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domingo, 22 de septiembre de 2019

Agro cubano se ajusta por déficit de combustible en Cuba

Más uso de la tracción animal y hasta del pastoreo para reducir el gasto de las máquinas moledoras de pastos, conforman las medidas implementadas por el ramo agrícola.

El corrimiento del horario de riego fuera de los picos de mayor consumo aparece entre las acciones asumidas a lo largo del país para afrontar la situación actual.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 22 sep.- Retomar prácticas tradicionales que no requieren de combustible: yuntas de bueyes para la preparación de los suelos y carretones para trasladar productos y materia orgánica, son medidas que adopta el sector agropecuario para sortear la actual escasez de combustible en Cuba.
Ante la prioridad que representa el ramo en un país que destina cerca de 2.000 millones de dólares anuales para importar alimentos, las autoridades orientaron reducir aquellos gastos energéticos que no ponen en peligro las cosechas, en especial las siembras de hortalizas en la campaña de frío y la caña de azúcar.
Entre las acciones que se extienden a lo largo del archipiélago se encuentran también el corrimiento del horario de riego fuera de los picos de mayor consumo, la disminución del uso de equipos para moler pastos y, en su lugar, aumentar el pastoreo, además de hacer una utilización óptima de los equipos de transporte imprescindibles.
La actual situación podría afectar los resultados agrícolas y en una eventual contracción de los principales cultivos, en momentos cuando el país justamente promueve la reducción de las importaciones y el fomento de las exportaciones, incluidas las agrícolas.
Acciones
En La Habana, se refuerza la utilización de 981 yuntas de bueyes que sistemáticamente se utilizaban en la preparación de suelos para la siembra, fundamentalmente en los cultivos de ciclo corto, según fuentes de la delegación provincial de la agricultura.
“Hoy tenemos 1.739 hectáreas en movimiento para la siembra de cultivos varios y de esas, 1.049 tienen las condiciones para la utilización de bueyes”, apuntó Esmeregildo Martínez, delegado del sector, a medios locales de prensa.
En la ganadería habanera, 162 carretones transportan heno y forraje para evitar el uso de equipos mecanizados. Sin embargo, se mantienen activos los vehículos para el suministro de agua y pienso.
Otra de las medidas es impulsar la labor de las pequeñas industrias de conservas, que juegan un rol importante debido a que la gran industria hoy está prácticamente paralizada por los recortes en el suministro de combustible para su operación.
En la diversidad de experiencias a lo largo del país, la occidental provincia de Matanzas incrementa la producción de carbón vegetal para la venta a la población, sin afectar las cifras comprometidas con la exportación.
Según el delegado provincial Ricardo Menéndez, un total de 27 unidades productoras asumen la producción de 11.000 sacos de ese combustible, a la vez que refuerza la fabricación de cocinas de carbón y leña.
En Sancti Spíritus, en el centro de Cuba, “una prioridad se encuentra en los cultivos que están ahora en cosecha: poder acopiar esa producción y trasladarla hasta los establecimiento de venta en cada lugar, para lo cual resulta necesario usar la tracción animal”, según Juan José González, al frente de la agricultura en la provincia.
Al tiempo que, en el sector agroazucarero de la central Villa Clara, se desplaza el riego de las áreas del horario pico de máxima demanda y acelera el montaje de la bioeléctrica del central Héctor Rodríguez, para no detener la preparación de la zafra, la recuperación cañera ni la producción de alimentos.
El sector prioriza un mejor acomodo de cargas y su compactación. “En lugar de mover tres o cuatro animales hacia el matadero, esperamos a poder llenar la rastra”, dijo un funcionario del sector, lo que revela el ineficiente uso que generalmente se le da al transporte y el combustible.
Las medidas que adopta cada territorio, incluidas las del sector agropecuario, están siendo evaluadas personalmente por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en recorridos por diferentes provincias del país.
La crisis
Aunque las restricciones se agudizaron hace apenas dos semanas, durante todo el año la economía cubana se ha visto impactada por sucesivos recortes en los volúmenes de combustible que recibe el sector estatal. Los efectos se hacen sentir en el campo.
En Pinar del Río, según dijo a la prensa local Víctor Fidel Hernández, delegado de la agricultura, hasta el momento las limitaciones han traído serias dificultades para la preparación de tierras y de semilleros para la campaña de frío.
El mayor impacto lo experimenta el acopio de leche y de cerdos para la entrega al matadero, así como las inversiones que demandan combustible, que están paralizadas hasta nuevo aviso.
Las autoridades cubanas informaron que el punto más crítico de la crisis energética se produjo en septiembre por la imposibilidad de recibir el combustible pactado, ante las amenazas de Estados Unidos a los barcos que lo transportan a Cuba.
Indicaron que los envíos de octubre estarían garantizados, aunque las medidas que se adoptan apuntan al mediano y largo plazo.
Especialistas consideran que, por su repercusión en el uso racional del combustible y los recursos, buena parte de las medidas adoptadas ante esta contingencia deberían permanecer como buenas prácticas del sector agropecuario en busca de la sostenibilidad. (2019)

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