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domingo, 30 de junio de 2019

Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del IX Congreso de la Uneac, en el Palacio de Convenciones


(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Queridos escritores, artistas, creadores;
Compañeras y compañeros de la Presidencia;
Ministros y viceministros presentes:
Ante todo, reciban el cálido saludo del General de Ejército, del cual soy portador.
Ha concluido su IX Congreso. No digo estos días de análisis y debate en el Palacio de Convenciones, sino los largos meses de intercambios y aportes desde las bases. ¡Cuánta inteligencia y talento, cuánto se aprende de ustedes!
Es un proceso que hemos seguido de cerca en frecuentes encuentros con la Comisión Organizadora, tratando de aproximar, en lo posible, soluciones a las insatisfacciones más generalizadas, y confirmando, una vez más, el valor de ir a lo profundo del extraordinario caudal creativo del pueblo cubano. Allí siempre nos espera la verdad.
Permítanme sentirme uno más de ustedes: en la insatisfacción y también en el compromiso, soy un apasionado del arte y de la cultura en sus más diversas expresiones, sea de Cuba o universal.
Los temas que aquí se han tratado suelen ser pan de cada día en nuestra familia y entre amigos. Por las profesiones de mis tres hijos y de mi esposa, la cultura está de manera casi permanente en nuestras vidas. Por imperiosa necesidad del espíritu, no sabríamos vivir sin acceso a las artes.
La emoción más profunda, junto con la gloria patria, nos la provoca constantemente el contacto con la creación artística. Personalmente no puedo separar el sentido de plenitud, incluso de felicidad, de un disfrute estético determinado. Y si es cultura cubana, el goce se multiplica.
Lo que quiero decirles es que durante estos meses, estos días, estas horas, más de una vez nos hemos sentido entre ustedes, compartiendo lo que expresan y comprometidos con lo que hacen.
Y por lo que dicen y lo que hacen, sé que muchos de ustedes, alguna vez, pueden haberse sentido en nuestro lugar, desafiados a dar continuidad a un proceso histórico único, de un impacto y alcance universal y de un liderazgo solo comparable a la grandeza de la Revolución misma, hecho cultural superior que transformó desde la raíz a una nación pequeña y atrasada en una indiscutible potencia mundial, no por sus recursos materiales, sino por sus recursos humanos y sentimentales.
Nosotros cuando miramos al mundo y repasamos la historia podemos decir: ¡Qué milagro de país, en qué gran pueblo nos hemos convertido! Es lo que nos ocurre cuando asistimos a una función de ballet o danza, a conciertos de música, lo mismo en un gran teatro que en uno de nuestros barrios; a obras teatrales, a estrenos de cine, a ferias del libro, de artesanías, a galerías, a descargas de rumba o a escuelas de arte.
Un país bloqueado durante seis décadas, perseguido con saña y alevosía hasta en la gestión de medicamentos infantiles, acribillado mediáticamente por los medios más influyentes del planeta, no se ha conformado con resistir y sobrevivir. Como ya dije una vez: “Somos una Revolución que puede presumir de haber sido contada y cantada, desde sus orígenes, con el talento y la originalidad de sus artistas y creadores, intérpretes genuinos de la sabia popular y también de las insatisfacciones y esperanzas del alma cubana.
“Y así seguirá siendo. Intelectuales, artistas, periodistas, creadores, nos acompañarán siempre en el empeño de que este archipiélago que la Revolución puso en el mapa político del mundo siga siendo reconocido también por su singular modo de pelear cantando, bailando, riendo y venciendo”.
Quizás aún no hemos aprendido, y en algunos casos hemos desaprendido, a contar esa maravilla, pero nadie puede ya quitarnos el orgullo de ser una nación para respetar, gracias a una Revolución que siempre ha puesto al ser humano en el centro.
Es algo que nuestra generación les debe a los fundadores en primer lugar, desde Céspedes a Martí. A los creadores que continuaron sus luchas y fundamentalmente a Fidel, el indiscutible intelectual y guía de la generación histórica que, junto con la entrega de la tierra y las fábricas a los que la trabajaban, alfabetizó al pueblo, universalizó la enseñanza, creó poderosas instituciones culturales y en los momentos más difíciles nos enseñó que “la cultura es lo primero que hay que salvar”.
¿Por qué insistía Fidel en esa idea, que repitió tantas veces? Ustedes lo saben seguramente, pero no está de más recordarlo. Porque “no hay proa que taje una nube de ideas”, diría Martí.
Y Fidel supo advertir el riesgo de perder nuestra mayor fortaleza: la unidad, la identidad, la cultura, con la avalancha colonizadora que avanzaba en los tiempos de la globalización, con el acceso masivo a las nuevas tecnologías, promovido por los mercaderes modernos, no para enriquecer sino para empobrecer la capacidad crítica y el pensamiento liberador. 

Consciente de que esas tecnologías de acelerado desarrollo serían una poderosa arma de educación y multiplicación del conocimiento a la que la Revolución no podía renunciar ni acceder tardíamente, Fidel creó la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y paralelamente alertó a la sociedad cubana sobre la importancia de salvar la cultura.

