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jueves, 18 de julio de 2019

Polo productivo Cauto-La Yaya: Camino hacia el autoabastecimiento en Granma



18 julio 2019



Siembra de maíz en el polo productivo Cauto-La Yaya, de Granma. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

El ansiado autoabastecimiento agrícola hacia el que deben transitar todos los municipios del país ya no es una “meta” tan distante en Granma. Para concretar ese objetivo, esencial en el afán de disminuir las importaciones de alimentos, y garantizar que viandas, frutas, granos y hortalizas lleguen sin dificultad a la mesa del cubano, la oriental provincia cuenta con el respaldo de seis polos productivos de cultivos varios.

Llegar hasta los extensos sembradíos de Cauto-La Yaya es complejo si no hay transporte asegurado. Está ubicado en el municipio de Jiguaní y posee unas 620 hectáreas cultivables: 500 bajo riego (245 con ocho máquinas de pivote central) y el resto para plantaciones permanentes, como el plátano.

El camino se hace difícil por momentos y, en caso de que llueva, el acceso es casi imposible. En el Consejo Popular “Dos Ríos”, donde se encuentran parte de los cultivos del polo, apenas se ve un caserío y poquísimas personas.

A casi una hora de trayecto, desde que se abandona la carretera principal, están las producciones de la Unidad Empresarial de Base (UEB) “El Tamarindo”, dedicada a la siembra de yuca, boniato, plátano, calabaza, maíz y frijol, además de cítricos y frutales, entre ellos la guayaba.

Diosvany Armas del Toro es el director de la Empresa Agropecuaria “Jiguaní”, encargada de gestionar el polo Cauto-La Yaya, que dispone de tres UEB: “El Tamarindo” y “La Vuelta” —en la zona de La Jatía—, y una de Servicios Técnicos para mantener los equipamientos y maquinarias.

Diosvany Armas del Toro, director de la Empresa Agropecuaria “Jiguaní”, que gestional el polo productivo. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Al polo productivo tributan también dos Unidades Básicas de Producción Campesina, y una Cooperativa de Créditos y Servicios.


“Aunque en menor cuantía también se dedica a actividades de la atención a la ganadería, su potencial está en los cultivos varios, hortalizas y frutales”.

La UEB “El Tamarindo” cuenta con 64 hectáreas regadas por máquina.Actualmente, una de ellas irriga ocho hectáreas de yuca, y la otra, seis de maíz, ambos cultivos con rendimientos por encima de las seis toneladas por hectárea; además, se plantaron 32 hectáreas de cítricos, ya en producción.

“Ahora estamos recogiendo boniato en ocho hectáreas, con rendimientos de siete a ocho toneladas por cada una”, explica Armas del Toro, y añade que se espera llegar hasta las 10 toneladas por hectárea para la próxima cosecha.

Cosecha de boniato en la UEB «El Tamarindo», del polo productivo Cauto-La Yaya. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Agrega Rafael Pérez, director de la UEB, que recientemente se concluyó la cosecha de 10 hectáreas de calabaza, con un rendimiento de 12 toneladas por hectárea.

El plan —afirma— es satisfacer las necesidades de la provincia, y de manera particular las de Bayamo y Manzanillo. El polo Cauto-La Yaya vende sus producciones a Acopio, encargado de enviarlas a dichos destinos.

Al interrogar sobre las relaciones existentes con dicha entidad, Armas del Toro asegura que “no son malas”, aunque reconoce que al haber dificultades con la transportación, la Empresa ha tenido que asumir en ocasiones el traslado de los productos.

“No dejamos perder producciones porque Acopio no llegue en tiempo, las llevamos nosotros, porque sabemos las dificultades que tienen con el transporte, su mayor problema”, puntualiza.

Por otra parte, precisa que esta entidad paga en tiempo a la empresa y a las bases productivas.

La Empresa Agropecuaria “Jiguaní” trabaja sobre la base de una contratación, que, a la vez, se corresponde con el plan conciliado.


“A veces, circunstancias como afectaciones climatológicas impactan en los cultivos, por lo que nos vemos obligados a adoptar estrategias y adecuar los planes en correspondencia con lo que hay en el campo”, detalla Armas del Toro.

