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martes, 5 de febrero de 2019

Crecimiento económico cubano en 2019: ¿una inversión poco efectiva?


Por Pedro Monreal
5 de febrero de 2019

Los economistas le conceden gran importancia a la función de la inversión como factor dinamizador del crecimiento en el corto plazo y como ingrediente crucial para la transformación estructural a mediano y largo plazo.

En Cuba se ha planificado un “salto” del 20% en la inversión en 2019, el mayor incremento anual en los últimos veinte años, pero se espera un crecimiento anual mínimo del Producto Interno Bruto (PIB), estimado en apenas 1,5%. (1)

Sería la primera vez, en las últimas dos décadas, en la que un “salto” de la inversión no estaría asociado a un incremento del PIB superior al 4%. (2)

Las dos únicas veces desde el año 2008 en las que la inversión se incrementó en más del 18% (21.9% en 2008 y 18,3% en 2015) el PIB creció por encima del 4% anual, pero ahora se ha asumido oficialmente que ese tipo de correlación no va a funcionar en 2019.

Se ha afirmado que crecer al 1,5% es un dato positivo, pero respetuosamente discrepo de esa opinión.

Por lo menos no es un dato positivo si no es posible complementarlo con información adicional que pudiese indicar que en un plazo de 2 o 3 años el país comenzaría a crecer –cuando menos- al 4%, con la expectativa de que pudiera seguir avanzando hacia crecimientos anuales estables entre 5 y 7% anuales. Sin embargo, en caso de que existiese, ese tipo de información adicional no ha sido divulgada públicamente.

La inevitable pregunta que pudiera hacer un analista –basado en la estadística de las últimas dos décadas- es ¿por qué los “saltos” de inversión parecerían haber perdido actualmente su efectividad en Cuba?

Revisando las variables macroeconómicas: anclajes y tirones

Desde una perspectiva macroeconómica existen tres variables importantes para “explicar” el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB): consumo final, inversión y exportaciones netas. (3)

La variable macroeconómica más grande entre esas tres -el consumo final- es mucho mayor que la inversión y las exportaciones netas, pues en Cuba el consumo final representa casi el 82% del PIB. Incluye tanto el consumo del gobierno como el consumo de los hogares y su impacto en la tasa de crecimiento es considerable debido a ese alto peso relativo.




Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 5.3 - Oferta y Demanda Global - A precios constantes de 1997 http://www.one.cu/aec2017/05%20Cuentas%20Nacionales.pdf

Sin embargo, el crecimiento anual del consumo final no ha registrado fluctuaciones notables durante el período 2012- 2017. Además, su crecimiento anual nunca llegó a superar el 5,1%. No ocurrió así con las variables inversión y exportaciones netas, ambas propensas a experimentar oscilaciones anuales que en algunos momentos han sido significativas.

La representación gráfica de las trayectorias recientes de las principales variables macroeconómicas –utilizando índices- revela claramente lo siguiente:

-          La dinámica del PIB y la del consumo de los hogares fueron muy parecidas. Es una asociación de “anclaje” razonable pues el consumo de hogares representa casi el 60% del PIB.

-          El consumo del gobierno mostró una trayectoria “plana” durante la mayor parte del periodo.

-          La inversión fue la única variable macroeconómica importante que registró de manera sostenida un mayor dinamismo que el PIB, algo que indica su eventual función en “tirar hacia arriba” el crecimiento económico.

-          El índice de las exportaciones netas fue el único que registró una trayectoria decreciente, lo que indica su eventual impacto en “tirar hacia abajo” el PIB.



Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 5.3 - Oferta y Demanda Global - A precios constantes de 1997 http://www.one.cu/aec2017/05%20Cuentas%20Nacionales.pdf Nota: Para este trabajo se convirtieron las cifras de los cinco indicadores en índices, tomando como base 100 el valor de 2012.

La inversión como posible factor compensador: la experiencia de 2015

El incremento de la inversión fue decisivo para que 2015 fuese el único año “bueno” de crecimiento económico en Cuba desde 2012, con una tasa de 4,4%.

Fue un año “bueno” a pesar de que se produjo una considerable contracción de las exportaciones netas, gracias a que las otras dos grandes variables macroeconómicas –consumo e inversión-crecieron de manera extraordinaria: el consumo final tuvo ese año una expansión inusualmente elevada de 5,1%, mientras que la inversión dio un “salto” de 18,3%.