Así como antes, en aquellas reuniones de la Biblioteca Nacional que dieron lugar a sus Palabras a los intelectuales y muy poco tiempo después a la creación de la Uneac, Fidel acudía a la vanguardia intelectual y artística para enfrentar desafíos que solo podía advertir un iluminado, como Barnet lo definió alguna vez.
Si hace 60 años fue vencido el intento de fracturar la unión visceral entre aquella vanguardia y su Revolución, es decir, ella misma y su pueblo, más tarde y muchas veces a lo largo de los años el adversario se empeñaría inútilmente en ello. En el cruce de siglos, la batalla alcanzaría cotas mayores golpeando a las fuerzas progresistas en la región y en el mundo.
Movimientos como la Red en Defensa de la Humanidad y proyectos culturales que florecieron por todo el país demostraron la extraordinaria fuerza de la vanguardia para alimentar y sostener la espiritualidad de la nación.
De la Uneac fundada por Nicolás Guillén y otras cubanas y cubanos universales emergió un compromiso para siempre con el destino de la cultura nacional, que se ha afirmado en estos días. Y es tremendo ver la continuidad de esa obra en una organización dirigida hasta hoy por uno de los más jóvenes delegados a aquella cita de hace 58 años: el poeta, ensayista, etnólogo, intelectual, en suma, Miguel Barnet.
Aquí se ha hablado varias veces de las Palabras a los intelectuales. No concibo a un artista, a un intelectual, a un creador cubano que no conozca aquel discurso que marcó la política cultural en Revolución. No me imagino a ningún dirigente político, a ningún funcionario o dirigente de la Cultura, que prescinda de sus definiciones de principio para llevar adelante sus responsabilidades.
Pero siempre me ha preocupado que de aquellas palabras se extraigan un par de frases y se enarbolen como consigna. Nuestro deber es leerlo conscientes de que, siendo un documento para todos los tiempos, por los principios que establece para la política cultural, también exige una interpretación contextualizada.
Claramente Fidel planteó un punto de partida: la relación entre Revolución, la vanguardia intelectual y artística y el pueblo. Entonces, todos no tenían tan claro como Fidel lo que los artistas e intelectuales irían comprendiendo en el desarrollo de su obra: que la Revolución eran ellos, eran sus obras y era el pueblo.
Por eso resulta reduccionista limitarse a citar su frase fundamental: “Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, soslayando que Revolución es más que Estado, más que Partido, más que Gobierno, porque Revolución somos todos los que la hacemos posible en vida y en obra.
Y también sería contradictorio con la originalidad y fuerza de ese texto, pretender que norme de forma única e inamovible la política cultural de la Revolución. Eso sería cortarle las alas a su vuelo fundador y a su espíritu de convocatoria.
Hoy tenemos el deber de traer sus conceptos a nuestros días y defender su indiscutible vigencia, evaluando el momento que vivimos, los nuevos escenarios, las plataformas neocolonizadoras y banalizadoras que tratan de imponernos y las necesidades, pero también las posibilidades que con los años y los avances tecnológicos se han abierto.
Hay que hacer lecturas nuevas y enriquecedoras de aquellas palabras. Hacer crecer y fortalecer la política cultural, que no se ha escrito más allá de Palabras… y darle el contenido que los tiempos actuales nos están exigiendo.
Ustedes han hecho bastante. Como hemos apreciado, han trabajado y avanzado mejor allí donde más coordinados han actuado con otras fuerzas intelectuales, como las que crean desde las universidades y otros centros de investigación de las ciencias sociales y humanísticas.
Evidentemente, hay más y mejores resultados donde la creación se apoya en nuevos soportes tecnológicos que facilitan el trabajo.
Hace unos días, compartiendo con la Comisión Organizadora, les comentaba sobre uno de los temas que más discusiones genera siempre en los eventos de la Uneac: la relación con el turismo. Y otro tema más actual que es la política cultural en los espacios de la economía estatal y los privados.
Hoy quiero reiterar que tenemos, desde la administración, el deber de ser coherentes. No hay una política cultural para el sector estatal y otra para el privado. En ambos sectores tiene que promoverse, defenderse, dárseles espacio a quienes hacen arte verdadero.
Y en el caso específico del turismo, yo he insistido en que la cultura es un eslabón fundamental en los encadenamientos productivos que nos interesa promover. Pero defiendo, sobre todo, que el turismo no solo lleve a los artistas a sus instalaciones, sino que propiciemos una muy intensa actividad cultural en todas nuestras ciudades y zonas turísticas que, a la vez que enriquezca la vida cultural del pueblo, atraiga y conquiste al visitante. Hay que ser auténticos y dejar de vender “shows enlatados”, productos de seudocultura que responden más a la rentabilidad que al orgullo de mostrar quiénes somos realmente.
Cuba es una potencia cultural y hoy el turismo, siendo como es una actividad económica que aporta cotidianamente al Presupuesto, la verdad es que todavía tributa mucho menos de lo que podría si los turistas salieran a consumir bienes y servicios, no solo culturales, pero sobre todo culturales (Aplausos).
A propósito, el sistema de escuelas de arte tiene una fuente de ingresos por exportación de servicios, insuficientemente explotada, en la generación de cursos en áreas de la enseñanza artística, en las que somos realmente fuertes y donde debemos establecer modalidades y precios coherentes con el nivel de la academia cubana.
En esa misma línea de pensamiento, a la Uneac le corresponde ser una especie de electrodo movilizador de fuerzas y acciones para la proyección internacional de nuestras industrias culturales. No olvidar que cuando todas las puertas se cerraron para Cuba por su osada pretensión de soberanía y libertad, hasta en el imperio se abrieron al menos ventanitas por donde entraron la música, las artes plásticas, el ballet, la danza, el teatro y otras manifestaciones culturales.
Los puentes que ha levantado la cultura cubana, apoyada por fieles amigos, en tantos años de ninguna o escasas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, nos han permitido sostener vivo un intercambio entre nuestros pueblos de tanta fuerza que la actual administración estadounidense se ha propuesto clausurarlo definitivamente.
Pero también hacia Europa, Asia, África, los intelectuales y artistas han fungido como embajadas culturales, han abierto puertas y favorecido entendimientos que podrían ser más difíciles y hasta imposibles sin ellos.
Hay mucho, mucho que trabajar en ese sentido. Y ustedes tienen el talento, la fuerza y el conocimiento para hacerlo crecer, aportando al país recursos imprescindibles para su desarrollo.
Comparto igualmente las preocupaciones de quienes sienten que algunas instituciones de la Cultura se han quedado por detrás de los creadores. Resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra (Exclamaciones y aplausos), no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación.
En la pelea contra esos molinos de viento, tan antiguos como dañinos, vemos un papel fundamental de la Uneac. Es preciso hacer más proactiva a la organización en sus bases: indagar qué misiones cumple cada una en función de aquellos a quienes representan y qué ámbitos de discusiones lideran. ¿Desde cuáles posiciones? ¿Con qué liderazgos?
Igualmente veo a la Uneac batallando por rescatar y elevar el peso y el papel de la crítica cultural. La sequía de análisis serios y bien fundamentados sobre los valores reales de obras y espacios culturales desestimulan a los creadores y privan a los públicos, particularmente a los más jóvenes, de criterios orientadores que establezcan las jerarquías artísticas a tiempo.
Es un hecho incontestable que los creadores cubanos residentes en el país tienen obras capaces de emular con lo mejor creado por sus contemporáneos que trabajan y viven en naciones del Primer Mundo, bajo condiciones materiales e incentivos muy superiores a veces, lo que les ha valido acceder a mercados exigentes.
¿Por qué desde Cuba no logramos insertar, difundir, exportar la obra de los que trabajan dentro del país y en cambio promocionamos y replicamos lo que ya el mercado acuñó y nos devuelve envuelto en sus reglas? (Exclamaciones y aplausos prolongados.) ¿Qué necesitan nuestras instituciones para hacer florecer nuestras más auténticas creaciones culturales?
Se escucha mucho la queja —sobre la cual es importante que actúen las organizaciones de artistas— de que el sistema empresarial o las llamadas industrias culturales, con relación a la creación artística, en cuanto a su producción, promoción y comercialización, se han quedado atrás.
La cultura puede y debe aportar al Producto Interno Bruto del país y para eso están sus empresas. Sobran las insatisfacciones de artistas y creadores que deben gestionarse absolutamente todo para difundir o promocionar su trabajo, mientras quienes tendrían la responsabilidad de hacerlo ejercen una suerte de parasitismo desde la inactividad (Exclamaciones y aplausos prolongados).
Los artistas tienen el deber de pagar sus impuestos, pero no deberían tener que abonar a las empresas si estas no han tenido nada que ver con los contratos de trabajo, con su promoción ni con su amparo jurídico (Exclamaciones y aplausos prolongados).
Es un secreto a voces que ese parasitismo favorece la corrupción (Exclamaciones y aplausos) y enmascara el incumplimiento de la función de representación y gestión de oportunidades para el creador y su obra. Es inútil y engañoso que el escaso dinero de que dispone el país sea reciclado entre entidades sin ningún efecto en la economía real (Exclamaciones y aplausos).
Otros temas que, en mi modesta opinión, deberían concitar acciones y reacciones de nuestros creadores agrupados en la Uneac tienen que ver con lo que algunos llamamos “mercenarios culturales”, esos dispuestos a linchar a cuanto artista o creador exalte a la Revolución o les cante a las causas más duras y a la vez más nobles en que están empeñadas las fuerzas progresistas de nuestra región y del mundo (Aplausos).
Recordemos el mensaje del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en ocasión del aniversario 55 de la Uneac: “Hoy estamos doblemente amenazados en el campo de la cultura: por los proyectos subversivos que pretenden dividirnos y la oleada colonizadora global. La Uneac del presente continuará encarando con valentía, compromiso revolucionario e inteligencia, estos complejos desafíos.”
Esta plataforma colonizadora promueve los paradigmas más neoliberales: Estado mínimo, mercado hasta donde más sea posible, todo se vende y se compra, el supuesto éxito único de la empresa privada; atentos a los que ponen por delante mercado y no cultura; egoísmo y vanidad personal y no compromiso social de la cultura (Exclamaciones y aplausos).
Ya se ha denunciado que la actual administración estadounidense destina nuevos y mayores fondos a la subversión y que pide a quienes desean acceder a los cotos privilegiados del imperio que rindan cuenta de cuanto hacen o dicen en las redes sociales. Por lo que callan y por lo que dicen algunos contra sus propios compatriotas, es fácil colegir quiénes aspiran a ganarse el penoso boleto. Apóstatas les llamaría Martí. Me pregunto si alguien cree que servir al que nos bloquea, ataca y obstaculiza nuestro desarrollo le abrirá por largo tiempo la pequeña puerta por la que les dan acceso a quienes reniegan de su raíz.
No vamos a limitar la creación, pero la Revolución que ha resistido 60 años por haber sabido defenderse, no va a dejar sus espacios institucionales en manos de quienes sirven a su enemigo, sea porque denigran cualquier esfuerzo por sobreponernos al cerco económico o porque se benefician de los fondos para destruir a la Revolución (Aplausos).
Los límites comienzan donde se irrespetan los símbolos y los valores sagrados de la Patria (Aplausos).
La Constitución que acabamos de aprobar y que se complementará con sus leyes correspondientes tiene, entre las primeras, la de los símbolos nacionales.
Los ingenuos hacen tanto daño como los perversos. No son tiempos de negar ideologías, ni de descontextualizar. Y nada de esto significa negar la libertad de creación ni hacer concesiones estéticas. Significa tener sentido del momento histórico, saber que más allá de Cuba el mundo vive horas de mucho riesgo e incertidumbre, donde los poderosos pasan por encima de las leyes internacionales, lanzan guerras al amparo de las llamadas fake news o falsas noticias y destruyen civilizaciones milenarias en nombre de la intervención humanitaria. Construir y defender un proyecto socialista significa defender el humanismo revolucionario.
Como en los tiempos de Palabras a los intelectuales, la Revolución insiste en su derecho a defender su existencia que es, también, la existencia de un pueblo y de sus creadores e intelectuales.
Tendría mucho más que decirles, pero sé que habrá nuevas oportunidades para hacerlo. Nos hemos propuesto realizar encuentros mensuales con la directiva electa y grupos de creadores, junto a los ministerios, para revisar todo cuanto podamos colaborar en arrancarles cada vez un pedazo mayor a los problemas y dificultades (Aplausos).
Para eso cuenten con el apoyo del Gobierno, presentes aquí seis ministros y viceministros de los organismos de la Administración Central del Estado. El Dictamen de las comisiones nos ofrece un menú de temas muy amplio que debemos ahora abordar entre todos y en darle solución.
No dejen morir el Congreso. Trabajen por hacer realidad todo lo que entiendan que aportará al bien de la nación, a su espiritualidad, al porvenir que quieren negarnos los que no han podido destruirnos.
Entre ustedes nos sentimos cómodos, entusiastas, optimistas, conscientes de que como nos enseña Raúl: “Sí se puede” cuando se quiere. Y ustedes y nosotros, es decir, la Revolución, queremos lo mismo:
Un país libre, independiente y soberano;
Fiel a nuestra historia;
Que garantice justicia social y justa distribución de la riqueza;
Con respeto a la dignidad plena del ser humano, mujer y hombre;
Con una sólida identidad cultural;
Donde se preserve el acceso gratuito y universal a la educación;
Que avance hacia un desarrollo económico equilibrado y sostenible;
Próspero, inclusivo, participativo;
Invulnerable militar, ideológica, social y económicamente;
Con servicios de salud gratuitos y de la mayor calidad para todos;
Solidario, generoso, humanista;
Que repudie todas las formas de discriminación;
Donde no prosperen nunca el crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo;
Defensor de los derechos humanos de todos, no de segmentos exclusivos o privilegiados;
Libre de toda forma de violencia, esclavitud, explotación humana;
Con un ejercicio ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del capital;
Capaz de vivir en paz y desarrollarse en armonía con la naturaleza y cuidando las fuentes de las que depende la vida en el planeta.
Compañeras y compañeros:
Nuestro reconocimiento a la intensa labor realizada por Barnet en estos años al frente de la Uneac.
Felicitamos a la nueva dirección de la Uneac, a su presidente electo, Morlote, con la certeza de que comprenden que su misión más importante es desatar una irreconciliable batalla contra la incultura y la indecencia (Aplausos), y en ese bregar los creadores deberán ser, como siempre, como pidió Fidel en Palabras a los intelectuales: más que espectadores, actores.
Un mundo mejor es posible.
Esa certeza la heredamos de nuestros padres y tenemos el deber de sostenerla para nuestros hijos.
¡Somos Cuba! ¡Somos continuidad!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(Ovación)

