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miércoles, 17 de julio de 2019

UNA RESPUESTA NECESARIA


AL ESTIMADO ABELARDO MENA:

Recientemente me sorprendió haber recibido por PRIMERA VEZ el Blog “Habana Insider” (en español, creo debe ser “Interioridades de la Habana”, sino me equivoco).

Quiero serle sincero, pensé mal a veces y me dije: “Será que Mena haya considerado que yo no merezco recibirlo  por algunos motivos que no conozco”; o “Será que pudiera ser que a Mena no le interesa mis criterios por diversas causas”?

Y aunque quiero agradecerle por esa deferencia, me di cuenta que debe haber sido posible para aprovechar y enviarme la entrevista a Fernando Ravsberg: “Cartas desde Cuba, murió en combate”, por Miguel Alejandro Hayes, Edición de Harold Cárdenas.

Recuerdo que hace aproximadamente un año, le envié dos cartas a Ravsberg, ofreciéndole mis criterios y nunca ofendiéndolo por qué no es mi forma de expresar lo que pienso. Fernando me respondió como sigue:

 “Julio, no se preocupe, sus preocupaciones tendrán una pronta solución que seguramente lo dejará plenamente satisfecho. Saludos”

Le aclaro que al conocer su salida de Cuba, comenté con varios compañeros: “estoy seguro que pronto recibiremos noticias de Fernando”; una de ellas seguramente sería recordando su larga estancia en nuestro país con su familia, y evocando momentos felices en una noble, pequeña y asediada isla que lo albergó, y de amigos que seguramente dejó atrás.

Al dirigirse a mí, Ud. me expresó: “Para Alcorta de Mena sobre Ravsberg.” “Hablar sin todos los elementos no garantiza objetividad”; y me adjunta la entrevista.

Pudiera responderle que si todos los elementos no están muy claros, no garantizan tampoco lo que se quiere afirmar como objetividad.

Estimado Mena, yo no soy académico, ni sociólogo, ni politólogo y tampoco escritor; pero esas CARENCIAS nunca me han impedido concientizar sobre el heroísmo de nuestro pequeño país, su pueblo, su Revolución, soportando más de medio siglo la embestida feroz que la nación más poderosa del mundo, y puedo asegurarle, sin ánimo de ser chovinista, que no existe otro ejemplo que tenga esa magnitud.

Lamentablemente siempre esto se olvida, por Fernando y por otros que cometen ese error, cuando considero que esto siempre hay que tenerlo en cuenta, y nunca olvidarlo; no como justificación sino para poder llegar a conclusiones objetivas, justas y sensatas, pues de otra forma se pudieran también cometer injusticias imperdonables, teniendo en cuenta que nuestro país hace 60 años no tiene una situación normal, y como tal hay que analizarlo y comprenderlo.

Es cierto que estos sentimientos de muchos compañeros, a veces se convierten en la vida real en prácticas de incondicionalidad; pero le pregunto: ¿Qué ciudadano de cualquier nación que haya aguantado tantas años de perversión de los gobiernos de ese imperio, no estaría sujeto en parte a ese comportamiento?

Con relación a la entrevista ( 1), como siempre Fernando Ravsberg se embelesa en arremeter contra todo lo que se le ocurre, en el amplio devenir de nuestra compleja sociedad, sin piedad alguna, cómo si nuestro país estuviera envuelto en una burbuja aséptica que lo resguardara de todas las calamidades  que el SISTEMA, sus guardianes y sicarios, han provocado en estas seis últimas décadas, para desaparecerlo del mapa.

Con una simplicidad y eufemismo que lo distingue en toda su creación gacetillera, va restregándonos todo lo que va recogiendo sin distinción, como si fuera una gran faena, dejándonos el mal gusto de ser rígido, implacable, inflexible y prepotente.-

Y es así que acude a la metáfora del “caballo en medio del río dando hoy pasitos para adelante, mañana para atrás y pasado por los lados, cuando la propuesta de Raúl es pasar el rio.”

Por otro lado, su explicación sobre su trabajo en Cuba, sobre todo con la BBC, no me convence. Fernando explica que por discrepancias con esa poderosa y famosa institución mediática del SISTEMA, recientemente se dispuso dejarla tras 22 años de trabajo.

Está bien, fue un gesto digno. Pero esto no quita lo que expuse hace aproximadamente un año, en el sentido de que, conociéndose como funciona la mayor parte de esos inmensos conglomerados noticiosos, no creo que Fernando se haya  distanciado como un electrón libre,  sin dejarse influir, sobre todo en ese largo periodo de tiempo; y SÍ como el periodista experimentado que suministraba información adecuada que se avenía a sus necesidades, pues de lo contrario lo hubieran despedido sin mucha explicación.

Con todo el respeto a Ud. y a Ravsberg, a mi me parece que Fernando ya jugó su papel en Cuba; que vivió entre nosotros y compartió nuestros desvelos, nuestros errores, nuestras virtudes y éxitos; supo quienes apostaban por la liquidación a cualquier costo de nuestras inquietudes y esperanzas, lo cual ignoró siempre o no supo destacarlo.

Pienso que ya pasó su época entre nosotros; le agradecemos lo que pudiera haber realizado a favor de nuestro país, y, a la vez, no nos cansamos ni nos cansaremos en criticarlo e impugnarlo por la forma despiadada, injusta, abusiva, caprichosa y eufemística en que atiborró sus inagotables escritos contra nuestro proceso.

En definitiva, sería muy aburrido que nuevamente tengamos que consentir una nueva oleada de sus reportajes, a pesar de su indiscutible profesionalidad en el que hacer; pues me estoy imaginando que sería ideado por usted para incluirlo con periodicidad en el blog que Ud. dirige.

Precisamente en estos días recibí un correo de un compañero nuestro, en el que, entre otros temas,  nos adjunta un pensamiento de José Martí relacionado con la crítica, y que por su importancia transcribo a continuación:

JOSE MARTÍ.

Si por crítica hubiese de entenderse ese mezquino afán de hallar defectos, ese celo del ajeno bien, ese placer del mal ajeno, huéspedes ciertamente indignos de pechos generosos.

Criticar no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no es consagrarse impunemente a escudriñas con miradas avaras en la obra bella los lunares y manchas que la afean; es señalar con noble intento el lugar negro y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella. Criticar es amar.

La Habana, 17 de julio de 2019. “Año 61 de la Revolución”



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