sus operaciones.
Al crearse FINATUR se definieron reglas de juego, claras y precisas.
  1. Las exigencias de calidad y diseño por parte de las entidades turísticas reclaman de los suministradores innovar, introducir nuevas tecnologías, y entregar productos competitivos con similares importados. Se demandan nuevos productos de buena calidad, así como nuevos, adecuados y modernos tipos de envases; diferenciar e identificar los productos según clientes, asimilar los cambios con rapidez.
  2. El cumplimiento del suministro en la fecha establecida es sagrado. Si un hotel no recibe la mantequilla o la carne o la cerveza, en la fecha pactada, sus clientes son afectados.  Si ocurre un retraso, incumpliéndose las entregas, el daño ya estará hecho. Debían erradicar los “maratones” para recuperar atrasos.
  3. FINATUR y las empresas turísticas entregaban medios financieros y abrían un mercado para las entidades cubanas, deprimidas y hambrientas de divisas.  Ayudaban, pero su responsabilidad no consistía en subsidiar. Los contratos se debían ajustar a los precios ofertados por la competencia.
Premisa: El turismo ayuda, pero no subsidia. La competencia es muy fuerte. La responsabilidad asignada por el Estado a las entidades turísticas fue, es y será siempre, ingresar cada vez más divisas para el país. Somos iguales, pero no idénticos. Las diferentes empresas turísticas y sus principales instalaciones luchan por su propia identidad.
  1. Aquellas empresas incumplidoras reiteradas de sus compromisos, deben eliminarse de las listas de suministradores.
  2. Para los dirigentes de empresas suministradoras no fue fácil entender y adaptarse a esas reglas del juego. Sus experiencias previas los había malformado durante años, cuando el modus operandi consistía en aceptar productos de baja calidad, incumplimientos, chapucerías, mantenimiento de la rutina sin innovar y recibir subsidios anualmente.
Fueron necesarias inversiones para incrementar las capacidades de los suministradores, pero más importante fue el cambio cualitativo, con la necesaria transformación tecnológica de estas. La transformación implicó nuevas características para las producciones.
  1. Calidad intrínseca y durabilidad
  2. Presencia e imagen
  3. Flexibilidad para diversificar y personalizar al comprador
  4. Entregas en tiempo
  5. Dividir producciones masivas en producciones por pedido

Las transformaciones tecnológicas introducidas se observaban  en una amplia variedad de actividades y en clústeres productivos, tales como:[6]
  1. Casas de cultivos protegidos y semiprotegidos, para abastecer de vegetales todo el año a las instalaciones turísticas.
  2. Modernas técnicas de molinaje de arroz y trigo para lograr los parámetros de calidad exigidos.
  3. Más avanzados sistemas de envases para el café al vacío, las cervezas y refrescos en latas, jugos de frutas, el yogurt envasado en bolsas plásticas, la leche aséptica en tetra pack, agua mineral en botellas PET. Las cervezas, con calidad muy mejorada, abastecían el 95% de la demanda nacional, las aguas embotelladas casi el 100% y los refrescos y jugos igualmente.
  4. Nuevos mataderos y fábricas de productos cárnicos y embutidos.
  5. Tecnologías punteras en producciones de toallas de mayor durabilidad, con procesos fabriles computarizados, capaces de cambiar tamaño, colores y troqueles en cuestión de minutos. Antes se requerían tres semanas para cambiar un troquel, Una sola fábrica moderna de toallas permitió desmantelar varias viejas fábricas.
  6. Elevación de la calidad en la producción de trajes de vestir y uniformes hoteleros, para satisfacer los requerimientos de una amplia gama de clientes, adecuada presencia, larga durabilidad y mantener los mismos diseños y colores para garantizar cada año su reposición parcial.
  7. Creación de centros de diseño de uniformes y mobiliario, capaces de asimilar y trasladar a la producción la diversidad de demandas de las cadenas turísticas nacionales y extranjeras.
  8. Renovación de tecnologías en la producción de la hilaza, el tejido y la confección, para una variada producción de manteles, servilletas, sábanas, fundas, sobrecamas.
  9. Dividir grandes fábricas en pequeñas fábricas de calzado destinado al trabajador turístico, empleando las mejores materias primas y cueros, para producir zapatos de diseño moderno, cómodos y alta durabilidad.
  10.  Modernización y transformación de las fábricas de muebles, introduciendo los nuevos diseños y materiales.
  11.  Desarrollo de la producción de amenittis para los baños de las instalaciones de alojamiento, respetando los estándares que exigían las diferentes marcas hoteleras.
  12.  Fabricación de elevadores y sistemas de climatización.
  13.  Introducción de tecnologías actualizadas de comunicación. El turismo moderno exige disponer de sistemas para el cobro por tarjetas electrónicas, las reservaciones a distancia y la comunicación fácil con los países de origen de los turistas. La presión para hacerle frente a estas demandas exigió el desarrollo de la telefonía digital y celular, el uso de internet y del correo electrónico.