Comentario HHC: Las negritas son mías.

Los plásticos descartables contaminan las playas del Caribe. Cuba en 3er lugar

DONNA BARNE
FLORINA PIRLEA Banco Mundial

La preocupación por los océanos del mundo es cada vez mayor. La pesca excesiva representa una amenaza para las pesquerías, los arrecifes de coral se están degradando y desapareciendo, y la cantidad de zonas muertas va en aumento. La ausencia de un sistema de gestión de los residuos terrestres hace que los contaminantes y los desechos, incluidos los plásticos, encuentren un hogar en el mar. 

En un nuevo informe del Banco Mundial, Marine Pollution in the Caribbean: Not a Minute to Waste(La contaminación marina en el Caribe: Ni un minuto que perder), se analizan las causas de la contaminación marina y se ofrecen soluciones para uno de los destinos turísticos más populares del mundo, ahora convertido en depósito de desechos, especialmente plásticos.

En el Caribe y en todo el mundo, lo más probable es que los plásticos y otros residuos terminen en el mar cuando no hay una buena gestión de los desechos, como sucede con el vertido y la quema a cielo abierto, y la eliminación en cursos de agua.

La basura marina que se encuentra en el Caribe proviene de la propia región y de las aguas que llegan del norte, arrastradas por las corrientes predominantes.


A partir de lo observado en las limpiezas voluntarias de playas que organiza Ocean Conservancy, hay muchos países del Caribe que tiene más basura que el promedio mundial estimado. Los resultados indicaron que la basura de las playas del Caribe podría triplicar el promedio mundial de 573 piezas por kilómetro cuadrado. 

Los datos de las limpiezas realizadas en las playas y zonas costeras en 2017 indican que tan solo las botellas de bebidas plásticas correspondían al 21 % de los elementos registrados. De todos los objetos plásticos recogidos, el 35 % eran plásticos descartables.

Aproximadamente el 85 % de las aguas residuales de la región más amplia del Caribe no se somete a tratamiento antes de llegar al mar , y el 52 % de los hogares del Caribe insular —que abarca las Bahamas, las Antillas Mayores (Cuba, Haití, Jamaica, Puerto Rico y República Dominicana) y las islas pequeñas de las Antillas Menores— carecen de conexiones de alcantarillado. Cada año se acumulan más de 320 000 toneladas de residuos plásticos que no se recogen. Un 22 % de los hogares eliminan los residuos a cursos de agua naturales o a la tierra, desde donde pueden ser arrastrados hacia los cursos de agua.

La mayor concentración de basura en la playa se detectó en las costas de Jamaica; allí el 36 % de los hogares no cuenta con servicios de recolección de residuos. La segunda mayor concentración se observó en la República Dominicana, donde el 25 % de los hogares no tiene acceso a esos servicios, según el informe sobre contaminación marina.


Hasta un 80 % de la basura encontrada en los océanos está conformada por objetos plásticos. A diferencia de los desechos orgánicos, para que el plástico se descomponga pueden pasar de cientos a miles de años.


Aproximadamente el 95 % de los 78 millones de toneladas de envases plásticos producidos anualmente es descartable y tiene un potencial de reciclado con valor de mercado de USD 75 000 millones al año. Pero solo se recicla el 14 % de este plástico (i) y el 64 % se pierde desde el punto de vista económico.

