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martes, 6 de agosto de 2019

NAPOLEÓN BONAPARTE NO CREÍA EN LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA


POR Ricardo J. Machado, Habana Insider 1254

Una reflexión abierta e indirecta sobre el impacto del aumento del salario y la probable inflación.

“La libertad de un país depende de su capacidad para producir su comida dentro de sus propias fronteras” (de una conversación del autor con un directivo de un país nórdico en los años noventa)

1.El comportamiento humano no puede explicarse solo por variables económicas.

En la excelente biografía que escribió el historiador soviético E. Tarle del emperador francés, narra en uno de sus capítulos la metódica de su actividad administrativa. Sobre todo en los periodos de su estancia en la capital francesa.

Según Tarlé, Napoleón sostenía diariamente despachos con el prefecto –alcalde – de París. El primer punto en la agenda era el de los precios de los productos agrícolas. Eso era conocido muy bien por todos los que se dedicaban al negocio de la distribución de alimentos, y cuidado con el que se pasara de la raya. Aplicaba aquello de que el “ojo del amo…”

Napoleón estaba enfrascado en guerras relativamente continuas en su lucha contra los restos del feudalismo europeo, al mismo tiempo que expandía las relaciones capitalistas por el antiguo continente. Hacía llamados constantes al servicio militar a los jóvenes. Conocía lo que eso significaba para las familias francesas. Lo que menos necesitaba era el gran corso era el descontento que provocan los altos precios de los alimentos en el presupuestos familiar.

Había convencido a la mayoría de la población del país de la necesidad de la guerra como un asunto de supervivencia de la nación, al parecer ésta entendía que el asunto era de vida muerte. El talento directivo de Napoleón reconocía la enorme importancia de los que hoy se conocen como los “activos intangibles”: aquellos factores de orden inmaterial –internos al ser humano- que no se ven ni se pueden tocar, como la dignidad humana, la vergüenza y la disposición a aceptar retos, entre otros.

Se dice que su prodigiosa memoria le permitía conocer por su nombre a miles de soldados. Eso era también un valor intangible. Como lo son también los que surgen de los sentimientos de las comunidades humanas, cuando se sienten amenazadas en su propia existencia. En estos casos se pueden activar recursos de orden espiritual que pueden alcanzar una enorme fuerza material. Lo intangible se convierte en tangible. No caben en las estadísticas. Los números no pueden con ellos.

Más allá de Napoleón

El presidente cubano usa con frecuencia un término que para no pocos directivos es nuevo: proactividad. Es decir: anticiparse, prever lo que va a pasar.Entre septiembre y diciembre de este año, 29 mil millones de pesos van a entrar en el mercado interno cubano. No especulemos: los 7 mil millones de pesos mensuales le van encima a la comida: carne de cerdo, leche en polvo y aceite.

Debemos suponer, teniendo en cuenta el estilo del presidente, que esa decisión fue bien analizada, e identificadas cuales que serían sus posibles consecuencias. Según mis cálculos, entre marzo y abril pasados deben haberse tomado medidas para definir de dónde vamos a sacar los productos para responder a la intensidad de la demanda.

2.Trump quiere convertir Cuba en un campo de concentración estilo nazi 

Probablemente Buchenwald es el nombre del campo de exterminio nazi mas conocido. Los alemanes, después de la guerra, lo convirtieron en un museo.Los que visitamos el campo encontramos entre los “atractivos” diseñados por los administradores de la institución las películas filmadas por los propios asesinos, que muestran de manera meticulosa como mataban a las personas en las propias duchas mientras tomaban un baño. Tenían un agujerito a la altura del cuello por donde les disparaban.

También hicieron películas que reflejaban cómo entraban en los hornos crematorios.Y después sacaban los cadáveres en carretillas. Entre la ideología del grupo de criminales que rodeaba a Hitler y la que inspira al equipo de Trump no hay diferencias.

Si pudiera encontrarse alguna, sería desde el punto de vista de la innovación tecnológica. No se trata de hornos crematorios que solo pueden matar miles en unas horas. Ahora se trata de matar millones, mediante una serie de operaciones que van desde multar bancos hasta perseguir barcos de petróleo. Aunque demoren un poquito más.

Lo que me pregunto es si puede haber algún cubano -prosocialista o no- que no pueda entender esto. Entre los nuevos ricos cubanos se encuentran sin duda muchos que están vinculados al trasiego de los alimentos: los que los producen, distribuyen y los venden. Conozco personalmente unos cuantos. Ya no hablan de sus estancias frecuentes en Varadero. Ahora lo hacen de sus viajes a Paris con familias completas. Lo hacen delante de uno, sin pena ninguna.

