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lunes, 25 de marzo de 2019

Balance preliminar de la economía cubana en 2018 y algunas perspectivas para el 2019 (Final)





Imagen tomada de www.radiorebelde.cu


El año 2019 fue definido en la Asamblea Nacional del pasado mes de diciembre como uno de ordenamiento y ajuste, para el que se ha elaborado un plan realista y cumplible.
En estas definiciones se ha tomado en cuenta –en primer lugar- la coyuntura económica internacional, donde se observa que la economía mundial debe crecer 3,5%, cifra inferior al estimado del 2018, que fue de 3,7%. Adicionalmente, todos los países capitalistas desarrollados –excepto Japón-, así como las economías emergentes y en desarrollo presentan cifras de crecimiento inferiores a las del pasado año.
Igualmente se pronostica que los precios del petróleo desciendan un 14,1% y los de otras materias primas un 2,7%. En síntesis, todo indica que este año la economía mundial enfrentará una situación más compleja aún que la que estuvo presente en el 2018.
En tal sentido y como se ha explicado anteriormente, esta situación también incidirá en el desempeño económico de nuestro país, a lo que se añade el previsible incremento del impacto negativo del bloqueo de EEUU, tomando en cuenta las nuevas medidas adoptadas por el gobierno de Donald Trump ya en los primeros meses de este año, incluyendo la aplicación del Título III de la Ley Helms Burton.
Las líneas principales de trabajo para el 2019 se han resumido en los siguientes seis puntos, dados a conocer también al cierre del pasado año.
1.- Incrementar y diversificar las exportaciones de bienes y servicios.
2.- Elevar la eficiencia de las inversiones y la participación de la inversión extranjera directa.
3.- Analizar integralmente la ejecución de las importaciones y los créditos externos.
4.- Incrementar en lo posible la sustitución de importaciones.
5.- Potenciar la gestión de cuentas por cobrar en el exterior.
6.- Mejorar la gestión de los inventarios.


Diseño: Edilberto Carmona/ Cubadebate.
En cuanto a estas líneas fundamentales de trabajo, se prevé que las exportaciones de bienes crezcan un 6%, mientras que los ingresos turísticos deben crecer un 17,6%; las inversiones totales se planifica que aumenten un 20,1% (11 300 MMP), en tanto que la inversión extranjera directa se estima sea el 6,2% de ese total (700 MMP), aunque algunos estimados extranjeros calculan una cifra superior; las importaciones serán un 11,2% menores que lo planificado para el 2018 y se ha orientado no crecer en el endeudamiento externo del país, lo que representa pagar los créditos atrasados y no contratar nuevos créditos que resulten impagables después; se planifica un total de 160 millones de pesos en sustitución de importaciones y reducir los inventarios ociosos un 2%, lo que puede inyectar 400 millones de pesos a la producción nacional.
Estos incrementos estratégicos deben lograrse partiendo de cuatro encadenamientos básicos con la IED referidos al crecimiento de la producción; al turismo; las exportaciones y con el sector no estatal, que se ha estimado aporta alrededor del 20% del PIB, aunque en sectores de baja productividad, pero que ya absorbe el 31% de la ocupación.
De tal modo, un plan que contemplara objetivamente la coyuntura restrictiva del presente año se propuso un crecimiento del PIB de solo 1,5% y también tasas modestas de incremento en el resto de los indicadores que se han dado a conocer públicamente o se han estimado, tal y como se aprecia en la siguiente tabla:

Notas: * Estimados del Economist Intelligence Unit “Country Report Cuba” February 2019 en www.eiu.com Fuentes: Idem a tabla Nº 1.
En los datos que se reflejan en la tabla anterior, se aprecia como los mayores esfuerzos se concentran en el crecimiento del 20,5% en las inversiones, con un estimado del 9% de incremento en la inversión extranjera directa neta, que supera ligeramente los mil millones de dólares; la recuperación de la producción agrícola luego del decrecimiento registrado el pasado año; el aumento de la producción de azúcar, que se sitúa a niveles similares al 2017; y la expansión del turismo con unos 368 mil visitantes más este año y una cifra superior en los ingresos brutos.
Un elemento clave que no debe pasarse por alto en la proyección del 2019 es la necesidad de asegurar los recursos en divisas indispensables para garantizar los niveles de actividad previstos.
Para ello se ha diseñado un proceso de ajuste macroeconómico que supone:
–Incrementar las exportaciones un 6% buscando la mayor diversificación posible en bienes y servicios, así como en mercados.
–Reducir las importaciones directas de bienes en un estimado que se calcula en torno al 7%, en tanto que se lleva a cabo la sustitución de importaciones por una valor de 160 millones de dólares.
–La gestión del comercio exterior el presente año debe incrementar el saldo positivo de la balanza comercial discretamente.
–Reducir los inventarios ociosos un 2%, lo que potencialmente representa 400 millones de dólares para apoyar la producción de bienes y servicios.
–Reducir el déficit presupuestario de un 9% en relación al PIB en el 2018, a 6,1% este año, lo que representa una disminución de 3 060 millones de pesos, sin afectar los servicios sociales básicos de salud pública, educación, seguridad y asistencia social. Adicionalmente se prevé financiar la construcción de 32 000 viviendas, para un crecimiento del 9,5% en relación al 2018.
–Finalmente se estima que este año se reducirá un 2,8% el servicio de la deuda externa y un 1,5% el monto de la deuda total, según cálculos del EIU.

V
A pesar de que el plan diseñado para el presente año resulta objetivo y razonable, con posibilidades de cumplirlo en medio de todas las dificultades, se requiere adoptar nuevas medidas que permitan avanzar en la solución urgente de los problemas más acuciantes que enfrenta el país, en particular, lo referido a la falta de liquidez en moneda convertible.