Debido a que la contaminación marina es una amenaza para el sector del turismo costero —que moviliza USD 57 000 millones al año—, 14 países del Caribe (más de un tercio) han prohibido el uso de bolsas plásticas descartables o del poliestireno.

Se requieren más medidas para contener la llegada de los plásticos a los océanos, incluidas nuevas políticas, mejores servicios y cobertura en cuanto a la gestión de los residuos, cambios de conducta por parte de los consumidores y la industria, e inversiones, innovación e intervenciones del sector privado.

Lea más sobre el informe y sobre cómo luchar contra la contaminación marina en el Caribe. Díganos qué cree que debería pasar.

Más de un tercio de los países del Caribe han prohibido el uso de bolsas plásticas descartables o del poliestireno




Autores
Corporate Writer, World Bank


Statistician


Productividad, inversión y fuerzas productivas

Por Rolando Astarita


El debate sobre cómo medir la productividad conecta con la discusión sobre cómo se evalúa el desarrollo de las fuerzas productivas. Para ver por qué, supongamos que, dada una población obrera constante, aumenta la producción de valores de uso por trabajador, y que el valor agregado  por trabajador permanece constante. ¿Cuál de estos ratios debe tomarse entonces cuando se evalúa si hubo, o no, desarrollo de las fuerzas productivas? Por lo que hemos explicado en notas anteriores (véase aquí, por ejemplo), sostenemos que debe tomarse en cuenta la razón producción de valores de uso (o riqueza material) por unidad de trabajo. De hecho, es el criterio que aplicaba Marx.

Pues bien,  el mismo problema se suscita cuando se intenta evaluar si hay desarrollo de las fuerzas productivas por la relación inversión / producto bruto. Es que si se calcula este ratio en términos de valor, se puede concluir, equivocadamente, que las fuerzas productivas están estancadas – o que existe una tendencia al estancamiento. Por caso, François Chesnais, en varios trabajos, se apoya en ese ratio para demostrar que el modo de producción capitalista tiende al estancamiento, por lo menos desde mediados de los 1970.
Pero, como hemos adelantado, ese ratio puede ser engañoso. Es que, por un lado, el valor de las herramientas y equipos puede disminuir, de manera que disminuye la relación valor de las inversiones en equipos y herramientas / producto bruto, pero por otra parte la inversión, en términos reales, puede haber aumentado. Por ejemplo, supongamos que el valor de la herramienta X disminuye a la tercera parte, pero que la inversión de X se duplica. En ese caso, la relación inversión / producto en términos de valores puede bajar, en tanto que la inversión, en términos reales (esto es, en términos de medios de producción), aumentó.
Marx señala esta cuestión en El Capital. En el capítulo 22, apartado 4, se refiere a “las circunstancias que, independientemente de la división proporcional del plusvalor en capital y rédito, determinan el volumen de la acumulación”. Allí explica que si aumenta la productividad “(e)l mismo valor de capital constante se presenta en más medios de producción, esto es, en más medios de trabajo, material de trabajo y materias primas; suministra, por tanto, más elementos formadores de producto y asimismo más elementos formadores de valor, o absorbedores de trabajo. Por ende, si el valor del pluscapital se mantiene incambiado, e incluso si disminuye, se opera una acumulación acelerada” (p. 748, t. 1, edición Siglo XXI; énfasis nuestro).
 La inversión en términos reales en las últimas décadas
 La cuestión de cómo evaluar el desarrollo de las fuerzas productivas a partir de la relación inversión / producto se plantea con toda su agudeza en torno a la discusión sobre el debilitamiento de la inversión en el capitalismo global – y en particular, en los países capitalistas adelantados, EEUU, el área del euro y Japón – y su incidencia en la productividad (véase, por ejemplo, aquí). Todo indica que hubo un debilitamiento a partir de la crisis de 2007-09. Sin embargo, cuando se consideran las últimas tres décadas, y se calcula en términos reales, la inversión se ha mantenido en niveles relativamente altos. Es lo que surge del capítulo 3 – “The Price of Capital Goods: A Driver of Investment Under Threat?” – del World Economic Outlook, abril 2019, FMI.
En este informe se sostiene que en las últimas tres décadas hubo una caída importante de los precios de máquinas y equipamiento. Por eso, si bien desde 2007-09, a nivel mundial, el crecimiento de la inversión se ha desacelerado, cuando se lo compara con los niveles de los comienzos de los 1990, la inversión real en maquinaria y equipo, en relación al PBI real, se ha incrementado significativamente. Esto se debe a la caída de los precios relativos de maquinaria y equipo. Esta caída, a su vez, ha sido ocasionada por el crecimiento más rápido de la productividad en el sector productor de bienes de capital. Este incremento de la productividad estuvo vinculado a los avances en la tecnología informática. También contribuyó que la producción de maquinaria y equipo está fuertemente inmersa en las cadenas globales de valor.
De acuerdo a los datos, citamos en el trabajo, de Penn World Table versión 9.0 para 180 países los precios de maquinaria, equipos (excluyendo transporte) y transporte han declinado significativamente desde 1990 cuando se los compara con el deflactor del consumo. Los precios relativos de la maquinaria y equipos cayeron alrededor del 60% en los países adelantados y 40% en los atrasados. Comparados con 1990, los precios de maquinaria y equipos cayeron en relación al deflactor de consumo en todos los países adelantados, en el 87% de las economías de mercados emergentes y en el 68% de los países en desarrollo de bajo ingreso. Señalemos también que medir los cambios de los precios de bienes que experimentan mejoras sustanciales de calidad, tales como computadoras, equipo de comunicación y similares, presenta enormes dificultades porque no se están comparando bienes iguales.
Por otra parte, los precios de las estructuras residenciales y no residenciales han seguido aproximadamente los precios de los bienes de consumo; y en los países adelantados se han incrementado desde mediados de los 2000 en términos relativos. Los precios de otros bienes de inversión, consistentes en productos de propiedad intelectual, tales como I&D, software y bases de datos, también bajaron, aunque de forma más modesta que los bienes tangibles de los bienes de inversión transables. Por último, hubo una caída dramática de los precios relativos de equipos de computación (como fue el caso del hardware de computadoras, que cayó 90% desde 1990) y, en una menor cantidad, equipos de comunicación (cuyos precios cayeron casi 60%).
Esta evolución apoya la hipótesis de que los avances en la tecnología informática han jugado un rol importante en la caída de los precios de la inversión. Otros casos notables de caídas de precios: entre 2009 y 2017 los precios de los paneles solares fotovoltaicos cayeron 76%. Los precios de las turbinas de viento cayeron 34%.
Caída de la productividad y de la inversión
Por lo dicho en el apartado anterior no se debería perder de vista que, sin embargo, la inversión se debilitó significativamente en la década transcurrida desde la crisis. El World Economic Outlook de octubre de 2018, capítulo 2, señalaba al respecto que el aumento de la productividad en las economías más avanzadas que producen medios de producción se hizo más lento desde la crisis, y que se debilitó el gasto de I&D y la adopción de tecnologías. Por eso también el ritmo de caída de los precios de los bienes de capital (medios de producción) ya se ha hecho considerablemente más lento en las economías avanzadas en la última década. A nivel global, la inversión se mantuvo débil, con la excepción de China. En China la inversión aumentó del 40% del producto nacional, antes de la crisis, al 50%.
La caída de la inversión a nivel global puede haber estado determinada por menor acceso al crédito, y expectativas débiles de crecimiento y rentabilidad en el futuro. En 2017 la inversión global estaba un 25% por debajo de la tendencia de precrisis. La debilidad de la inversión puede explicar por qué la recuperación fue tan lenta. Esto implicó carencias en equipos de capital y, en la medida en que la tecnología está inmersa en la maquinaria, más lenta adopción de tecnología.
Inversión en los países atrasados
En lo que respecta a los países atrasados (en la terminología del FMI, países en desarrollo y países de mercados emergentes) las tasas de inversión aumentaron significativamente en las últimas tres décadas. Las tasas de inversión real en maquinaria y equipo en estos países casi se han duplicado en las tres décadas previas. Las altas tasas de inversión han sido una razón clave para las tasas de crecimiento significativamente más elevadas de los mercados emergentes y las economías en desarrollo que en las economías desarrolladas. Esto ha provocado una caída de la brecha del ingreso entre estos países. A pesar de esto, estas economías tienen todavía una fracción muy menor de capital en comparación con los países adelantados.
Esa profundización del capital en los mercados emergentes y los países en desarrollo en las tres últimas décadas ha coincidido con las notables caídas, a las que hicimos referencia, de los precios de los bienes de inversión, tales como maquinaria y equipos, en relación con otros precios de la economía, como los bienes de consumo. Sin embargo, se encuentra el mismo patrón si se tiene en cuenta la relación entre los precios de los bienes de inversión y el nivel general de precios del PBI. De conjunto significa una profundización de la acumulación capitalista en el alguna vez llamado “tercer mundo”. En términos globales se expresa en que la participación de estos países – calculada a paridad de poder de compra – en el producto mundial alcanza hoy el 60%.
Para terminar, señalamos tres cuestiones. En primer lugar, la relevancia que tiene el considerar los avances de la productividad en términos de riqueza – valores de uso – generados por unidad de tiempo de trabajo. En segundo término, la incidencia de los aumentos de productividad en los costos del capital, y su relación con la evolución de la tasa de ganancia. Una cuestión que remite a las discusiones sobre cómo opera, o incluso la validez, de la tesis de Marx sobre la tendencia al aumento de la composición orgánica del capital, y la caída tendencial de la tasa de ganancia. Por último, la realidad de la mundialización de la relación capital / trabajo. Esta relación no solo se ha extendido desde principios de los 1980 – con el giro de China al capitalismo, y luego con la caída de la URSS – sino también se ha profundizado. Una evolución que no encaja en la tesis – popular en algunos círculos de la izquierda – del estancamiento crónico, o de la tendencia al estancamiento crónico, del capitalismo.
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Por qué el PIB sigue importando