  14.  Aprender a construir pedraplenes conectando los cayos vírgenes, con la Isla grande.
  15.  En las obras y en la industria de materiales de construcción fue necesario un crecimiento acelerado de la base material para acometer en paralelo la ejecución de muchos hoteles, principalmente en las regiones turísticas de Varadero, Cayo Sta. María, Jardines del Rey, Guardalavaca, Pesquero y Cayo Largo del Sur.
  16.  Introducción de nuevos materiales por la industria nacional, entre los más fundamentales se identifican los tubos de alta tecnología para la conductora de agua de Jardines del Rey, extendiéndose después a otras regiones; cerámica de calidad para revestimiento de pisos y paredes de baños; fabricación de encimeras y tabicas de baños, viguetas pretensadas y bovedillas de hormigón para losas de entrepisos y cubiertas.
  17.  Con el fin de cuidar el medio ambiente, en la actividad constructiva se favoreció la utilización de tecnologías limpias y con el uso de soluciones tecnológicas que permitieran la construcción limitada a su perímetro, con el mínimo de afectación a la topografía y vegetación natural existente. Emplear una arquitectura “blanda” subordinada al entorno, según las características ambientales de cada región. 
  18.  Predominó el empleo de estructuraciones dispersas o semi compactas -  evitando las edificaciones monobloques - con expresiones derivadas de la tradición arquitectónica cubana y caribeña, en las cuales incidiera lo colonial y lo vernáculo. Combinar lo tradicional con los niveles de confort y servicios más actuales, así como espacios abiertos y a la vez continuos para recorridos protegidos y sombreados
  19.  Introducir la Dirección Integrada de Proyecto (DIP), mayor precisión y fortalecimiento de las funciones del Proyectista Principal, el Contratista y los encargados de la programación de obras.
  20.  Al principio fue necesario utilizar proyectos hoteleros extranjeros, adecuándolos a las condiciones propias, pero después la gran mayoría de los nuevos hoteles se proyectaron nacionalmente y para ello fue necesario incrementar aceleradamente el empleo de computadoras y de sistemas especializados de software de ingeniería.
  21.  Aprovechar las experiencias de empresas extranjeras, las cuales participaron en la proyección y construcción de algunas inversiones turísticas, tales como los sistemas de Diseño-Construcción, Contratos "Llave en mano" y otros. Al asimilar esas experiencias y métodos organizativos, fue factible reducir los plazos constructivos.
  22. Las empresas de decoración debieron introducir nuevos métodos de trabajo y aprender a utilizar materiales desconocidas para ellas.
Cada mes se reunían los productores nacionales con las entidades del turismo para examinar la marcha de las producciones y profundizar en que nuevos productos pueden incorporarse hacia el futuro[7].
La actividad turística se convirtió en una importante fuente ocupacional:
  • La mitad de sus trabajadores tenían menos de 35 años de edad.
  • 41 % eran mujeres (antes de 1990 era menos del 35%).
  • El 72% del colectivo laboral poseía más de 12 años de enseñanza.
En catorce años el empleo directo en la actividad turística se duplicó, mientras que las capacidades hoteleras casi se triplicaron y los ingresos se multiplicaron por diez, las ventas por trabajador se incrementaron cinco veces, elevando la productividad. Si el empleo directo en el turismo se duplico, el empleo indirecto se cuadruplico en las ramas de apoyo y suministradoras. 
El sector no estatal, que brinda diferentes servicios al turismo, creció a un acelerado ritmo.
Al agregar estos estimados, arroja que se triplicó el empleo directo e indirecto vinculado al turismo, alcanzando la cifra de 335 mil personas.
El segundo objetivo priorizado con el desarrollo del turismo -movilizar y despertar el resto de la economía - se había logrado.

Pero el entorno cambio. Se retrocedió

Al iniciarse la primera década del nuevo siglo XXI, amainó el crecimiento del turismo. A nivel mundial, y por primera vez desde 1950, las llegadas turísticas cayeron en un bache entre 2000 y 2003.
En las islas del Caribe el número de visitantes, en la primera mitad de esa década escasamente se elevó un 10%, una tasa anual del 1.9%.
En Cuba el ritmo de crecimiento de los arribos entre 1990 y 2000 había sido del 19% anual. Descendió al 3% entre 2000 y 2010, con decrecimientos en los años 2002 y 2007.  
Los ingresos vinculados al turismo mostraron en la década 2000 - 2010 una modesta tasa de crecimiento del 1.3% anual, comparando negativamente con la tasa anual del 23% por año, en el decenio anterior.
