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martes, 18 de junio de 2019

La “cuarta prioridad” de la economía cubana: ¿están en la mesa todas las fichas del rompecabezas de la inversión?

Por Pedro Monreal, El Estado como tal


Las notas de prensa sobre la presentación de Alejandro Gil, ministro de economía y planificación, en el 8vo congreso de los economistas y contadores cubanos (12- 14 de junio) se han referido a las inversiones como la “cuarta prioridad” de la política económica de Cuba. (1)

No fue una revelación del congreso pues el ministro ha insistido sistemáticamente en la importancia del llamado “retorno” (rendimiento) de la inversión. Especialmente ha reiterado la importancia de asegurar cálculos rigurosos del “retorno” en los estudios de factibilidad y de controlar estrictamente el proceso inversionista para lograr que el costo de las inversiones se pague con sus propios rendimientos.
Esto es aplicable a todas las inversiones, financiadas por diversas vías, tanto internas como externas, pero es un asunto especialmente importante cuando se han contraído deudas para poder realizar la inversión.
Se trata, obviamente, de una prioridad muy racional y es positivo que el ministro –y otros funcionarios- destaquen con frecuencia la relevancia de esa prioridad.
Es una preocupación que se ubica principalmente en el plano de la gestión financiera de las inversiones.  Es primordialmente un problema relacionado con la medición de la eficiencia de las inversiones.
Ese es un plano en el que existen detalles técnicos que no consideramos en este breve comentario, pues el rendimiento de la inversión pudiera ser medido utilizando diferentes indicadores. Los dos más utilizados son la “tasa de retorno interno” (internal rate of return, IRR) y el “retorno de la inversión” (return of investment, ROI). Son métricas distintas que se utilizan para propósitos diferentes.
La tasa IRR se utiliza para mediciones a corto plazo, toma en cuenta el valor del dinero en el tiempo (“valor neto presente”) y se expresa como una tasa anualizada de “retorno”. La tasa ROI se utiliza para evaluar la eficiencia de la inversión en el plazo de un número de años, expresa el crecimiento del monto invertido desde el inicio hasta el final de la inversión y no incluye en su cálculo el valor del dinero en el tiempo.
Este es uno de los puntos sobre los que precisamente debería ofrecerse más información pública para poder conocer cuáles son los indicadores que se utilizan hoy en Cuba para medir y controlar la eficiencia de la inversión. ¿Se utiliza solamente el indicador IRR, el indicador ROI, los dos, u otros indicadores de rendimiento?
Adicionalmente, esta “cuarta prioridad” tiene otros planos. Dos de ellos fueron mencionados por el ministro durante su presentación en el congreso: la brecha de inversión nacional y el valor de los fondos básicos y su rendimiento.
Respecto al primero de ellos, difiero del enfoque que parece haber sido expresado durante el congreso. En cuanto al segundo, tengo dudas debido a la manera demasiado general en la que al parecer se abordó el tema.
Como no se dispone todavía de la presentación completa del ministro, es difícil evaluar lo expresado exactamente acerca de una brecha de inversión que se estima actualmente entre el 9 y el 14% del PIB.
Acabo de revisar el sitio web del Ministerio de Economía y Planificación (https://www.mep.gob.cu/es) y lo que hay es una nota mínima de la presentación del ministro, de hecho, tomada de Cubadebate. Sería muy útil poder consultar la versión textual de la intervención del ministro.
En términos prácticos, una brecha de esa dimensión significa que el país tendría que duplicar su nivel actual de inversión, un monto de recursos que sencillamente no parece estar a la vista por ninguna parte.
Es por esa razón que es difícil explicar la valoración que hizo el ministro –según la prensa- acerca de que “ese no es el problema mayor”. (2)
Desde una perspectiva macroeconómica, es precisamente esa brecha de inversión el problema mayor que tiene el desarrollo del país. El propio ministro expresó que si no se alcanzan tasas de inversión de entre 20 y 25% no será posible obtener el crecimiento económico sostenido superior a 5 y 6% anuales.