Jun 20, 2019 BJØRN LOMBORG

ALLINGE, DINAMARCA – Nueva Zelanda está cosechando elogios por introducir el primer Presupuesto para el Bienestar del mundo, que apunta a hacer pasar el énfasis en el PIB hacia el “bienestar de la gente”. Quienes sienten animadversión hacia el indicador PIB –en particular los verdes, que culpan al crecimiento económico por el daño al medio ambiente- lo ven como una gran oportunidad para dejar de ir tras los dólares y comenzar a preocuparse por las personas.


Es fácil hablar mal de las políticas en pos de un PIB más alto. Este indicador se inventó en la era industrial e incluye muchos temas que, obviamente, no son beneficiosos. Como señalara Robert F. Kennedy hace medio siglo, el PIB “contempla los candados de seguridad de nuestras puertas y las cárceles para quienes los rompen”, pero “no considera la salud de nuestros niños, la calidad de su educación ni el disfrute de sus juegos”.

Sin embargo, el PIB sigue siendo el mejor indicador individual para guiar las políticas públicas. Ignorarlo en favor de medidas alternativas de bienestar podría acabar reduciendo la calidad de vida general de la gente.

Es cierto que el nuevo énfasis de Nueva Zelanda en el bienestar se siente bien: el gobierno destinará más recursos a prioridades clave como la salud mental, por ejemplo. Pero a menos que su economía entera crezca –reflejado en un PIB más alto- el país tendrá que recortar su presupuesto para otras prioridades importantes. Y si no hay mayores recursos que destinar a políticas deseables, solo quedarán las buenas intenciones.

Antes que todo, el PIB importa porque el crecimiento económico ha sacado a más de mil millones de personas de una pobreza extrema y agotadora. Un estudio reciente de 121 países mostró que los ingresos medios del 40% más pobre de la población aumentaron tanto como las rentas nacionales a lo largo de las últimas cuatro décadas. En consecuencia, aumentar el PIB ayuda a los más pobres del mundo.

Pero la importancia del PIB se extiende más allá de los ingresos. A medida que los países se enriquecen, las personas viven vidas más longevas, se reduce la mortandad infantil y los gobiernos pueden destinar más recursos a la salud. Del mismo modo, al disponer de más ingresos las personas pueden comprar mejor comida para ellas y sus hijos, y tomar decisiones más saludables en general.

Más aún, un mayor PIB ayuda a mejorar la educación, porque los países y los padres pueden permitirse mejores docentes y más recursos educativos, además de que los niños tengan jornadas escolares más largas. Esta es la razón que explica por qué los países con un PIB más alto por persona suelen tener mejores posiciones en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas, que mide la longevidad, la educación y el estándar de vida.

Las mejoras en el PIB por persona han reducido drásticamente la desnutrición mundial en las pasadas tres décadas. Además, el crecimiento económico ha permitido que los más pobres usen combustibles más limpios para cocinar y calentarse, y puedan acceder a servicios de infraestructuracomo agua, higienización, electricidad y comunicaciones.

Los múltiples beneficios del crecimiento económico no se limitan a los países más pobres del mundo. También las economías más ricas han seguido mejorando sus posiciones en el IDH en las últimas décadas, a medida que la continuidad del crecimiento del PIB hace que sus ciudadanos vivan mejor.

Incluso existe una fuerte correlación entre el PIB por persona y el desempeño ambiental de un país en una amplia gama de indicadores. Por ejemplo, la polución del aire en el interior de la vivienda es uno de los factores ambientales que más muertes produce en el planeta debido a la quema de estiércol y madera. Pero a medida que las sociedades se desarrollan, pueden permitirse tecnologías más limpias. En 1990, la polución del aire interior causó más del 8% de los fallecimientos en todo el mundo, mientras que hoy la cifra se aproxima a la mitad.

Mientras tanto, la polución del aire exterior empeora a medida que las sociedades salen de la extrema pobreza, pero después se reduce notablemente cuando los ingresos más altos permiten que las políticas y normativas se vuelvan más exigentes y las consideraciones ambientales toman precedencia por sobre las preocupaciones de supervivencia inmediatas. La deforestación sigue un patrón similar: los países ricos están preservando cada vez más sus bosques y reforestando debido a los mayores rendimientos de sus cultivos y el cambio actitudinal de sus habitantes.

Por supuesto, los diferentes países pueden destinar su PIB de maneras ligeramente mejores o peores. Grecia ocupa un lugar más alto en el IDH que Rusia, a pesar de tener cerca del mismo PIB por persona. Pero los países no tienen un gran margen de maniobra, dada la gran importancia de los recursos naturales disponibles: tanto Grecia como Rusia están mejor posicionados en el IDH que Brasil y China, que tienen un PIB por persona más bajo, y mucho mejor que Tanzania y Mozambique, que están incluso peor.

Quizás lo más importante es que el PIB por persona refleja muy bien el bienestar subjetivo, que está en el centro de la sensación de seguridad humana. Cuando los investigadores compararon la Renta Nacional Bruta (RNB, primo cercano del PIB) con cinco índices alternativos “más allá del PIB”, la RNB predijo el bienestar subjetivo mucho mejor que los demás, y el único que lo superó ligeramente era un complejo conjunto de 50 indicadores. Los investigadores concluyeron que las “en realidad, las actividades económicas y la riqueza que crean hace que una gran mayoría de personas disfrute más la vida”.

