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sábado, 7 de diciembre de 2019

Hambre y destitución para millones por recortes de Gobierno de Trump en cupones de alimentos


El Gobierno de Trump anunció el miércoles una nueva norma que privará a casi 700.000 personas de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, siglas en inglés), profundizando el hambre de incontables familias.

SNAP, antes conocido como el programa de cupones de alimentos, actualmente da una asistencia federal vital a más de 36 millones de personas.

A partir de abril de 2020, la norma hará mucho más difícil que los adultos entre 18 y 49 años sin dependientes obtengan beneficios. Dificultará que los estados ofrezcan exenciones al requisito de que estos individuos trabajen 20 horas por semana para recibir beneficios, ya que solo permitirá que los estados con una tasa de desempleo de 6 por ciento o más apliquen para exenciones. Actualmente, algunas regiones con tasas de desempleo tan bajas como 2,5 por ciento cuentan con exenciones.

La prensa ha ignorado en gran medida este paso, el cual llevará a incontables hogares a sufrir hambre. Los legisladores demócratas han guardado en gran medida silencio, estando concentrados en el juicio político contra Trump alegando que sus políticas no son lo suficientemente agresivas contra Rusia.


Un supermercado indica que aceptan cupones de alimentos en el oeste de Nueva York, N.J. (AP Photo/Seth Wenig)

Esto es porque, al atacar las condiciones de vida de masas enteras de personas, Trump está llevando a cabo una política bipartidista, apoyada por ambos partidos patronales. En 2014, el presidente Obama promulgó una ley que disminuyó $8.7 mil millones en cupones de alimentos durante la década siguiente, lo que significó que 850.000 hogares perdieron un promedio de $90 por mes.

Según un estudio más temprano este año, cuando el cambio fue propuesto, afectaría a los más pobres y vulnerables: 97 por ciento de los beneficiarios de SNAP afectados por la medida viven en la pobreza; el 88 por ciento tiene ingresos por hogar de 50 por ciento o menos del nivel de pobreza o $600 por mes.

La norma sobre el requisito de trabajo está vinculada a dos otras propuestas: un límite a las deducciones por gastos en los servicios públicos y otra medida que haría que un millón de estudiantes pierda el acceso a comidas gratis o de costo reducido. En total, el Urban Institute estima que estas tres protestas expulsarían a 3,6 millones de personas de los beneficios de SNAP.

En palabras del secretario de Agricultura, Sonny Perdue, estas medidas —que literalmente les arrebatarán comida de la boca a los niños, pobres y más vulnerables— “devolverán la dignidad del trabajo para un importante segmento de nuestra población, mientras se respeta a los contribuyentes que pagan el programa”.

En realidad, la visión distópica de Perdue no tiene nada que ver con la “dignidad del trabajo”, sino con sumir a millones de estadounidenses más profundamente en la pobreza mientras se aumenta la riqueza de los superricos que se han beneficiado de los recortes fiscales de Trump y los ataques a los programas sociales. Forbes estima el patrimonio neto de Perdue en $5 millones, un personaje menor comparado con la secretaria de Educación, Betsy Devos, cuya riqueza neta es de $2 mil millones, la más alta en el gabinete de Trump.

El secretario de Agricultura, quien también fue gobernador de Georgia, acumuló su fortuna en la agroindustria y bienes raíces. Poco después de unirse al gabinete de Trump, les transfirió a sus hijos adultos sus inversiones, valoradas en al menos $8 millones. Es una ironía cruel que el oficial de Trump a cargo de encabezar el ataque a los cupones de alimentos haya hecho su fortuna de la agroindustria, mientras los suicidios entre las familias de agricultores en quiebra del centro del país estén surgiendo.

Los tres cambios a las normas de SNAP reducirían la provisión de cupones de alimentos en al menos 15 por ciento para 13 estados, según un estimado del Urban Institute. El tercero de estos cambios golpearía en particular al Distrito de Columbia (24 por ciento) y Nevada (22 por ciento). Los beneficios totales caerían al menos 15 por ciento en nueve estados.