Especifica que este año, por ejemplo, aunque se han realizado algunos envíos, no se cumple con lo pactado debido al impacto de la sequía en el territorio.
Impulsando el cítrico

Cosecha de lima persa en el polo Cauto-La Yaya. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

El cítrico es uno de los renglones a los que se le concede gran importancia en el polo Cauto-La Yaya. Aunque todavía no son significativas las producciones de naranjas, toronjas, mandarinas y limones, existe la perspectiva de fomentar estos cultivos de cara a 2020.

El año venidero deberán sembrarse unas 260 hectáreas. Esto representa solo una cuarta parte de lo previsto: llegar a las mil hectáreas.

Insertados en un proyecto de desarrollo del cítrico en Cuba, también para el calendario venidero deben adquirirse seis máquinas de pivote central, que ampliarían la capacidad de riego a esas plantas, “una actividad novedosa porque en el país a esos cultivos tradicionalmente se les suministra el agua por sistema de goteo”, de acuerdo con el director de la UEB “El Tamarindo”.

Sin embargo, las experiencias van siendo positivas en el polo, donde existe ya una máquina que riega unas 34 hectáreas plantadas de lima persa, variedad de limón de mayor tamaño y duración.

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Leodenis no usa guantes para la recogida de limones porque no se los ha garantizado la UEB. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Leodenis Andino Pérez es una de las agricultoras que participa en la cosecha. Tiene 39 años y es madre de cuatro hijos.

“Ahora estoy en la recogida de limón, pero también debo deshijar las plantas; ¿ves todas estas yerbitas que están en el tronco? tenemos que quitarlas, y el bejuco…”.

No es de mucho hablar, pero cuenta que desde hace nueve meses se dedica a estas labores, en horario de siete de la mañana hasta las cinco de la tarde. Para llegar a la plantación, debe pasar el río Cauto, igual hace para retornar a su casa.

Aunque evita dar cifras, Leodenis reconoce que el salario “no está mal”, porque mientras más limas recoja más le pagan.

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La cosecha mensual de lima persa ronda las ocho toneladas en las 34 hectáreas. Ese cítrico de calidad óptima se comercializa a la Empresa Frutas Selectas para el abastecimiento al turismo.

Lima persa, variedad de limón de mayor tamaño y duración. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Fuerza laboral, talón de Aquiles

No es secreto que uno de los principales problemas que enfrenta el sector agrícola en el país es el de la fuerza laboral, el polo Cauto-La Yaya no escapa al fenómeno.

Así lo admite el director de la Empresa Agropecuaria “Jiguaní”, quien asegura que se torna más compleja la situación porque las áreas se encuentran en un territorio bastante intrincado.


“Tenemos un contrato con el Ministerio del Interior para emplear a reclusos, pero esto aún no satisface”, especifica.

Para garantizar la siembra y cosechas, dice que se han apoyado en las movilizaciones convocadas por el Partido y el Gobierno, además del pueblo, algunas entidades y la misma empresa, porque la fuerza laboral con que cuentan no suple las necesidades.

Uno de los principales problemas que enfrenta el sector agrícola en el país es el de la fuerza laboral. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Jorge Luis López Reyes, subdelegado agrícola en Granma, añade que “con la fuerza laboral hay dificultades en todos los polos de la provincia”, y opina que, amén de ser una solución el trabajo en el campo con el apoyo del pueblo y las movilizaciones por organismos, el problema se erradicará a medida que vayan introduciéndose tecnologías y, con ello, aumentando los rendimientos agrícolas y los ingresos para los productores.

Otra de las trabas reconocidas por Armas del Toro es el déficit de implementos agrícolas como gradas (implemento para la labranza del suelo) y chapeadoras.

A ello se añade que no está completo el paquete tecnológico suministrado por el Grupo de Logística del Ministerio de la Agricultura (GELMA). Este se compone de insumos, además de insecticidas, herbicidas y otros productos que se le aplican a los cultivos para protegerlos de plagas y enfermedades, para garantizar los rendimientos.

Más allá de las irregularidades, también se nota la voluntad de sacar adelante las producciones en cantidad y calidad. La búsqueda de alianzas con la ciencia y la academia para la obtención de semillas, de las cuales se obtengan mejores variedades y rendimientos, ha sido una de las líneas trabajadas durante los últimos años.
El ciclo se cierra en la minindustria

Producciones de la minindustria asociada al polo productivo Cauto-La Yaya. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Cuando la tierra ofrece la materia prima necesaria, como viandas y frutas, no es ocioso cerrar ese ciclo con la elaboración de otros alimentos que también constituyen una alternativa para la población.