Cuba: Tasas de crecimiento de las principales variables macroeconómicas 2012- 2017

2012
2013
2014
2015
2016
2017
PIB
3,0
2,7
1,0
4,4
0,5
1,8
Inversión
7,2
4,0
-4,9
18,3
7,5
1,3
Consumo final
1,9
3,7
2,8
5,1
2,9
1,6
Exportaciones netas
6,46
-7,70
-6,14
-26,95
-55,71
12,78
Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 5.3 - Oferta y Demanda Global - A precios constantes de 1997 http://www.one.cu/aec2017/05%20Cuentas%20Nacionales.pdf

De hecho, desde 2015 hasta 2018 el crecimiento del PIB ha sido mínimo, sin llegar a superar el nivel de 1,8%.

En los años posteriores a 2015 para los que se dispone de información estadística completa -2016 y 2017- el consumo y la inversión registraron incrementos modestos (con pocas excepciones), mientras que predominaron los años de contracciones en las exportaciones netas, a pesar de haberse producido reducciones en las importaciones, las cuales tienden a frenar las disminuciones de las exportaciones netas, con una caída muy notable de las importaciones en 2016.


Cuba: Tasas de crecimiento de las macroeconómicas de comercio exterior 2012- 2017

2012
2013
2014
2015
2016
2017
Exportaciones netas
6,46
-7,70
-6,14
-26,95
-55,71
12,78
Exportaciones
0,4
1,7
-2,8
-0,1
-19,7
0,0
Importaciones
-2,1
6,1
-1,5
10,1
-10,6
-1,6


Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 5.3 - Oferta y Demanda Global - A precios constantes de 1997 http://www.one.cu/aec2017/05%20Cuentas%20Nacionales.pdf

Parece disponerse entonces de un caso concreto (el año 2015) en el que un crecimiento elevado de la inversión fue efectivo para compensar un “desplome” de las exportaciones netas (-26,95%), hasta el punto de no haberse limitado simplemente a favorecer el crecimiento económico, sino que ese “salto” de inversión estuvo asociado entonces con la mayor tasa de incremento del PIB de años recientes.  

La nota de cautela que es necesario introducir aquí es que simultáneamente al “salto” de la inversión también se produjo ese año un incremento inusitado del consumo final.

La reseña anterior es pertinente porque lo sucedido con el crecimiento en 2015 pudiera ser interesante para evaluar las posibilidades de crecimiento de la economía cubana en 2019.

Vale aclarar que los patrones de crecimiento del pasado no determinan necesariamente las trayectorias de crecimiento del futuro, pero conviene conocer lo que ha ocurrido antes, sobre todo si se ha manifestado en forma de tendencias.

La inversión como posible factor compensador: las reducidas expectativas para 2019

Al igual que ocurrió en el año 2015, se conoce que se ha planificado para 2019 un “salto” en la inversión, en este caso del 20%.

No obstante, parecen existir tres contrastes entre ambos momentos:

-          A diferencia de 2015, cuando la economía creció en 4,4%, el crecimiento planificado de 1,5% para el PIB en 2019 es mucho más bajo.

-          No es posible identificar, por ahora, un estimado oficial del consumo final, pero no parecen existir razones para pensar que 2019 pudiese ser un año de un alto incremento del consumo.

-          Se ha planificado un incremento de 2% en las exportaciones y una reducción de 11,2% de las importaciones, de lo cual pudiera inferirse que se ha proyectado un incremento en las exportaciones netas. Sin embargo, los datos oficiales que se han divulgado hasta el momento no permiten conocer con precisión la cifra del incremento planificado de las exportaciones netas. El actual incremento planificado de las exportaciones netas es una diferencia importante respecto a 2015, cuando ese indicador decreció significativamente, casi en 27%.
Asumiendo que el incremento del consumo final –que representa aproximadamente el 82% del PIB- mantendría en 2019 la trayectoria relativamente “plana” que lo ha caracterizado en años recientes, entonces las variaciones que pudieran ocurrir en las otras dos variantes menos estables (inversión y exportaciones netas) serían cruciales para las posibles desviaciones –hacia “arriba” o hacia “abajo”- que pudiera tener la tasa de crecimiento del PIB respecto a la tasa de incremento del consumo final.

El dato adicional que necesita ser considerado es que, en años recientes, las exportaciones netas han ido perdiendo peso relativo en el PIB mientras que la inversión ha incrementado ligeramente su participación en el PIB. 




Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 5.3 - Oferta y Demanda Global - A precios constantes de 1997 http://www.one.cu/aec2017/05%20Cuentas%20Nacionales.pdf

De esa manera, los tres principales supuestos que pudieran adoptarse respeto a la posible trayectoria en 2019 de las principales variables macroeconómicas que componen el PIB serían los siguientes:

-          Crecimiento muy moderado del consumo final (el componente mayor del PIB)
-          “Salto” del 20% en las inversiones (el segundo mayor componente del PIB)

-          Incremento no precisado de las exportaciones netas (componente con un peso relativo mínimo en el PIB)

En un marco en el que no se cuenta con datos suficientes, una posible inferencia de los supuestos anteriormente mencionados y de las cifras oficiales disponibles pudiera ser la siguiente:

-          Se estima que las tres principales variables (consumo, inversión y exportaciones netas) registrarían incrementos, pero que eso no conducirá a un crecimiento anual del PIB de 4% o superior, a pesar de que se habría contado con un “salto” de inversión. Es plausible concluir entonces que la inversión habría perdido en 2019 poder de “tracción” en la economía cubana. Sería la primera vez en dos décadas que un “salto” de inversión se asociaría con un crecimiento económico minúsculo. 

-          Si no es el decrecimiento de las otras dos variables (consumo y las exportaciones netas) lo que pudiera explicar la ineficacia de un “salto” de la inversión respecto al crecimiento del PIB, entonces habría que hacer un análisis más “fino” de las tres variables macroeconómicas.  En ese sentido, dos puntos importantes pudieran ser: la contracción de las importaciones y la distribución sectorial de la inversión.

-          Cualquier empeoramiento impredecible, aunque no improbable, de los estimados que pudieran haberse hecho del consumo y de las exportaciones netas –aun asumiendo que se produjera un “salto” de la inversión- pudiera elevar considerablemente el riesgo de terminar 2019 con un crecimiento del PIB menor al 1,5%, o inclusive que se produjese una contracción del PIB (una crisis de crecimiento).

Algunas posibles preguntas para los planificadores

Las inferencias anteriores están referidas a un marco de relativa escasez de datos, pero ese no debe ser un problema para los planificadores, de manera que quizás estos pudieran contribuir a enriquecer el análisis del tema.

Conviene entonces llamar la atención sobre ciertos aspectos que pudieran tener implicaciones para el diseño y conducción de la política económica actual en Cuba y que, por esa vía, pudieran tener un impacto sobre la situación política de la nación:

 Preguntas sobre la inversión:
-          ¿Pudiera otra distribución sectorial de la inversión acelerar el crecimiento económico en Cuba?
-          ¿Qué efecto pudiera tener en la tasa de crecimiento del PIB la reducción simultánea del peso desproporcionado que hoy tiene la inversión inmobiliaria y la redistribución de esos montos de inversión en otros sectores? (sin que necesariamente aumente el monto absoluto de la inversión).

Preguntas sobre el consumo:
-          ¿Pudiera ser viable un modelo de crecimiento económico sostenible en Cuba que no fuese capaz de asegurar incrementos anuales del consumo de hogares del 5 al 7%?
-          ¿Cuál pudiera ser el mecanismo más efectivo para alcanzar en el corto plazo (2019- 2020) un incremento del consumo de hogares: el crecimiento de los salarios nominales o la reducción del precio de los alimentos nacionales?

Preguntas sobre el sector externo:
-          ¿Pudiera ser la reducción planificada de 11,2% de las importaciones el principal “lastre” del crecimiento en 2019?
-          ¿Fue esa cifra el resultado de la selección de una variante óptima?
-          ¿Pudieran haber conducido otras variantes de gestión macroeconómica a una reducción más moderada de las importaciones?

Notas

1 Ver “Si hacemos bien las cosas podremos garantizar una dinámica superior de crecimiento en los próximos años” (Fragmentos de la versión taquigráfica del informe presentado a la Asamblea Nacional por Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación). Granma, 22 de diciembre de 2018. http://www.granma.cu/cuba/2018-12-22/si-hacemos-bien-las-cosas-podremos-garantizar-una-dinamica-superior-de-crecimiento-en-los-proximos-anos-22-12-2018-01-12-52
2 Inversión medida por el indicador “formación bruta de capital”. La última vez que ese indicador tuvo un “salto” anual superior al 20% fue en 2008. Estuvo asociado a un crecimiento de 4,1% del PIB. Ver ONOEI. Anuario Estadístico de Cuba 2013 http://www.one.cu/aec2013/esp/20080618_tabla_cuadro.htm
3 Las exportaciones netas de un país son la diferencia entre las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios.


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