Solo en California, aproximadamente 200.000 personas perderían los beneficios debido a las restricciones en las exenciones a los requisitos de trabajo.

Los estadounidenses en estados fríos como Vermont, Nueva York y Dakota del Sur sufrirán el golpe más alto por la norma de la reducción de personas que pueden reducir los costos de los servicios públicos. El estado principalmente rural de Vermont perdería casi el 22 por ciento de sus cupones de alimentos, mientras Nueva York, Dakota del Sur y Maine perdería aproximadamente 11 por ciento cada uno. El Departamento de Agricultura de EE. UU. estima que el cambio relacionado a los servicios públicos reducirá el gasto en cupones de alimentos aproximadamente en $4,5 mil millones durante los próximos cinco años.

Casi 7 de cada 10 benefactores de Vermont vería un recorte en sus beneficios de SNAP, con una caída promedio de casi 40 por ciento de los ya miserables $215 por mes a $133 por mes, según Hunge Free Vermont. Ellen Vollinger, la directora de las organizaciones sin fines de lucro Food Research & Action Center, afirmó que la propuesta del costo de los servicios públicos obligará a las personas a “elegir entre comer o tener calefacción”.

Es un mito que cualquiera de estas medidas les ayudará a las personas encontrar trabajos. Los expertos han subrayado que muchos de los afectados viven en áreas empobrecidas y rurales, y frecuentemente sufren problemas de salud mental y discapacidades. “La política va dirigida contra los muy pobres con dificultdes para trabajar, algunos sin vivienda o viviendo con enfermedades”, le dijo a NBC News la vicepresidenta de políticas de asistencia alimentaria del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, Stacey Dean. “Quitarles a estos individuos su asistencia alimentaria básica tan solo aumentará sus dificultades y hambre, mientras no hace nada para ayudarles a encontrar un empleo estable y de tiempo completo”.

Pero mientras el Gobierno de Trump presume que el crecimiento en la economía es un indicador de la salud económica del país, nuevas señales de crisis social en el país pregonan un aumento, no una disminución, del sufrimiento y la desesperación que tan solo se recrudecerá por los recortes de asistencia alimentaria.

Estados Unidos ha visto una caída en la esperanza de vida por tres años consecutivos. Lo más perturbador es que cada vez más personas están muriendo relativamente jóvenes, entre 25 y 64 años, un grupo afectado directamente por las nuevas normas del SNAP.

Estas son las personas que, en una sociedad sana, se encontrarían en la flor de sus vidas laborales. En cambio, cada vez más mueren por “enfermedades de desesperación”: suicidios, alcohol, sobredosis. Las tasas de mortalidad para estas edades también aumentaron por al menos 35 otras causas, incluyendo enfermedades como diabetes, condiciones autoinmunitarias, obesidad e hipertensión.

Después de una caída en la tasa de personas sin seguro por el requisito en la Ley de Cuidado de Salud Asequible de que las personas sin seguro deben comprar un seguro privado, la tasa está volviendo a subir. Las cifras de subasegurados y presionados por los altos costos de bolsillo están aumentando, forzando a cada vez más personas a pronunciarse en bancarrota personal.

Un nuevo reporte de dos grupos sin fines de lucro revela la cifra impactante de que más de 2 millones de estadounidenses en 2019 no tienen acceso a plomería interior o agua corriente. Las nuevas estadísticas también muestran que la crisis del agua en Flint no es un incidente aislado y que la provisión de agua en incontables ciudades y pueblos del país está contaminada con niveles peligrosos de plomo.

La defensa del derecho humano básico a una nutrición, agua y cuidado de salud adecuados no se le puede dejar a ningún partido patronal. El ataque del Gobierno de Trump a los beneficios del SNAP suscita la necesidad de que la clase obrera avance su propia defensa independiente de estos derechos sociales por medio de la construcción de una dirección revolucionaria que luche por la organización socialista de la sociedad con base en la satisfacción de las necesidades humanas y no las ganancias.

(Publicado originalmente en inglés el 6 de diciembre de 2019)

Kate Randall

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