Por Alexandra Gheorghiu
LAS IMPORTACIONES, EL MAYOR OBSTÁCULO
Cuba goza de una posición geográfica estratégica, formado por un archipiélago de 109.884 km2 y a tan sólo 150 kilómetros de Estados Unidos. Sin embargo, el gigante americano mantiene un conflicto de embargo económico y político que se inició en los años 60. Unas tensiones que se aflojaron con el anterior presidente estadounidense, Barak Obama, pero con el actual Gobierno de Donald Trump se ha caminado de nuevo hacia la hostilidad.
En lo que respecta a su economía, el sector servicios representa más de tres cuartas partes del PIB, la industria aporta el 21%, mientras que el agropecuario y pesca solo el 4%. Para este 2019, se prevé que su crecimiento alcance el 1,5%, según datos de la Oficina Económica de España en La Habana.
LAS IMPORTACIONES, EL MAYOR OBSTÁCULO
Pese al “bloqueo” estadounidense y a no ser una economía de mercado, Cuba es un territorio muy dependiente del comercio exterior. En este sentido, la variedad de bienes para exportar son escasos y se limita a sus recursos naturales y a los artículos tradicionales (níquel, tabaco, ron, azúcar, pescados...), productos químicos y medicamentos.
Especialmente, los servicios son la principal baza de las exportaciones cubanas. Hasta ahora, destacaban los servicios médicos a Venezuela, unas ventas que permiten sufragar las importaciones más básicas. Sin embargo, la crisis que atraviesa Venezuela, así como el fin del programa de colaboración médica con Brasil repercuten negativamente en la economía cubana. En segundo lugar, sobresale el turismo por su atractiva situación geográfica.
De hecho, el turismo será uno de los principales ingresos del país en el futuro, pero con el modelo actual los ingresos no terminan de dar el impulso cuantitativo necesario para financiar un crecimiento como el que se espera. El gasto por turista en Cuba es relativamente pequeño. No obstante, hay que tener en cuenta que el desarrollo del turismo debe estar respaldado por el crecimiento de otros sectores, ya que podría ser contraproducente al precisarse más importaciones para abastecer los servicios que le acompañan. Es por ello que esta actividad debe encadenarse con el resto de la economía.
En el otro lado de la balanza, la gran dependencia por importar materias primas, petróleo o alimentos, limitan el crecimiento de su economía. Tanto es así que cualquier mejoría se traduce en un aumento inmediato de las importaciones, por lo que la enorme deuda del país junto a la dependencia con el exterior y el gran déficit comercial supone un gran lastre que impide su desarrollo económico. Los datos del organismo estadístico cubano (ONEI), señalan a Venezuela, China, España, Canadá, México y Brasil como los principales socios comerciales.
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