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jueves, 21 de febrero de 2019

TERRORISMO Y TERROR


En el año 2011, tuve la oportunidad de redactar un documento que titulé: “Las sorprendentes intimidades sobre el  TERRORISMO, que comenzaba con la siguiente exposición:

“Bajo el efecto de la conmoción ocasionada en el mundo por la injustificada y brutal noticia del atentando TERRORISTA del que  fue víctima  el pueblo estadounidense, el 11 de septiembre de 2001, el gobierno de los Estados Unidos decidió responder con acciones de venganza y de guerra, invocando el derecho a la legítima defensa, lo que promovió y está promoviendo aún, guerras infinitas causantes de miles de muertes, desvalidos y heridos, y desastres civiles incalculables”.

“Tomando en cuenta este triste pretexto, la élite de poder militarista de ese país, fabricó la ficción de la “GUERRA CONTRA EL TERRORISMO”, que 10 años después de los atentados a las Torres Gemelas, continua vigente y sigue siendo la excusa para nuevas aventuras bélicas del imperio, ahora con el respaldo de los países de la Unión Europea”.

Han transcurrido casi dos décadas de ese terrible e injustificado hecho, y analizándolo con más detenimiento, y sin que nos invada a todos la legítima conmoción que siempre brotaría de nuestra recóndita esencia humanística, pienso que es imperioso profundizar fundamentalmente sobre la significación contenida en los muy manidos vocablos que comenzaron a prevalecer con intensidad, algunas veces premeditadamente, a partir del año 2001, aunque los mismos siempre han sido parte propia de la historia de la humanidad.

¿Cuál es la definición de la palabra TERRORISMO?

Una bien simple es: “Sucesión de ACTOS VIOLENTOS  ejecutados para infundir               TERROR”, que aparece en cualquier diccionario.

Alguien dijo una vez: “Hay dos formas de TERRORISMO, la que provoca la impotencia de los débiles y la que se origina por la violencia desmedida de los poderosos”.

Muy bien.  Pero y qué decir de lo que es en sí EL TERROR; pues muchas veces, en los análisis que los ilustrados y lo que no son tan doctos, sino interesados más bien en ilegalizar acciones arbitrarias y abusivas de los estados, ocultan la secuela de este término y se dedican solamente a magnificar, porque les conviene, la manoseada palabra TERRORISMO, que siempre o muchas veces lo califican como el flagelo inherente a fuerzas radicales fundamentalistas sobre todo de países que profesan la religión islámica.

EL TERROR ha podido ser definido sin demasiadas dificultades, como un instrumento de dominio basado en el empleo de la intimidación o de una amenaza mortal que produce estremecimiento en las víctimas reales o potenciales.

Y ES AQUÍ DONDE QUIERO CONCENTRAR MIS IDEAS.

Todos conocemos, censuramos abiertamente y consideramos actos abominables, las consecuencias horrorosas de los ACTOS TERRORISTAS VIOLENTOS, y lo que han causado en los últimos tiempos; pero también como se ha combatido erróneamente, y en ocasiones como algunas mentes poderosas lo han apoyado para conseguir sus anormales y despreciables prerrogativas.

Sin embargo, en la vida diaria de nuestro complejo mundo, EL TERROR es algo consustancial del SISTEMA; se aplica diariamente, a veces lo llaman “limpio”, y en definitiva es más mortal, más asesino, más inhumano, más solapado e hipócrita.

Además, los medios de comunicación no le prestan tanto o ninguna atención como al TERRORISMO VIOLENTO, que su impacto psicológico se ha multiplicado y la fascinación que ese TERRORISMO VIOLENTO ejerce sobre los medios, al publicar las matanzas, los heridos, los muertos, la sangre, los destrozos, las calamidades, etc.

Permítanme ejemplificar unos pocos ejemplos de cómo EL TERROR ha causado los más indescriptibles sufrimientos físicos, morales, psíquicos y también materiales:

·         ¿No es TERRORISMO la incertidumbre que causaría en una población EL TERROR al conocer y percibir diariamente por todos los medios de información, que una nación poderosa constantemente y por años la amenace con agredirlo o invadirlo, debido a que no le agrada su forma de gobierno o sus propias ideas?

·         ¿No es TERRORISMO la inseguridad que causaría en una población EL TERROR al conocer que existe una poderosa nación que ALBERGUE TERRORISTAS dispuestos a cometer ACTOS TERRORISTAS en su país, sin tomar medidas que lo impidan por considerarlos TERRORISTAS BUENOS?

·         ¿No es TERRORISMO sumir a una pequeña y pobre nación y a su población en EL TERROR que sientan diariamente al intuir las consecuencias de padecer un injusto y criminal bloqueo por más de medio siglo, implantado con saña por el más poderoso imperio que ha existido, causante de enormes privaciones que provocan malestar, desencanto, desesperanzas, escases y hambre.?

·         ¿No es TERRORISMO el TERROR que causaría en una población conocer, porque así lo amenazaran frecuentemente, que puedan esperar OLAS DE TERRIBLES BOMBARDEOS contra sus ciudades civiles, argumentando las falsedades de que su país posee armas de destrucción masiva, de  la más poderosa nación del mundo, teniendo en cuenta que acostumbran hacerlo sin contar con nadie?

·         ¿Cómo pudieran calificarse los infinitos ACTOS DE TERROR infligidos indiscriminadamente a una población de un país del Asia, que estuvo sufriéndolos diariamente y por años, en el que murieron cerca de 3 millones de sus ciudadanos y la destrucción completa de sus aldeas y ciudades, cometidos por las tropas de la más poderosa nación del mundo,  sino de un ACTO TERRORISTA de los más crueles e inhumanos que se hayan cometido?

Pudiera seguir enumerando incalculables hechos que no han tenido nada que ver con ACTOS TERRORISTAS VIOLENTOS, pero que causan mucho más TERROR en las poblaciones indefensas que lamentablemente casi nunca disponen de la capacidad necesaria para contrarrestar esos diabólicos métodos.

Seguramente la humanidad seguirá sufriendo los embates de esos actos que se producen con una naturalidad espantosa, y sin que la organización que los pueblos aprobaron en el siglo pasado para impedirlos y contenerlos se dé por enterada.

Por eso salen a la palestra personajes como los que actualmente están “dirigiendo” al más peligroso enclave que la humanidad haya conocido, que seguramente causarán graves e incalculables daños a nuestro convulso y agitado mundo.

No quisiera terminar sin exponer las declaraciones del historiador y senador estadounidense Albert J. Beveridge, de finales del siglo XIX, y que siguen sorpresivamente vigentes en la actualidad:

·         “No renunciaremos a cumplir la parte que nos corresponde dentro de la misión que toca a nuestra raza: ser garante de los planes divinos de civilización mundial. Seguiremos adelante con esta tarea no quejándonos como esclavos por tener que llevar tan pesada carga, sino expresando gratitud al Todopoderosos por la misión encomendada, y por habernos elegido como pueblo, encargándonos de GUIAR LA REGENERACION DEL MUNDO”.

La Habana, 20 de febrero de 2019. “Año 61 de la Revolución”

Julio Sergio Alcorta Fernández.

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