Será posible que estén dispuestos- al menos por un tiempo- a posponer sus viajes a Europa y mantener los precios en un punto en que el resto de sus compatriotas pueda comer un poco mejor. O van a insistir en sus viajes anuales con vacaciones de lujo, pase lo que pase. Por qué no discutir con ellos el asunto cara a cara, hombre a hombre?

3.La otra amenaza: Acopio y la burocracia agrícola .

Tengo anécdotas personales relacionadas con esa entidad llamada Acopios, probablemente la más antisocialista de las organizaciones cubanas. La primera de ellas se produjo hace unas décadas, cuando administraba un plan agrícola- así lo llamaban entonces- de 42 caballerías de tierra en la provincia de Pinar del Rio, que producía principalmente café y otras viandas.

Acopio llegó un día a recoger nuestra primera producción de viandas: malanga y boniatos. Los más de 100 trabajadores de la unidad -una columna juvenil organizada por la UJC- nos alimentábamos de esos productos. Le pedí al responsable del camión que nos dejara unos sacos para nuestro consumo. Él se negó, alegando que nos enviaría dentro de pocos días los sacos que nos correspondían.

En efecto, éstos llegaron después de una semana: cinco sacos de malanga y boniatos, pero podridos, con pleno conocimiento de los directivos de Acopios. Esa misma noche convoqué a una reunión del Comité de Base para organizar las parejas que tendrían a su cargo la apropiación nocturna de nuestra propia alimentación. Nunca volvimos entregarle toda la producción: una respuesta revolucionaria a una acción contrarrevolucionaria.

Este caso lo mismo sirve para ilustrar el papel de la estupidez y la función de la enajenación en la sociedad socialista.

Años más tarde, en otra provincia cubana esperaba el horario de comienzo de una reunión en un local que estaba enfrente de una unidad de Acopio. Estuve mucho tiempo viendo como desembarcaban camiones de racimos de plátanos. Los tiraban con fuerza dentro y fuera del camión, se magullaban sin miramiento alguno, destruyendo los alimentos que los trabajadores del campo habían producido con tanto esfuerzo.

Pero todavía Acopio sigue haciendo de las suyas. La prensa informa cada cierto tiempo mediante cartas a la redacción de las quejas de los productores agrícolas de como esa envenenada entidad le recoge los productos y después no les paga o se demora mucho en hacerlo.

La semana pasada, Granma publicó la última atrocidad de ese sector estatal –Acopios y la delegación del Ministerio de Agricultura, que hace rato debieron ser declarados enemigos del pueblo y dedicarle al menos un programa Tras la huella. Le hacen más daño al país que la propia delincuencia. Su impunidad es casi total. Y el gobierno no parece darse cuenta?

Resulta que dejaron de pagar a los productores “porque el dinero fue objeto de un robo”, así de sencillo sin más explicación. Uno se pregunta qué hace Fiscalía o la Contraloria General de la República contra estos desmanes.

4. A cada cual lo que le toca. Más dialogo que resoluciones.

En toda esa cadena de productores, intermediarios y distribuidores debe haber cubanos que tengan un mínimo de sensibilidad y vergüenza. Eso es lo que cree el presidente que está conmoviendo a la nación por la entrega diaria de sus energías por enderezar el país. Se refleja en ese insistente llamado de SOMOS CUBA.

Los expertos en administración reconocen tres tipos de métodos para modificar el comportamiento humano: los administrativos, que controlan la conducta física; las horas de entrada y salida o momentos para entregar o recoger información o impuestos, precios etc. Son los preferidos por la burocracia. Los económicos, que van directo al bolsillo y al estómago de la gente. Son los que prefieren los economistas. Finalmente los llamados sicosociológicos, dirigidos a los sentimientos e ideas de las personas, son los preferidos de los políticos que a veces abusan de ellos o no están preparados para utilizarlos con eficacia.

Una eficiente gestión de gobierno implica la utilización equilibrada de estos métodos.Y de saber cuándo es el momento de enfatizar alguno de ellos. Estos son los que debe utilizar el gobierno para presionar tanto al sector estatal comprometido con la comida de la población como a los que están fuera. Penso que hay que dejar el espacio suficiente para los mecanismos que tienen que ver con la dignidad y la sobrevivencia de la nación.

El asunto sería un buen pretexto para iniciar un diálogo nacional en que participen todos los actores implicados. Escucharlos a todos con respeto y confianza. La sobrevivencia del país es tarea de todos, y de todos es que puede esperarse la solución. No podemos quedarnos atrás de Napoleón Bonaparte.

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