Decisiones administrativas a nivel gubernamental, entre 2003 y 2007, provocaron un debilitamiento en las interrelaciones de suministro de otras ramas con el sector del turismo. El nivel de abastecimiento nacional se redujo.
Durante los años 90 se habían introducido cambios en la conducción economía, descentralizando el manejo de divisas.
A inicios del 2005 terminó la relativa autonomía ganada por algunas corporaciones. Nuevamente se volvió a una centralización del manejo de las divisas. El Banco Central de Cuba debía recibir todos los aportes en divisas (ganancias, impuestos, etc.) a través de la Cuenta Única en Divisas del Estado. Los planes aprobados para importaciones, debían ser ratificados periódicamente por partes, por funcionarios del Banco Central, poco conocedores en la práctica del funcionamiento de la economía. Ellos eran los encargados de examinar las solicitudes de compras. Como para cada acción podían estar interrelacionados varios organismos y empresas, se tornó muy difícil coordinar las producciones.
Por suerte este mecanismo de la Cuenta Única en el Banco Central duró pocos años, desde que fue emitida la Resolución 92/del 29 de diciembre del 2004, pero hizo daño. La planificación dejo de tener el poco valor que ya le restaba, pues después de aprobado el plan era revisado varias veces en el año por funcionarios bancarios. A las conciliaciones y peticiones con el Banco Central, los principales cuadros debían dedicarle un buen tiempo.
El Sistema Bancario Nacional, después de la nacionalización de 1960, se integraba completamente en el Banco Nacional de Cuba, con funciones tanto de banca central y banca comercial.  
Al pasar los años, se hizo  más evidente la necesidad de una reorganización bancaria, la cual se efectuó  entre 1984 y 1996, separándose las funciones en un Banco Central  y 8 bancos comerciales especializados. [8]
En 1997 las entidades bancarias comenzaron a otorgar créditos en moneda convertible a los productores cubanos. Ese año facilitaron divisas a los diferentes sectores por 712,7 millones de dólares[9]. En los años siguientes estos préstamos en dólares crecieron velozmente.
En resumen, se entregaron prestamos en esa moneda en esos cinco años por 7 348.7 millones de EUA.
Préstamos en Moneda Convertible a la Economía Interna por el Sistema bancario financiero  (millones dolares EUA)
1997
1998
1999
2000
2001
Total 5 años
712.7
1005.4[10].
1522.7[11].
2081..6[12]
2026.7[13]
7348.7

Estos valiosos informes, dejaron de publicarse, a partir del 2001.
Las empresas y organismos receptoras de estos préstamos bancarios los utilizaron para sustituir a los que recibían de FINATUR, pero dejaron de honrar sus deudas con la organización financiera del turismo que los había apoyado. Como consecuencia FINATUR quebró. Lo que de ella quedó salió del MINTUR y se trasladó a una agencia bancaria.
Dejaron de realizarse las reuniones de revisión y coordinación entre productores y empresas del turismo.
Una parte de los avances logrados en promover la recuperación de los otros sectores de la economía, se perdió después del 2005.
Por esos años se desató una gran crisis en la aviación mundial, por la rápida elevación de los precios del jet fuel. Comenzaban las señales de la crisis financiera que se avecinaba y explotaría en el año 2008.
En medio de una crisis de poco crecimiento turístico y la crisis mundial de la aviación, la Dirección del Gobierno cubano decidió liberar al turismo de la responsabilidad de promover el crecimiento de los otros sectores de la economía que lo abastecían. Resultaba realmente imposible cumplir dicha función. Las nuevas instrucciones del Gobierno al Sector del Turismo fueron muy precisas:
No sacrificar calidad en las ofertas y los servicios a los turistas y de ser necesario proceder a importar para no esperar por los atrasos en los suministros nacionales o con peligro de incumplimientos.
Se abrieron nuevos mercados donde adquirir importaciones a buenos precios.   
El mercado chino se abrió ampliamente a partir del 2005. Se recibieron amplios créditos para sus exportaciones. En el año 2008 las importaciones cubanas desde China, fueron dos veces y media mayor que en 2005. 
El Sector del Turismo decidió comprar en China todos los uniformes y el calzado para sus trabajadores. Una parte mayoritaria de la lencería hotelera y de restaurantes también se compraría en China.
En materia de alimentos se abrió el mercado americano, el cual sustituyó la producción nacional de carne de ave para el turismo y parte de la carne de cerdo.
Como las nuevas instalaciones turísticas principalmente se construyen por Gaviota – Almest, se desconoce en qué medida se elevó la importación de mobiliario y elementos de decoración.
La cobertura de la producción nacional de la demanda de cervezas, refrescos, helados, lácteos, y otros alimentos se redujo. Muchas de las empresas nacionales que abastecían al turismo cayeron en un estado de laxitud y falta de mantenimiento.  