La verdad es sencilla: una mayor cantidad de dinero posibilita adquirir más oportunidades. El énfasis de Nueva Zelanda en el bienestar puede tener la mejor de las intenciones, pero si su PIB no aumenta, el gobierno contará con menos dinero para sus planes más amplios. Y en comparación con lo que podría haber tenido, el país tendrá un menor bienestar general, peor desempeño ambiental y un capital humano más débil.

Traducido del inglés por David Meléndez Tormen


BJØRN LOMBORG a visiting professor at the Copenhagen Business School, is Director of the Copenhagen Consensus Center. His books include The Skeptical Environmentalist, Cool It, How to Spend $75 Billion to Make the World a Better Place, The Nobel Laureates' Guide to the Smartest Targets for the World, and, most recently, Prioritizing Development. In 2004, he was named one of Time magazine's 100 most influential people for his research on the smartest ways to help the world.

Trump cede ante Xi-Jinping en cumbre del G20

El Presidente de EU desbloqueó los negocios con Huawei y anunció que no impondrá más aranceles a China

30/06/2019 05:00 DPA Y AFP




OSAKA.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que las compañías norteamericanas podrán volver a suministrar material a la tecnológica Huawei en el marco del reinicio de las negociaciones comerciales con China anunciado durante la cumbre del G20 en Osaka, Japón.

Trump decide así revertir una decisión por la que prohibía a estas compañías entablar relaciones comerciales bajo la sospecha de que Huawei, principalmente conocida por sus teléfonos móviles, podría suponer una amenaza para la seguridad nacional.

Enviaremos y venderemos a Huawei una tremenda cantidad de productos que emplean en las cosas que hacen. Seguiremos vendiéndoles estos productos”, aseguró.

El decreto inicial sobre Huawei invoca la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que da al presidente la autoridad de regular el comercio en respuesta a una emergencia nacional que amenace a Estados Unidos. La medida ordena al Departamento de Comercio, que trabaja con otras agencias del gobierno, presentar un plan de aplicación dentro de 150 días.

El mandatario estadunidense también aseguró que no impondrá nuevos aranceles a China, tras alcanzar una tregua en su guerra comercial con la segunda economía mundial.

Al menos de momento” Washington no impondrá nuevos aranceles ni retirará los que ya existen, dijo Trump en el G20.

Por otra parte, los veinte países ratificaron su compromiso “a favor de los fundamentos del libre comercio” y del “crecimiento económico” en medio de las tensiones globales.

Nos esforzamos por crear un entorno de comercio e inversión libre y justo, no discriminatorio, transparente, previsible y estable, y por mantener nuestros mercados abiertos”, indicó el texto del comunicado final de la cumbre de Osaka.




CONSENSO SOBRE EL CLIMA

Los países del G20, menos Estados Unidos, alcanzaron un consenso sobre el clima en el texto de la declaración final de la cumbre anual, indicaron ayer la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidencia francesa.

En la cumbre de Osaka, igual que ya ocurrió el año pasado en la de Buenos Aires, habrá una “declaración 19+1”, dijo Merkel, es decir, un apoyo de todos los países del G20, menos Estados Unidos, al Acuerdo de París sobre el clima de 2015.

El texto sobre el clima fue adoptado”, indicó el equipo del presidente francés, Emmanuel Macron.

En los últimos días los diplomáticos presentes en Osaka hablaron de la posibilidad de que varios países emergentes no firmaran el texto, siguiendo la línea de Estados Unidos. Pero finalmente 19 países “reafirmaron su apoyo al acuerdo de París”, subrayó la presidencia.

Merkel, que dijo que sobre el clima habría una “declaración similar” a la del año pasado, también aseguró que “sobre el comercio tenemos el mismo resultado que en Buenos Aires.

Se trata en particular de “un compromiso por un comercio internacional justo, transparente y sin discriminación” que requiere “la urgencia de reformar la Organización Mundial del Comercio”, indicó.

-AFP

ANSIOSO DE VERSE CON KIM JONG-UN

Corea del Sur recibió ayer al mandatario estadunidense, Donald Trump, quien conversó con su homólogo Moon Jae-in, ante la expectativa de una reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-Un

Antes de llegar a Seúl, cuando se encontraba aún en la cumbre de líderes del G20 en Osaka (Japón), Trump publicó un mensaje por la red social Twitter invitando a Kim a reunirse “unos dos minutos” con él durante la visita que tiene hace hoy a la zona desmilitarizada (DMZ) que separa ambas Coreas.



El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunieron en la Casa Azul, en Seúl. Foto: AFP

Mientras estoy allí, si el líder Kim de Corea del Norte ve esto, ¡yo me reuniría con él en la frontera/zona desmilitarizada sólo para estrecharle la mano y decir Hola (?)!”, escribió el viernes en la red social.

El régimen norcoreano no tardó mucho en responder mediante su viceministra de Exteriores, Choe Son-Hui.

En una nota publicada por la agencia estatal KCNA, Choe calificó la propuesta de “muy interesante” y la consideró positiva para las relaciones bilaterales.

Nos contactaron muy rápido y quieren ver si podemos hacer algo, y no estamos hablando de una reunión larga, sólo un saludo rápido”, indicó el presidente estadunidense.


-EFE

Cuba: salarios, demanda y oferta de alimentos ¿será efectiva la restricción de precios?

