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lunes, 2 de diciembre de 2019

Desafíos y terapias para exportar y emprender



No es coser y cantar la urgencia de la economía cubana de exportar en medio de un férreo bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, y además enfrenta serios desafíos, complejidades y barreras a vencer, según un panel de expertos en el 4to Encuentro Internacional de Gestión y Dirección Empresarial, que sesiona en La Habana, auspiciado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba
 
 

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Los académicos Luis Castillo, Luis Marcelo Yera y Humberto Blanco abordaron las debilidades  a enfrentar, como la obsolescencia tecnológica que limita la competitividad, la calidad y los valores agregados de las exportaciones, las que operan más por la existencia de programas gubernamentales que por las propias acciones y emprendimientos empresariales.
La falta de autonomía aún en la empresa estatal socialista, en cuanto a facilidades financieras y fiscales y acceso más directo al comercio exterior, y la desmotivación que generan las formas y los sistemas de pagos y otras insuficiencias, requieren transformaciones raigales.
Otras limitantes para el fomento exportador son la dualidad monetaria y cambiaria que aún entorpece y distorsiona la actividad económica empresarial, y las tensiones que acarrean la falta de liquidez externa del país y la centralización de las divisas, para un suministro oportuno de los insumos importados que se requieren en pos de sostener las exportaciones.
El doctor Humberto Blanco, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, insistió en los impedimentos e inhibiciones que generan los vacíos y restricciones en el marco legal, las trabas producto de la verticalidad de la planificación, la carencia de infraestructuras y la baja tasa de inversión, las barreras de entrada al sector no estatal.
Resaltó la necesidad de más horizontalidad en los nexos interempresariales y mayores incentivos a la exportación, la incorporación de todos los actores de la economía a la exportación, incluyendo las pequeñas y medianas empresas, y más incentivo a la innovación y los emprendimientos de base tecnológica.
Se requieren, expresó, enfoques estratégicos en la dirección empresarial, más fomento y apoyo, y no solo ceñirse a la regulación y el control, y una Ley de Empresas que valide y sustente las autonomías y probidades de las entidades exportadoras.
En resumen, se precisan cambios en el contexto institucional y en el tejido y gestión empresariales, para modificar la estructura exportadora, refirió.
Blanco también abogó por seguir rescatando las experiencias y soluciones de los años 90, cuando, a pesar de la caída del socialismo europeo y la crisis del Período Especial, con el mismo impenitente bloqueo estadounidense, Cuba buscó soluciones audaces para aquel momento.
En esa cuerda, la exposición de Luis Marcelo Yera, del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, se centró en las lecciones que pueden dar para las empresas exportadoras cubanas de hoy, las experiencias asumidas por ACINOX S.A. entre 1990 y 1995.
Ante todas las contracciones, ese grupo empresarial desarrolló un esquema cerrado de financiamiento con total autonomía para exportar (centralizadamente por la casa matriz) e importar (descentralizadamente por las empresas), así como para cobrar y pagar las cuentas en USD.
Autoridad para racionalizar plantillas, con la lógica protección social a los que quedaron disponibles; incentivos en USD a los trabajadores que producían acero, además de alimentación esmerada. Y en medio del desplome de la economía cubana, ACINOX vendió en el mercado exterior, sus exportaciones llegaron a alcanzar los 30 y 32 millones de dólares en un año.
Y como una lección que dejó el caso de ACINOX es que al inicio del despegue financiero de ese grupo empresarial,  no debió manejarse centralmente la instrucción para que financiara actividades ajenas a él, independientemente de las grandes necesidades existentes. Resultado fue que el Grupo dejó de dominar sus finanzas.
Presente allí, en el auditorio, Jesús Formoso Ferrer, miembro de la Junta Directiva de ACINOX entonces y uno de los protagonistas de aquella audacia empresarial, ya jubilado, sentenció que hay muchas ACINOX potenciales en la Cuba de hoy

Emprendimiento no estatal: lo que favorece y lo que limita

Un panel sobre emprendimiento no estatal, sus fortalezas y debilidades, contó con los aportes de la doctora Ileana Díaz Fernández, del Centro de Estudios de la Universidad de La Habana; el doctor Dr. Luis Barreiro Pousa, del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana; y la profesora universitaria Adriana Heredia Sánchez, líder del proyecto comunitario Beyond Roots de Guanabacoa.
El doctor Barreiro ofreció los resultados de un estudio diagnóstico realizado por la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana acerca de las condiciones para el desarrollo de esas formas de gestión no estatal. Y enumeró lo que favorece y suma y también lo que limita y resta en esa actividad económica.
La doctora Ileana Díaz González señaló que, aunque en la Conceptualización del Modelo Económico y Social de Cuba y otros documentos rectores, el sector privado está considerado como un ente activo en la construcción del socialismo, no hay ningún documento que defina al trabajo por cuenta propia. Y aún no se acaba de definir qué se entiende por micro, pequeñas y medianas empresas, en un contexto en el que todavía no hay una Ley de Empresas.
Abogó por la creación de una entidad que incentive, regule y fomente las pequeñas y medianas empresas, y porque se les valide jurídicamente. Y se pronunció por eliminar el exceso burocrático de documentos y de trámites en ese sector, seguir ampliando el comercio mayorista.
Otras asignaturas pendientes, en su consideración, son la revisión de las tasas del sistema impositivo hacia los no estatales, de manera que haya un tratamiento diferenciado por el tamaño, el sector y el territorio del negocio; desarrollar la interoperabilidad de la Banca, el sistema comercial y el impositivo y crear entidades especializadas en el microcrédito.
Díaz piensa que urge en el país la constitución de una Ley de protección al Consumidor, y el fomento de asociaciones de estos últimos, al tiempo que debe trabajarse mucho más en la cultura y el incentivo de la responsabilidad social de quienes nuclean el trabajo privado.
Y como políticas de mediano y largo plazo a asumir, indica la importancia de ampliar la asociatividad de los actores del sector no estatal con las empresas estatales, cooperativas, de capital extranjero y privadas, entre otras propuestas sobre financiación, incentivos fiscales, servicios, capacitación y asesoría.
El panel concluyó con una historia de vida, narrada por la propia protagonista, la joven emprendedora y profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana Adriana Heredia.
Adriana, al frente de Beyond Roots, en Guanabacoa, ha fomentado un proyecto comunitario y turístico de promoción de la cultura afrocubana y de reivindicación y solidaridad barriales, que ha diversificado sus ofertas con mucho apego a la ley, frente a muchos obstáculos burocráticos y económicos.
Al final de su intervención, alguien en el público expresó que también se necesita “encadenar sueños”. El doctor Humberto Blanco, moderador del panel sentenció que lo tratado en ese panel revela cuánto Cuba ha cambiado, y por ello hay que actuar en consecuencia si queremos que prevalezca siempre la visión de país. Y la doctora Ileana recordó que se necesitan emprendedores en cualquier forma de propiedad, se necesitan empresas estatales socialistas emprendedoras.

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