Las tiendas en los hoteles y las que venden en divisas comenzaron a importar cervezas, refrescos, yogurt, leche enlatada, quesos, lácteos, galletas, chocolates, golosinas, confecciones, muebles sanitarios, todos importados y con altos precios.
Con la información estadística y contable accesible no es factible precisar en cuánto se ha reducido el 67% del componente nacional en los costos del turismo.
El presidente Díaz Canel clama, con toda la razón, elevar el papel abastecedor por parte de la producción nacional hacia el turismo. Es la misma idea que Fidel transmitió a Osmany en 1990. 
Para lograrlo habrá que organizar sistemas y mecanismos que apoyen ese propósito, como se hizo entonces. No serán suficientes reclamos y lineamientos.  
También habrá que revisar algunas políticas de ciertas entidades.
Por ejemplo:
¿Termina el monopolio sobre la importaciones?
La cadena hotelera española Iberostar Hotels&Resorts ha recibido el permiso de las autoridades cubanas para constituir, junto a la empresa cubana AT Comercial, la sociedad Logística Hotelera del Caribe (LHC), que será la primera importadora de Cuba con participación extranjera, informó hoy Iberostar.

LHC será una empresa mixta, participada en un 70 % por Iberostar, que se establecerá en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, al norte de la isla.
La sociedad prestará servicios logísticos, incluida la importación, comercialización mayorista y distribución de mercancías, así como la exportación de éstas a los principales destinos turísticos próximos a Cuba.
Para Miguel Fluxà, presidente ejecutivo del Grupo Iberostar, “esta concesión para importar es una gran responsabilidad” y un “reto” que la empresa afronta “con entusiasmo”.
“La experiencia con la gestión hotelera ha sido altamente positiva y ahora, con este proyecto, esperamos poder seguir creciendo allí y apoyar a la industria turística local”, ha añadido, según recoge el comunicado de la cadena hotelera.
Las palabras del presidente de Iberostar claramente expresan que esta empresa mixta es eminentemente para importar con destino al sector del turismo cubano. No se crea para sustituir importaciones.
Como este hay otros casos que revisar y eliminar.
Una empresa similar a LHC difícilmente se aprobase en los noventa.
Cada momento tiene sus soluciones y necesarias instituciones. No se trata de resucitar a FINATUR. Pero hay que innovar y crear organizaciones y mecanismos para lograr un mayor impacto de la derrama turística en levantar la producción en el resto de los sectores.
  Citas
[1] Miguel Díaz Canel en periódico Granma del 2 de julio del 2018.
[2] Miguel Díaz Canel en periódico Granma del 15 de octubre del 2018
[3] Miguel Alejandro Figueras: “El Turismo Nacional y la Formación de clústeres productivos en la Economía Nacional”; en Reflexiones sobre Economía Cubana, compilado por Omar Everleny Pérez, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 2006.
[4] Osmany no era aún Ministro del sector. Prácticamente delegó sus funciones al Segundo Secretario del Comité Ejecutivo, y se consagró a  ayudar a  Fidel en la magna obra de desarrollar el turismo. El ministerio de Turismo se creó en 1994 y Osmany fue designado como Ministro.
[5] Fidel Castro: Discurso por el Día de la Ciencia, enero 15 1997
[6] En 2006 publiqué el artículo citado en la anterior nota de referencia #3 sobre el Turismo y los Clusters en la Economía Cubana. Tuve el privilegio de entrevistar y recibir la colaboración del Ing. Jesús Pérez Otón, exministro de la Industria Ligera quien preparó cinco detalladas cuartillas con notas sobre las acciones precisas que se debieron tomar en el organismo que dirigía durante los noventa. Igualmente, entrevisté y me entregaron sus notas descriptivas el Lic. Guillermo Cayado, asesor de la Ministra de la Agricultura, Ing. Richard González asesor del Ministro de la Industria Alimenticia, el Arquitecto Jorge Maciques, Director de la Unidad Técnica de Inversiones del Turismo, el Ing.  Ramón Pomes Asesor de la Delegación Occidente del MINTUR.
[7] Miguel Alejandro Figueras, El Turismo Internacional y la Formación de Clústeres Productivos en la Economía de Cuba, ob. cit.
[8] Ver Informe Económico 1995 del Banco Nacional de Cuba, la Habana, mayo 1996.
[9] Ver Informe Económico 1997 del Banco Central de Cuba, La Habana, mayo 1998.
[10] Ver Informe Económico 1998 del Banco Central de Cuba, La Habana, abril 1999.
[11] Ver Informe Económico 1999 del Banco Central de Cuba, La Habana, abril 2000.
[12] Ver Informe Económico 2000 del Banco Central de Cuba, La Habana, mayo 2001.
[13] Ver Informe Económico 2001 del Banco Central de Cuba, La Habana, mayo 2002

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