Por Pedro Monreal, El Estado como tal

https://elestadocomotal.com/2019/06/29/cuba-salarios-demanda-y-oferta-de-alimentos-sera-efectiva-la-restriccion-de-precios/
La noción de que las restricciones de precios pudieran ser efectivas en Cuba para impedir una eventual inflación derivada de mayores salarios y pensiones y para incrementar la oferta es insostenible. Digo, si el enfoque que se adopta es el económico y no el administrativo.
En mi modesta opinión esa es una noción preocupante pues pudiera estar asociada a una conceptualización limitada de la función de los precios en un sistema económico, incluso en un mercado regulado como el cubano.
Tal noción se asociaría a una visión de los precios que estaría restringida a los planos de la comercialización, de la redistribución y del consumo, pero que soslayaría la importante función de los precios en el plano de la producción.
¿Puede funcionar sin aumentos de precios el proceso de estimulación de la oferta cuando esta es inferior a la demanda?
Dependiendo de la respuesta que se ofrezca, pudiera ser muy distinta la selección de instrumentos de política económica, incluso para lograr un objetivo de consenso como sería moderar el impacto de los incrementos de precios.
La selección de las restricciones administrativas de precios como instrumento de política económica exigiría, en la actual coyuntura cubana, la presentación de una racionalidad que pudiera sustentarla. Sin embargo, hasta donde conozco, tal racionalidad no ha sido convincentemente explicada.
Un punto para comenzar: inflación abierta e inflación reprimida
Parece asumirse oficialmente en Cuba que las restricciones de precios evitan la inflación. Sin embargo, existe suficiente evidencia, incluyendo la del propio país, de que no lo hacen.
Lo que evitan las restricciones administrativas de precios es que la inflación se refleje en tablillas de precios y en etiquetas de productos (inflación abierta), pero, en cambio, la inflación se manifiesta en forma de inflación reprimida, o sea, un exceso relativo de demanda que es “resuelto” mediante el racionamiento y otras formas de limitación de acceso a la oferta y que se manifiesta en forma de colas, mercado negro y escasez crónica.
Un precio artificialmente bajo distorsiona el funcionamiento de la economía. Envía la señal equivocada al consumidor de que determinados bienes son abundantes cuando en realidad son escasos.
Simultáneamente, los precios mantenidos artificialmente bajos también envían la señal incorrecta a los productores, quienes no tendrían interés (un concepto clave en Economía) de aumentar la oferta porque no podrían aprovechar en su favor las ganancias extra derivadas del desbalance entre oferta y demanda.
Por tanto, las restricciones de precios no habrían “tocado”, en lo más mínimo, las causas subyacentes de la inflación: un nivel de oferta inferior a la demanda. Tampoco habrían enviado la señal que se necesita para resolver el desbalance.
Utilizar el método económico implica reconocer la función de los precios en un mercado, inclusive en un mercado regulado. Eso no tiene nada que ver con el neoliberalismo. Los mercados funcionan así. No hay mercados libres “puros” pues generalmente son regulados, pero los precios funcionan -todos los días- en los mercados y por tanto deben ser correctamente entendidos.
Si alguien tuviese hoy en Cuba una explicación económica distinta sobre el funcionamiento de los precios, por ejemplo, que estos pueden ser “contenidos” a voluntad sin que ello tuviese consecuencias, entonces ahora pudiera ser un buen momento para compartir y debatir tal explicación.
Asumo que el marco de análisis sigue siendo que en la transformación del modelo económico cubano fundamentalmente deben utilizarse métodos económicos y no administrativos.
¿Puede ser inflacionario el incremento de salarios y de pensiones?
Reitero la importancia y el carácter positivo de algo en lo que se ha apreciado un amplio consenso: el anunciado incremento de salarios de los trabajadores del sector presupuestado y de las pensiones es una medida oportuna, beneficiosa y justa. Eso parece estar fuera de toda discusión.
De hecho, lo que intenta hacer el aumento de salarios y pensiones es “poner al día” esos ingresos para contrarrestar, aunque sea de manera parcial, la divergencia que ha existido durante años entre el menor crecimiento de los salarios y pensiones, de una parte, y el incremento más rápido de los precios.
Un reciente estudio ha estimado que la situación ha llegado a un punto en que se necesitan tres salarios medios para que un núcleo familiar de tres personas pudiera cubrir el costo de sus necesidades básicas. Es decir, se necesitaba un perfil de ingreso familiar muy atípico (tres salarios medios en un núcleo de tres) y por tanto se trata de un perfil de ingreso familiar poco probable. Esto implica que la familia promedio cubana no ha podido cubrir sus necesidades básicas con los salarios y pensiones. (1)
El anunciado incremento de salarios y pensiones implica un gasto presupuestario extra ascendente a 8200 millones de pesos en 2019 (7500 millones de salarios y 700 millones de pensiones) que sería compensado con reducciones en otras partes del presupuesto, de manera que se afirma que ello no conllevaría a un aumento del déficit presupuestario.
Significaría que no habría que “monetizar” el incremento de salarios y de pensiones y por tanto se supone que la liquidez total se mantenga estable, aumentando solamente en la medida en que lo requiera el crecimiento económico anual, que debe ser bajo en 2019.
He escuchado la opinión de que el incremento de salarios pudiera ser inflacionario porque aumentaría el costo de un factor de producción importante como es el salario. En el caso del sector presupuestado cubano -que principalmente ofrece servicios de acceso universal que no representan un gasto para los beneficiados- sería una inflación que tendría que ser absorbida por el Estado. Es decir, para ofrecer un determinado tipo de servicio -con idéntica cantidad y calidad a la actual- el presupuesto de 2020 debería ser mayor pues el costo de salarios habría aumentado. Al final, ese incremento de costos pudiera afectar el bolsillo de los ciudadanos en caso de que hubiese que acudir a un posible incremento de impuestos.
Existe una diferencia en comparación con ese mismo proceso en el sector empresarial, donde un incremento de costos laborales pudiera ser trasladado al precio final para preservar el margen de ganancia. En ese caso, la inflación afectaría directamente a los ciudadanos.
Una explicación de ese tipo se asocia al conocido concepto de “inflación debida a los salarios” (wage inflation), el cual tiene una aceptación relativamente amplia, aunque es una noción controversial porque otros economistas -no solamente los monetaristas- consideran que el incremento de precios no causa por sí mismo la inflación porque esta es un fenómeno esencialmente monetario. O sea, que el aumento de salarios solamente se asocia con la inflación en el caso en que se hubiera producido una expansión de la masa monetaria para “acomodar” el incremento de salarios.
En esa lógica, una posible acción de las autoridades monetarias para expandir la liquidez (abaratando el costo del crédito) estaría generalmente asociada al interés de proteger el nivel de empleos que, en principio, debería reducirse por haberse convertido en un factor de producción más caro.
Si coloco este tema sobre la mesa es para ayudar a entender mejor dos cosas. En primer lugar, que se reconoce que la conexión entre salarios e inflación es un tema teóricamente polémico. En segundo lugar, cuando se intenta conectar mayores salarios con incrementos de precios se requiere una explicación específica. No es el tipo de relación “evidente”, capaz de explicarse por sí sola.
O sea, el tipo de explicación que hasta ahora no se ha escuchado en Cuba, a raíz del anuncio del incremento de salarios y pensiones.
Del equilibrio macro al equilibrio del mercado de alimentos
He comentado anteriormente que al haber sido concebido como una especie de “enroque” de partidas presupuestarias, el anunciado incremento de precios y pensiones crearía una demanda que, a nivel macroeconómico, tendría como contrapartida una reducción equivalente de demanda global por haberse suprimido otros gastos presupuestarios previstos.  
En principio, esto no debería alterar el equilibrio global entre oferta y demanda, con los niveles de precios actuales. Sin embargo, el anuncio oficial de la medida ha incluido la preocupación gubernamental de que pudiera producirse un incremento de precios. También se ha expresado la decisión de evitar ese aumento de precios.
A los efectos del análisis, conviene diferenciar la posibilidad del incremento de precios de la manera de gestionarlo.
El gobierno cubano se preocupa, con razón, por la posibilidad de un incremento de precios porque ha sabido distinguir correctamente entre el equilibrio a nivel macroeconómico y el efecto diferenciado que pudiera tener un incremento de salarios y de pensiones en la demanda de determinadas categorías de productos y servicios, especialmente los alimentos.
Se ha estimado que en Cuba se dedica a los alimentos entre el 55 y el 71% del gasto de consumo de los hogares. Para simplificar la exposición, se asume la cifra promedio de 63%. (2)
Eso significaría que debería existir una demanda nueva de alimentos de aproximadamente 5100 millones de pesos (el 63% de 8200 millones) que debería ser respaldada por una oferta física de alimentos lo suficientemente grande como para que no aumentasen los precios.
