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miércoles, 24 de abril de 2019

Sobre la denominación del carácter de las empresas en Cuba. Intercambios Zuaznabar y Carranza



Por Ismael Zuaznabar

En desacuerdo con Carranza y su definición de empresa y querer definir-la desde su entorno, o sea y no sus elementos organizativos/funcionales/misión internos y no es la primera vez que esta situación sucede. 

Al desconocer el problema organizativo funcional empresarial y las categorías básicas de la economía política marxista y sus bases general y particulares de cada Formación Económico Social / o Modo de Producción si se prefiere se cae en estos elementos de la superficie y si en el capitalismo la cédula del sistema es la Mercancía/PM Capitalista ( y eso no ha cambiado a pesar de sus modernas formas fetichistas como las criptoMonedas y los CriptoMercados) y eso lo explica Marx en El Capital desde su primer capítulo y en los siguientes desarrollo, en el socialismo existe también una cédula económica y es la empresa socialista, y hay que ponerle apellido, lugar donde se concretizan las relaciones de producción y propiedad y se crean las condiciones de su reproducción y desarrollo.

El estado en su concepción genérica no produce ni reproduce el sistema económico ni sus relaciones de producción, puede generar condiciones favorables o no para ello, ni el capitalista ni el socialista, sino con solo cambiar al estado ya cambiaria el sistema y nada más alejado de la realidad ,

Por tanto es un graso error conceptual estimar a una empresa sin clasificarla obviando que desde antes de Colon a nuestros días este tipo de organizaciones ha existido y con diferentes objetivos.

No hay que tener temor a decir las cooperativas nunca serán socialistas y las privadas menos lo que no quiere decir sea necesaria su coexistencia con la estatal durante a veces mucho tiempo.

La empresa socialista también produce mercancías pero nada que ver con la cédula del capitalismo, aunque si se deja libre se regresa al sistema donde domina el capital y eso ya sucedió,

Saludos Zuaznabar

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Por Carranza Valdés, Julio 

Estimado Zuaznábar:

Gracias por tu comentario que me parece muy fundamentado como todo lo que escribes y que leo siempre con mucha atención, sin embargo insisto en lo que expresé en ese texto, mis consideraciones al respecto no fueron solo teóricas fueron también políticas, pensando en la situación actual de Cuba y sus desafíos.

De todas formas me permito recordar que, como afirmábamos en un ya viejo libro, a diferencia de lo que se asumió erróneamente en muchas etapas de las experiencias del socialismo histórico (el cubano incluido) el socialismo no es la primera de las sociedades no mercantiles sino (quizás) la última de las sociedades mercantiles y lo que la define no es la supresión total de la propiedad privada sobre los medios de producción ni la eliminación del mercado, lo que la define es la supresión de la hegemonía del capital que es una cosa muy diferente. No sé si la afirmación anterior se pueda reforzar con alguna cita de Marx pero es lo que honestamente pienso o pensamos y hemos tratado de argumentar los autores de aquel viejo libro (Pedro Monreal y Luis Gutierrez además de mí.)

Estoy de acuerdo en que los objetivos de una empresa estatal y una privada son diferentes, pero ambas tienen que ser parte de un sistema que les de coherencia en función de objetivos generales que se imponen desde la política y desde el poder o sea, en este caso, desde el estado socialista, por eso me parece que sobra (ademas de que desmoviliza) el apellido. Si calificamos a las Pimes privadas, imprescindibles para la economía cubana y su desarrollo, como empresas capitalistas las estaríamos matando al nacer. Eso no quita sus claras diferencias con las empresas estatales, que, como se ha dicho y repetimos, son los actores determinantes (no únicos) de la economía socialista.

Casualmente después de haber enviado el breve texto sobre la denominación del carácter de las empresas que motiva este intercambio fraterno, leí un magnífico artículo de Jorge Ricardo Machado que publicó Humberto Herrera Carles, del cual me permito citar aquí unos párrafos a propósito del tema.

“Marx (del primer tomo del El Capital) al referirse a los diferentes tipos de regímenes sociales. “Lo único –expresó- que distingue unos de otros los tipos económicos de sociedad v.gr.la sociedad feudal de la esclavitud, es la forma en que este trabajo excedente, le es arrancado al productor inmediato, al obrero”(pag.175, tomo1).

Marx no dice que lo que distingue uno de otro es la propiedad privada, sino la manera en que la clase dominante obtiene la plusvalía. De aquí se deriva lógicamente la idea de que la forma de utilización de la plusvalía determina en gran medida la naturaleza del sistema.

La propiedad privada existe casi 2,000 años antes que el sistema capitalista y ha mantenido una poderosa influencia sobre la sociedad humana. Por eso es tan riesgoso desafiarla y jugar con ella. Uno la pincha, ella corcovea, tira patadas y cada vez que nos toca, parte un hueso.

De ahí que lo más sensato es saberla utilizar con inteligencia para ponerla en función del desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria, como han hecho los chinos y los vietnamitas. Ellos decidieron no esperar a que aparezcan cabezones que se pongan a pensar o nos expliquen que es el socialismo económicamente hablando. Mientras tanto crearon amplios islotes de propiedad privada y los pusieron a trabajar para acabar con la pobreza y alcanzar la prosperidad. Extraen la plusvalía con un adecuado sistema de impuestos y control de la policía económica. Después la emplean con amplitud en el mejoramiento del nivel de vida de la población, como demuestran sus estadísticas. Se dieron cuenta que las empresas estatales por si solas se demoran mucho en lograrlo” hasta aquí la cita de Jorge Ricardo.

Un fuerte abrazo

Julio Carranza

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