Agrego yo que sin esas tasas de crecimiento Cuba no podrá avanzar hacia el desarrollo. Para decirlo en términos llanos, la variable macroeconómica más “ponchada” de Cuba es la tasa de inversión. O se resuelve eso, o la meta del desarrollo no es creíble.  
Pasando al otro plano mencionado por el ministro, se hizo una alusión muy rápida a la importancia de incorporar al análisis la cuestión de “los fondos básicos en explotación, su rendimiento, o el impacto económico que genera no explotarlos”. (3)
Es sin dudas, un tema muy importante, pero la verdad es que no queda claro si estarían colocándose sobre la mesa todos los aspectos que incluye el tema del valor de los fondos básicos y su utilización.
Se trata de una discusión muy amplia –sujeta a controversias- respecto a la cual surgen dudas en cuanto a los enfoques que estarían utilizándose en Cuba actualmente. Comienzo por lo que pudiera ser el punto de partida:
  • ¿Se tiene en cuenta la diferencia entre el costo de los bienes de capital (basado en el pasado) y el valor de los bienes de capital (que depende del futuro)?
Esa es una distinción que, desde hace tiempo, se ha hecho en los estudios de Economía y es particularmente importante cuando se trata de la inversión pública.
Equivale a considerar un punto analítico obvio: el costo de la inversión pública usualmente no es igual al valor del capital público. En otras palabras, no existe un modelo general en el que cada peso/ dólar público invertido por el Estado se convierte en un peso/ dólar de valor económico de capital público.
Existen al menos tres razones para que se produzca una divergencia ex post entre el costo de la inversión y el valor del capital creado con ella: cambios en precios relativos, innovación tecnológica, y errores humanos al subestimar costos y sobrestimar ganancias potenciales.
Es decir, que la utilización del conocido “método del inventario permanente” aplicado a las inversiones –que considera que el stock de capital es simplemente la suma de flujos de inversión, con algunos ajustes- pudiera reflejar un valor “inflado” del valor acumulado real (stock) de la inversión pública.
Para un país como Cuba, esto pudiera tener al menos dos implicaciones:
  • Aun cuando el capital público pudiera tener potencialmente un impacto grande en la producción, el gasto público en inversión pudiera tener un impacto menor.
  • Se complica el cálculo de la productividad total de factores debido a la dificultad empírica de diferenciar un bajo crecimiento debido a inversiones que no crean factores, respecto a una situación distinta de bajo crecimiento debido a un crecimiento lento de la productividad.
Por lo que ha expresado el ministro, existe ahora una baja productividad de la inversión, pero, al final, las decisiones sobre las inversiones de hoy no pueden hacerse sobre una base que no considere adecuadamente las inversiones de “ayer”.
La respuesta acerca de qué debe hacerse no es lineal. El país pudiera estar en una situación en que, en algunos casos, no podría darse “el lujo” de “enderezar” primero la productividad de la inversión antes de que se decidiese acometer la inversión.
El hecho de que la evaluación de una inversión pública –usualmente para agregar stock de capital en una rama determinada- no arroje un estimado de buenos rendimientos pudiera deberse a factores diversos:
  • Actividades donde ha existido una “sobre-inversión” de capital y por tanto el rendimiento de la nueva inversión es marginal.
  • El capital público es muy productivo, pero la efectividad promedio de la inversión pública para crearlo es baja.
  • El capital público ha sido creado mediante un proceso inversionista eficiente, pero es un capital que no se utiliza adecuadamente.
  • Una combinación de los tres factores anteriores.
 Desde el punto de vista de la política económica, poder tener sobre la mesa todas las fichas importantes del rompecabezas de la inversión –antes de tomar decisiones- es muy importante para evitar la adopción de enfoques que pudieran priorizar aspectos que, siendo importantes, no fuesen suficientes.
Notas
1 Sayli Sosa Barceló. “Alejandro Gil: Hay que ponerles tiempo a los gerundios”, periódico Invasor, 13 de junio de 2019 http://www.invasor.cu/es/secciones/economia/alejandro-gil-hay-que-ponerles-tiempo-a-los-gerundios

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