Para poner en perspectiva esa cifra, conviene anotar que el total de las ventas de productos agropecuarios (sumadas las seis formas de comercialización) fue de 766,7 millones de pesos en el primer trimestre de 2019. (3)
Las probabilidades de que pudiera generarse el nivel necesario de oferta no lucen ser muy altas, algo que parece encontrarse detrás de la preocupación oficial con un alza de precios.
Aquí conviene recordar algo muy importante: el principal suministrador de productos agropecuarios en Cuba -incluyendo renglones claves- es el sector privado y este es un sector que se vincula con el Estado y con los consumidores a través de relaciones de mercado, es decir, relaciones en las que el funcionamiento del mecanismo de precios es muy importante.
Dado el mal primer trimestre del agro cubano en 2019 y teniendo en cuenta las dificultades existentes para “alinear” los factores productivos que permitirían un incremento de la producción agropecuaria, en cualquiera de sus formas de propiedad y de gestión, es altamente improbable que la oferta de alimentos de base nacional se incremente en los restantes seis meses de 2019 al nivel que se necesita para responder al aumento de demanda asociado al incremento de salarios y de pensiones. (4)
No es posible afirmar tajantemente que la tendencia de los precios de los alimentos crezca y mucho menos es posible aventurarse a cuantificar su posible incremento, pero parecen ser altas las probabilidades de que ello suceda.
Cuando el remedio pudiera ser peor que la enfermedad
Frente a la elevada probabilidad de un escenario alcista del precio de los alimentos, la alternativa de política económica se ha resumido en la frase de que “no puede haber incremento de precios”.
Veamos detenidamente el asunto:
  • En una probable situación de desbalance de oferta y demanda de alimentos agudizada por la demanda extra asociada a incrementos de salarios y pensiones, la tendencia de los precios inevitablemente sería alcista. Sería un proceso objetivo. Los mercados funcionan de esa manera y aquí poco importa lo que puedan desear u opinar los funcionarios.
  • Dado el poder que tiene el Estado y dados los mecanismos administrativos a su disposición, pudiera evitarse que una tendencia alcista de precios se manifestase como inflación abierta. No habría entonces incremento de precios gracias a un “decretazo”. Se esconderían los precios “debajo de la alfombra”, pero las tendencias alcistas se manifestarían entonces como inflación reprimida.
  • La “inflación cero” manufacturada mediante un ukase administrativo no impediría efectos negativos sobre el consumidor: escasez, inestabilidad en el acceso, ansiedad, pérdida de tiempo haciendo colas, incremento de precios en el mercado negro, efectos redistributivos negativos (los más pobres son los más afectados), y transferencias de valor que alimentan la corrupción.
  • La “congelación” de precios anularía la función que deben desempeñar los precios en la producción. Si se anula ese mecanismo, ¿qué lo reemplazaría? Quienes consideren que la utilización de un mecanismo extra- económico pudiera ser efectivo y sostenible (arengas, resoluciones, etc.) deberían explicar primero cuál es -exactamente- la evidencia de la que disponen para asumir que ese enfoque es funcional.
El sector agropecuario nacional tiene serios problemas desde hace mucho tiempo y la coyuntura actual es particularmente crítica. De hecho, resulta difícil identificar las acciones de política económica que pudieran haber sido efectivas para el agro cubano en tiempos recientes.  
Entre otros factores preocupantes se encuentran:
  • La insistencia en la centralidad de un sistema de Acopio que no funciona bien.
  • La utilización de un sistema burocrático de formación de precios del productor.
  • Una nueva ley de cooperativas que propicia subordinaciones injustificadas de productores privados y cooperativos respecto a las empresas estatales.
  • El reciente auge de un enfoque de polos productivos agropecuarios que se han presentado como una “oportunidad para que la empresa estatal recupere su liderazgo” (no queda claro exactamente en qué).
  • La curiosa decisión de asumir en la Metodología del plan 2020 que las entidades estatales tienen el peso decisivo en la planificación agropecuaria de Cuba, a pesar de que en muchos casos son productores secundarios.
  • La extraña disposición, también en la Metodología del plan, respecto a lo que parecería ser la desestimación de las inversiones del sector privado, en la medida en que se establece que hay que “Considerar los medios y equipos para el sector que demandan las formas de producción no estatal como mercancías para la venta y no como inversiones
Si a todo lo anterior se sumase la posible restricción administrativa del funcionamiento de los precios en el sector de la economía cubana donde precisamente está más justificada -por su diversidad de formas de propiedad y de gestión- la necesidad de utilizar mecanismos económicos, especialmente el mercado, pudiera asestársele un fuerte golpe a un sector estratégico del país.
Si se interfiere adicionalmente en el proceso de formación de la oferta agropecuaria, no sería irracional pensar en una agudización de la crisis de la producción agropecuaria nacional.
Resumiendo, los principales aspectos negativos derivados de la opción de “congelar” precios serían los siguientes:
  • Desestimula la generación de oferta por parte de los productores.
  • Introduce rigideces que impiden que los precios puedan variar según la relación oferta- demanda.
  • Crea una demanda divorciada de las condiciones reales de funcionamiento de la economía.
  • No crea incentivos para invertir en tecnología.
  • El mecanismo es “explotado” por grupos sociales que no necesitan esa protección. Representa un subsidio injustificado para esos grupos.
  • Es innecesariamente costoso y tiene un impacto negativo en el presupuesto. Al ser un subsidio generalizado, los menores precios implican una base impositiva con menor valor y por tanto, una reducción en la captación de impuestos presupuestarios.
  • Favorece el mercado negro.
Las dos grandes ventajas de esa opción son que se asegura que no quedara fuera del subsidio ninguna persona que pudiera necesitarlo, pues se trata de un subsidio general; y que tiene costos administrativos menores ya que no se necesita una estructura especializada para administrar el mecanismo.
En síntesis: es una opción administrativamente “fácil” de gestionar, pero sus costos para el funcionamiento del sistema económico y su eficiencia pueden ser muy elevados.
¿Cuál pudiera ser la alternativa a la “prohibición” de un alza de precios?
Obviamente no se trata de una pregunta original. Es un tema ampliamente estudiado y discutido por los economistas y existe una considerable cantidad de bibliografía y de autores relevantes.
En rigor, en una situación como la aquí abordamos, los precios no son en sí mismos el problema que debe gestionar el gobierno. Los precios son el “vector” de un problema mucho más importante.
Lo que debe gestionarse es la minimización de la afectación del poder de compra de la parte de la población que se encuentra en mayor estado de precariedad económica y social. El objetivo de política pública es evitar un deterioro del bienestar de un grupo seleccionado de la población.
Este último punto es importante entenderlo. Una eventual alza de precios estimulada por el incremento de ingresos de una parte de los trabajadores (sector presupuestado y jubilados) pudiera tener un impacto negativo sobre todos los ciudadanos.
Se produciría un incremento de precios de los alimentos que compran todos los consumidores, tanto quienes tuvieron aumentos de ingresos como quienes no los tuvieron.
Desde el momento en que eso ocurre, la verdadera opción que debe hacer el gobierno no se refiere a los precios si no a las personas.
Tratándose de un incremento generalizado de precios la alternativa política respecto a la que debe tomarse una decisión es la siguiente: ¿Debe protegerse el poder de compra de todos los ciudadanos, o solamente de aquellos que se encuentran en una situación económica y social más frágil?
Un “decretazo” que impida el crecimiento de precios protegería a todos los grupos sociales, aquellos que necesitan protección y aquellos a los que no les hace falta.
La decisión de proteger a los grupos más vulnerables no tendría que ver con una acción sobre los precios, sino acerca de subsidios “enfocados”, existiendo diversas modalidades para implementarlos, por ejemplo, el conocido sistema de cupones.
Se necesitaría una estructura administrativa más complicada, pero presentaría la gran ventaja de no distorsionar el funcionamiento del mercado y de facilitar la función de los precios en el proceso productivo en el marco del sector de la economía cubana donde las relaciones de mercado deberían ser más intensas y funcionar mejor.
Para que no existan dudas: la producción del agro cubano es liderada por el sector privado y la diversidad de formas de propiedad y de gestión del sector es tan grande, que la utilización del mercado -incluida la función de los precios- es una necesidad económica y no una potestad administrativa.   
Notas
2 Betsy Anaya y Anicia García. “Dinámica de gastos básicos en Cuba (primera parte)”, IPS en Cuba, 28 de septiembre de 2018 https://www.ipscuba.net/economia/dinamica-de-gastos-basicos-en-cuba-primera-parte/
3 ONEI. Ventas de productos agropecuarios. Indicadores seleccionados. Enero- marzo de 2019. http://www.one.cu/publicaciones/05agropecuario/ventasmercadoagrop/public_mar19.pdf
4 Ver, “Cuatro gráficos de un mal primer trimestre para el agro cubano”, El Estado como tal, 27 de junio de 2019, https://elestadocomotal.com/2019/06/27/un-mal-primer-trimestre-para-el-agro-cubano-en-cuatro-graficos/