Para alcanzar ese objetivo, se pueden implementar un conjunto de medidas a corto plazo que se resumen de la forma siguiente:
  • Resulta indispensable renegociar la deuda de corto plazo en USD –que se estimaba en 1 500 millones al cierre del 2018, tanto de adeudos comerciales como de dividendos retenidos- hasta normalizar los pagos a 360 días mediante operaciones que permitan su conversión en CUC -a tasas de cambio más favorables que la tasa oficial vigente- para inversiones, pago de la fuerza de trabajo u otras obligaciones en el país.
  • Pasar gradualmente a un proceso de titularización de la deuda en moneda convertible, mediante la emisión de bonos y la creación de un mercado financiero, de manera que la misma se pueda descontar en el mismo, brindando más opciones a los acreedores. Existen experiencias de titularización de la deuda llevadas a cabo por el Banco Central de Cuba en la Bolsa de Londres, en tanto que en el 2007 se hicieron dos emisiones de bonos de 150 y 50 millones de euros, con tasas de interés entre 8,5 y 9,0% a dos años vista, con resultados a tomar en consideración.
  • Crear un fondo conjunto de inversiones a partir de parte de las remesas que se envían al país asociando a los remitentes, los receptores y el gobierno cubano en un emprendimiento conjunto, pudiendo dirigirse a objetivos específicos tales como construcción de viviendas, o el fomento de pequeños negocios de propiedad cooperativa o privada en la esfera de la producción. Existen experiencias de este tipo en países latinoamericanos con buenos resultados.
  • Desarrollar las importaciones en consignación –ante la ausencia por el momento de un mercado mayorista- que permitan abastecer de equipamiento y materias primas los negocios del sector cooperativo y privado, así como determinados segmentos de propiedad estatal como puede ser el caso del turismo. En esta variante las compras se realizarían directamente en moneda libremente convertible para asegurar la retroalimentación de los abastecimientos de la consignación.
  • En relación a la inversión extranjera, es necesario impulsar la captación de proyectos mediante el apropiado reconocimiento del riesgo del inversor en las negociaciones. Adicionalmente se puede incrementar la cartera de oportunidad de negocios con el capital extranjero en sectores como el turismo mediante nuevos proyectos para inversiones extra hoteleras de no alto costo y rápida recuperación como aquellos referidos a parques de diversiones, turismo de salud, turismo de naturaleza, turismo cultural y de entretenimiento, entre otros proyectos que permitan elevar el gasto del turista en Cuba a precios competitivos internacionalmente.
Adicionalmente es preciso y posible aplicar otras medidas tendentes a lograr un entorno más favorable en la economía nacional. Entre ellas pueden examinarse:
  • La venta de bonos de deuda pública con tasas de interés estimulantes en pesos cubanos y a personas naturales, asociados a objetivos específicos o no y descontables en el mercado financiero. Esta medida permite reducir la presión inflacionaria interna y proveer de fondos adicionales al presupuesto del Estado en el corto plazo.
  • Crear asociaciones de pequeñas empresas para actividades productivas entre el sector estatal y el no estatal, apoyadas por entidades financieras como un Banco de Fomento Agrícola e Industrial con prestaciones específicas para este tipo de negocios que faciliten su financiamiento.
  • Incrementar la política de estimulación salarial gradual en sectores que presentan una fuerte erosión y que resultan claves para el desarrollo, tales como la educación y la ciencia. Todo indica que resulta indispensable frenar el éxodo laboral de estos sectores con medidas que valoricen el trabajo que se realiza en los mismos, tomando en cuenta el alto costo de su reposición.
En esta valoración preliminar de la economía cubana para el 2019 puede destacarse que se cuenta con un plan mejor y más realistamente diseñado para enfrentar los desequilibrios macroeconómicos que se agravaron en el pasado año cuando se creció un 1,2% solamente. Las medidas que se vienen adoptando permiten asumir los riesgos y costos del ajuste con diferentes alternativas de solución para los problemas más urgentes, con vistas a elevar la capacidad de captar ingresos en moneda libremente convertible a corto plazo que sirvan de base para elevar el nivel de inversiones e incrementar la productividad del trabajo.
Todo ello se viene complementando con un reforzamiento de la gobernabilidad del país, donde se aprecia un aumento en el nivel de atención del gobierno central a los territorios y a sectores de producción y servicios, con gestiones más ágiles a problemas urgentes –como se ha apreciado en la respuesta frente a los daños del tornado que azotó La Habana en enero- y un nivel de información y participación que apunta a mejorar el consenso logrado en el país en apoyo al proyecto socialista, puesto de relieve también en el referendo que aprobó la nueva Constitución recientemente.
Finalmente, no debe perderse de vista que las medidas que deben adoptarse en lo inmediato imponen costos, que deberán mitigarse todo lo que se pueda con medidas que alivien en lo inmediato las tensiones a que ha estado sometida la población desde el Período especial, poniendo en práctica programas dirigidos a solucionar paulatinamente los cuatro problemas que más han preocupado al pueblo en los últimos años: insuficiencia de ingresos, alimentación, vivienda y transporte, donde el peso de los factores subjetivos y las dificultades del cambio de mentalidad frente a la realidad económica inmediata imponen flexibilidad táctica y firmeza estratégica para el avance en la solución de los problemas.
Notas:
¹Ver IMF “World Economic Outlook Update” January 2019 en www.imf.org
²Ver Consejo de Estado Fragmentos de la versión taquigráfica del informe presentado a la Asamblea Nacional por Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, periódico Granma, diciembre 22 del 2018 www.internet.granma
³Ver EIU “Country Forecast Cuba” February 2019 en www.eiu.com

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