En la Unidad Empresarial de Base “La Loma”, perteneciente a la Empresa Agrícola “Jiguaní”, existe una minindustria que elabora casi 40 surtidos, muchos de ellos a partir de lo que extraen a la tierra granmense los trabajadores del polo Cauto-La Yaya.

En esa unidad se preparan los llamados “ajiacos”, que no son más que los trozos de viandas peladas y troceadas (en una bolsa plástica sellada), listas para arrojarlas a la olla y comenzar a guisar el sabroso plato.

Del polo productivo también se abastecen de lima persa, mango, frutabomba y guayaba, para elaborar mermeladas y dulces en almíbar.

Héctor Fernández Gómez, director de la UEB, explica que además de los mencionados, en su línea de productos están el puré de tomate, los concentrados de tamarindo y de naranja, el jugo ácido y el aliño picante, a partir de otras materias primas.

Héctor Fernández Gómez, director de la UEB «La Loma». Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

“Tenemos contratos con empresas de Jagüey Grande y la Isla de la Juventud que nos suministran las pulpas asépticas (concentrado que a temperatura normal puede durar un año) de mango, guayaba para confeccionar las mermeladas. Nosotros hacemos la parte final del proceso y lo vendemos a la población”.


“Esta pequeña fábrica tiene capacidad para moler una tonelada de fruta por hora, aunque la mayor dificultad está en la marmita (para cocinar las mezclas), que sólo tiene capacidad para 15 kilogramos, y el proceso de cocción es lento”.

Los productos de la minindustria se comercializan bajo la marca Río de Oro en ocho puntos de venta de la provincia, que son abastecidos dos veces a la semana. Mensualmente, se recaudan por este concepto entre 600 mil hasta 900 mil pesos.

“Sobre la calidad no se tienen quejas hasta ahora, incluso, otras provincias adquieren nuestros productos, como Santiago de Cuba, Holguín y Las Tunas”, argumenta Fernández Gómez.
Granma podría ser una de las primeras provincias en autoabastecerse

Jorge Luis López Reyes, subdelegado agrícola en Granma. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Al igual que en todos los territorios del país, en Granma existe un programa bien delineado para el autoabastecimiento agrícola. Sin embargo, todo apunta a que esta provincia sea una de las primeras en lograr el objetivo, según ilustra el subdelegado del Ministerio de la Agricultura en la provincia.


“Estamos planteando que todos los municipios de Granma se autoabastezcan a partir del cierre de 2020, excepto Manzanillo, porque su nivel de superficie agrícola no es suficiente para abastecer la ciudad”.

En la provincia existen seis polos productivos distribuidos en los municipios de Pilón, Niquero y Media Luna, Yara, Bayamo, Cauto Cristo y Jiguaní, donde se concentra el 70% de la superficie agrícola para los cultivos varios: alrededor de nueve mil hectáreas de suelo. Son los lugares donde existe un mayor número de tecnologías para buscar altos rendimientos en la producción.

López Reyes informó que hay un polo nuevo en la montaña para la producción de hortalizas, en los municipios de Masó, Buey Arriba y Guisa, porque en esos lugares el clima es favorable para la siembra de col y tomate.

Sin embargo, la óptima explotación de esas zonas agrícolas depende de que se instale toda la tecnología necesaria para proveerlas de agua.

Según los datos aportados por el subdelegado de la Agricultura, a nivel provincial, la superficie bajo riego no sobrepasa el seis por ciento, “una limitante en la época de sequía, donde los rendimientos bajan mucho”.

“Precisamente por eso, cada uno de los polos tiene un programa de desarrollo, con un levantamiento de la cantidad que demandan de máquinas de pivote central, de riego estacionario y enrolladores”.

Explica López Reyes que también hay un plan diseñado en función de la entrega de tractores y medios asociados a estos.

Para el funcionario, el autoabastecimiento se asegurará en la medida que se materialicen dos elementos esenciales: la preparación de suelos para el cultivo y la inyección de tecnología de punta para lograr duplicar las áreas bajo riego en 2020. Mientras, la voluntad y el trabajo ya distinguen el fruto cosechado en Granma, porque hasta la tierra más fértil necesita manos dispuestas a revelar su misterio.

Riego del maíz. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

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